miércoles, 21 de diciembre de 2022

El palista

Siendo niño me llamaban mucho la atención las máquinas de las obras, especialmente ver el manejo de las grandes palas, las excavadoras o las retroexcavadoras. Recuerdo haber pedido algún año, en mi carta a los Reyes Magos, miniaturas de estas máquinas y acompañar a un tío mío, contratista de obras, en algunas de sus visitas a las que tenía en marcha, permaneciendo largo rato contemplando las pericias de aquellos hombres manejando aquellas palas, los palistas.

Ya de adolescente y con mis estudios universitarios finalizados, tuve ocasión de trabajar en algunas empresas familiares vinculadas con estas actividades. Recuerdo especialmente la labor de un experto palista abriendo camino entre grandes rocas y al borde de un precipicio, decenas de metros sobre el nivel del mar, para abrir una carretera que finalizaba en el faro de Cabo Ortegal. Durante semanas pude comprobar la habilidad de aquella persona en el manejo del cazo de la pala y cómo conseguía derribar rocas y piedras de gran tamaño sin poner en peligro su vida.

Traigo esos recuerdos a estas líneas para relacionarlos con los graves acontecimientos que estamos viviendo durante las últimas semanas en el campo de la política en España.

He imaginado al presidente del Gobierno manejando una de estas palas sabiendo perfectamente dónde golpear con el cazo para derribar con precisión quirúrgica los pilares de la estructura del edificio que quiere demoler.

Poco a poco, golpe a golpe, estamos siendo testigos de la demolición de la estructura del Estado. Primero con leyes irresponsables y populistas que están teniendo terribles consecuencias, rebajando penas o poniendo en libertad a personas que han delinquido gravemente en materia sexual, después haciendo lo propio con aquellos que se levantaron contra el Estado y la Constitución en Cataluña mediante la eliminación del delito de sedición, posteriormente rebajando, a la carta y a la medida de unos pocos, las responsabilidades penales con los que malversaron...y todo al tiempo que cambiaba las reglas de funcionamiento dentro del poder judicial, con injerencias y amenazas a los jueces del Tribunal Constitucional.

Es posible que, debido a la ejecución al mismo tiempo de todas estas tropelías, sea difícil fijar la atención en todas ellas, ya que con una tapa la otra, y todo en un contexto de proximidad a las fiestas de la Navidad, posiblemente con la esperanza de que al pasar la página del calendario y abrir un nuevo año todo pueda quedar olvidado en la memoria de los españoles.

Perdonando la pena de malversación y eliminando los delitos comentados este palista experto llamado Sánchez está logrando echar tierra con su pala excavadora sobre una manera de gobernar, sobre su corrupción.

Sólo hay una manera democrática de acabar con la ruina propiciada con cada golpe de cazo de su pala y es bajándolo de la cabina de esa potente máquina. No es tarea para un solo partido, sino para conjunto de la sociedad con su voto en las urnas.

O padeeiro

Sendo neno chamábanme moito a atención as máquinas das obras, especialmente ver o manexo das grandes pas, as escavadoras ou as retroexcavadoras. Recordo pedir algún ano, na miña carta aos Reis Magos, miniaturas destas máquinas e acompañar a un tío meu, contratista de obras, nalgunhas das súas visitas ás que tiña en marcha,permanecendo longo intre contemplando as pericias daqueles homes manexando aquelas pas, os padeeiros.

Xa de adolescente e cos meus estudos universitarios finalizados, tiven ocasión de traballar nalgunhas empresas familiares vinculadas con estas actividades. Recordo especialmente o labor dun experto padeeiro abrindo camiño entre grandes rocas e ao bordo dun precipicio, decenas de metros sobre o nivel do mar, para abrir unha estrada que finalizaba no faro de Cabo Ortegal. Durante semanas puiden comprobar a habilidade daquela persoa no manexo do cazo da pa e como conseguía derrubar rocas e pedras de gran tamaño sen poñer en perigo a súa vida.

Traio eses recordos a estas liñas para relacionalos cos graves acontecementos que estamos a vivir durante as últimas semanas no campo da política en España.

Imaxinei ao presidente do Goberno manexando unha destas pas sabendo perfectamente onde golpear co cazo para derrubar con precisión cirúrxica os piares da estrutura do edificio que quere demoler.

Aos poucos, golpe a golpe, estamos a ser testemuñas da demolición da estrutura do Estado. Primeiro con leis irresponsables e populistas que están a ter terribles consecuencias, rebaixando penas ou poñendo en liberdade a persoas que delinquiron gravemente en materia sexual, despois facendo o propio con aqueles que se levantaron contra o Estado e a Constitución en Cataluña mediante a eliminación do delito de sedición, posteriormente rebaixando, á carta e á medida duns poucos, as responsabilidades penais cos que malversaron...e todo á vez que cambiaba as regras de funcionamento dentro do poder xudicial, con inxerencias e ameazas aos xuíces do Tribunal Constitucional.

É posible que, debido á execución ao mesmo tempo de todas estas tropelías, sexa difícil fixar a atención en todas elas, xa que cunha tapa a outra, e todo nun contexto de proximidade ás festas do Nadal, posiblemente coa esperanza de que ao pasar a páxina do calendario e abrir un novo ano todo poida quedar esquecido na memoria dos españois.

Perdoando a pena de malversación e eliminando os delitos comentados este padeeiro experto chamado Sánchez está a lograr botar terra coa súa pa escavadora sobre unha maneira de gobernar, sobre a súa corrupción.

Só hai unha maneira democrática de acabar coa ruína propiciada con cada golpe de cazo da súa pa e é baixándoo da cabina desa potente máquina. Non é tarefa para un só partido, senón para conxunto da sociedade co seu voto nas urnas.


miércoles, 7 de diciembre de 2022

El ruido

El ruido siempre me ha molestado, en los locales con música a volumen muy alto, en las calles donde las bocinas y las sirenas impiden un paseo tranquilo, en las cafeterías donde en algunas mesas las conversaciones se producen más gritando que hablando, y así podría seguir poniendo ejemplos donde el ruido altera la convivencia.

Otro tipo de ruido me resulta todavía más molesto, por no decir en ciertos momentos insoportable. Es el ruido de la bronca, del insulto, de la provocación constante que parece querer convertirse en rutinario dentro de la casa de la palabra, de la sede de la soberanía nacional, donde aquellos que tenemos la enorme responsabilidad de representar a los españoles y legislar adecuadamente en la defensa de sus intereses estamos ofreciendo el peor de los ejemplos y un espectáculo.

No es objeto de este articulo analizar las diferentes varas de medir a la hora de calificar los piropos que algunos diputados se dirigen a otros, ni tan siquiera  valorar las manifestaciones fuera de tono que salen también desde el banco azul, el del Gobierno, pero sin duda alguna que lo que se produce dentro del hemiciclo del Congreso guarda relación con lo que también se vive fuera, en la calle, las redes sociales o en algunos medios de comunicación.

Hace tiempo que vengo afirmando que el deterioro de la política no es casual y que tiene diferentes orígenes o causas. Las estrategias de comunicación basadas en convertir mentiras en verdades a base de reiterarlas machaconamente, de culpabilizar a los demás de los errores propios , de enfrentar y dividir en lugar de buscar consensos o grandes acuerdos y otras muchas estrategias de manual están consiguiendo que el clima político se haga por momentos irrespirable.

Se hace muy difícil desde la oposición combatir democráticamente ideas y propuestas, cuando desde el Gobierno se utiliza frecuentemente el rodillo, el veto o las descalificaciones.

Son preocupantes las formas y maneras que se utilizan para confundir a la opinión publica y para en definitiva, no perder apoyos y consecuentemente mantenerse en el poder. Convertir en normal lo que parece aberrante, responder con ataques a otros ataques, culpar al adversario de tus propios errores, producir tantos disparates legislativos al mismo tiempo que unos tapen a los otros, abrir muchos frentes simultáneamente para que resulte difícil centrar la atención en alguno o, como dije anteriormente, repetir una y mil veces una mentira para que acabe convirtiéndose en una verdad.

He perdido toda esperanza de que en lo que reste de Legislatura se recupere el necesario clima de dialogo entre Gobierno y Oposición, roto por el proceder autoritario de un Presidente y su Gobierno que solo tienen como prioridad mantener el poder sin importar el precio a pagar. Son tantos los ejemplos los que avalan este comentario que no caben aquí, pero que seguramente muchos de ustedes tienen en su memoria, al menos hasta que en los próximos días otras decisiones difíciles de calificar tapen a las de hoy.

Solo me queda la esperanza y la convicción de que todo este ruido lo apaguen las urnas. También de que sea en ese momento cuando todos decidamos quién y de qué manera pasará a la historia.

   

O ruído

O ruído sempre me molestou, nos locais con música a volume moi alto, nas rúas onde as bucinas e as sirenas impiden un paseo tranquilo, nas cafeterías onde nalgunhas mesas as conversacións prodúcense máis gritando que falando, e así podería seguir poñendo exemplos onde o ruído altera a convivencia.

Outro tipo de ruído resúltame aínda máis molesto, por non dicir en certos momentos insoportable. É o ruído da rifa, do insulto, da provocación constante que parece querer converterse en rutineiro dentro da casa da palabra, da sede da soberanía nacional, onde aqueles que temos a enorme responsabilidade de representar aos españois e lexislar adecuadamente na defensa dos seus intereses estamos a ofrecer o peor dos exemplos e un espectáculo.

Non é obxecto de leste articulo analizar as diferentes varas de medir á hora de cualificar as gabanzas que algúns deputados diríxense a outros, nin tan sequera  valorar as manifestacións fóra de ton que saen tamén desde o banco azul, o do Goberno, pero sen ningunha dúbida que o que se produce dentro do hemiciclo do Congreso garda relación co que tamén se vive fóra, na rúa, as redes sociais ou nalgúns medios de comunicación.

Hai tempo que veño afirmando que a deterioración da política non é casual e que ten diferentes orixes ou causas. As estratexias de comunicación baseadas en converter mentiras en verdades a base de reiteralas machaconamente, de culpar aos demais dos erros propios , de enfrontar e dividir en lugar de buscar consensos ou grandes acordos e outras moitas estratexias de manual están a conseguir que o clima político fágase por momentos irrespirable.

Faise moi difícil desde a oposición combater democraticamente ideas e propostas, cando desde o Goberno utilízase frecuentemente o rodete, o veto ou as descualificacións.

