miércoles, 24 de febrero de 2010

Crear una comisión

El pasado miércoles día 17 fui testigo directo de un debate de más de cinco horas que tras, la lógica expectación generada, me dejó todavía más preocupado. Y lo afirmo porque después de escuchar la tediosa intervención del Presidente del Gobierno, el único compromiso real adquirido ante la representación legítima del pueblo español fue crear una Comisión para negociar y pactar medidas que saquen a España de esta grave situación: Éstas fueron exactamente las palabras referidas a su propuesta: “Le vamos a dar la máxima relevancia, y confío la responsabilidad a las personas que les acabo de mencionar. Vamos a poner toda la carne en el asador para buscar acuerdos”.
En su habitual artículo editorial del diario El Mundo de este pasado domingo Pedro J. escribe, y comparto plenamente, que si Zapatero decía que la crisis estaba tocando a su fin al mismo tiempo que pedía un Pacto para, entre todos, salir de esta terrible situación, es que había gato encerrado. “Si fuera cierto que lo peor, quedaba atrás y los días felices se aproximaban de nuevo, ¿que necesidad tendría de buscar acuerdos que sólo servirían para compartir con otros el mérito y la gloria de la recuperación?”.
La desconfianza no sólo se generaba en el líder de la oposición, sino en la sociedad española, por lo que Rajoy fue claro y meridiano al dirigirse a Zapatero: “esto no sale gratis, la realidad no perdona el engaño, y dar pie a la desconfianza es el peor perjuicio que se está causando hoy a la economía española. Y no busque culpables más allá de su escaño, porque todo el mérito es suyo. No es que ahora le miren en Europa con malos ojos, es que ahora le conocen. No busque conspiraciones ni chivos expiatorios, averigüe qué ha hecho usted para que su Gobierno suscite tantos recelos. Y no es España la que inspira desconfianza, es usted, es la forma que tiene este Gobierno de llevar la economía.”
Ni una sola medida concreta, ni un triste compromiso, sólo más anuncios, más planes que como en muchas otras ocasiones anteriores no se cumplirán. Y mientras tanto el tiempo seguirá corriendo y en contra de lo que parece pensar el Presidente del Gobierno, las cosas no volverán por sí mismas a enderezarse.
Por ello me pareció muy al caso, muy oportuna, otra de las frases de la intervención de Rajoy cuando dijo: “El tiempo no traerá el remedio, el tiempo sólo ayuda a los que se ayudan. España necesita ya un Gobierno en el que pueda confiar, y hoy no lo tiene, es que hoy no lo tiene, y en España hay una tarea urgente que realizar y nadie la lleva a cabo.”
Lejos ya de la cuestión de quien gana o pierde este tipo de debates, los españoles ganaremos o perderemos en función de las medidas que se adopten desde el gobierno. Por ahora solo hay una anunciada, crear esa comisión para negociar. Si no hay más, póngase urgentemente en marcha. Negocien. Por lo menos sabremos que proponen. No hay otra.


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Crear unha comisión

O pasado mércores día 17 fun testemuña directa dun debate de máis de cinco horas que tras, a lóxica expectación xerada, deixoume aínda máis preocupado. E afírmoo porque logo de escoitar a tediosa intervención do Presidente do Goberno, o único compromiso real adquirido ante a representación lexítima do pobo español foi crear unha Comisión para negociar e pactar medidas que saquen a España desta grave situación: Estas foron exactamente as palabras referidas á súa proposta: “Ímoslle a dar a máxima relevancia, e confío a responsabilidade ás persoas que lles acabo de mencionar. Imos pór toda a carne no asador para buscar acordos”.
No seu habitual artigo editorial do diario O Mundo deste pasado domingo Pedro J. escribe, e comparto plenamente, que se Zapatero dicía que a crise estaba tocando ao seu fin ao mesmo tempo que pedía un Pacto para, entre todos, saír desta terrible situación, é que había gato encerrado. “Se fose certo que o peor, quedaba atrás e os días felices aproximábanse de novo, que necesidade tería de buscar acordos que só servirían para compartir con outros o mérito e a gloria da recuperación?”.
A desconfianza non só se xeraba no líder da oposición, senón na sociedade española, polo que Rajoy foi claro e meridiano ao dirixirse a Zapatero: “isto non sae gratis, a realidade non perdoa o engano, e dar pé á desconfianza é o peor prexuízo que se está causando hoxe á economía española. E non busque culpables máis aló do seu escano, porque todo o mérito é seu. Non é que agora lle miren en Europa con malos ollos, é que agora lle coñecen. Non busque conspiracións nin chibas expiatorios, pescude que fixo vostede para que o seu Goberno suscite tantos receos. E non é España a que inspira desconfianza, é vostede, é a forma que ten este Goberno de levar a economía.”
Nin unha soa medida concreta, nin un triste compromiso, só máis anuncios, máis plans que como en moitas outras ocasións anteriores non se cumprirán. E mentres tanto o tempo seguirá correndo e en contra do que parece pensar o Presidente do Goberno, as cousas non volverán por si mesmas a endereitarse.
Por iso pareceume moi ao caso, moi oportuna, outra das frases da intervención de Rajoy cando dixo: “O tempo non traerá o remedio, o tempo só axuda aos que se axudan. España necesita xa un Goberno no que poida confiar, e hoxe non o ten, é que hoxe non o ten, e en España hai unha tarefa urxente que realizar e ninguén a leva a cabo.”
Lonxe xa da cuestión de quen gana ou perde este tipo de debates, os españois gañaremos ou perderemos en función das medidas que se adopten desde o goberno. Por agora só hai unha anunciada, crear esa comisión para negociar. Se non hai máis, póñase urxentemente en marcha. Negocien. Polo menos saberemos que propón. Non hai outra.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Titulares de preocupación

