miércoles, 30 de diciembre de 2015

Certera incertidumbre

Durante estos últimos días no es fácil esquivar en cualquier medio de comunicación las noticias relacionadas con el futuro incierto abierto por los resultados de las últimas elecciones generales en España.

He de comenzar diciendo que la situación me preocupa, y mucho. Me pasé la campaña, al igual que muchos compañeros de candidatura de las diferentes provincias de España, hablando de estabilidad, certeza, tranquilidad, fiabilidad y otros calificativos necesarios para aplicar a los tiempos que nos ha tocado vivir y como continuidad a la situación de recuperación que, lenta pero firmemente, se viene vislumbrando en nuestra tierra desde hace meses. Los descalificativos se los dejamos a otros, a los que no solamente carecían de argumentos contrastables, sino que su discurso tenía un denominador común: negar la recuperación y apostar toda su suerte a que el PP perdiera la mayoría necesaria para formar gobierno.

Reiteré de manera incansable por toda nuestra provincia la necesidad de contar con un escenario que propiciase la confianza para crear empleo como prioridad y como herramienta para garantizar la sostenibilidad de nuestros sistemas sanitario, educativo, y en general de todo lo que se viene encuadrando bajo la ya manida denominación de estado del bienestar.

No me cabe duda de que le corresponde formar gobierno al ganador de las elecciones, a Rajoy. Tampoco de que no le resultará fácil a la vista de los anuncios previos del resto de candidatos.

En este escenario, siento envidia democrática de muchos países europeos donde la no obtención de mayorías absolutas es algo que se aborda con responsabilidad y normalidad, buscando el bien del país y no la solución para problemas de liderazgo o de partido.

En el mensaje navideño de S.M. el Rey Felipe VI están comprendidas muchas de las claves que hoy por hoy son imprescindibles para alcanzar la certidumbre y la estabilidad en España. El problema está, como casi siempre, en las personas, sus intereses y prioridades.

Estoy convencido de que ante Rajoy se abre un escenario prolongado de incertidumbre que solo puede suponer riesgos y desconfianza del resto de países hacia nosotros, algo que ya le tocó vivir y sortear con acierto al llegar al Gobierno.

Pero también estoy seguro de que la cabeza del principal partido de la oposición, por ahora, no piensa igual, y que con seguridad dedica todos los minutos del día a calibrar sus opciones personales para llegar a presidir un gobierno formado por perdedores en momentos en los que su propio futuro dentro de su partido parece muy incierto.

Ojalá me equivoque, porque lo peor que le puede pasar a los españoles es verse obligados a participar en un nuevo proceso electoral en pocos meses, pero o mucho cambian de actitud los responsables del partido socialista o podemos encontrarnos con esa situación o con algo peor, un gobierno certero en algo, en la incertidumbre que generarán para España.

Es la hora de demostrar que podemos superar juntos las situaciones de dificultad, pero también es la hora de no volver a cometer errores históricos que acabaron con la fuerza de nuestra nación. Son tiempos de certera incertidumbre.


Certeira incerteza

Durante estes últimos días non é fácil esquivar en calquera medio de comunicación as noticias relacionadas co futuro incerto aberto polos resultados das últimas eleccións xerais en España.

Hei de comezar dicindo que a situación me preocupa, e moito. Paseime a campaña, do mesmo xeito que moitos compañeiros de candidatura das diferentes provincias de España, falando de estabilidade, certeza, tranquilidade, fiabilidade e outros cualificativos necesarios para aplicar aos tempos que nos tocou vivir e como continuidade á situación de recuperación que, lenta pero firmemente, vén albiscando na nosa terra desde hai meses. Os descualificativos deixámosllos a outros, aos que non soamente carecían de argumentos contrastables, senón que o seu discurso tiña un denominador común: negar a recuperación e apostar toda a súa sorte a que o PP perdese a maioría necesaria para formar goberno.

Reiterei de maneira incansable por toda a nosa provincia a necesidade de contar cun escenario que propiciase a confianza para crear emprego como prioridade e como ferramenta para garantir a sustentabilidade dos nosos sistemas sanitario, educativo, e en xeral de todo o que vén encadrando baixo a xa manida denominación de estado do benestar.

