miércoles, 21 de marzo de 2012

Ida y vuelta

¿Quién no ha despedido a sus hijos en las puertas del colegio cuando partían en viajes de excursión más de una vez en sus vidas escolares? ¿Quién no recuerda sus nervios y alegrías por ir a la nieve o a visitar lugares desconocidos? Tampoco nos son ajenos los instantes de recibimiento tras ausencias que con seguridad se hacían mucho más largas a los que nos quedábamos que a los que disfrutaban de su pequeña aventura. Escenas donde se completaba el ciclo de ida y vuelta.

Los mismos sentimientos y sensaciones los hemos experimentado todos los padres cuando en las primeras etapas de sus vidas nuestros hijos compartían las primeras jornadas de cada curso escolar. También la ida y vuelta al Cole forma parte ya de nuestras experiencias inolvidables.

Traigo a mis líneas estos recuerdos, todavía conmocionado por las noticias que más me han impactado en estas últimas dos semanas. En Suiza, en la localidad de Sierre, y en una carretera por la que tuve que conducir en más de una ocasión atravesando sus seguros y bien señalizados túneles, se consumaba una nueva tragedia. Veintidós niños y seis adultos que habían salido pocos días antes a disfrutar de sus vacaciones de nieve regresaban a sus casas y por causas desconocidas perdían sus vidas al estrellarse su moderno autobús contra la pared de uno de los túneles de esta segura autopista suiza.

Hace pocas horas otra noticia similar volvía a encogernos el corazón. Varios niños y jóvenes eran acribillados a tiros en las puertas de su colegio francés en el momento de iniciar una nueva jornada escolar.

Imagino las escenas de confusión, nerviosismo y profunda emoción desde el momento de la llamada que comunica la tragedia hasta que se confirma si tu hijo es o no uno de los fallecidos. Imagino también los difíciles e inolvidables momentos vividos por el resto de compañeros en una y otra situación. No los olvidarán en todas sus vidas.

En ambas ocasiones se truncó el principio natural de la ida y la vuelta. En ambas ocasiones muchos niños y jóvenes vivieron el viaje de ida de su casa a la nieve o al colegio, pero diferentes circunstancias impidieron que completaran el camino de vuelta a sus casas.

Mientras, dos vidas unidas en una, dos niñas siamesas, tras una larga y complicada intervención quirúrgica conseguían separarse y comenzar sus nuevas vidas libres de las ataduras con las que la biología las había castigado hasta ese momento.

Idas y vueltas de la vida que nos dejan sensaciones difíciles de asumir y contra las que nuestros sentimientos se rebelan. Perdidos en los problemas económicos, en los debates políticos y en las frivolidades de una sociedad enferma en sus valores, estas noticias nos colocan en el lugar que nos corresponde en la naturaleza, y nos recuerda lo débiles y frágiles que somos, por mucho que nos empeñemos en rodearnos de vanidades.

 

Ida e volta

Quen non despediu aos seus fillos nas portas do colexio cando partían en viaxes de excursión máis dunha vez nas súas vidas escolares? Quen non recorda os seus nervios e alegrías por ir á neve ou a visitar lugares descoñecidos? Tampouco nos son alleos os instantes de recibimento tras ausencias que con seguridade se facían moito máis longas aos que nos quedabamos que aos que gozaban da súa pequena aventura. Escenas onde se completaba o ciclo de ida e volta.

Os mesmos sentimentos e sensacións experimentámolos todos os pais cando nas primeiras etapas das súas vidas os nosos fillos compartían as primeiras xornadas de cada curso escolar. Tamén a ida e volta ao Cole forma parte xa das nosas experiencias inesquecibles.

Traio ás miñas liñas estes recordos, aínda conmocionado polas noticias que máis me impactaron nestas últimas dúas semanas. En Suíza, na localidade de Sierre, e nunha estrada pola que tiven que conducir en máis dunha ocasión atravesando os seus seguros e ben sinalizados túneles, consumábase unha nova traxedia. Vinte e dous nenos e seis adultos que saíran poucos días antes a gozar das súas vacacións de neve regresaban ás súas casas e por causas descoñecidas perdían as súas vidas ao estrelarse o seu moderno autobús contra a parede dun dos túneles desta segura autoestrada suíza.

Hai poucas horas outra noticia similar volvía encollernos o corazón. Varios nenos e mozos eran cribados a tiros nas portas do seu colexio francés no momento de iniciar unha nova xornada escolar.

Imaxino as escenas de confusión, nerviosismo e profunda emoción desde o momento da chamada que comunica a traxedia ata que se confirma se o teu fillo é ou non un dos falecidos. Imaxino tamén os difíciles e inesquecibles momentos vividos polo resto de compañeiros nunha e outra situación. Non os esquecerán en todas as súas vidas.

En ambas as ocasións truncouse o principio natural da ida e a volta. En ambas as ocasións moitos nenos e mozos viviron a viaxe de ida da súa casa á neve ou ao colexio, pero diferentes circunstancias impediron que completasen o camiño de volta ás súas casas.

Mentres, dúas vidas unidas nunha, dúas nenas siamesas, tras unha longa e complicada intervención cirúrxica conseguían separarse e comezar as súas novas vidas libres das ataduras coas que a bioloxía castigounas ata ese momento.

Idas e voltas da vida que nos deixan sensacións difíciles de asumir e contra as que os nosos sentimentos rebélanse. Perdidos nos problemas económicos, nos debates políticos e nas frivolidades dunha sociedade enferma nos seus valores, estas noticias colócannos no lugar que nos corresponde na natureza, e recórdanos o débiles e fráxiles que somos, por moito que nos empeñemos en rodearnos de vaidades.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Consejos de ricos

Hay un libro que no pienso leer pero que ha llamado mi atención en un artículo periodístico. Su titulo, “Te enseñaré a ser rico” tiene gancho. El autor del libro es un joven de 29 años de origen indio llamado Ramit Sethi, que hoy se ha convertido en el asesor financiero favorito de muchos jóvenes en todo el mundo.