Acaba de terminar una semana negra en acontecimientos y consecuencias de la errática política económica y social del gobierno de Rodríguez Zapatero.
Sólo hay que echar un vistazo a los titulares de las portadas de los principales periódicos nacionales de estos últimos días: “Nadie hizo tanto daño en menos tiempo”; “ De la economía sostenible a un país insostenible”; “El gobierno crea otra alarma con las pensiones y da marcha atrás”; “La desconfianza en las medidas económicas derrumba la Bolsa”; “El gobierno no se atreve a presentar su reforma laboral”; “ España necesita un gobierno”; “El PSOE pide una reacción urgente de Zapatero”; “El paro supera la barrera”; “Los sindicatos se rebelan, la Bolsa se desploma y el PP gana ventaja”.
Como resumen es más que suficiente. La situación y las noticias ya no dejan indiferente a casi nadie y en España la preocupación empieza a ser un síntoma colectivo. Los pronósticos de los expertos no dejan lugar a dudas, así el desempleo seguirá aumentando; Grecia, Irlanda y España son los países con mayor déficit público y serán los únicos que seguirán en recesión en 2010, España bate el record en desempleo duplicando la media de los países del euro, y será el país que mas PIB por habitante pierda en 2010. Los analistas internacionales advierten de los principales riesgos de la situación de nuestro sistema financiero y de las cuentas públicas.
De acuerdo con todas las previsiones, los grandes problemas que han atenazado la economía en 2009, como la destrucción de empleo, la falta de crédito al sector privado, la falta de competitividad y la crisis fiscal de las administraciones públicas van a continuar. Y ante este desolador horizonte ¿se puede hacer algo?
Desde el Partido Popular se han lanzado, en diferentes momentos y escenarios, propuestas que el gobierno ha rechazado “por cuestiones ideológicas”. Quiero recordar aquí y ahora las más recientes.
En primer lugar es necesario garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Con un crecimiento del 30% en los gastos, y una disminución de otro 30% en los ingresos estamos ante la mayor crisis fiscal de nuestra historia.
En segundo lugar es necesario apostar por una rebaja selectiva de impuestos.
Como tercera medida tenemos la restructuración y saneamiento del sistema financiero, para conseguir que el crédito llegue a las familias y a las pequeñas empresas.
Por último en este breve espacio, apuntar la urgente necesidad de acometer las reformas estructurales que permitan generar empleo y mejorar la competitividad de nuestro país, y para ello avanzar en la liberalización de sectores económicos básicos como el energético, las telecomunicaciones, o el transporte, lo que transmite sus efectos positivos a los ciudadanos.
Se pueden y se deben hacer estas cosas. Y son urgentes para no volver a leer titulares como los de los últimos días.

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Titulares de Preocupación

Acaba de terminar unha semana negra en acontecementos e consecuencias da errática política económica e social do goberno de Rodríguez Zapatero.
Só hai que botar unha ollada aos titulares das portadas dos principais xornais nacionais destes últimos días: “Nadie hizo tanto daño en menos tiempo”; “ De la economía sostenible a un país insostenible”; “El gobierno crea otra alarma con las pensiones y da marcha atrás”; “La desconfianza en las medidas económicas derrumba la Bolsa”; “El gobierno no se atreve a presentar su reforma laboral”; “ España necesita un gobierno”; “El PSOE pide una reacción urgente de Zapatero”; “El paro supera la barrera”; “Los sindicatos se rebelan, la Bolsa se desploma y el PP gana ventaja”.
Como resumo é máis que suficiente. A situación e as noticias xa non deixan indiferente a case ninguén e en España a preocupación empeza a ser un síntoma colectivo. Os prognósticos dos expertos non deixan lugar a dúbidas, así o desemprego seguirá aumentando; Grecia, Irlanda e España son os países con maior déficit público e serán os únicos que seguirán en recesión en 2010, España bate o record en desemprego duplicando a media dos países do euro, e será o país que mais PIB por habitante perda en 2010. Os analistas internacionais advirten dos principais riscos da situación do noso sistema financeiro e das contas públicas.
De acordo con todas as previsións, os grandes problemas que han atenazado a economía en 2009, como a destrución de emprego, a falta de crédito ao sector privado, a falta de competitividade e a crise fiscal das administracións públicas van continuar. E ante este desolador horizonte pódese facer algo?
Desde o Partido Popular lanzáronse, en diferentes momentos e escenarios, propostas que o goberno rexeitou "por cuestións ideolóxicas". Quero recordar aquí e agora as máis recentes.
En primeiro lugar é necesario garantir a sustentabilidade das finanzas públicas. Cun crecemento do 30% nos gastos, e unha diminución doutro 30% nos ingresos estamos ante a maior crise fiscal da nosa historia.
En segundo lugar é necesario apostar por unha rebaixa selectiva de impostos.
Como terceira medida temos a restructuración e saneamento do sistema financeiro, para conseguir que o crédito chegue ás familias e ás pequenas empresas.
Para rematar neste breve espazo, apuntar a urxente necesidade de acometer as reformas estruturais que permitan xerar emprego e mellorar a competitividade do noso país, e para iso avanzar na liberalización de sectores económicos básicos como o enerxético, as telecomunicacións, ou o transporte, o que transmite os seus efectos positivos aos cidadáns.
Pódense e débense facer estas cousas. E son urxentes para non volver ler titulares como os dos últimos días.