miércoles, 20 de febrero de 2019

Pensando en él

Estos últimos días se han caracterizado por la incertidumbre y las especulaciones en torno a si finalmente Sánchez se decidiría a poner fin a su periplo por tierra, mar y sobre todo aire, que ya ha durado 8 meses. Diversas fechas se manejaban y como siempre y una vez más, la elegida ha sido el resultado de la estrategia que más convenía a su persona, no a su Partido o, lo que sería más razonable, al interés general de los españoles y al manejo de los dineros públicos, aplicando la tesis defendida por alguna ministra de que esos dineros “no son de nadie”.

El coste medio de la organización y celebración de un proceso electoral en España en los últimos años viene alcanzando la nada despreciable cifra de 130 millones de euros. De esa cifra unos 55 millones se destinan a pagar los gastos de personal de la Administración que interviene en el proceso y de los miembros de los operativos especiales de seguridad. Otros 50 millones se van en envíos electorales desde Correos. 13 millones en dispositivos de telecomunicaciones...

Es posible que para la mayoría de nosotros hablar de millones represente un ejercicio complicado a la hora de relativizar y acertar en la verdadera dimensión e importancia de esta cifra.

Trataré de ayudarles a entender a que equivaldría este gasto, que como explicaré después se podría evitar. Con esos 130 millones se podrían construir 52 Centros de Salud bien equipados; se podría costear el servicio telefónico del 016 de asesoramiento y ayuda contra el maltrato durante más de 144 años; se podrían pagar las nóminas de unos 3.000 policías municipales durante todo un año o la construcción de más de 150 guarderías o escuelas infantiles con capacidad para 100 niños cada una. Son solo algunos ejemplos. 

Este gasto sería evitable. Entre las elecciones que se han convocado para el 28 de abril y las que ya estaban fijadas desde hace años (europeas, municipales y autonómicas en algunas Comunidades Autónomas, a celebrar el 26 de mayo) median únicamente 28 días. Entonces ¿por qué no se celebran todas el mismo día? Nos ahorraríamos esa importante cantidad de dinero, además de evitar someter a los ciudadanos a dos campañas electorales consecutivas, comenzando la primera el viernes de Dolores coincidiendo con el inicio de la semana Santa, con una extensa e importante proyección en muchos pueblos y ciudades de España.

Las respuestas a estas preguntas son múltiples pero sencillas con un denominador común. Porque le conviene a él, a Pedro Sánchez.

Le conviene entre otras razones, porque podrá utilizar los resultados de muchos ayuntamientos para “cambiar cromos” y lograr los apoyos que necesite para ser investido presidente del gobierno a cambio de otorgar alcaldías y otras piezas mayores a quienes necesiten del apoyo de su Partido.

Estas y otras razones son las que espero que tengamos en cuenta muchos españoles cuando vayamos a depositar nuestras papeletas en la urnas, pero lo que espero y deseo es que cuando lo hagamos pensemos también en él y le demos la respuesta adecuada. No lo olvidemos, también nosotros podemos actuar pensando en él. 


Pensando nel

Estes últimos días caracterizáronse pola incerteza e as especulacións ao redor de se finalmente Sánchez decidiríase a poñer fin ao seu periplo por terra, mar e sobre todo aire, que xa durou 8 meses. Diversas datas manexábanse e como sempre e unha vez máis, a elixida foi o resultado da estratexia que máis conviña á súa persoa, non ao seu Partido ou, o que sería máis razoable, ao interese xeral dos españois e ao manexo dos diñeiros públicos, aplicando a tese defendida por algunha ministra de que eses diñeiros “non son de ninguén”.

O custo medio da organización e celebración dun proceso electoral en España nos últimos anos vén alcanzando a nada despreciable cifra de 130 millóns de euros. Desa cifra uns 55 millóns destínanse a pagar os gastos de persoal da Administración que intervén no proceso e dos membros dos operativos especiais de seguridade. Outros 50 millóns vanse en envíos electorais desde Correos. 13 millóns en dispositivos de telecomunicacións...