Son preocupantes as formas e maneiras que se utilizan para confundir á opinión publica e para en definitiva, non perder apoios e consecuentemente manterse no poder. Converter en normal o que parece aberrante, responder con ataques a outros ataques, culpar ao adversario dos teus propios erros, producir tantos disparates lexislativos ao mesmo tempo que uns tapen aos outros, abrir moitas frontes simultaneamente para que resulte difícil centrar a atención nalgún ou, como dixen anteriormente, repetir unha e mil veces unha mentira para que acabe converténdose nunha verdade.

Perdín toda esperanza de que no que reste de Lexislatura recupérese o necesario clima de dialogo entre Goberno e Oposición, roto polo proceder autoritario dun Presidente e o seu Goberno que só teñen como prioridade manter o poder sen importar o prezo para pagar. Son tantos os exemplos os que avalan este comentario que non caben aquí, pero que seguramente moitos de vostedes teñen na súa memoria, polo menos ata que nos próximos días outras decisións difíciles de cualificar tapen ás de hoxe.

Só quédame a esperanza e a convicción de que todo este ruído apágueno as urnas. Tamén de que sexa nese momento cando todos decidamos quen e de que maneira pasará á historia.

   

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Poco que celebrar

Corría el mes de abril de 1999 cuando siendo alcalde Lugo propuse a la junta de portavoces municipal la concesión de otorgar sendas distinciones, entre ellas a la Universidad de Santiago, con la medalla de oro de la ciudad lo que por unanimidad se ratificó en sesión plenaria por la corporación municipal.

Con motivo de ello recuerdo haber dicho, y las hemerotecas lo pueden ratificar, que “la Universidad de Santiago es casi una ciudad dentro de otra ciudad; cerca de doce mil personas (recuerden que hablamos de 1999) entre alumnos, profesores y personal de servicios que están dando una vida nueva a nuestro viejo Lugo” y califiqué a la Universidad como “la más importante empresa en términos cualitativos y cuantitativos en la ciudad de Lugo y probablemente en la provincia”.

La corporación municipal agradecía así los beneficios que supusieron para Lugo su presencia y actividad, además de su clara apuesta por colaborar con la recuperación y regeneración del casco histórico de nuestra ciudad. 

La pasada semana conocimos la decisión de esta institución académica de trasladar su sede institucional y representativa, su Vicerrectorado, fuera del casco histórico después de dos décadas instalado frente a la catedral, y ante la indiferencia del gobierno municipal.

Han sido muchas las voces que han manifestado su contrariedad y disconformidad con esta decisión, a las que hoy me sumo, pero también esperanzado que dicha decisión sea puntual y revertida en breve.

Pero si esta noticia ha generado preocupación, no podemos abstraerla del conjunto de actuaciones, o mejor dicho de la falta de ellas, que están provocando que los esfuerzos de las administraciones durante años ahora puedan verse revertidos. Me refiero a la falta de planes municipales que confirmen que existe una apuesta clara por nuestro casco amurallado.

Casas abandonadas, fachadas en ruina y planes de peatonalización poco meditados, están condenando al centro de Lugo a convertirse en una foto estática, sin vida, y en algunas zonas en fotos que dejan una mala imagen a nuestros visitantes que lo pasean o lo recorrenpor el adarve de la Muralla.

Por ello la propuesta del Grupo Municipal del Partido Popular llevando al próximo pleno propuestas para corregir esta inacción espero que merezca un respaldo unánime. En ella se apuesta por un profundo lavado de cara, obligando a los propietarios de casas en estado de ruinaa consolidar y adecentar fachadas y cubiertas. También a elaborar un plan de impulso de rehabilitación de inmuebles con medidas de incentivos y asesoramiento a las inversiones e iniciativas privadas.

En una semana se conmemora el 22 aniversario de la declaración de nuestra Muralla como Patrimonio de la Humanidad, algo que en aquel gobierno municipal nos ocupó muchos desvelos y trabajos, que afortunadamente tuvieron su recompensa poco después. Hoy nadie duda de lo que representó para Lugo.

Pero sin una actuación de nuestro actual gobierno municipal apostando de manera decidida por adecentar y revitalizar nuestro recinto amurallado, esta nueva efeméride de la Muralla tendrá poco que celebrar.


Pouco que celebrar

Corría o mes de abril de 1999 cando sendo alcalde Lugo propuxen á xunta de portavoces municipal a concesión de outorgar senllas distincións, entre elas á Universidade de Santiago, coa medalla de ouro da cidade o que por unanimidade ratificouse en sesión plenaria pola corporación municipal.

Con motivo diso lembro haber devandito, e as hemerotecas pódeno ratificar, que “a Universidade de Santiago é case unha cidade dentro doutra cidade; preto de doce mil persoas (lembren que falamos de 1999) entre alumnos, profesores e persoal de servizos que están a dar unha vida nova ao noso vello Lugo” e cualifiquei á Universidade como “a máis importante empresa en termos cualitativos e cuantitativos na cidade de Lugo e probablemente na provincia”.

A corporación municipal agradecía así os beneficios que supuxeron para Lugo a súa presenza e actividade, ademais da súa clara aposta por colaborar coa recuperación e rexeneración do centro histórico da nosa cidade.

A pasada semana coñecemos a decisión desta institución académica de trasladar a súa sede institucional e representativa, o seu Vicerreitorado, fóra do centro histórico despois de dúas décadas instalado fronte á catedral, e #ante a indiferenza do goberno municipal.

Foron moitas as voces que manifestaron a súa contrariedade e desconformidade con esta decisión, ás que hoxe me sumo, pero tamén esperanzado que dita decisión sexa puntual e revertida en breve.

Pero se esta noticia xerou preocupación, non podemos abstraerla do conxunto de actuacións, ou mellor devandito da falta delas, que están a provocar que os esforzos das administracións durante anos agora poidan verse revertidos. Refírome á falta de plans municipais que confirmen que existe unha aposta clara polo noso casco amurallado.

Casas abandonadas, fachadas en ruína e plans de peonalización pouco meditados, están a condenar ao centro de Lugo a converterse nunha foto estática, sen vida, e nalgunhas zonas en fotos que deixan unha mala imaxe aos nosos visitantes que o pasean ou o recorrenpor o adarve da Muralla.

Por iso a proposta do Grupo Municipal do Partido Popular levando ao próximo pleno propostas para corrixir esta inacción espero que mereza un respaldo unánime. Nela se aposta por un profundo lavado de fronte, obrigando aos propietarios de casas en estado de ruinaa consolidar e arrombar fachadas e cubertas. Tamén a elaborar un plan de impulso de rehabilitación de inmobles con medidas de incentivos e asesoramento aos investimentos e iniciativas privadas.

Nunha semana conmemórase o 22 aniversario da declaración da nosa Muralla como Patrimonio da Humanidade, algo que naquel goberno municipal ocupounos moitos desvelos e traballos, que afortunadamente tiveron a súa recompensa pouco despois. Hoxe ninguén dubida do que representou para Lugo.

Pero sen unha actuación do noso actual goberno municipal apostando de maneira decidida por arrombar e revitalizar o noso recinto amurallado, esta nova efeméride da Muralla terá pouco que celebrar.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

Generar ilusión

Hace unos días, en el anterior artículo publicado en estas mismas páginas de El Progreso, hablaba de la carrera hacia las urnas y de la necesidad de plantear las propuestas con sentido común y mucha empatía con los ciudadanos.

Hoy les quiero hablar de otra de las cuestiones, a mi juicio, fundamentales para llegar el primero a la meta electoral: la capacidad de generar ilusión.

Siguiendo con la costumbre de mantener contacto directo con colectivos y ciudadanos para conocer sus demandas y comentar nuestras propuestas, tuve ocasión de participar en una reunión cuyo eje central era analizar las carencias en materia de comunicaciones en nuestra provincia, y especialmente las ferroviarias.

Diferentes intervinientes transmitieron opiniones de corte pesimista e incluso de autoinculpación, concluyendo que si esto le pasaba a Lugo era porque los lucenses lo permitimos.

Aquellos comentarios y reflexiones me recordaron aquellos años en los que tuve el privilegio de ser testigo directo del orgullo e ilusión que sentían muchos lucenses con el proyecto de ciudad que un gobierno del Partido Popular comenzó en Lugo. Años en los que era habitual compararse con otras capitales y reflejar constantemente sentimientos y opiniones negativas sobre nuestra ciudad.

El impulso de actuaciones municipales que supusieron cambios significativos en la imagen de la ciudad también propició cambios en la forma de apreciar y valorar lo que tenemos. Yo, en aquellos años, hablaba de la mejora de nuestra autoestima y de sentirnos más orgullosos como lucenses. Al menos era mi apreciación, que puede o no compartirse.

Aquellas actuaciones como la transformación urbana, la iluminación de monumentos, la recuperación de espacios naturales y de la Fábrica de la Luz junto al río Miño, o el reconocimiento debido a nuestra Muralla Romana, entre otros proyectos, contribuyeron sin duda alguna a generar ilusión entre todos los lucenses, pensáramos como pensáramos y votáramos a quien votáramos. Era un sentimiento colectivo de ciudad.

Un pueblo, una ciudad, un país, es capaz de alcanzar lo que se proponga si sus ciudadanos comparten con sus gobernantes, y estos con aquellos, la necesaria ilusión de un proyecto, al igual que un equipo deportivo obtiene mejores resultados cuando su afición lo anima incansablemente desde las gradas.

Para generar esa necesaria ilusión colectiva, es imprescindible que quien aspira a representarnos a todos los lucenses esté ilusionado y sepa contagiarlo a los demás. Que sepa lo que necesitan sus vecinos y sea capaz de articular propuestas realistas adaptadas a cubrir esas necesidades, sin falsas promesas y huyendo de los grandes anuncios.

Es pronto para sacar conclusiones sobre qué candidatos están en condiciones de conseguir ese reto, pero hoy en día veo a Elena Candia ilusionada y capaz de empatizar y contagiar esa ilusión a muchos lucenses. Capaz de recuperar para Lugo proyectos que ilusionen y con ello contribuyan a mejorar ese sentimiento de orgullo tan necesario para aspirar a conseguir las inversiones que Lugo necesita. Capaz de reivindicarlas con firmeza.

Para muchos, la expectativa de ese cambio ya genera ilusión.


Xerar ilusión

Hai uns días, no anterior artigo publicado nestas mesmas páxinas do Progreso, falaba da carreira cara ás urnas e da necesidade de expor as propostas con sentido común e moita empatía cos cidadáns.

Hoxe quérolles falar doutra das cuestións, ao meu xuízo, fundamentais para chegar o primeiro á meta electoral: a capacidade de xerar ilusión.

Seguindo co costume de manter contacto directo con colectivos e cidadáns para coñecer as súas demandas e comentar as nosas propostas, tiven ocasión de participar nunha reunión cuxo eixo central era analizar as carencias en materia de comunicacións na nosa provincia, e especialmente as ferroviarias.

