miércoles, 20 de octubre de 2010

Al andar se hace Camino


Había oído a tantas personas contar sus experiencias realizando el Camino de Santiago, que ya tenía ganas. Y fue hace unos días cuando pude empezar a experimentar en mis propias piernas algunas de sus etapas.

Es verdad que tiene algo que engancha. Serán los paisajes que te rodean, será la soledad con tus pensamientos mientras avanzas y vences el cansancio, serán los hitos de piedra del camino que van indicándote los kilómetros que faltan para llegar a Santiago, serán los saludos de los numerosos peregrinos que están haciendo lo mismo que tú y que repiten sin cesar a su paso “buen camino”. Serán estas y otras cosas, pero si caminar es sano para el cuerpo, hacer el Camino es también saludable para el alma.

Siempre mantuve que todos los millones de euros que se invierten en un año santo deberían priorizarse en ofrecer un camino recuperado para el peregrino, una oferta de albergues y camas que no convierta cada etapa en una carrera para ver quién coge las plazas de alojamiento antes que los demás, una señalización adecuada y eliminar las todavía existentes muestras de feísmo urbanístico sembradas por las parroquias que atraviesa.

Si para ganar cada etapa del Camino hace falta esfuerzo e ilusión, en los caminos del futuro de España, parece que es suficiente con pactos a la carta de nuestro Presidente de Gobierno al que le basta con garantizar su permanencia, como dijo algún día, “como sea”. Pactos oscuros, de los que poco sabemos, pero que se resumen en ceder ante los que piden materias que hasta ahora eran incuestionables competencias del Estado, a cambio de que el inquilino del Palacio de la Moncloa tenga asegurado su alquiler durante los próximos 17 meses, es decir, lo que le queda a esta agónica legislatura.

Si completar 30 kilómetros en un día del Camino por momentos se hace eterno, aguantar 17 meses con sus días, semanas y horas empieza a parecerme insufrible. Y no son prisas como se dice desde el Gobierno, por llegar a gobernar, más bien es urgencia por cambiar el rumbo de las cosas. 17 meses mas caminado por rutas equivocadas, por direcciones prohibidas, por senderos al borde de barrancos, es algo que no nos merecemos los españoles. Supone dilapidar el esfuerzo de otras generaciones, enterrar muchos valores que nos transmitimos de padres a hijos y que ahora no sólo se desprecian sino que premian actitudes contrarias. No es sólo la economía española la que va cuesta abajo y sin freno, son los principios de nuestra convivencia, las reglas del juego que nos dimos entre todos hace ya años y ahora están en venta por un plato de lentejas, por 17 meses más de vivienda en La Moncloa.

Zapatero acaba de decirnos que “en un año y medio pueden pasar muchas cosas”. Sólo desearía que no pase lo que ya está pasando, que no siga subiendo el paro, subiendo los impuestos, y en definitiva aumentando el nivel de pobreza de los españoles. Al andar se hace el camino, pero hay que saber por dónde conviene andar.

 

Ao andar faise o Camiño

Había oído a tantas persoas contar as súas experiencias realizando o Camiño de Santiago, que xa tiña ganas. E foi fai uns días cando puiden empezar a experimentar nas miñas propias pernas algunhas das súas etapas.

É verdade que ten algo que engancha. Serán as paisaxes que che rodean, será a soidade cos teus pensamentos mentres avanzas e vences o cansazo, serán os fitos de pedra do camiño que van indicándoche os quilómetros que faltan para chegar a Santiago, serán os saúdos dos numerosos peregrinos que están facendo o mesmo que ti e que repiten sen cesar ao seu paso ?bo camiño?. Serán estas e outras cousas, pero se camiñar é san para o corpo, facer o Camiño é tamén saudable para a alma.