Non me cabe dúbida de que lle corresponde formar goberno ao gañador das eleccións, a Rajoy. Tampouco de que non lle resultará fácil á vista dos anuncios previos do resto de candidatos.

Neste escenario, sinto envexa democrática de moitos países europeos onde a non obtención de maiorías absolutas é algo que se aborda con responsabilidade e normalidade, buscando o ben do país e non a solución para problemas de liderado ou de partido.

Na mensaxe do Nadal de S.M. o Rei Felipe VI están comprendidas moitas das claves que neste momento son imprescindibles para alcanzar a certidumbre e a estabilidade en España. O problema está, como case sempre, nas persoas, os seus intereses e prioridades.

Estou convencido de que ante Rajoy ábrese un escenario prolongado de incerteza que só pode supoñer riscos e desconfianza do resto de países cara a nós, algo que xa lle tocou vivir e sortear con acerto ao chegar ao Goberno.

Pero tamén estou seguro de que a cabeza do principal partido da oposición, por agora, non pensa igual, e que con seguridade dedica todos os minutos do día para calibrar as súas opcións persoais para chegar a presidir un goberno formado por perdedores en momentos nos que o seu propio futuro dentro do seu partido parece moi incerto.

Oxalá me equivoque, porque o peor que lle pode pasar aos españois é verse obrigados a participar nun novo proceso electoral en poucos meses, pero ou moito cambian de actitude os responsables do partido socialista ou podemos atoparnos con esa situación ou con algo peor, un goberno certeiro en algo, na incerteza que xerarán para España.

É a hora de demostrar que podemos superar xuntos as situacións de dificultade, pero tamén é a hora de non volver cometer erros históricos que acabaron coa forza da nosa nación. Son tempos de certeira incerteza.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Llegando a la meta

Hace quince días y desde este mismo espacio les hablaba de las sensaciones que experimentaba en los momentos previos a situarme en la línea de salida que marcaba el comienzo de la carrera electoral.

Han sido muchas las impresiones y las emociones vividas, y las que previsiblemente quedan por vivir en la semana final de campaña.

El contacto cercano en las calles, los debates con los demás candidatos en diferentes medios de comunicación, los mítines, los encuentros con sectores de actividades diversas de nuestra provincia, los muchos kilómetros de carreteras, las entrevistas, y algún pequeño rato de ocio compartiendo mesa y mantel con compañeros y simpatizantes, han sido la nota predominante de estas semanas.

Cuando comenzamos esta carrera, y así lo dije en aquel artículo, no todos partíamos en igualdad de condiciones, porque las mochilas a nuestras espaldas no pesaban por igual. Y así se está comprobando.

Hay candidatos que quieren hacernos creer que nada del pasado y de sus consecuencias para España tuvo algo que ver con su gestión y responsabilidades de gobierno. Así he tenido que escuchar de algunos que ahora España sale de la crisis, no por las políticas de Rajoy, sino por la bajada del precio del petróleo y las medidas del Banco Central Europeo. Añaden que ellos no fueron los culpables de lo ocurrido en la economía española, sino que la culpa fue de la crisis internacional. Esa mochila pesa mucho.

Otros candidatos hablan de una Galicia idílica e imaginaria que pretenden construir con recetas nacionalistas y excluyentes en un mundo cada día más global y donde no es posible poner puertas al campo. A ellos le digo que no se trata de ser diferentes, sino de producir y comercializar mejor que los demás, y para ello debemos aprender de una vez a concentrar y unir nuestras producciones.

Los hay también que todo lo que llevan consigo en la mochila son viejas recetas comunistas que donde todavía se aplican dejan a sus ciudadanos sin alimentos básicos y sin libertades.

Finalmente, nos entramos con quienes corren con la careta de su líder nacional porque creen que es su único punto fuerte, al haber ausencia de unas propuestas que o son incapaces de concretar o les da por cambiarlas de un día para otro. Mochilas de buen diseño pero de escaso contenido.

La mía no es ni más bonita ni más ligera que otras. Tiene también sus piedras, pero me empuja hacia delante al llevarla cargada de las medidas apoyadas en estos cuatro años, las que han permitido sacar a España de las profundidades de la crisis, dando resultados que solo se atreven a negar quienes deliberadamente cierran los ojos ante la realidad, y por ello pueden acabar tropezando.