Diferentes intervenientes transmitiron opinións de corte pesimista e mesmo de autoinculpación, concluíndo que se isto pasáballe a Lugo era porque os lucenses permitímolo.

Aqueles comentarios e reflexións lembráronme aqueles anos nos que tiven o privilexio de ser testemuña directa do orgullo e ilusión que sentían moitos lucenses co proxecto de cidade que un goberno do Partido Popular comezou en Lugo. Anos nos que era habitual compararse con outras capitais e reflectir constantemente sentimentos e opinións negativas sobre a nosa cidade.

O impulso de actuacións municipais que supuxeron cambios significativos na imaxe da cidade tamén propiciou cambios na forma de apreciar e valorar o que temos. Eu, naqueles anos, falaba da mellora da nosa autoestima e de sentirnos máis orgullosos como lucenses. Polo menos era a miña apreciación, que pode ou non compartirse.

Aquelas actuacións como a transformación urbana, a iluminación de monumentos, a recuperación de espazos naturais e da Fábrica da Luz xunto ao río Miño, ou o recoñecemento debido á nosa Muralla Romana, entre outros proxectos, contribuíron sen ningunha dúbida a xerar ilusión entre todos os lucenses, pensásemos como pensásemos e votásemos a quen votase. Era un sentimento colectivo de cidade.

Un pobo, unha cidade, un país, é capaz de alcanzar o que se propoña se os seus cidadáns comparten cos seus gobernantes, e estes con aqueles, a necesaria ilusión dun proxecto, do mesmo xeito que un equipo deportivo obtén mellores resultados cando a súa afección anímao incansablemente desde as bancadas.

Para xerar esa necesaria ilusión colectiva, é imprescindible que quen aspira a representarnos a todos os lucenses estea ilusionado e saiba contaxialo aos demais. Que saiba o que necesitan os seus veciños e sexa capaz de articular propostas realistas adaptadas a cubrir esas necesidades, sen falsas promesas e fuxindo dos grandes anuncios.

É pronto para sacar conclusións sobre que candidatos están en condicións de conseguir ese reto, pero hoxe en día vexo a Elena Candia ilusionada e capaz de empatizar e contaxiar esa ilusión a moitos lucenses. Capaz de recuperar para Lugo proxectos que ilusionen e con iso contribúan a mellorar ese sentimento de orgullo tan necesario para aspirar a conseguir os investimentos que Lugo necesita. Capaz de reivindicalas con firmeza.

Para moitos, a expectativa dese cambio xa xera ilusión.

miércoles, 26 de octubre de 2022

La carrera hacia las urnas

Leo con satisfacción que, según una de las encuestas publicadas, los gallegos somos en general felices. El 80% dice sentirse muy feliz, aunque algo menos que hace un año.

Las encuestas también reflejan que la mayoría de los gallegos estamos satisfechos con la Galicia del año en que estamos, siendo mayor ese sentimiento en las personas que viven en pequeñas poblaciones frente a quienes residen en las grandes ciudades.

Este pasado fin de semana tuve la oportunidad de escuchar a los siete candidatos del Partido Popular para las alcaldías de las principales ciudades de Galicia, y todos ellos también parecían felices e ilusionados, con la necesaria pasión para alcanzar la finalidad de convertirse en regidores de sus ciudades. Todo un gran honor y un reto.

Sin entrar a valorar la influencia de lo municipal en la felicidad de los gallegos, lo que sí creo es que la mayoría de los ciudadanos, cuando depositan su voto para elegir a su alcalde, piensan en quién les genera mayor confianza a la hora de defender de la mejor manera posible los intereses de su localidad, grande o pequeña, y en ocuparse con sentido común de una gestión adecuada de los recursos municipales, facilitando en todo momento la atención que se recibe por parte de los trabajadores de esa administración local.

Poniéndome en situación y centrándome en Lugo, me voy a atrever a decir algunas de las cuestiones que me parece deberían valorar más los lucenses a la hora de decidir su voto, más allá de dejarse llevar por las descalificaciones a candidatos o los grandes anuncios que hagan estos.

Para mí, lo importante es saber si el candidato tiene un proyecto claro de lo que quiere hacer, y que ese proyecto sea un conjunto de propuestas bien coordinadas, nunca una lista de proyectos asilados o incoherentes.

Aquí, en Lugo, yo me alegraría si escucho proponer la terminación de las cosas inacabadas, como el Parque del Miño, al que le faltan menos de cien metros para quedar unido decentemente con el del Rato completando ese verdadero corredor verde que se diseñó cuando gobernaba el Partido Popular en Lugo; finalizar los pocos metros que quedan sin desdoblar en la Avenida Infanta Elena, una de las principales vías de acceso a la ciudad; dejar las ocurrencias y las carreras entre los partidos que hoy nos gobiernan a ver quién hace el anuncio más original o quién peatonaliza más calles sin explicar las alternativas para estacionar y poder seguir dando vida al centro histórico; o, cómo no, dejar de hablar tanto de gastar millones de dinero de todos en una estación intermodal, antes de conseguir más trenes. Quien diga de una vez que potenciará la actual estación de autobuses, mejorándola y manteniéndola en su ubicación actual, estará en la línea de gestionar adecuadamente los recursos y de apostar por un proyecto razonable de ciudad, y, por ello, de hacernos más felices a los lucenses.

La carrera hacia las urnas ha empezado. Quien más sentidiño imponga y mayor solvencia acredite, merecerá la confianza mayoritaria de los lucenses. Les prometo seguir abordando este apasionante asunto desde estas mismas páginas.


A carreira cara ás urnas

Leo con satisfacción que, segundo unha das enquisas publicadas, os galegos somos en xeral felices. O 80% di sentirse moi feliz, aínda que algo menos que hai un ano.

As enquisas tamén reflicten que a maioría dos galegos estamos satisfeitos coa Galicia do ano en que estamos, sendo maior ese sentimento nas persoas que viven en pequenas poboacións fronte a quen reside nas grandes cidades.

Esta pasada fin de semana tiven a oportunidade de escoitar aos sete candidatos do Partido Popular para as alcaldías das principais cidades de Galicia, e todos eles tamén parecían felices e ilusionados, coa necesaria paixón para alcanzar a finalidade de converterse en rexedores das súas cidades. Todo unha gran honra e un reto.

Sen entrar a valorar a influencia do municipal na felicidade dos galegos, o que si creo é que a maioría dos cidadáns, cando depositan o seu voto para elixir o seu alcalde, pensan en quen lles xera maior confianza á hora de defender da mellor maneira posible os intereses da súa localidade, grande ou pequena, e en ocuparse con sentido común dunha xestión adecuada dos recursos municipais, facilitando en todo momento a atención que se recibe por parte dos traballadores desa administración local.

Poñéndome en situación e centrándome en Lugo, vou atrever a dicir algunhas das cuestións que me parece deberían valorar máis os lucenses á hora de decidir o seu voto, máis aló de deixarse levar polas descualificacións a candidatos ou os grandes anuncios que fagan estes.

Para min, o importante é saber se o candidato ten un proxecto claro do que quere facer, e que ese proxecto sexa un conxunto de propostas ben coordinadas, nunca unha lista de proxectos asilados ou incoherentes.

Aquí, en Lugo, eu alegraríame se escoito propoñer a terminación das cousas inacabadas, como o Parque do Miño, ao que lle faltan menos de cen metros para quedar unido decentemente co do Intre completando ese verdadeiro corredor verde que se deseñou cando gobernaba o Partido Popular en Lugo; finalizar os poucos metros que quedan sen desdobrar na Avenida Infanta Elena, unha das principais vías de acceso á cidade; deixar as ocorrencias e as carreiras entre os partidos que hoxe nos gobernan a ver quen fai o anuncio máis orixinal ou quen peonaliza máis rúas sen explicar as alternativas para estacionar e poder seguir dando vida ao centro histórico; ou, como non, deixar de falar tanto de gastar millóns de diñeiro de todos nunha estación intermodal, antes de conseguir máis trens. Quen diga dunha vez que potenciará a actual estación de autobuses, mellorándoa e manténdoa na súa localización actual, estará na liña de xestionar adecuadamente os recursos e de apostar por un proxecto razoable de cidade, e, por iso, de facernos máis felices aos lucenses.

A carreira cara ás urnas empezou. Quen máis sentidiño impoña e maior solvencia acredite, merecerá a confianza maioritaria dos lucenses. Prométolles seguir abordando este apaixonante asunto desde estas mesmas páxinas.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Presupuestar

Es normal que siempre le demos el mismo significado o interpretación a las palabras, especialmente a aquellas que no forman parte de nuestro lenguaje diario. Posiblemente les ocurra con la palabra “presupuestar”, que en economía domestica equivale a ajustar los gastos a los ingresos. No así en términos políticos, donde ese ajuste habitualmente es sustituido por un incremento del déficit, es decir por contraer más deuda con cargo al bolsillo de todos nosotros y de las generaciones futuras.

En estos días se habla mucho de los últimos Presupuestos del Estado para 2023 y, salvo contadas excepciones, lo que más transciende son las inversiones que nos quedan más cerca, con menor atención a las cantidades asignadas a las mismas. No digamos a los plazos o anualidades en las que se pretende abordar y finalizar esas obras.

Si curioseamos algo en internet y preguntamos a la Wikipedia por la palabra de marras nos encontramos con lo siguiente: “presupuesto es el cálculo, planificación y formulación anticipada de los ingresos y gastos de una actividad económica. Es un plan de acción dirigido a cumplir con un objetivo previsto, expresado en términos financieros, el cual debe cumplirse en determinado tiempo, por lo general anual o mensual y en ciertas condiciones”.

Me quedo con algunas de las palabras que forman parte de la definición: planificación, cumplir con el objetivo previsto y hacerlo en determinado tiempo. Por desgracia los presupuestos del Gobierno para nuestra provincia no planifican, no sirven para cumplir con el objetivo necesario y de llegar a cumplirse será en un plazo de tiempo inasumible.

Si realmente existiera un objetivo claro y prioritario, debería pasar por culminar la conexión ferroviaria de nuestra capital con A Coruña y Ourense, al tiempo que se iniciasen los estudios necesarios para poder presupuestar lo antes posible las obras de una nueva línea entre Lugo y Santiago. Lo mismo cabría decir de las infraestructuras viarias donde nada nuevo aparece en el documento que comentamos. No se inicia una sola carretera nueva y lo que es peor, las que deberían terminarse inmediatamente, como la autovía entre Lugo y Santiago ven alargado su plazo de finalización.

No me caben aquí más ejemplos, pero son suficientes para demostrar que aquí no hay planificación para mejorar, no se cumple ningún buen objetivo y los plazos son inasumibles.

Pero presupuesto también es otra cosa, es el participio del verbo presuponer, que significa dar por sentado o cierto algo. Y es aquí donde con el paso del tiempo y de algunos gobiernos, la labor de presupuestar se parece más a esta definición.

Presuponemos que el Gobierno solventará las principales deficiencias y atenderá las más urgentes o demandadas socialmente, pero es mucho suponer. Damos por cierto lo que el sentido común nos traslada, pero que no comparten aquellos que nos gobiernan. Damos por sentado que merecemos que se atiendan las demandas de ya tantos años y que si se prometieron se cumplirán, pero pronto comprobaremos que la decepción sustituirá a esa esperanza defraudada.

De seguir así en los diccionarios pronto se añadirá otra acepción a la palabra presupuestar y que también termina en “ar”: “engañar”.


Orzar

É normal que sempre lle deamos o mesmo significado ou interpretación ás palabras, especialmente a aquelas que non forman parte da nosa linguaxe diaria. Posiblemente ocórralles coa palabra “orzar”, que en economía domestica equivale a axustar os gastos aos ingresos. Non así en termos políticos, onde ese axuste habitualmente é substituído por un incremento do déficit, é dicir por contraer máis débeda con cargo ao peto de todos nós e das xeracións futuras.

Nestes días fálase moito dos últimos Orzamentos do Estado para 2023 e, salvo contadas excepcións, o que máis transcende son os investimentos que nos quedan máis preto, con menor atención ás cantidades asignadas ás mesmas. Non digamos aos prazos ou anualidades nas que se pretende abordar e finalizar esas obras.

Se esculcamos algo na internet e preguntamos á Wikipedia pola palabra de marras atopámonos co seguinte: “orzamento é o cálculo, planificación e formulación anticipada dos ingresos e gastos dunha actividade económica. É un plan de acción dirixido a cumprir cun obxectivo previsto, expresado en termos financeiros, o cal debe cumprirse en determinado tempo, polo xeral anual ou mensual e en certas condicións”.

Quedo con algunhas das palabras que forman parte da definición: planificación, cumprir co obxectivo previsto e facelo en determinado tempo. Por desgraza os orzamentos do Goberno para a nosa provincia non planifican, non serven para cumprir co obxectivo necesario e de chegar a cumprirse será nun prazo de tempo inasumible.

Se realmente existise un obxectivo claro e prioritario, debería pasar por culminar a conexión ferroviaria da nosa capital coa Coruña e Ourense, á vez que se iniciasen os estudos necesarios para poder orzar canto antes as obras dunha nova liña entre Lugo e Santiago. O mesmo cabería dicir das infraestruturas viarias onde nada novo aparece no documento que comentamos. Non se inicia unha soa estrada nova e o que é peor, as que deberían terminarse inmediatamente, como a autovía entre Lugo e Santiago ven alongado o seu prazo de finalización.

Non me caben aquí máis exemplos, pero son suficientes para demostrar que aquí non hai planificación para mellorar, non se cumpre ningún bo obxectivo e os prazos son inasumibles.

Pero presuposto tamén é outra cousa, é o participio do verbo presupoñer, que significa dar por sentado ou certo algo. E é aquí onde co paso do tempo e dalgúns gobernos, o labor de orzar parécese máis a esta definición.

Presupoñemos que o Goberno liquidará as principais deficiencias e atenderá as máis urxentes ou demandadas socialmente, pero é moito supoñer. Damos por certo o que o sentido común trasládanos, pero que non comparten aqueles que nos gobernan. Damos por sentado que merecemos que se atendan as demandas de xa tantos anos e que se son prometidas cumpriranse, pero pronto comprobaremos que a decepción substituirá a esa esperanza defraudada.

De seguir así nos dicionarios pronto se engadirá outra acepción á palabra orzar e que tamén termina en “ar”: “enganar”.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Rascar unos minutos

Hace unos días visitaba la ciudad la Secretaria de Estado del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la Señora Pardo de Vera. Antes de centrarme en lo que quiero contarles, decirles que me alegró saber que ya está recuperada de los problemas de salud que le afectaron en los últimos meses.

En declaraciones a los medios de comunicación y relacionado con los temas de infraestructuras que atañen a nuestra provincia y por tanto a los lucenses, dijo que en el Gobierno trabajaban para “rascar unos minutos” al tiempo de viaje en tren entre Lugo y Ourense.

Ciertamente no creo que estuviese acertada en su expresión, no sólo por la parte semántica sino fundamentalmente por las connotación de desprecio por una reivindicación que, lejos de partidismos, compartimos muchos lucenses: reducir sensiblemente el tiempo de viaje entre Lugo y Ourense para que también se vea reducido ese tiempo hasta Madrid.

Durante años se nos dijo que a Lugo llegaría la alta velocidad, pero hace tiempo que dejé de creerlo. Es sencillamente imposible que en los momentos que vivimos y con las dificultades económicas crecientes, sumadas a los componentes de impacto paisajístico en el trazado actual, se construya una línea ferroviaria de las características que exige la alta velocidad. 

Pero ello no es óbice para que se mejoren las condiciones del viaje, no sólo con mejoras como las que se están acometiendo, sino también para que se construyan unas variantes en varias partes de ese trazado actual que permitan acortar sensiblemente los tiempos de viaje. Esos proyectos existen y sus compromisos presupuestarios iniciales figuraron en los Presupuestos Generales del Estado cuando gobernaba el Partido Popular, pero que este Gobierno dejó de priorizar. Con esas actuaciones se reduciría el tiempo de viaje entre esas ciudades en unos 25 minutos, lo que sumado a los tiempos del viaje de la nueva línea de alta velocidad entre Ourense y Madrid, haría competitivo con el coche y el avión los desplazamientos en tren para los lucenses.

Mientras esas mejoras no se acometan de manera decidida no podremos disponer de unos tiempos de viajes razonables entre Lugo y la capital de España, o dicho con las palabras de la Secretaria de Estado, no “rascaremos minutos” a nuestros viajes.

Pero si ello es de importancia, no lo es menos que se nos niegue una y otra vez la posibilidad de contar con más trenes y mejores horarios para poder conectar en Ourense con el amplio abanico de opciones ya disponibles, y todo con la disculpa del viejo argumento de que no hay demanda de plazas. Pongan esos servicios en marcha y verán como en pocas semanas se cubren esas plazas.

Mientras los que hoy nos gobiernan y tienen en sus manos la capacidad de decidir sobre estas cuestiones concentren sus esfuerzos en “rascar unos minutos” en nuestros viajes, poco podremos avanzar.

Sigo pensando que el ferrocarril es el medio de transporte con más futuro y si a Lugo no se le dota de las infraestructuras ferroviarias necesarias, volverá a quedar apeado de sus opciones de progreso. Una vez más.


Rascar uns minutos

Hai uns días visitaba a cidade a Secretaria de Estado do Ministerio de Transportes, Movilidad e Axenda Urbana, a Señora Pardo de Beira. Antes de centrarme no que quero contarlles, dicirlles que me alegrou saber que xa está recuperada dos problemas de saúde que lle afectaron nos últimos meses.

En declaracións aos medios de comunicación e relacionado cos temas de infraestruturas que incumben á nosa provincia e por tanto aos lucenses, dixo que no Goberno traballaban para “rascar uns minutos” ao tempo de viaxe en tren entre Lugo e Ourense.

Certamente non creo que estivese acertada na súa expresión, non só pola parte semántica senón fundamentalmente polas connotación de desprezo por unha reivindicación que, lonxe de partidismos, compartimos moitos lucenses: reducir sensiblemente o tempo de viaxe entre Lugo e Ourense para que tamén se vexa reducido ese tempo ata Madrid.

Durante anos díxosenos que a Lugo chegaría a alta velocidade, pero hai tempo que deixei de crelo. É sinxelamente imposible que nos momentos que vivimos e coas dificultades económicas crecentes, sumadas aos compoñentes de impacto paisaxístico no trazado actual, constrúase unha liña ferroviaria das características que esixe a alta velocidade. 

Pero iso non é óbice para que se melloren as condicións da viaxe, non só con melloras como as que se están acometendo, senón tamén para que se constrúan unhas variantes en varias partes dese trazado actual que permitan acurtar sensiblemente os tempos de viaxe. Eses proxectos existen e os seus compromisos orzamentarios iniciais figuraron nos Orzamentos Xerais do Estado cando gobernaba o Partido Popular, pero que este Goberno deixou de priorizar. Con esas actuacións reduciríase o tempo de viaxe entre esas cidades nuns 25 minutos, o que sumado aos tempos da viaxe da nova liña de alta velocidade entre Ourense e Madrid, faría competitivo co coche e o avión os desprazamentos en tren para os lucenses.

Mentres esas melloras non se acometan de maneira decidida non poderemos dispoñer duns tempos de viaxes razoables entre Lugo e a capital de España, ou devandito coas palabras da Secretaria de Estado, non “rascaremos minutos” ás nosas viaxes.

Pero se iso é de importancia, non o é menos que néguellenos unha e outra vez a posibilidade de contar con máis trens e mellores horarios para poder conectar en Ourense co amplo abanico de opcións xa dispoñibles, e todo coa desculpa do vello argumento de que non hai demanda de prazas. Poñan eses servizos en marcha e verán como en poucas semanas cóbrense esas prazas.

Mentres os que hoxe nos gobernan e teñen nas súas mans a capacidade de decidir sobre estas cuestións concentren os seus esforzos en “rascar uns minutos” nas nosas viaxes, pouco poderemos avanzar.

Sigo pensando que o ferrocarril é o medio de transporte con máis futuro e se a Lugo non se lle dota das infraestruturas ferroviarias necesarias, volverá quedar apeado das súas opcións de progreso. Unha vez máis.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

La estrategia equivocada

Después de un descanso de publicar en estas páginas las reflexiones que el devenir diario me suscita, retomo esta práctica intentando ser positivo y no dejarme llevar por la costumbre que parecen haber elegido otros responsables públicos, la del insulto y la descalificación.

Es evidente que la retahíla de improperios que en las últimas semana se vinieron vertiendo sobre el líder de la oposición en España, y que tuvieron su culminación, por ahora, en el último debate celebrado en el Senado la pasada semana, obedecen fundamentalmente al estado de nerviosismo reinante en las dependencias de Moncloa y de manera particular en la persona del presidente Sánchez.

Las sucesivas encuestas de los últimos meses siguen marcando una tendencia clara, el actual presidente cedería el paso al actual líder del principal partido en la oposición que va camino de conseguir una contundente mayoría.

No se comprende que alguien que como experiencia previa a convertirse en Presidente del Gobierno sólo pudo aportar el escaso periodo de tiempo que pasó como concejal, pueda poner en cuestión la experiencia de quien, como Feijoo, gobernó 13 años Galicia, después de haber gestionado con éxito el INSALUD o la empresa pública Correos.

Tampoco se entiende que Sánchez y todos cuantos siguen sus consignas traten con desprecio a Feijoo comparando gobernar Galicia con España, como si Galicia fuese algo así como una comunidad de vecinos frente a toda una ciudad. Ese menosprecio se lo hacen a él y a todos los gallegos, a los que nos deben de tomar por tontos por haberle dado nuestra confianza durante 13 años, algo que con toda seguridad Sánchez no podrá recibir de los españoles.

Pero si a nivel nacional éstas son las estrategias para permanecer en el poder, aquí en Lugo, desde que la presidenta provincial del Partido Popular anunció que aspira a convertirse en la alcaldesa de la capital lucense, también las estrategias de aquellos que actualmente la gobiernan en coalición, parecen elegir caminos equivocados.

Ellos y sus compañeros de filas comenzaron a descalificar a la candidata popular fundamentalmente por no haber nacido en la ciudad que aspira a gobernar. Pobre y absurdo argumento que no debieron valorar suficientemente, porque haciendo un pequeño repaso ni el alcalde Vigo, ni el de Santiago, ni el de Monforte, ni la alcaldesa de Lugo, entre otros muchos, nacieron en las ciudades que gobiernan. Tampoco yo, hijo de Monfortina y Quirogués y nacido en Ferrol, y recibí un amplio cariño de mis vecinos de Lugo.

Si aquí comienzan o terminan las descalificaciones a una rival que tiene sobrada experiencia y méritos suficientes y demostrados para gestionar y gobernar una ciudad, se verá con el paso de los meses, pero lo que sí creo firmemente es que estas estrategias son equivocadas y denotan nerviosismo y preocupación en sus contrincantes. 

Sólo espero que en las próximas elecciones decidamos es función del examen a la gestión de los que tienen ahora la responsabilidad y también en base a la confianza y proyecto de ciudad que presente quien aspira a gobernarla.


A estratexia equivocada

Despois dun descanso de publicar nestas páxinas as reflexións que o devir diario suscítame, retomo esta práctica tentando ser positivo e non deixarme levar polo costume que parecen elixir outros responsables públicos, a do insulto e a descualificación.

É evidente que a ladaíña de improperios que na últimas semana viñeron botando sobre o líder da oposición en España, e que tiveron a súa culminación, por agora, no último debate celebrado no Senado a pasada semana, obedecen fundamentalmente ao estado de nerviosismo reinante nas dependencias de Moncloa e de maneira particular na persoa do presidente Sánchez.

As sucesivas enquisas dos últimos meses seguen marcando unha tendencia clara, o actual presidente cedería o paso ao actual líder do principal partido na oposición que vai camiño de conseguir unha contundente maioría.

Non se comprende que alguén que como experiencia previa a converterse en Presidente do Goberno só puido achegar o escaso período de tempo que pasou como concelleiro, poida poñer en cuestión a experiencia de quen, como Feijoo, gobernou 13 anos Galicia, despois de xestionar con éxito o INSALUD ou a empresa pública Correos.

Tampouco se entende que Sánchez e todos cuantos seguen os seus consignas traten con desprezo a Feijoo comparando gobernar Galicia con España, coma se Galicia fose algo así como unha comunidade de veciños fronte a toda unha cidade. Ese menosprezo fanllo a el e a todos os galegos, aos que nos deben de tomar por parvos por darlle a nosa confianza durante 13 anos, algo que con toda seguridade Sánchez non poderá recibir dos españois.

Pero se a nivel nacional estas son as estratexias para permanecer no poder, aquí en Lugo, desde que a presidenta provincial do Partido Popular anunciou que aspira a converterse na alcaldesa da capital lucense, tamén as estratexias daqueles que actualmente a gobernan en coalición, parecen elixir camiños equivocados.

Eles e os seus compañeiros de filas comezaron a descualificar á candidata popular fundamentalmente por non nacer na cidade que aspira a gobernar. Pobre e absurdo argumento que non deberon valorar suficientemente, porque facendo un pequeno repaso nin o alcalde Vigo, nin o de Santiago, nin o de Monforte, nin a alcaldesa de Lugo, entre outros moitos, naceron nas cidades que gobernan. Tampouco eu, fillo de Monfortina e Quirogués e nado en Ferrol, e recibín un amplo agarimo dos meus veciños de Lugo.

Se aquí comezan ou terminan as descualificacións a unha rival que ten sobrada experiencia e méritos suficientes e demostrados para xestionar e gobernar unha cidade, verase co paso dos meses, pero o que si creo firmemente é que estas estratexias son equivocadas e denotan nerviosismo e preocupación nos seus adversarios. 

Só espero que nas próximas eleccións decidamos é función do exame á xestión dos que teñen agora a responsabilidade e tamén en base á confianza e proxecto de cidade que presente quen aspira a gobernala.

miércoles, 20 de julio de 2022

Conducir por la izquierda

Todavía bajo las sensaciones que el llamado debate sobre el Estado de la Nación han provocado en mi, tratando de encontrarle sentido a muchas de las cosas que allí se dijeron y las propuestas que se votaron, al resultado de esas votaciones y a las demás medidas que, a calzador, se introdujeron en medio de ese Pleno.

Han sido muchos los medios que han coincidido en titular el resumen de esas jornadas y de las intervenciones de Pedro Sánchez como una podemización de sus políticas, un giro o un volantazo a la izquierda. Son muchos los que han visto en sus palabras y gestos un afán por contentar a sus principales socios, integrados en su gobierno de coalición, y algunos han sido más claros hablando de un corta y pega, una copia, del discurso y propuestas de Podemos.

Por eso no han sido pocos los que han calificado el debate como el “estado de la coalición” o el “estado del gobierno”, porque los mensajes y las cesiones de Sánchez hacia sus socios, incluidos los más abominables, fueron constantes y traspasaron límites que hasta ahora nadie se había atrevido a cruzar, como el nuevo texto legal denominado de la Memoria Democrática, una ley provocadora que lo único que ya ha conseguido antes de entrar en vigor, es fracturar a la sociedad y volver a los dos bandos de rojos y azules que nuestros mayores habían conseguido superar cerrando enormes heridas que sólo con políticos de altura y grandes dosis de generosidad consiguieron cerrar en lo que se acabo llamando la Transición del 78.

Pero además de estas ignominias, Sánchez volvió a tirar de propaganda, de su habitual clientelismo electoral, a sacar de la chistera medidas que no conocían ni sus ministros.

Las grandes expectativas generadas desde Moncloa en los días previos al debate se vieron reducidas a eslóganes y frases de manual. “me dejaré la piel”, “vamos a por todas”; o a rancios mensajes hablando de ricos y poderosos frentes a la clase obrera; o a los ya conocidos anuncios sobre propinas en becas durante 3 meses, bonificaciones en trenes de cercanías que en Galicia no existen, o los impuestos a las eléctricas y a la banca como si de una expropiación se tratase.

Sobre esto último, y según se va conociendo la letra pequeña, les diré que lo que en realidad prometió se queda en un impuesto a los beneficios extraordinarios sobre los préstamos que conceda la banca durante los dos próximos años, es decir unos 150 millones de euros frente los mil quinientos millones que anunció. 

Frente a una inflación galopante y nunca vista en España, que pone en grandes dificultades a la mayoría de españoles, las propuestas de Sánchez son limosnas que no atajan esa inflación. Ni una sola medida de reducción de gastos cuando la austeridad es clave. Como alguien le dijo, primero nos deja cojos y después nos subvenciona las muletas.

Coincidiendo en esos diagnósticos, me atrevo a ir un paso más allá y añadir al giro a la izquierda, una clara intención de querer conducir por ese lado en un país donde se conduce por la derecha, es decir, de ir por el carril contrario, ir de frente al sentido común y a lo que aconsejan los más expertos en estas circunstancias. Todo para mantener el poder.


Conducir pola esquerda

Aínda baixo as sensacións que o chamado debate sobre o Estado da Nación provocaron na miña, tratando de atoparlle sentido a moitas das cousas que alí se dixeron e as propostas que se votaron, ao resultado desas votacións e ás demais medidas que, a calzador, introducíronse no medio dese Pleno.

Foron moitos os medios que coincidiron en titular o resumo desas xornadas e das intervencións de Pedro Sánchez como unha podemización das súas políticas, un xiro ou un volantazo á esquerda. Son moitos os que viron nas súas palabras e xestos un afán por contentar aos seus principais socios, integrados no seu goberno de coalición, e algúns foron máis claros falando dun curta e pega, unha copia, do discurso e propostas de Podemos.

Por iso non foron poucos os que cualificaron o debate como o “estado da coalición” ou o “estado do goberno”, porque as mensaxes e as cesións de Sánchez cara aos seus socios, incluídos os máis abominables, foron constantes e traspasaron límites que ata o de agora ninguén se atreveu a cruzar, como o novo texto legal denominado da Memoria Democrática, unha lei provocadora que o único que xa conseguiu antes de entrar en vigor, é fracturar á sociedade e volver aos dous bandos de vermellos e azuis que os nosos maiores conseguiran superar pechando enormes feridas que só con políticos de altura e grandes doses de xenerosidade conseguiron pechar no que se acabo chamando a Transición do 78.

Pero ademais destas ignominias, Sánchez volveu tirar de propaganda, do seu habitual clientelismo electoral, a sacar da chistera medidas que non coñecían nin os seus ministros.

As grandes expectativas xeradas desde Moncloa nos días previos ao debate víronse reducidas a eslóganes e frases de manual. “deixareime a pel”, “imos a por todas”; ou a rancias mensaxes falando de ricos e poderosas frontes á clase obreira; ou aos xa coñecidos anuncios sobre propinas en bolsas durante 3 meses, bonificacións en trens de proximidade que en Galicia non existen, ou os impostos ás eléctricas e á banca coma se dunha expropiación tratásese.

Sobre isto último, e segundo vaise coñecendo a letra pequena, direilles que o que en realidade prometeu queda nun imposto aos beneficios extraordinarios sobre os préstamos que conceda a banca durante os dous próximos anos, é dicir uns 150 millóns de euros fronte os mil cincocentos millóns que anunciou. 

Fronte a unha inflación galopante e nunca vista en España, que pon en grandes dificultades á maioría de españois, as propostas de Sánchez son esmolas que non atallan esa inflación. Nin unha soa medida de redución de gastos cando a austeridade é clave. Como alguén lle dixo, primeiro déixanos coxos e despois subvenciónanos as muletas.

