miércoles, 24 de enero de 2018

Atrapados en la Red

Aunque el tema de los peligros y miserias que se esconden en Internet puede resultar reiterativo y en ocasiones cansino, no puedo resistirme a utilizar este espacio para compartir unas reflexiones, especialmente después de haber podido escuchar la conferencia que el pasado viernes pronunciaba en Lugo el juez y experto en la materia, José Antonio Vázquez Taín.

Como adultos estamos perfectamente avisados y capacitados para saber qué riesgos podemos correr cuando descargamos en nuestros ordenadores páginas no seguras, cuando realizamos compras por Internet sin las necesarias y recomendables precauciones, cuando utilizamos redes Wifi de espacios públicos como las gratuitas de las cafeterías, cuando nos protegemos con contraseñas fáciles de descubrir... A pesar de los avisos todos los días miles de delitos se cometen en la red de redes, en Internet.

Los delincuentes cibernéticos están muy bien organizados, cada día resulta más complejo descubrir sus servidores y llegar hasta ellos, a pesar de los magníficos profesionales dedicados a estas labores dentro de los cuerpos y fuerzas de seguridad y en el campo de la Justicia. Siempre van por delante, entre otras razones porque tienen más medios económicos provenientes de su propia delincuencia y porque se valen de la protección que las grandes empresas del sector otorgan a sus clientes garantizándoles la privacidad y por ello negándose a facilitar información vital para las investigaciones criminales.

El juez Vázquez Taín nos habló alto y claro, sin pelos en la lengua, y dijo que hay gente que se vale de la Red para cometer asesinatos, traficar con drogas, vender armas, ejercer la pederastia más brutal y un largo etcétera de graves delitos que sólo escucharlos debería hacer que empezásemos a hacer del encendido de un ordenador o teléfono móvil y su posterior utilización un ejercicio más responsable de lo que habitualmente hacemos.

Entre los jóvenes la situación todavía se agrava por sus nuevas formas de relacionarse y de intercambiar materiales como fotos y videos, convirtiendo su vida privada en un espectáculo público en un lugar donde, una vez colgado este material, ya no se puede borrar ni evitar que durante muchos años pueda ser visto y utilizado por cualquiera con todo tipo de intenciones. 

Todo puede empezar colgando en una red social una foto desnudo o con carga erótica, a veces como una broma o como medio para presumir entre amigos para que, a partir de ahí, se puedan poner en marcha los acosos en sus distintas modalidades. Una vez que has caído en la trampa son los depredadores sexuales y pederastas los que toman el control y ponen a muchos de nuestro jóvenes en situaciones de las que les resulta difícil salir, y más si no cuentan con el apoyo de sus padres.

El juez Taín nos dejo muy claro la necesidad de apoyar a nuestros hijos y ganarse su confianza ante estas situaciones en las que en muchas ocasiones se reacciona contrariamente, con el castigo y dándoles la espalda, lo que de seguro les llevará a seguir refugiándose dentro de la Red, atrapados y sin protección, porque cuando la Justicia los pueda proteger ya será demasiado tarde.


Atrapados na Rede

Aínda que o tema dos perigos e miserias que se esconden na Internet pode resultar reiterativo e en ocasións pousado, non podo resistirme a utilizar este espazo para compartir unhas reflexións, especialmente despois de poder escoitar a conferencia que o pasado venres pronunciaba en Lugo o xuíz e experto na materia, José Antonio Vázquez Taín.

Como adultos estamos perfectamente avisados e capacitados para saber que riscos podemos correr cando descargamos nas nosas ordenadores páxinas non seguras, cando realizamos compras por Internet sen as necesarias e recomendables precaucións, cando utilizamos redes Wifi de espazos públicos como as gratuítas das cafeterías, cando nos protexemos con contrasinais fáciles de descubrir... A pesar dos avisos todos os días miles de delitos cométense na rede de redes, na Internet.