É posible que para a maioría de nós falar de millóns represente un exercicio complicado á hora de relativizar e acertar na verdadeira dimensión e importancia desta cifra.

Tratarei de axudarlles a entender a que equivalería este gasto, que como explicarei despois poderíase evitar. Con eses 130 millóns poderíanse construír 52 Centros de Saúde ben equipados; poderíase custear o servizo telefónico do 016 de asesoramento e axuda contra os malos tratos durante máis de 144 anos; poderíanse pagar as nóminas duns 3.000 policías municipais durante todo un ano ou a construción de máis de 150 garderías ou escolas infantís con capacidade para 100 nenos cada unha. Son só algúns exemplos. 

Este gasto sería evitable. Entre as eleccións que se convocaron para o 28 de abril e as que xa estaban fixadas desde hai anos (europeas, municipais e autonómicas nalgunhas Comunidades Autónomas, a celebrar o 26 de maio) median unicamente 28 días. Entón por que non se celebran todas o mesmo día? Aforrariámonos/Aforrariámosnos esa importante cantidade de diñeiro, ademais de evitar someter aos cidadáns a dúas campañas electorais consecutivas, comezando a primeira o venres de Dores coincidindo co inicio da semana Santa, cunha extensa e importante proxección en moitos pobos e cidades de España.

As respostas a estas preguntas son múltiples pero sinxelas cun denominador común. Porque lle convén a el, a Pedro Sánchez.

Convenlle entre outras razóns, porque poderá utilizar os resultados de moitos concellos para “cambiar cromos” e lograr os apoios que necesite para ser investido presidente do goberno a cambio de outorgar alcaldías e outras pezas maiores a quen necesite do apoio do seu Partido.

Estas e outras razóns son as que espero que teñamos en conta moitos españois cando vaiamos depositar as nosas papeletas na urnas, pero o que espero e desexo é que cando o fagamos pensemos tamén nel e deámoslle a resposta adecuada. Non o esquezamos, tamén nós podemos actuar pensando nel.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Que no salgan con dos

El pasado sábado estuve en Santiago en el acto de presentación de los 313 candidatos de mi Partido a las alcaldías de todos los ayuntamientos de Galicia. La importancia del evento no residía tanto en la fuerza que representa el número, sino en lo que cada uno de ellos representa. Tampoco en los intervinientes, porque los verdaderos protagonistas estaban sentados entre el público y a ellos dedico estas líneas.

Cuando una persona decide dar el paso de salir del anonimato y vestir la camiseta de un partido político para tratar de defender a sus vecinos y lograr lo mejor para su pueblo o ciudad está siendo una persona muy generosa, porque a partir de ese instante sus prioridades ya no serán las personales, sino las de sus vecinos. 

No son estos momentos fáciles para la política ni la vida pública, aunque posiblemente nunca lo fueron, pero entre todas estas personas encontramos también renuncias para dejar paso a relevos no siempre fáciles. También personas que ganaron las elecciones en anteriores comicios pero a los que les faltaron un puñado de votos para tener una mayoría suficiente para no depender de otras fuerzas.

Pude ver a jóvenes que con veintidós años quieren ser el alcalde de su pueblo sentados al lado de otros que llevan cuarenta contando con la confianza inalterada de sus paisanos. En común tienen que no son personas intransigentes, no son intolerantes, no imponen sus ideas, solamente convencen a sus vecinos con su ejemplo y compromiso diario. 

Son candidatos que pisan el terreno, que lo conocen bien, que saben escuchar a sus vecinos y pelean por conseguir los recursos, siempre escasos, que palien sus problemas. Problemas que no son solamente de infraestructuras, porque hoy es más importante escuchar y apoyar en las dificultades que muchos atraviesan.

Los vecinos esperan de sus futuros representantes municipales a personas que sepan hacer funcionar la maquinaria municipal, en muchos sitios paralizada, y que no vengan a los ayuntamientos a crear nuevos problemas sino a resolver los que ya tienen, que sean moderadas pero que a la vez tengan la determinación de defender con argumentos los intereses de todos a los que representan.