Con su página Web, su blog y sus cursos online que llegan a costar hasta mil dólares, ha conseguido tener unos ingresos de más de un millón de dólares al año.

Y lo llamativo es que sus consejos se basan en cuestiones poco originales como rechazar el uso de tarjetas de crédito, reducir el nivel de deudas, invertir desde joven en la jubilación, y buscar cómo incrementar el nivel adquisitivo basándose en estrategias como el arte de la negociación.

Para Sethi pagar la mínima comisión por una tarjeta de crédito equivale a un niño que permite que el matón de la clase se coma su almuerzo el primer día de colegio, pero que el resto del curso siempre lleva unas monedas en el bolsillo.

En otro lugar, y casi el mismo día, leía un correo de esos que circulan por la red y de los que siempre pongo en cuarentena credibilidad y contenido. Habla de Warren Buffett, la segunda persona más rica del mundo, y nos aporta algunos datos curiosos sobre su vida, que repito tendríamos que contrastar para darle toda la credibilidad. Así nos dice que vive en la misma pequeña casa desde hace 50 años, que conduce su propio coche sin chofer ni guardaespaldas, que a pesar de ser el dueño de la compañía de jets privados más grande del mundo nunca viaja en aviones privados, no hace vida social con las gentes de su nivel económico, le gusta prepararse palomitas de maíz en casa y ver la tele…

Entre los consejos que suele dar a la gente también están las tarjetas de crédito, y suele decir que nos alejemos de ellas y que invirtamos en nosotros mismos: esfuerzo, estudio, formación, sin olvidar la parte espiritual.

En los tiempos que estamos viviendo, todos debemos aprender algo de aquellos que han llegado a poseer riqueza pero viven con sencillez y esfuerzo diario. Una sociedad como la nuestra que se ha rendido al culto al dinero, a la riqueza a base de pelotazos, a renunciar al esfuerzo y al sacrificio, en definitiva una sociedad consumista que aplica la máxima de "tanto tienes tanto vales", necesita que nos recuerden cuestiones tan básicas como que no gastemos el dinero que no tenemos, y que no compremos cosas que realmente no necesitamos.

Si reflexionamos un poquito veremos como todos, en mayor o menor medida, hemos caído en las trampas que la sociedad de consumo nos pone a diario. La crisis que ahora padecemos puede que tenga algo de positivo, puede que nos haga ver que nada volverá a ser como fue para muchos. Y puede que muchos dejen de añorar aquellos tiempos para vivir felices con lo que a base de esfuerzo consigan ahora. De todo habrá.

Consellos de ricos

Hai un libro que non penso ler pero que chamou a miña atención nun artigo xornalístico. O seu titulo, "Ensinareiche a ser rico" ten gancho. O autor do libro é un mozo de 29 anos de orixe india chamado Ramit Sethi, que hoxe se converteu no asesor financeiro favorito de moitos mozos en todo o mundo.

Coa súa páxina Web, a súa blog e os seus cursos online que chegan a custar ata mil dólares, conseguiu ter uns ingresos de máis dun millón de dólares ao ano.

E o rechamante é que os seus consellos baséanse en cuestións pouco orixinais como rexeitar o uso de cartóns de crédito, reducir o nivel de débedas, investir desde moza na xubilación, e buscar como incrementar o nivel adquisitivo baseándose en estratexias como a arte da negociación.

Para Sethi pagar a mínima comisión por un cartón de crédito equivale a un neno que permite que o matón da clase coma o seu xantar o primeiro día de colexio, pero que o resto do curso sempre leva unhas moedas no peto.

Noutro lugar, e case o mesmo día, lía un correo deses que circulan pola rede e dos que sempre poño en corentena credibilidade e contido. Fala de Warren Buffett, a segunda persoa máis rica do mundo, e achéganos algúns datos curiosos sobre a súa vida, que repito teriamos que contrastar para darlle toda a credibilidade. Así nos di que vive na mesma pequena casa desde fai 50 anos, que conduce o seu propio coche sen chofer nin gardacostas, que a pesar de ser o dono da compañía de jets privados máis grande do mundo nunca viaxa en avións privados, non fai vida social coas xentes do seu nivel económico, gústalle prepararse palomitas de millo en casa e ver a tele…

Entre os consellos que adoita dar á xente tamén están os cartóns de crédito, e adoita dicir que nos afastemos delas e que invistamos en nós mesmos: esforzo, estudo, formación, sen esquecer a parte espiritual.

Nos tempos que estamos vivindo, todos debemos aprender algo daqueles que chegaron a posuír riqueza pero viven con sinxeleza e esforzo diario. Unha sociedade como a nosa que se rendeu ao culto ao diñeiro, á riqueza a base de pelotazos, a renunciar ao esforzo e ao sacrificio, en definitiva unha sociedade consumista que aplica a máxima de "tanto tes tanto vales", necesita que nos recorden cuestións tan básicas como que non gastemos o diñeiro que non temos, e que non compremos cousas que realmente non necesitamos.

Se reflexionamos un pouquiño veremos como todos, en maior ou menor medida, caemos nas trampas que a sociedade de consumo ponnos a diario. A crise que agora padecemos poida que teña algo de positivo, poida que fáganos ver que nada volverá ser como foi para moitos. E poida que moitos deixen de estrañar aqueles tempos para vivir felices co que a base de esforzo consigan agora. De todo haberá.