Atrás quedó la línea de salida y ya empezamos a ver, a lo lejos pero ya la distinguimos, la pancarta de meta. Allí nos veremos. 

Chegando á meta

Hai quince días e desde este mesmo espazo faláballes das sensacións que experimentaba nos momentos previos a situarme na liña de saída que marcaba o comezo da carreira electoral.

Foron moitas as impresións e as emocións vividas, e as que previsiblemente quedan por vivir na semana final de campaña.

O contacto próximo nas rúas, os debates cos demais candidatos en diferentes medios de comunicación, os mitins, os encontros con sectores de actividades diversas da nosa provincia, os moitos quilómetros de estradas, as entrevistas, e algún pequeno intre de lecer compartindo mesa e mantel con compañeiros e simpatizantes, foron a nota predominante destas semanas.

Cando comezamos esta carreira, e así o dixen naquel artigo, non todos partiamos en igualdade de condicións, porque as mochilas ás nosas costas non pesaban por igual. E así se está comprobando.

Hai candidatos que queren facernos crer que nada do pasado e das súas consecuencias para España tivo algo que ver coa súa xestión e responsabilidades de goberno. Así tiven que escoitar dalgúns que agora España sae da crise, non polas políticas de Rajoy, senón pola baixada do prezo do petróleo e as medidas do Banco Central Europeo. Engaden que eles non foron os culpables do ocorrido na economía española, senón que a culpa foi da crise internacional. Esa mochila pesa moito.

Outros candidatos falan dunha Galicia idílica e imaxinaria que pretenden construír con receitas nacionalistas e excluíntes nun mundo cada día máis global e onde non é posible poñer portas ao campo. A eles dígolle que non se trata de ser diferentes, senón de producir e comercializar mellor que os demais, e para iso debemos aprender dunha vez para concentrar e unir as nosas producións.

Hainos tamén que todo o que levan consigo na mochila son vellas receitas comunistas que onde aínda se aplican deixan aos seus cidadáns sen alimentos básicos e sen liberdades.

Finalmente, entrámonos con quen corre coa careta do seu líder nacional porque cren que é o seu único punto forte, ao haber ausencia dunhas propostas que ou son incapaces de concretar ou lles dá por cambialas dun día para outro. Mochilas de bo deseño pero de escaso contido.

A miña non é nin máis bonita nin máis lixeira que outras. Ten tamén as súas pedras, pero empúxame cara adiante ao levala cargada das medidas apoiadas nestes catro anos, as que permitiron sacar a España das profundidades da crise, dando resultados que só se atreven a negar quen deliberadamente pechan os ollos ante a realidade, e por iso poden acabar tropezando.

Atrás quedou a liña de saída e xa empezamos a ver, de lonxe pero xa a distinguimos, a pancarta de meta. Vémonos alí.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

En la línea de salida

Cuando este artículo vea la luz estaremos a pocas horas del pistoletazo de salida oficial del comienzo de la campaña electoral hacia el 20-D. Muchos pronósticos y pocas certezas hasta el momento rodean el ambiente en la línea de salida de esta nueva y trepidante carrera hasta el día en que las urnas se abran y los españoles decidan qué modelo y qué dirigentes quieren para sus próximos años.

Siempre han existido muchas dudas acerca de la eficacia de las campañas electorales y de su influencia en la decisión de electores. Dudas que permanecen y que obligan a todos los partidos políticos a variar su formato y adaptarlo a las nuevas circunstancias según cada caso. En esta ocasión parece que los medios de comunicación, las redes sociales y los actos en la calle cobran protagonismo frente a los mítines tradicionales, aunque creo que de todo habrá y para gustos también diversos colores.

La novedad puede que esté en la presencia de nuevas formaciones políticas de las que en algunos casos poco se conoce en relación con su experiencia de gobierno su equipo, o falta del mismo, y en otros lo que se conoce inquieta por el contenido demagógico o irrealizable de sus propuestas, cambiantes en función de las encuestas y de intentar mantenerse a cualquier precio.

Como candidato de una de las formaciones que participan en esta carrera tengo mi opinión sobre cómo acometer estos apasionantes días que tenemos por delante: dejar las descalificaciones personales a otros, a aquellos que siempre las utilizan como único recurso para desgastar al rival; recorrer todos los lugares posibles, todos a los que el cronómetro imparable y las energías humanas permitan llegar.