En mi experiencia vital figuran diez años de trabajo en un Ayuntamiento, el de Lugo. Estuve como concejal en el gobierno y en la oposición, también como alcalde de todos mis vecinos. 

Cuando en1995 realizaba una de las campañas electorales coincidí con un gran compañero, Gregorio Ordoñez, también como yo concejal y candidato a la alcaldía, en su caso la de San Sebastián. Una de las veces que estuvimos juntos, poco antes de ser asesinado por los criminales de ETA, me dijo algo que nunca olvidé y que repetí en muchas ocasiones. Hoy lo vuelvo a hacer. Gregorio decía que cuando un vecino entra en un ayuntamiento lo hace porque tiene un problema que resolver, y que los alcaldes tienen que lograr que ese vecino que entra con un problema no salga con dos.

Queridos alcaldes y candidatos a ostentar esa responsabilidad, permitidme que esto mismo sea lo que hoy yo os pida con mayor fuerza: que vuestros vecinos cuando acudan al ayuntamiento con un problema, no salgan con dos

Que non saian con dous

O pasado sábado estiven en Santiago no acto de presentación dos 313 candidatos do meu Partido ás alcaldías de todos os concellos de Galicia. A importancia do evento non residía tanto na forza que representa o número, senón no que cada un deles representa. Tampouco nos intervenientes, porque os verdadeiros protagonistas estaban sentados entre o público e a eles dedico estas liñas.

Cando unha persoa decide dar o paso de saír do anonimato e vestir a camiseta dun partido político para tratar de defender aos seus veciños e lograr o mellor para o seu pobo ou cidade está a ser unha persoa moi xenerosa, porque a partir dese instante as súas prioridades xa non serán as persoais, senón as dos seus veciños. 

Non son estes momentos fáciles para a política nin a vida pública, aínda que posiblemente nunca o foron, pero entre todas estas persoas atopamos tamén renuncias para deixar paso a substitucións non sempre fáciles. Tamén persoas que gañaron as eleccións en anteriores comicios pero aos que lles faltaron un puñado de votos para ter unha maioría suficiente para non depender doutras forzas.

Puiden ver a mozos que con vinte e dous anos queren ser o alcalde do seu pobo sentados á beira doutros que levan corenta contando coa confianza inalterada dos seus paisanos. En común teñen que non son persoas intransixentes, non son intolerantes, non impoñen as súas ideas, soamente convencen aos seus veciños co seu exemplo e compromiso diario. 

Son candidatos que pisan o terreo, que o coñecen ben, que saben escoitar aos seus veciños e pelexan por conseguir os recursos, sempre escasos, que palien os seus problemas. Problemas que non son soamente de infraestruturas, porque hoxe é máis importante escoitar e apoiar nas dificultades que moitos atravesan.

Os veciños esperan dos seus futuros representantes municipais a persoas que saiban facer funcionar a maquinaria municipal, en moitos sitios paralizada, e que non veñan aos concellos para crear novos problemas senón a resolver os que xa teñen, que sexan moderadas pero que á vez teñan a determinación de defender con argumentos os intereses de todos aos que representan.

Na miña experiencia vital figuran dez anos de traballo nun Concello, o de Lugo. Estiven como concelleiro no goberno e na oposición, tamén como alcalde de todos os meus veciños. 

Cando en1995 realizaba unha das campañas electorais coincidín cun gran compañeiro, Gregorio Ordoñez, tamén como eu concelleiro e candidato á alcaldía, no seu caso a de San Sebastián. Unha das veces que estivemos xuntos, pouco antes de ser asasinado polos criminais de ETA, díxome algo que nunca esquecín e que repetín en moitas ocasións. Hoxe vólvoo a facer. Gregorio dicía que cando un veciño entra nun concello faio porque ten un problema que resolver, e que os alcaldes teñen que lograr que ese veciño que entra cun problema non salga con dous.

Queridos alcaldes e candidatos a ostentar esa responsabilidade, permitídeme que isto mesmo sexa o que hoxe eu pídavos con maior forza: que os vosos veciños cando acudan ao concello cun problema, non saian con dous