Sempre mantiven que todos os millóns de euros que se invisten nun ano santo deberían priorizarse en ofrecer un camiño recuperado para o peregrino, unha oferta de albergues e camas que non converta cada etapa nunha carreira para ver quen colle as prazas de aloxamento antes que os demais, unha sinalización adecuada e eliminar as aínda existentes mostras de feísmo urbanístico sementadas polas parroquias que atravesa.

Se para gañar cada etapa do Camiño fai falta esforzo e ilusión, nos camiños do futuro de España, parece que é suficiente con pactos á carta do noso Presidente de Goberno ao que lle basta con garantir a súa permanencia, como dixo algún día, “como sexa”. Pactos escuros, dos que pouco sabemos, pero que se resumen en ceder ante os que piden materias que ata agora eran incuestionables competencias do Estado, a cambio de que o inquilino do Palacio da Moncloa teña asegurado o seu aluguer durante os próximos 17 meses, é dicir, o que lle queda a esta agónica lexislatura.

Se completar 30 quilómetros nun día do Camiño por momentos faise eterno, aguantar 17 meses cos seus días, semanas e horas empeza a parecerme insufrible. E non son présas como se di desde o Goberno, por chegar a gobernar, máis ben é urxencia por cambiar o rumbo das cousas. 17 meses mais camiñado por rutas equivocadas, por direccións prohibidas, por carreiros ao bordo de barrancos, é algo que non nos merecemos os españois. Supón dilapidar o esforzo doutras xeracións, enterrar moitos valores que nos transmitimos de pais a fillos e que agora non só se desprezan senón que premian actitudes contrarias. Non é só a economía española a que vai costa abaixo e sen freo, son os principios da nosa convivencia, as regras do xogo que nos demos entre todos fai xa anos e agora están en venda por un prato de lentellas, por 17 meses máis de vivenda na Moncloa.

Zapatero acaba de dicirnos que “nun ano e medio poden pasar moitas cousas”. Só desexaría que non pase o que xa está pasando, que non siga subindo o paro, subindo os impostos, e en definitiva aumentando o nivel de pobreza dos españois. Ao andar faise o camiño, pero hai que saber por onde convén andar.

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Presupuesto o Engaño?

Hace pocos días tenía lugar en el Congreso de los Diputados una de las escenas más clásicas y esperadas de todos los años, la entrega formal al Presidente del Congreso del borrador del proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado. Con el paso de los años el acto protocolario sólo ha cambiado en sustituir toneladas de papel por un CD o un pendrive, o colgarlo en Internet para su consulta universal.

En los días previos a conocer el documento las dudas e intrigas políticas estaban exclusivamente centradas en conocer qué votos lograría sumar el gobierno a los de su grupo parlamentario para así tener asegurada su aprobación. Despejada la incógnita con el apoyo de los 6 diputados del PNV, ya sólo quedaba conocer la letra de tan importante documento.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define PRESUPUESTAR como “Formar el cómputo de los gastos o ingresos, o de ambas cosas que resultan de un negocio público o privado”. También como “Incluir una partida en el presupuesto del Estado”. Quedémonos con ésta última y veamos qué nos dice este diccionario sobre el significado de “PRESUPUESTO”: “Cómputo anticipado del coste de una obra o de los gastos y rentas de una corporación”, o “Cantidad de dinero calculado para hacer frente a los gastos generales de la vida cotidiana, de un viaje, etc.”.

Es decir, que para llegar al día de la foto en el Congreso antes alguien hizo el cómputo anticipado de gastos o ingreso de todas las obras que se quieren hacer, contando con el dinero  necesario para hacer frente a esos gastos y para poder incluir todas las partidas necesarias.