Os delincuentes cibernéticos están moi ben organizados, cada día resulta máis complexo descubrir os seus servidores e chegar ata eles, a pesar dos magníficos profesionais dedicados a estes labores dentro dos corpos e forzas de seguridade e no campo da Xustiza. Sempre van por diante, entre outras razóns porque teñen máis medios económicos provenientes da súa propia delincuencia e porque se valen da protección que as grandes empresas do sector outorgan aos seus clientes garantíndolles a privacidade e por iso negándose a facilitar información vital para as investigacións criminais.

O xuíz Vázquez Taín falounos alto e claro, sen pelos na lingua, e dixo que hai xente que se vale da Rede para cometer asasinatos, traficar con drogas, vender armas, exercer a pederastia máis brutal e un longo etcétera de graves delitos que só escoitalos debería facer que empezásemos a facer do aceso dun computador ou teléfono móbil e a súa posterior utilización un exercicio máis responsable do que habitualmente facemos.

Entre os mozos a situación aínda se agrava polas súas novas formas de relacionarse e de intercambiar materiais como fotos e vídeos, convertendo a súa vida privada nun espectáculo público nun lugar onde, unha vez colgado este material, xa non se pode borrar nin evitar que durante moitos anos poida ser visto e utilizado por calquera con todo tipo de intencións. 

Todo pode empezar colgando nunha rede social unha foto espido ou con carga erótica, ás veces como unha broma ou como medio para presumir entre amigos para que, a partir de aí, podamos poñer en marcha os acosos nas súas distintas modalidades. Unha vez que caíches na trampa son os depredadores sexuais e pederastas os que toman o control e poñen a moitos do noso mozos en situacións das que lles resulta difícil saír, e máis se non contan co apoio dos seus pais.

O xuíz Taín déixonos moi claro a necesidade de apoiar aos nosos fillos e gañarse a súa confianza ante estas situacións nas que en moitas ocasións reacciónase contrariamente, co castigo e dándolles as costas, o que de seguro levaralles a seguir refuxiándose dentro da Rede, atrapados e sen protección, porque cando a Xustiza póidaos protexer xa será demasiado tarde.

miércoles, 10 de enero de 2018

Hiperregalados

Unas navidades ya para el recuerdo de cada uno. Se terminaron estas entrañables fiestas familiares que incluyen eventos religiosos, gastronómicos y festivos, y que cierran los Reyes Magos con sus cabalgatas de ilusión y los regalos en los hogares al pie de los zapatos de pequeños y grandes. De esto último les quiero escribir, de los regalos.

Que el consumo se está reactivando después de duros años de caída por la crisis económica no es una opinión, es un hecho irrefutable a la vista de todos. Vuelven las colas en las cajas de las tiendas y las calles se llenan de paseantes portando bolsas y paquetes. No quiero entrar aquí ahora a valorar los aspectos positivos y negativos de ello. Quisiera centrarme en los efectos del incremento de regalos que parecen recibir cada año los más pequeños, lo que ya ha llevado a expertos a hablar del síndrome de los niños hiperregalados.

Desde hace un tiempo y en muchos hogares algunos niños tienen que abrir tantos paquetes en la mañana de Reyes que en poco tiempo dejan de valorarlos y les producen insatisfacción. Pasar de demostrar nuestro cariño regalando a realizarlo en exceso puede perjudicar su desarrollo.

Los estudios demuestran que acostumbrar a los niños a recibir grandes cantidades de regalos los hace más vulnerables a la hora de tener que hacer frente a situaciones de frustración, de las muchas que deberán soportar a lo largo de sus vidas. El año que reciban regalos en menor cuantía de lo que estén acostumbrados, y muchos los cuentan como hacía el primo de Harry Potter, se entristecerán o se enfadarán.

Son estos mismos expertos los que nos dicen que dar a un niño todo lo que pide es avocarlos a que como adultos desarrollen más fácilmente adicciones y tengan mayores dificultades para controlar sus impulsos. Al fin y al cabo lo que estamos haciendo es acostumbrarlos a obtener las cosas fácilmente y no valorar que todo requiere un esfuerzo en la vida, de ahí muchas de esas frustraciones futuras.

A ello no solo está contribuyendo la sociedad de consumo, y no precisamente de consumo responsable, también el hecho de que cada vez hay más hijos únicos en la familia, o mayor número de divorcios o separaciones con hijos de por medio.

Me ha llamado la atención, como ejemplo de lo que los niños pueden llegar a sentir, el caso que relata un psicólogo que nos cuenta como en su consulta un niño respondía a la pregunta de qué quería que le trajeran los Reyes, diciendo que les pedía que sus padres se separaran para que en una casa le trajeran la Play Station y en la otra la Wii como a un compañero de su cole con sus padres separados. Sin comentarios.

Otras de las consecuencias negativas de recibir en exceso está demostrado que tiene que ver con que acabarán por darle mucha más importancia a las cosas materiales que al resto de los valores, y que medirán su felicidad en función de lo que posean.

Somos los adultos los que tenemos la responsabilidad de corregirlo. Enseñándoles desde niños a que valoren los regalos que reciben, a ser agradecidos y a ver en la Navidad más valores y menos materialismo y consumismo.

Hiperagasallados

Un nadal xa para o recordo de cada un. Termináronse estas entrañables festas familiares que inclúen eventos relixiosos, gastronómicos e festivos, e que pechan os Reis Meigos coas súas cabalgatas de ilusión e os agasallos nos fogares ao pé dos zapatos de pequenos e grandes. Disto último quérolles escribir, dos agasallos.

Que o consumo se está reactivando despois de duros anos de caída pola crise económica non é unha opinión, é un feito irrefutable á vista de todos. Volven as colas nas caixas das tendas e as rúas énchense de paseantes portando bolsas e paquetes. Non quero entrar aquí agora a valorar os aspectos positivos e negativos diso. Quixese centrarme nos efectos do incremento de agasallos que parecen recibir cada ano os máis pequenos, o que xa levou a expertos a falar da síndrome dos nenos hiperagasallados.

Desde hai un tempo e en moitos fogares algúns nenos teñen que abrir tantos paquetes na mañá de Reis que en pouco tempo deixan de valoralos e prodúcenlles insatisfacción. Pasar de demostrar o noso agarimo regalando a realizalo en exceso pode prexudicar o seu desenvolvemento.

Os estudos demostran que afacer aos nenos para recibir grandes cantidades de agasallos faios máis vulnerables á hora de ter que facer fronte a situacións de frustración, das moitas que deberán soportar ao longo das súas vidas. O ano que reciban agasallos en menor contía do que estean afeitos, e moitos os contan como facía o primo de Harry Potter, se entristecerán ou se enfadarán.

Son estes mesmos expertos os que nos din que dar a un neno todo o que pide é predispoñelos a que como adultos desenvolvan máis facilmente adiccións e teñan maiores dificultades para controlar os seus impulsos. Á fin e ao cabo o que estamos a facer é afacelos a obter as cousas facilmente e non valorar que todo require un esforzo na vida, de aí moitas desas frustracións futuras.

A iso non só está a contribuír a sociedade de consumo, e non precisamente de consumo responsable, tamén o feito de que cada vez hai máis fillos únicos na familia, ou maior número de divorcios ou separacións con fillos polo medio.

Chamoume a atención, como exemplo do que os nenos poden chegar a sentir, o caso que relata un psicólogo que nos conta como na súa consulta un neno respondía á pregunta de que quería que lle trouxesen os Reis, dicindo que lles pedía que os seus pais separásense para que nunha casa trouxésenlle a Play Station e na outra a Wii como a un compañeiro do seu cole cos seus pais separados. Sen comentarios.

Outras das consecuencias negativas de recibir en exceso está demostrado que ten que ver con que acabarán por darlle moita máis importancia ás cousas materiais que ao resto dos valores, e que medirán a súa felicidade en función do que posúan.

Somos os adultos os que temos a responsabilidade de corrixilo. Ensinándolles desde nenos a que valoren os agasallos que reciben, a ser agradecidos e a ver no Nadal máis valores e menos materialismo e consumismo.