Pero la carrera electoral no implica que todo lo acontecido anteriormente no pese o ayude a los que nos situamos en la línea de salida. A algunos el dorsal les pesará mucho porque sus incongruencias y errores pasados les frenará y debilitará en su esfuerzo por alcanzar la victoria. A otros su falta de preparación y experiencia pueden llevarlos a salidas en falso. Los habrá que estén más pendientes de su odio y sus ganas de revancha que de jugar limpio y les valdrá cualquier cosa con tal de ganar algunos aplausos.

Otros procuraremos salir empujados por el aval de cuatro años de preparación para esta prueba. De cuatro años de entrenamiento difícil y duro que han permitido a este gran país, a España, demostrar una vez más que sus ciudadanos han sabido estar a la altura de las circunstancias, muy difíciles por cierto, con un gobierno que no se escondió ante los problemas que nos asfixiaban. Juntos hemos realizado un gran esfuerzo, una gran tarea que nos permite mirar al futuro con mucho más optimismo que hace cuatro años.

Por eso otros saldremos con el aval de haber apoyado las medidas que nos han permitido cambiar el errático rumbo que los que nos precedieron en el timón de la nación equivocaron llevándonos hacia las rocas que hubiesen provocado el seguro hundimiento del barco. 

Ya en la línea de salida, solo resta un último esfuerzo, tomar aire y salir hacia la meta. Las urnas nos esperan.

Na liña de saída

Cando este artigo vexa a luz estaremos a poucas horas do pistoletazo de saída oficial do comezo da campaña electoral cara ao 20-D. Moitos prognósticos e poucas certezas ata o momento rodean o ambiente na liña de saída desta nova e trepidante carreira ata o día en que as urnas se abran e os españois decidan que modelo e que dirixentes queren para os seus próximos anos.

Sempre existiron moitas dúbidas acerca da eficacia das campañas electorais e da súa influencia na decisión de electores. Dúbidas que permanecen e que obrigan a todos os partidos políticos a variar o seu formato e adaptalo ás novas circunstancias segundo cada caso. Nesta ocasión parece que os medios de comunicación, as redes sociais e os actos na rúa cobran protagonismo fronte aos mitins tradicionais, aínda que creo que de todo haberá e para gustos tamén diversos cores.

A novidade poida que estea na presenza de novas formacións políticas das que nalgúns casos pouco coñécese en relación coa súa experiencia de goberno o seu equipo, ou falta do mesmo, e noutros o que se coñece inquieta polo contido demagóxico ou irrealizable das súas propostas, cambiantes en función das enquisas e de tentar manterse a calquera prezo.

Como candidato dunha das formacións que participan nesta carreira teño a miña opinión sobre como acometer estes apaixonantes días que temos por diante: deixar as descualificacións persoais a outros, a aqueles que sempre as utilizan como único recurso para desgastar ao rival; percorrer todos os lugares posibles, todos aos que o cronómetro imparable e as enerxías humanas permitan chegar.

Pero a carreira electoral non implica que todo o acontecido anteriormente non pese ou axude aos que nos situamos na liña de saída. A algúns o dorsal pesaralles moito porque as súas incongruencias e erros pasados frearalles e debilitará no seu esforzo por alcanzar a vitoria. A outros a súa falta de preparación e experiencia poden levalos a saídas en falso. Haberaos que estean máis pendentes do seu odio e as súas ganas de desquite que de xogar limpo e valeralles calquera cousa con tal de gañar algúns aplausos.

Outros procuraremos saír empuxados polo aval de catro anos de preparación para esta proba. De catro anos de adestramento difícil e duro que permitiron a este gran país, a España, demostrar unha vez máis que os seus cidadáns souberon estar á altura das circunstancias, moi difíciles por certo, cun goberno que non se escondeu ante os problemas que nos asfixiaban. Xuntos realizamos un gran esforzo, unha gran tarefa que nos permite mirar ao futuro con moito máis optimismo que fai catro anos.

Por iso outros sairemos co aval de apoiar as medidas que nos permitiron cambiar o errático rumbo que os que nos precederon no temón da nación equivocaron levándonos cara ás rocas que provocasen o seguro afundimento do barco. 

Xa na liña de saída, só resta un último esforzo, tomar aire e saír cara á meta. As urnas nos esperan.