miércoles, 9 de septiembre de 2015

Septiembre del 2015

Cuando llega septiembre, se terminan los hábitos veraniegos, y son muchas las señales que nos avisan de que éste ya está aquí. Los días se van acortando, las noches refrescan, en las zonas de playa ya hay mas ventanas con las persianas bajadas y muchas menos sombrillas en la arena, en las ciudades los escaparates ofrecen decorados con ropa de otoño y hojas secas. 

Comienzan los problemas en la circulación, cobrando protagonismo nuevamente los atascos que durante julio y agosto se trasladaron a las zonas de veraneo. Los transportes urbanos vuelven a poner a prueba su capacidad y encontrar un sitio donde aparcar en la calle se vuelve tarea que requiere grandes dosis de paciencia y suerte, especialmente en Lugo, donde la supresión, dicen que temporal, de la zona O.R.A. ha convertido todas nuestras calles en aparcamientos de superficie llenos las 24 horas del día..

Estos días en nuestras carreteras se dibujan regueros de coches cargados de maletas que regresan a las tareas que quedaron pendientes al cruzarse el verano en nuestras vidas. 

Como leí en algún sitio, septiembre es un mes con 30 lunes, y añado, con la luz más fría y sus noches más largas.

Pero si esto ocurre casi todos los meses de septiembre de todos los años, el septiembre de 2015 tiene también otras características que lo hacen más duro y por momentos dramático.

En estas semanas hemos visto situaciones que se repiten a lo largo de la historia de la humanidad. Han entrado en nuestras vidas, y ojalá que también en nuestras conciencias, los dramas y las tragedias de pueblos enteros que huyen de sus lugares de origen como única vía de escape a su infierno diario. Los asedios a los que se están viendo sometidos de forma brutal los kurdos o los sirios durante meses están provocando éxodos masivos hacia la costa griega y desde allí al resto de Europa.

Posiblemente estemos ante la mayor barbarie del siglo, que duele mucho más ante la falta de respuesta efectiva de lo que llamamos Occidente. Acostumbrados a escuchar, que no a digerir con sus consecuencias, las cifras que a diario golpean nuestros oídos con los miles de muertos que sufren la violencia en sus países, las víctimas de atentados suicidas, los que se ahogan en el mediterráneo, las escenas de este nuevo éxodo de personas de todas las edades exhaustos y desesperados están tiñendo de rojo y negro este septiembre de 2015.

Ha tenido que ser la foto de un niño muy niño, ahogado en una playa de Turquía, la que haya conseguido despertar las conciencias de todos los que vivimos a diario en países acomodados.

Este septiembre de 30 lunes tiene ya su foto de calendario. La foto que evidencia la cobardía de una sociedad cruzada de brazos, que prefiere no meterse en un avispero, y que ahora, espoleada por esta foto empieza a hablar de solidaridad en forma de cupos y de dinero. 

Setembro do 2015

Cando chega setembro, rematan os hábitos estivais, e son moitas os sinais que nos avisan de que este xa está aquí. Os días vanse acurtando, as noites refrescan, nas zonas de praia xa hai mais ventás coas persianas baixadas e moitas menos antucas na area, nas cidades os escaparates ofrecen decorados con roupa de outono e follas secas.

Comezan os problemas na circulación, cobrando protagonismo novamente os atoamentos que durante xullo e agosto se trasladaron ás zonas de veraneo. Os transportes urbanos volven poñer a proba a súa capacidade e encontrar un sitio onde aparcar na rúa vólvese tarefa que require grandes doses de paciencia e sorte, especialmente en Lugo, onde a supresión, din que temporal, da zona O.R.A. converteron todas as nosas rúas en aparcadoiros de superficie cheos as 24 horas do día..

Estes días nas nosas estradas debúxanse regueiros de coches cargados de maletas que regresan ás tarefas que quedaron pendentes ao cruzarse o verán nas nosas vidas.

Como lin nalgún sitio, setembro é un mes con 30 luns, e engado, coa luz máis fría e as súas noites máis longas.

Pero se isto acontece case todos os meses de setembro de todos os anos, o setembro de 2015 ten tamén outras características que o fan máis duro e por momentos dramático.

Nestas semanas vimos situacións que se repiten ao longo da historia da humanidade. Entraron nas nosas vidas, e oxalá que tamén nas nosas conciencias, os dramas e as traxedias de pobos enteiros que foxen dos seus lugares de orixe como única vía de escape ao seu inferno diario. Os asedios aos que se están a ver sometidos de forma brutal os curdos ou os sirios durante meses están a provocar éxodos masivos cara á costa grega e dende alí ao resto de Europa.

Posiblemente esteamos ante a maior barbarie do século, que doe moito máis ante a falta de resposta efectiva do que chamamos Occidente. Afeitos a escoitar, que non a dixerir coas súas consecuencias, as cifras que a diario golpean nosos oídos cos miles de mortos que sofren a violencia nos seus países, as vítimas de atentados suicidas, os que se afogan no mediterráneo, as escenas deste novo éxodo de persoas de todas as idades exhaustos e desesperados están a tinguir de vermello e negro este setembro de 2015.

Tivo que ser a foto dun neno moi neno, afogado nunha praia de Turquía, a que conseguise espertar as conciencias de todos os que vivimos a diario en países acomodados.

Este setembro de 30 luns ten xa a súa foto de calendario. A foto que evidencia a covardía dunha sociedade cruzada de brazos, que prefire non se meter nun avesporeiro, e que agora, esporeada por esta foto empeza a falar de solidariedade en forma de cotas e de diñeiro.

0 comentarios: