miércoles, 23 de septiembre de 2015

Ni por cinco minutos

Cuando el madrileño Fernando Trueba, recogiendo el Premio “Nacional” de Cinematografía, pronunciaba entre otras cosas que “ni por cinco minutos me he sentido nunca español” muchos nos preguntamos por qué aceptaba tan suculento premio de quienes no eran personas con las que él se sintiera identificado o ni tan siquiera consideraba sus paisanos. Pero 30.000€ deben ser para él muchos euros como para plantearse devolverlos en coherencia con sus soflamas anti españolas.

En Cataluña, donde la pela es la pela, posiblemente también habrá quienes no se hayan sentido ni por cinco minutos españoles, pero ahora que la banca y las principales empresas asentadas en esa tierra avisan de su marcha a otras comunidades si finalmente los delirios de Mas y sus acólitos acaban cristalizando, me pregunto cuántos de ellos estarán dispuestos a sentirse un poco más españoles para no poner en riesgo sus ahorros o el futuro de sus patrimonios.

Por activa y pasiva han sido muchos, los principales estamentos políticos y económicos de cualquier rincón del mundo, los que han mandado mensajes muy claros para el supuesto de que Mas apostase por una ruptura unilateral rompiendo la Constitución española. Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea, el Banco Central Europeo dejaría de salvaguardar y proteger los depósitos y ahorros de los ciudadanos catalanes. Se terminaría con la libertad de circulación, es decir volverían las fronteras, para las personas pero también para las mercancías y los bienes y servicios. Se desplomarían sus exportaciones por verse gravadas por nuevas tasas e impuestos. Caerían bruscamente las ventas de sus productos en el resto de España, donde este mercado representa el 33% de sus ingresos…

Por eso ahora que los que avisan son los suyos, Caixabank, el Banco de Sabadell y sus principales empresas, espero que algunos de los que a la pela le han dado y siguen dando la importancia que finalmente acaba teniendo, que ese casi 30% de ciudadanos que manifiestan en las encuestas que todavía no saben a quien votar dentro de cuatro días, con su papeleta digan alto y claro que con su dinero, su pensión, los ahorros de muchos años, el futuro de los suyos, no se juega ni por cinco minutos.

Tantos indecisos y personas que hoy no piensan en votar, porque creen que esto no va con ellos, tendrán el domingo la clave para salir de esta milonga demagógica que les llevan contando mucho tiempo algunos dirigentes iluminados apelando a leyendas oportunistas, sentimentales y emotivas que nada tiene que ver ni con la realidad social ni con la histórica de los catalanes.

El domingo son los catalanes los que tendrán que asumir sus propias responsabilidades, y elegir entre las múltiples opciones serias existentes y la que puede llevarlos muchos cinco minutos más a la completa oscuridad.

Nin por cinco minutos

Cando o madrileño Fernando Trueba, recollendo o Premio “Nacional” de Cinematografía, pronunciaba entre outras cousas que “nin por cinco minutos sentinme nunca español” moitos nos preguntamos por que aceptaba tan suculento premio de quen non eran persoas coas que el sentise identificado ou nin tan sequera consideraba os seus paisanos. Pero 30.000€ deben ser para el moitos euros como para exporse devolvelos en coherencia coas súas soflamas anti españolas.

En Cataluña, onde a pela é pélaa, posiblemente tamén haberá quen non se sentiron nin por cinco minutos españois, pero agora que a banca e as principais empresas asentadas nesa terra avisan da súa marcha a outras comunidades se finalmente os delirios de Mais e os seus acólitos acaban cristalizando, pregúntome cantos deles estarán dispostos a sentirse un pouco máis españois para non poñer en risco os seus aforros ou o futuro dos seus patrimonios.

Por activa e pasiva foron moitos, os principais estamentos políticos e económicos de calquera recuncho do mundo, os que mandaron mensaxes moi claras para o suposto de que Mais apostase por unha ruptura unilateral rompendo a Constitución española. Cataluña quedaría fóra da Unión Europea, o Banco Central Europeo deixaría de salvagardar e protexer os depósitos e aforros dos cidadáns cataláns. Terminaríase coa liberdade de circulación, é dicir volverían as fronteiras, para acódelas pero tamén para as mercadorías e os bens e servizos. Esborrallaríanse as súas exportacións por verse gravadas por novas taxas e impostos. Caerían bruscamente as vendas dos seus produtos no resto de España, onde este mercado representa o 33% dos seus ingresos?

Por iso agora que os que avisan son os seus, Caixabank, o Banco de Sabadell e as súas principais empresas, espero que algúns dos que á pela déronlle e seguen dando a importancia que finalmente acaba tendo, que ese case 30% de cidadáns que manifestan nas enquisas que aínda non saben a quen votar dentro de catro días, coa súa papeleta digan alto e claro que co seu diñeiro, a súa pensión, os aforros de moitos anos, o futuro dos seus, non se xoga nin por cinco minutos.

Tantos indecisos e persoas que hoxe non pensan en votar, porque cren que isto non vai con eles, terán o domingo a clave para saír desta milonga demagóxica que lles levan contando moito tempo algúns dirixentes iluminados apelando a lendas oportunistas, sentimentais e emotivas que nada ten que ver nin coa realidade social nin coa histórica dos cataláns.

O domingo son os cataláns os que terán que asumir as súas propias responsabilidades, e elixir entre as múltiples opcións serias existentes e a que pode levalos moitos cinco minutos máis á completa escuridade.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Septiembre del 2015

Cuando llega septiembre, se terminan los hábitos veraniegos, y son muchas las señales que nos avisan de que éste ya está aquí. Los días se van acortando, las noches refrescan, en las zonas de playa ya hay mas ventanas con las persianas bajadas y muchas menos sombrillas en la arena, en las ciudades los escaparates ofrecen decorados con ropa de otoño y hojas secas. 

Comienzan los problemas en la circulación, cobrando protagonismo nuevamente los atascos que durante julio y agosto se trasladaron a las zonas de veraneo. Los transportes urbanos vuelven a poner a prueba su capacidad y encontrar un sitio donde aparcar en la calle se vuelve tarea que requiere grandes dosis de paciencia y suerte, especialmente en Lugo, donde la supresión, dicen que temporal, de la zona O.R.A. ha convertido todas nuestras calles en aparcamientos de superficie llenos las 24 horas del día..

Estos días en nuestras carreteras se dibujan regueros de coches cargados de maletas que regresan a las tareas que quedaron pendientes al cruzarse el verano en nuestras vidas. 

Como leí en algún sitio, septiembre es un mes con 30 lunes, y añado, con la luz más fría y sus noches más largas.

Pero si esto ocurre casi todos los meses de septiembre de todos los años, el septiembre de 2015 tiene también otras características que lo hacen más duro y por momentos dramático.

En estas semanas hemos visto situaciones que se repiten a lo largo de la historia de la humanidad. Han entrado en nuestras vidas, y ojalá que también en nuestras conciencias, los dramas y las tragedias de pueblos enteros que huyen de sus lugares de origen como única vía de escape a su infierno diario. Los asedios a los que se están viendo sometidos de forma brutal los kurdos o los sirios durante meses están provocando éxodos masivos hacia la costa griega y desde allí al resto de Europa.

Posiblemente estemos ante la mayor barbarie del siglo, que duele mucho más ante la falta de respuesta efectiva de lo que llamamos Occidente. Acostumbrados a escuchar, que no a digerir con sus consecuencias, las cifras que a diario golpean nuestros oídos con los miles de muertos que sufren la violencia en sus países, las víctimas de atentados suicidas, los que se ahogan en el mediterráneo, las escenas de este nuevo éxodo de personas de todas las edades exhaustos y desesperados están tiñendo de rojo y negro este septiembre de 2015.

Ha tenido que ser la foto de un niño muy niño, ahogado en una playa de Turquía, la que haya conseguido despertar las conciencias de todos los que vivimos a diario en países acomodados.

Este septiembre de 30 lunes tiene ya su foto de calendario. La foto que evidencia la cobardía de una sociedad cruzada de brazos, que prefiere no meterse en un avispero, y que ahora, espoleada por esta foto empieza a hablar de solidaridad en forma de cupos y de dinero. 

Setembro do 2015

Cando chega setembro, rematan os hábitos estivais, e son moitas os sinais que nos avisan de que este xa está aquí. Os días vanse acurtando, as noites refrescan, nas zonas de praia xa hai mais ventás coas persianas baixadas e moitas menos antucas na area, nas cidades os escaparates ofrecen decorados con roupa de outono e follas secas.

Comezan os problemas na circulación, cobrando protagonismo novamente os atoamentos que durante xullo e agosto se trasladaron ás zonas de veraneo. Os transportes urbanos volven poñer a proba a súa capacidade e encontrar un sitio onde aparcar na rúa vólvese tarefa que require grandes doses de paciencia e sorte, especialmente en Lugo, onde a supresión, din que temporal, da zona O.R.A. converteron todas as nosas rúas en aparcadoiros de superficie cheos as 24 horas do día..

Estes días nas nosas estradas debúxanse regueiros de coches cargados de maletas que regresan ás tarefas que quedaron pendentes ao cruzarse o verán nas nosas vidas.

Como lin nalgún sitio, setembro é un mes con 30 luns, e engado, coa luz máis fría e as súas noites máis longas.

Pero se isto acontece case todos os meses de setembro de todos os anos, o setembro de 2015 ten tamén outras características que o fan máis duro e por momentos dramático.

Nestas semanas vimos situacións que se repiten ao longo da historia da humanidade. Entraron nas nosas vidas, e oxalá que tamén nas nosas conciencias, os dramas e as traxedias de pobos enteiros que foxen dos seus lugares de orixe como única vía de escape ao seu inferno diario. Os asedios aos que se están a ver sometidos de forma brutal os curdos ou os sirios durante meses están a provocar éxodos masivos cara á costa grega e dende alí ao resto de Europa.

Posiblemente esteamos ante a maior barbarie do século, que doe moito máis ante a falta de resposta efectiva do que chamamos Occidente. Afeitos a escoitar, que non a dixerir coas súas consecuencias, as cifras que a diario golpean nosos oídos cos miles de mortos que sofren a violencia nos seus países, as vítimas de atentados suicidas, os que se afogan no mediterráneo, as escenas deste novo éxodo de persoas de todas as idades exhaustos e desesperados están a tinguir de vermello e negro este setembro de 2015.

Tivo que ser a foto dun neno moi neno, afogado nunha praia de Turquía, a que conseguise espertar as conciencias de todos os que vivimos a diario en países acomodados.

Este setembro de 30 luns ten xa a súa foto de calendario. A foto que evidencia a covardía dunha sociedade cruzada de brazos, que prefire non se meter nun avesporeiro, e que agora, esporeada por esta foto empeza a falar de solidariedade en forma de cotas e de diñeiro.