Coincidindo neses diagnósticos, atrévome a ir un paso máis aló e engadir ao xiro á esquerda, unha clara intención de querer conducir por ese lado nun país onde se conduce pola dereita, é dicir, de ir polo carril contrario, ir de fronte ao sentido común e ao que aconsellan os máis expertos nestas circunstancias. Todo para manter o poder.

miércoles, 6 de julio de 2022

La salud del Estado

En pocos días se recuperará en el Congreso de los Diputados uno de los debates más importantes de cada año, junto con los Presupuestos Generales del Estado,el del Estado de la Nación, que llevaba largo tiempo sin celebrarse.

La tradición marcaba esta fecha como un debate en exclusiva sin añadir más asuntos, pero en esta ocasión un nuevo ejercicio de trilerismo político de la factoría de Sánchez tratará de que el impacto sea mínimo y pase lo más desapercibido posible, ante la previsible cascada de criticas, incluso desde las filas de partidos que forman parte de la coalición de gobierno o lo sustentan.

Para ello que mejor que convocarlo a rebufo de los ecos de la recién celebrada cumbre de la OTAN en Madrid, y en la misma semana en que previsiblemente se convocará otro pleno extraordinario para, entre otros asuntos, aprobar la Ley de Memoria Democrática, la convalidación del Decreto de medidas para paliar la crisis derivada de la guerra, o la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, un ¨totum revolutum¨con clara intencionalidad.

Este debate, que en realidad debería llamarse de la salud del Estado por servir para medir eso, la salud de nuestra Nación, si en términos médicos nos expresáramos,sería de preocupación. El enfermo lo está de verdad y los facultativos que lo cuidan muy desprestigiados.

Frente al autobombo que el propio Sánchez se hará desde la tribuna, la dura realidad se impondrá, una vez más, fuera del Congreso de los Diputados.

Son muchos los problemas y los frentes abiertos en el seno de la gobernabilidad de nuestro país. 

En lo internacional, Marruecos, Argelia y últimamente Malí han provocado perdida de prestigio de España y ha servido para evidenciartodavía de manera más clara la tensión interna en el seno del Gobierno entre los ministros socialistas y los de Podemos.

A estas tensiones habría que añadir las provocadas por los compromisos adquiridos por Sánchez durante la cumbre de la OTAN, en el sentido de incrementar nuestro presupuesto en armamento, algo que,como todos habrán oído, rechazan en Podemos.

El otoño se presenta muy caliente a ojos de los entendidos, y veremos si en esta ocasión esto acarrea movilizaciones en las calles, entre ellas las de los principales sindicatos hasta ahora acallados con las oportunas inyecciones de generosas subvenciones.

Los pescadores, agricultores, transportistas… ya superan el umbral de sus posibilidades de supervivencia ante los brutales y continuos incrementos de los precios de combustibles y energía eléctrica. Sin duda alguna un coctel que nada bueno puede presagiar en cuanto a la convivencia en las calles y la preocupación ciudadana.

Pero la mayor preocupación para los españoles, y por ende del gobierno, está siendo la de las desbocadas cifras de la inflación, las subidas en los costes de la vida. Desde hace décadas no se alcanzaban números iguales, ya superando el 10%. 

Hay más. Pero estas son algunas de las razones por las cuales la salud del Estado es mala o muy mala, y el debate sobre el estado de la Nación mezclado o no con otros asuntos, posiblemente no refleje en los discursos lo que realmente pasa en la calle.

Los ciudadanos ya no confían en los actuales dirigentes, en su gobierno, y por ello de poco o nada servirán los mensajes triunfalistas o las promesas de nuevas medidas. La salud del Estado todos sabemos que es mala y engañando con el diagnostico sólo se verá agravada.


A saúde do Estado

En poucos días recuperarase no Congreso dos Deputados uno dos debates máis importantes de cada ano, xunto cos Orzamentos Xerais do Estado,o do Estado da Nación, que levaba longo tempo sen celebrarse.

A tradición marcaba esta data como un debate en exclusiva sen engadir máis asuntos, pero nesta ocasión un novo exercicio de trilerismo político da factoría de Sánchez tratará de que o impacto sexa mínimo e pase o máis desapercibido posible, fronte a previsible fervenza de criticas, mesmo desde as filas de partidos que forman parte da coalición de goberno ou o sustentan.

Para iso que mellor que convocalo a rebufo dos ecos da recentemente celebrada cume da OTAN en Madrid, e na mesma semana en que previsiblemente se convocará outro pleno extraordinario para, entre outros asuntos, aprobar a Lei de Memoria Democrática, a convalidación do Decreto de medidas para paliar a crise derivada da guerra, ou a renovación dos membros do Consello Xeral do Poder Xudicial, un ¨totum revolutum¨ con clara intencionalidade.

Este debate, que en realidade debería chamarse da saúde do Estado por servir para medir iso, a saúde da nosa Nación, se en termos médicos expresásemonos, sería de preocupación. O enfermo estao de verdade e os facultativos que o coidan moi desprestixiados.

Fronte ao autobombo que o propio Sánchez farase desde a tribuna, a dura realidade impoñerase, unha vez máis, fóra do Congreso dos Deputados.

Son moitos os problemas e as frontes abertas no seo da gobernabilidade do noso país. 

No internacional, Marrocos, Alxeria e ultimamente Malí provocaron perdida de prestixio de España e serviu para evidenciar todavía de maneira máis clara a tensión interna no seo do Goberno entre os ministros socialistas e os de Podemos.

A estas tensións habería que engadir as provocadas polos compromisos adquiridos por Sánchez durante o cume da OTAN, no sentido de incrementar o noso orzamento en armamento, algo que,como todos oirían, rexeitan en Podemos.

O outono preséntase moi quente a ollos dos entendidos, e veremos se nesta ocasión isto carrexa mobilizacións nas rúas, entre elas as dos principais sindicatos ata o de agora acalados coas oportunas inxeccións de xenerosas subvencións.

Os pescadores, agricultores, transportistas… xa superan o limiar das súas posibilidades de supervivencia fronte os brutais e continuos incrementos dos prezos de combustibles e enerxía eléctrica. Sen ningunha dúbida un cóctel que nada bo pode presaxiar en canto á convivencia nas rúas e a preocupación cidadá.

Pero a maior preocupación para os españois, e polo tanto do goberno, está a ser a das desbocadas cifras da inflación, as subidas nos custos da vida. Desde hai décadas non se alcanzaban números iguais, xa superando o 10%. 

Hai máis. Pero estas son algunhas das razóns polas cales a saúde do Estado é mala ou moi mala, e o debate sobre o estado da Nación mesturado ou non con outros asuntos, posiblemente non reflicta nos discursos o que realmente pasa na rúa.

Os cidadáns xa non confían nos actuais dirixentes, no seu goberno, e por iso de pouco ou nada servirán as mensaxes triunfalistas ou as promesas de novas medidas. A saúde do Estado todos sabemos que é mala e enganando co diagnostico só se verá agravada.


miércoles, 22 de junio de 2022

Al rincón

Que Galicia estuvo siempre situada en una esquina de la Península Ibérica, lo sabemos todos desde que fuimos al colegio. Que esa situación y su orografía dificultaban las conexiones con la meseta y la capital de España lo fuimos aprendiendo con los comienzos de las grandes infraestructuras.

Que un viaducto en obras se acabe desplomando puede ocurrir bajo el mandato de cualquier gobierno, pero que los primeros anuncios de este gobierno sean que hay que esperar a que se acabe de caer todo para iniciar los diagnósticos y dar las soluciones, me cuesta compartirlo porque pudiera ocurrir que esto nunca suceda o tarde meses, o años, en hacerlo.

Pero parece que las meigas se han conjurado contra nosotros, los gallegos, para que al mismo tiempo que se produce un estrangulamiento en las conexiones por carretera de Lugo con la meseta y nos retrotraen a décadas ya pasadas, al mismo tiempo, el Gobierno de Sánchez se propone eliminar decenas de líneas de autobuses estatales que atraviesan nuestra Comunidad dejando a más de 136.000 ciudadanos sin paradas de 23 concellos gallegos.

No termina aquí el castigo. Estas últimas semanas y durante algunas más, uno de los principales aeropuertos de Galicia, el de Alvedro en A Coruña, permanece cerrado durante los fines de semana por obras en su pista, lo que dificulta todavía más las conexiones y los viajes a y desde Galicia.

A estas alturas y ante este panorama estarán pensando que se habrán reforzado los servicios ferroviarios, pero no, porque esto tampoco ocurre.

Hace unas semanas conseguimos que se aprobara una iniciativa en el Congreso para que el Gobierno mejore nuestras conexiones por tren entre Lugo y Madrid. Pedíamos más frecuencias directas sin tener que hacer transbordo en Ourense y nuevas frecuencias a primera hora de la mañana para poder llegar a Madrid en horario que permita aprovechar el día para resolver gestiones o enlazar con otros destinos. Había más cosas. La respuesta por escrito del Gobierno me dice que nada de nada, y que para aumentar nuevos servicios directos tiene que haber demanda de los ciudadanos. La pescadilla que se muerde la cola, no puede haber mayor demanda si no mejoran los servicios y si no mejoran los servicios ni incrementa las frecuencias, no habrá más demanda.

Eso sí de buenas palabras estamos bien servidos, y de fotos y “ruedas de prensa anuncio” también. La que más ha llamado mi atención, no sé si a ustedes les pasaría lo mismo, ha sido la que con motivo del inicio de unas obras para la construcción de una rotonda aquí en Lugo en la nacional VI, sí, han oído bien, de una rotonda, se han fotografiado autoridades locales, provinciales y hasta el Delegado del Gobierno en Galicia. Todos a una para vendernos que el Gobierno de España “pone a Lugo en el mapa de las infraestructuras”, olvidando los años que han tardado en gestionar esta obrilla.

Estoy empleando un tono irónico en este artículo porque de hacerlo en otro más formal acabaría desconsolado. Me resulta difícil de entender un trato más despectivo a nuestra provincia por parte de quienes hoy dirigen el destino del conjunto del Estado, y no deja de sorprenderme que como pueblo nos lo tomemos con tanta deportividad, por no decir indiferencia.

Al fin y a la postre lo que hacen con nosotros es castigarnos, mandarnos al rincón.


Ao recuncho

Que Galicia estivo sempre situada nunha esquina da Península Ibérica, sabémolo todos desde que fomos ao colexio. Que esa situación e a súa orografía dificultaban as conexións coa meseta e a capital de España o fomos aprendendo cos comezos das grandes infraestruturas.