Cada año se hacen previsiones de lo que se pagará en ese periodo, y de lo que se dejará para años venideros, y ahí es donde se destapan algunas vergüenzas de las cuentas del 2011. Concretamente en lo que afectan a la provincia de Lugo vemos cambios entre las previsiones que para el próximo año hacían en 2010 y lo presupuestado realmente ahora. Sólo en la A-8, la autovía del Cantábrico, reducen de 98 a 34 millones; aparecen multitud de partidas con la misma cantidad simbólica en todas ellas:134.100€; desaparecen obras que estaban previstas y presupuestadas en años anteriores, como la Ronda Oeste de Ribadeo; se retrasan las fechas de finalización de importantes obras ya comprometidas y modificadas todos los años – así, la autovía entre Lugo y Santiago finalizaría, por ahora, en 2015, la del Cantábrico en 2014, y el tren de alta velocidad sigue solamente previsto en estudios y no en obras reales - o finalmente por no alargar la lista, las cantidades mayores figuran siempre en las anualidades de 2014 mientras las del 2011 aparecen casi desnudas de contenido.

Vuelvo al diccionario y encuentro dos definiciones que pueden encajar con todo lo anterior: “Dar a la mentira apariencia de verdad” o “Inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas”.
Ambas se corresponden con la palabra ENGAÑO.

Orzamento ou Engano?

Hai poucos días tiña lugar no Congreso dos Deputados unha das escenas máis clásicas e esperadas de todos os anos, a entrega formal ao Presidente do Congreso do borrador do proxecto de Lei dos Orzamentos Xerais do Estado. Co paso dos anos o acto protocolario só cambiou en substituír toneladas de papel por un CD ou un pendrive, ou colgalo en Internet para a súa consulta universal.

Nos días previos a coñecer o documento as dúbidas e intrigas políticas estaban exclusivamente centradas en coñecer que votos lograría sumar o goberno aos do seu grupo parlamentario para así ter asegurada a súa aprobación. Despexada a incógnita co apoio dos 6 deputados do PNV, xa só quedaba coñecer a letra de tan importante documento.

O Dicionario da Real Academia da Lingua Española define ORZAR como “Formar o cómputo dos gastos ou ingresos, ou de ambas as cousas que resultan dun negocio público ou privado”. Tamén como “Incluír unha partida no orzamento do Estado”. Quedémonos con esta última e vexamos que nos di este dicionario sobre o significado de “ORZAMENTO”: “Cómputo anticipado do custo dunha obra ou dos gastos e rendas dunha corporación”, ou “Cantidade de diñeiro calculado para facer fronte aos gastos xerais da vida cotiá, dunha viaxe, etc.”.

É dicir, que para chegar ao día da foto no Congreso antes alguén fixo o cómputo anticipado de gastos ou ingreso de todas as obras que se queren facer, contando co diñeiro necesario para facer fronte a eses gastos e para poder incluír todas as partidas necesarias.

Cada ano fanse previsións do que se pagará nese período, e do que se deixará para anos vindeiros, e aí é onde se destapan algunhas vergoñas das contas do 2011. Concretamente no que afectan á provincia de Lugo vemos cambios entre as previsións que para o próximo ano facían en 2010 e o orzado realmente agora. Só na A-8, a autovía do Cantábrico, reducen de 98 a 34 millóns; aparecen multitude de partidas coa mesma cantidade simbólica en todas elas:134.100 €; desaparecen obras que estaban previstas e orzadas en anos anteriores, como a Rolda Oeste de Ribadeo; atrásanse as datas de finalización de importantes obras xa comprometidas e modificadas todos os anos; así, a autovía entre Lugo e Santiago finalizaría, por agora, en 2015, a do Cantábrico en 2014, e o tren de alta velocidade segue soamente previsto en estudos e non en obras reais - ou finalmente por non alargar a lista, as cantidades maiores figuran sempre nas anualidades de 2014 mentres as do 2011 aparecen case espidas de contido.

Volvo ao dicionario e encontro dúas definicións que poden encaixar con todo o anterior: “Dar á mentira aparencia de verdade” ou “Inducir a alguén a ter por certo o que non o é, valéndose de palabras ou de obras aparentes e finxidas”.

Ambas se corresponden coa palabra ENGANO.