Que un viaduto en obras acábese esborrallando pode ocorrer baixo o mandato de calquera goberno, pero que os primeiros anuncios deste goberno sexan que hai que esperar a que se acabe de caer todo para iniciar os diagnósticos e dar as solucións, cústame compartilo porque puidese ocorrer que isto nunca suceda ou tarde meses, ou anos, en facelo.

Pero parece que as  meigas conxuráronse contra nós, os galegos, para que ao mesmo tempo que se produce un estreitamento nas conexións por estrada de Lugo coa meseta e nos  retrotraen a décadas xa pasadas, ao mesmo tempo, o Goberno de Sánchez proponse eliminar decenas de liñas de autobuses estatais que atravesan a nosa Comunidade deixando a máis de 136.000 cidadáns sen paradas de 23  concellos galegos.

Non termina aquí o castigo. Estas últimas semanas e durante algunhas máis, un dos principais aeroportos de Galicia, o de Alvedro na Coruña, permanece pechado durante as fins de semana por obras na súa pista, o que dificulta aínda máis as conexións e as viaxes a e desde Galicia.

A estas alturas e #ante este panorama estarán a pensar que se reforzaron os servizos ferroviarios, pero non, porque isto tampouco ocorre.

Hai unhas semanas conseguimos que se aprobase unha iniciativa no Congreso para que o Goberno mellore nosas conexións por tren entre Lugo e Madrid. Pediamos máis frecuencias directas sen ter que facer  transbordo en Ourense e novas frecuencias á primeira hora da mañá para poder chegar a Madrid en horario que permita aproveitar o día para resolver xestións ou enlazar con outros destinos. Había máis cousas. A resposta por escrito do Goberno dime que nada de nada, e que para aumentar novos servizos directos ten que haber demanda dos cidadáns. A carioca que se morde a cola, non pode haber maior demanda se non melloran os servizos e se non melloran os servizos nin incrementa as frecuencias, non haberá máis demanda.

Iso si de boas palabras estamos ben servidos, e de fotos e “roldas de prensa anuncio” tamén. A que máis chamou a miña atención, non se se a vostedes pasaríalles o mesmo, foi a que con motivo do inicio dunhas obras para a construción dunha rotonda aquí en Lugo na nacional VI, si, oíron ben, dunha rotonda, fotografáronse autoridades locais, provinciais e ata o Delegado do Goberno en Galicia. Todos a un tempo para vendernos que o Goberno de España “pon a Lugo no mapa das infraestruturas”, esquecendo os anos que tardaron en xestionar esta obriña.

Estou a empregar un ton irónico neste artigo porque de facelo noutro máis formal acabaría  desconsolado. Resúltame difícil de entender un trato máis despectivo á nosa provincia por parte de quen hoxe dirixen o destino do conxunto do Estado, e non deixa de sorprenderme que como pobo o tomemos con tanta deportividade, por non dicir indiferenza.

Ao cabo o que fan connosco é castigarnos, mandarnos ao recuncho.

miércoles, 8 de junio de 2022

Aprender de ellos

Preparando mis intervenciones de esta semana en el Congreso me resulta complicado evadirme de sus contenidos a la hora de escribir un artículo que aborde cuestiones diferentes. Los temas para debatir ocupan toda mi capacidad de inspiración.

Cuando estas líneas vean la luz habremos debatido una Proposición no de Ley instando al Gobierno a realizar todos los esfuerzos posibles para localizar el barco hundido hace más de tres meses en aguas de Terranova y que se llevó para siempre la vida de 21 marineros, la mayor tragedia en el mar de las últimas décadas. 

Hoy miércoles en el hemiciclo tendré ocasión de contrastar con el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación qué piensa hacer el Gobierno para localizar el barco e investigar lo ocurrido, algo que 113 días después del hundimiento todavía no ha hecho.

Puede que para muchos este suceso sea algo menor, una desgracia más de las que la mar nos depara, pero para las 21 familias que no recuperaron a sus seres queridos está suponiendo una larga agonía, porque, habiendo renunciado a la recuperación de sus cuerpos, no quieren hacerlo a la investigación de las causas del hundimiento y al esclarecimiento de lo ocurrido, entre otras razones para que se haga justicia y para evitar que en situaciones similares puedan repetirse estos sucesos.

Lo que resulta inadmisible, para las familias y para muchos de nosotros, es que desde el Gobierno y a las pocas horas de la tragedia se diera por cerrado el caso, dando carpetazo a todas las posibles actuaciones. Caso cerrado.

Los familiares vienen reclamando que se organice un dispositivo que traslade al lugar del hundimiento un robot submarino que pueda tomar imágenes del barco y de la situación del aparejo y otros detalles para que permita a los peritos expertos dirimir las causas del naufragio. Saber lo que realmente ocurrió aquella triste noche del 15 de febrero.

Desde el Gobierno les dijeron que no era técnicamente posible, pero empresas especializadas lo han desmentido, incluso ofreciendo gratuitamente uno de estos dispositivos.

Les dijeron que existían problemas legales y Canadá les volvió a desmentir ofreciendo toda su colaboración y no poniendo pega alguna.

Hoy estas familias de 21 compatriotas, pescadores, se sienten engañadas por su gobierno. El Presidente Sánchez les dijo en el momento de recibir a los pocos cuerpos que pudieron recuperarse que harían “todo lo posible y lo imposible” por seguir la búsqueda, y hoy 113 días después la realidad es que no se ha hecho nada y no ha querido recibirlos. 

Un caso más de un gobierno que se queda en los anuncios y en el marketing, pero que oculta su verdadera cara; se autoproclaman gobierno social pero les falta sensibilidad ante las desgracias; dicen que no dejan a nadie atrás y al menos ya han abandonado a su suerte a estas 21 familias.

No hacer nada no es una opción, es una falta de humanidad. El Gobierno tiene que actuar y acceder a las peticiones razonables de estas familias, aunque solo sea por dignidad.

Aprendan de ellos, de la manera en que están gestionando su dolor. No los abandonen porque en la familia marinera tomarán nota, y los españoles de bien también.


Aprender deles

Preparando as miñas intervencións desta semana no Congreso resúltame complicado evadirme dos seus contidos á hora de escribir un artigo que aborde cuestións diferentes. Os temas para debater ocupan toda a miña capacidade de inspiración.

Cando estas liñas vexan a luz debateriamos unha Proposición non de Lei instando o Goberno a realizar todos os esforzos posibles para localizar o barco afundido fai máis de tres meses en augas de Terranova e que levou para sempre a vida de 21 mariñeiros, a maior traxedia no mar das últimas décadas. 

Hoxe mércores no hemiciclo terei ocasión de contrastar co Ministro de Agricultura, Pesca e Alimentación que pensa facer o Goberno para localizar o barco e investigar o ocorrido, algo que 113 días despois do afundimento aínda non fixo.

Poida que para moitos este suceso sexa algo menor, unha desgraza máis das que a mar nos depara, pero para as 21 familias que non recuperaron aos seus seres queridos está a supoñer unha longa agonía, porque, renunciando á recuperación dos seus corpos, non queren facelo á investigación das causas do afundimento e ao esclarecemento do ocorrido, entre outras razóns para que se faga xustiza e para evitar que en situacións similares poidan repetirse estes sucesos.

O que resulta inadmisible, para as familias e para moitos de nós, é que desde o Goberno e ás poucas horas da traxedia désese por pechado o caso, dando carpetazo a todas as posibles actuacións. Caso pechado.

Os familiares veñen reclamando que se organice un dispositivo que traslade ao lugar do afundimento un robot submarino que poida tomar imaxes do barco e da situación do aparello e outros detalles para que permita aos peritos expertos dirimir as causas do naufraxio. Saber o que realmente ocorreu aquela triste noite do 15 de febreiro.

Desde o Goberno dixéronlles que non era tecnicamente posible, pero empresas especializadas desmentírono, incluso ofrecendo gratuitamente un destes dispositivos.

Dixéronlles que existían problemas legais e Canadá volveu desmentir ofrecendo toda a súa colaboración e non poñendo pega algunha.

Hoxe estas familias de 21 compatriotas, pescadores, senten enganadas polo seu goberno. O Presidente Sánchez díxolles no momento de recibir aos poucos corpos que puideron recuperarse que farían “todo o posible e o imposible” por seguir a procura, e hoxe 113 días despois a realidade é que non se fixo nada e non quixo recibilos. 

Un caso máis dun goberno que queda nos anuncios e no márketing, pero que oculta a súa verdadeira cara; se autoproclaman goberno social pero fáltalles sensibilidade #ante as desgrazas; din que non deixan a ninguén atrás e polo menos xa abandonaron á súa sorte a estas 21 familias.

Non facer nada non é unha opción, é unha falta de humanidade. O Goberno ten que actuar e acceder ás peticións razoables destas familias, aínda que só sexa por dignidade.

Aprendan deles, da maneira en que están a xestionar a súa dor. Non os abandonen porque na familia mariñeira tomarán nota, e os españois de ben tamén.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Bochorno

Ciertamente que en lo climatológico se han adelantado los días calurosos a gran parte del territorio español y aunque aquí en Galicia nos hemos librado de lo que a otros les ha tocado, hubo días de calor excepcional para la época en la que todavía estamos.

“Calor sofocante” es la definición de bochorno en el diccionario de la Real Academia Española. Pero también tiene otro significado, “desazón o sofocamiento producido por algo que ofende, molesta o avergüenza”.

Altos cargos socialistas, ministras de Podemos y del PSOE dedicaron parte de sus declaraciones públicas durante los últimos días a valorar despectivamente el regreso de D. Juan Carlos a España para pasar unos días en Galicia y reunirse con parte de su familia, entre ellos el Rey Felipe VI.

No repetiré aquí sus hipócritas críticas para no ensuciar el artículo, sólo me quedo con la que utilizó la expresidenta del gobierno y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, Carmen Calvo, al hacer un chistecito sin gracia criticando la presencia de Juan Carlos I en Sanxenxo. “Hoy suben las temperaturas en todo el país, gran bochorno en Sanxenxo”, dijo.

Fue uno de los bramidos de muchos de los socios del PSOE, mientras el Gobierno se ponía de perfil. El ministro comunista Garzón no se cortó un pelo y llegó a calificar a D. Juan Carlos de “delincuente acreditado”.

Mientras ellos y el silencio cómplice del resto del Gobierno se comportaban así, en Sanxenxo el bochorno no se vio ni en lo climatológico ni en el recibimiento dispensado al monarca. Cariño, ovaciones, vivas al rey y calor humano, fueron algunos de los sentimientos manifestados en ese lugar, nada parecido al bochorno pronosticado.

Pero siendo esto un contratiempo para los que vaticinaban lo contrario, mi reflexión quiere ir un paso más adelante. Estos comentarios, declaraciones y ruido mediático propiciado por los que hoy nos gobiernan no dejan de ser lo accesorio, maniobras de distracción para que se retire el foco de las cuestiones transcendentales que vienen ocurriendo y las que seguirán propiciando.

Lo importante no es si “la visita” del Rey Juan Carlos a España es causa de bochorno o no, que no lo puede ser. Lo que debe preocuparnos es que el gobierno social-comunista con Sánchez al frente, lleva tiempo poniendo todo su empeño en cambiar las reglas de convivencia que nos dimos los españoles hace tiempo refrendando nuestra Constitución, en la que la Monarquía Parlamentaria es el sistema político bajo el que funcionamos.

Detrás de estos gestos de critica hacia D. Juan Carlos están los continuos feos que desde el Gobierno le imponen todos los días al Rey de España, a D. Felipe. Le marcan su agenda, le prohíben acudir a lugares a los que hasta que llegaron al gobierno su presencia era normal y habitual.

El perfil narcisista de Pedro Sánchez no tolera a un Jefe del Estado que le pueda hacer sombra, y menos que la institución de la monarquía además de ser la más valorada, solo represente un problema para el 0,2% de los españoles. Mientras, cada salida que realiza Sánchez a lugares públicos se convierte en un concierto de abucheos y pitidos, porque para muchos españoles su comportamiento “ofende, molesta o avergüenza”, como recoge el diccionario para definir bochorno.


Bochorno

Certamente que no climatolóxico adiantáronse os días calorosos a gran parte do territorio español e aínda que aquí en Galicia librámonos do que a outros lles tocou, houbo días de calor excepcional para a época na que aínda estamos.

“Calor sufocante” é a definición de bochorno no dicionario da Real Academia Española. Pero tamén ten outro significado, “desazón ou sofocamiento producido por algo que ofende, molesta ou avergoña”.

Altos cargos socialistas, ministras de Podemos e do PSOE dedicaron parte das súas declaracións públicas durante os últimos días a valorar despectivamente o regreso de D. Juan Carlos a España para pasar uns días en Galicia e reunirse con parte da súa familia, entre eles o Rei Felipe VI.

Non repetirei aquí os seus hipócritas críticas para non ensuciar o artigo, só quedo coa que utilizou a expresidenta do goberno e presidenta da Comisión de Igualdade do Congreso dos Deputados, Carmen Calvo, ao facer unha brincadeira sen graza criticando a presenza de Juan Carlos I en Sanxenxo. “Hoxe soben as temperaturas en todo o país, gran bochorno en Sanxenxo”, dixo.

Foi un dos bramidos de moitos dos socios do PSOE, mentres o Goberno poñíase de perfil. O ministro comunista Garzón non se cortou un pelo e chegou a cualificar a D. Juan Carlos de “delincuente acreditado”.

Mentres eles e o silencio cómplice do resto do Goberno comportábanse así, en Sanxenxo o bochorno non se viu nin no climatolóxico nin no recibimento dispensado ao monarca. Cariño, ovacións, vivas ao rei e calor humano, foron algúns dos sentimentos manifestados nese lugar, nada semellante ao bochorno prognosticado.

Pero sendo isto un contratempo para os que vaticinaban o contrario, a miña reflexión quere ir un paso máis adiante. Estes comentarios, declaracións e ruído mediático propiciado polos que hoxe nos gobernan non deixan de ser o accesorio, manobras de distracción para que se retire o foco das cuestións transcendentais que veñen ocorrendo e as que seguirán propiciando.

O importante non é se “a visita” do Rei Juan Carlos a España é causa de bochorno ou non, que non o pode ser. O que debe preocuparnos é que o goberno social-comunista con Sánchez á fronte, leva tempo poñendo todo o seu empeño en cambiar as regras de convivencia que nos demos os españois hai tempo referendando a nosa Constitución, na que a Monarquía Parlamentaria é o sistema político baixo o que funcionamos.

Detrás destes xestos de critica cara a D. Juan Carlos están os continuos feos que desde o Goberno impóñenlle todos os días ao Rei de España, a D. Felipe. Márcanlle a súa axenda, prohíbenlle acudir a lugares aos que ata que chegaron ao goberno a súa presenza era normal e habitual.

O perfil narcisista de Pedro Sánchez non tolera a un Xefe do Estado que lle poida facer sombra, e menos que a institución da monarquía ademais de ser a máis valorada, só represente un problema para o 0,2% dos españois. Mentres, cada saída que realiza Sánchez a lugares públicos convértese nun concerto de apupos e asubíos, porque para moitos españois o seu comportamento “ofende, molesta ou avergoña”, como recolle o dicionario para definir bochorno.

miércoles, 11 de mayo de 2022

Más de lo mismo

En estas últimas fechas se suceden las opiniones y los comentarios políticos acerca de la nueva etapa que se abre en el escenario gallego con la marcha de Feijoo y la entrada al frente del gobierno gallego de Alfonso Rueda, hasta ahora vicepresidente de la Xunta.

Entre las diferentes manifestaciones publicitadas me quiero referir en este artículo de opinión a las expresadas por los actuales líderes de los dos partidos que actualmente ocupan los escaños de la oposición en el Parlamento de Galicia, el PSOE y el BNG.

El primero de ellos afirmaba que no se pronunciarían sobre su sentido de voto en la investidura de Rueda hasta escuchar su discurso y darle un breve periodo de gracia. Horas después se desdecían para anunciar que votarán NO, escuchen lo que escuchen y diga lo que diga el candidato a la investidura.

De la otra formación me quedo con su negativa a Rueda con el potente argumento de que es “más de lo mismo”. Pues de esto va este artículo.

Si todos fuésemos lo suficientemente sinceros y dejáramos aparcadas nuestras ideologías y simpatías personales, sería difícil encontrar a muchos españoles que dijesen querer que los derroteros de las políticas actuales del Gobierno de España tuviesen continuidad, que quieren más de lo mismo.

Las razones son evidentes y, cada semana que pasa de esta legislatura, todavía más elocuentes. Enumeremos algunas: Las mentiras del Presidente del Gobierno dan para llenar una enciclopedia de varios tomos; los escándalos y fuertes discrepancias en el seno del Consejo de Ministros, incontables; las tensiones entre ministros del mismo partido político, también; y lo peor, un desgobierno y una falta del necesario liderazgo que ponga remedio a la grave crisis económica y social que cada día alcanza nuevas cotas, sumada al desprestigio de muchas instituciones dentro de casa, y de la imagen de España a nivel internacional.

En Galicia durante más de una década las cosas han sido y siguen siendo diferentes. Aquí hay una sana convivencia, las posturas extremistas o rupturistas no obtienen respaldo entre los gallegos. El independentismo no encuentra aquí una tierra donde germinen sus principios.

La educación, la sanidad y la economía han evolucionado de manera más satisfactoria que en muchos otros lugares de nuestra Nación.  Las políticas sociales y económicas de los gobiernos presididos por Feijoo han merecido por 4 veces consecutivas un respaldo más que amplio por parte de los gallegos.

Han llegado a su final 13 años de gobiernos presididos por alguien que siempre tuvo a su lado a quien ahora aspira a tomar el relevo en tan importante responsabilidad, convertirse en el más alto representante del Estado en Galicia. En unos días Alfonso Rueda será nuestro nuevo Presidente en Galicia y nada me hace pensar que sus políticas difieran de las que durante los últimos años han deparado estabilidad y progreso a nuestra querida tierra. Al contrario, estoy convencido de que trabajará duro con su equipo para mejorar aquello que los gallegos les demandemos.

Por eso les digo a quienes rechazan su llegada con el argumento de que representa “más de lo mismo”, que precisamente por eso muchos gallegos seguirán confiando en su gobierno.


Máis do mesmo

Nestas últimas datas sucédense as opinións e os comentarios políticos acerca da nova etapa que se abre no escenario galego coa marcha de Feijoo e a entrada á fronte do goberno galego de Alfonso Rueda, ata o de agora vicepresidente da Xunta.

Entre as diferentes manifestacións publicitadas quérome referir neste artigo de opinión ás expresadas polos actuais líderes dos dous partidos que actualmente ocupan os escanos da oposición no Parlamento de Galicia, o PSOE e o BNG.

O primeiro deles afirmaba que non se pronunciarían sobre o seu sentido de voto na investidura de Rueda ata escoitar o seu discurso e darlle un breve período de graza. Horas despois desdecíanse para anunciar que votarán NON, escoiten o que escoiten e diga o que diga o candidato á investidura.

Da outra formación quedo coa súa negativa a Rueda co potente argumento de que é “máis do mesmo”. Pois disto vai este artigo.

Se todos fósemos o suficientemente sinceros e deixásemos aparcadas as nosas ideoloxías e simpatías persoais, sería difícil atopar a moitos españois que dixesen querer que os camiños das políticas actuais do Goberno de España tivesen continuidade, que queren máis do mesmo.

As razóns son evidentes e, cada semana que pasa desta lexislatura, aínda máis elocuentes. Enumeremos algunhas: As mentiras do Presidente do Goberno dan para encher unha enciclopedia de varios tomos; os escándalos e fortes discrepancias no seo do Consello de Ministros, incontables; as tensións entre ministros do mesmo partido político, tamén; e o peor, un desgoberno e unha falta do necesario liderado que poña remedio á grave crise económica e social que cada día alcanza novas cotas, sumada ao desprestixio de moitas institucións dentro de casa, e da imaxe de España a nivel internacional.

En Galicia durante máis dunha década as cousas foron e seguen sendo diferentes. Aquí hai unha sa convivencia, as posturas extremistas ou rupturistas non obteñen respaldo entre os galegos. O independentismo non atopa aquí unha terra onde florezan os seus principios.

A educación, a sanidade e a economía evolucionaron de maneira máis satisfactoria que en moitos outros lugares da nosa Nación. As políticas sociais e económicas dos gobernos presididos por Feijoo mereceron por 4 veces consecutivas un respaldo máis que amplo por parte dos galegos.

Chegaron ao seu final 13 anos de gobernos presididos por alguén que sempre tivo ao seu lado a quen agora aspira a tomar a substitución en tan importante responsabilidade, converterse no máis alto representante do Estado en Galicia. Nuns días Alfonso Rueda será o noso novo Presidente en Galicia e nada me fai pensar que as súas políticas difiran das que durante os últimos anos depararon estabilidade e progreso á nosa querida terra. Ao contrario, estou convencido de que traballará duro co seu equipo para mellorar aquilo que os galegos lles demandemos.

Por iso dígolles a quen rexeita a súa chegada co argumento de que representa “máis do mesmo”, que precisamente por iso moitos galegos seguirán confiando no seu goberno.