miércoles, 2 de mayo de 2012

Mensajes ilusionantes y de unidad

Cuando una sociedad se enfrenta todos los días a un aluvión de malas noticias acaba somatizando ese ambiente de pesimismo que se extiende sin dificultad y que puede llevar al desánimo colectivo y a la parálisis económica. Esta cadena de acontecimientos, que tiene el resultado que todos conocemos, es lo que, personalmente, me está preocupando de manera especial y es aquí cuando más se necesita una doble dosis de medicina para combatir este estado anímico.

Por un lado, creo necesario el llamamiento desde las más altas instancias con responsabilidad política a la unión de toda la sociedad sin distinción de color político ni de situación económica. Un comunicado especialmente veraz al tiempo que esperanzador, donde se trace de manera meridianamente clara la trayectoria, el rumbo que el gobierno, elegido por los españoles, ha elegido para ayudarnos a mejorar. En definitiva, esto es lo importante, un lenguaje claro y veraz, pero siempre ilusionante y de unidad.

Por otro lado es imprescindible evitar el juego sucio, el tratar de sacar rédito político a cualquier precio de las dificultades que atravesamos, algo que además de repugnante es especialmente grave en estos momentos.

Que nadie me malinterprete, no estoy pidiendo que la oposición y los medios de comunicación silencien sus criticas, no van por ese camino mis sugerencias. Lo que trato de explicar es que su papel en estos días debe ser el de los momentos excepcionales, en los que el deber y sentido patriótico, palabra que por modas y complejos casi desaparece de nuestro vocabulario, debe prevalecer sobre los réditos que pueda proporcionar en lo político o en lo económico el dedicarse a calentar el ambiente más de lo que está, a encender día sí y día también, hogueras de desesperación.

Cuando en un barco se abre una vía de agua se activa un plan de salvamento y desde el capitán hasta el último miembro de la tripulación deben dedicar todos sus esfuerzos de manera coordinada a evitar la tragedia, y aquí nos ocurre lo mismo. Nuestra economía hace agua por todas partes porque de manera irresponsable hemos vaciado nuestras reservas y recursos para vender bienestar a precios de saldo, totalmente insostenibles. Hemos puesto el pie fuera del tiesto durante tanto tiempo que ahora cuesta volver a nuestro sitio. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, muy por encima. Hemos visto cómo el despilfarro de dinero público no tenía freno ni control. Nos hemos acostumbrado a dejar las luces encendidas, los grifos abiertos y los tiempos del crédito en barra libre, y ahora hay que pagar las facturas pendientes y devolver lo que nos prestaron, lo que no era nuestro.

Siempre han sido especialmente difíciles los pasos atrás, privarse de lo que ya parecía un derecho consolidado. Son difíciles pero no hay alternativa.

Mensaxes ilusionantes e de unidade

Cando unha sociedade enfróntase todos os días a un aluvión de malas noticias acaba somatizando ese ambiente de pesimismo que se estende sen dificultade e que pode levar ao desánimo colectivo e á parálise económica. Esta cadea de acontecementos, que ten o resultado que todos coñecemos, é o que, persoalmente, estame preocupando de xeito especial e é aquí cando máis se necesita unha dobre dose de medicamento para combater este estado anímico.

Por unha banda, creo necesario o chamamento desde as máis altas instancias con responsabilidade política á unión de toda a sociedade sen distinción de cor política nin de situación económica. Un comunicado especialmente veraz á vez que esperanzador, onde se trace de xeito meridianamente clara a traxectoria, o rumbo que o goberno, elixido polos españois, elixiu para axudarnos a mellorar. En definitiva, isto é o importante, unha linguaxe clara e veraz, pero sempre ilusionante e de unidade.

Doutra banda é imprescindible evitar o xogo sucio, o tratar de sacar rédito político a calquera prezo das dificultades que atravesamos, algo que ademais de repugnante é especialmente grave nestes momentos.

Que ninguén me malinterprete, non estou pedindo que a oposición e os medios de comunicación silencien as súas criticas, non van por ese camiño as miñas suxestións. O que trato de explicar é que o seu papel nestes días debe ser o dos momentos excepcionais, nos que o deber e sentido patriótico, palabra que por modas e complexos case desaparece do noso vocabulario, debe prevalecer sobre os réditos que poida proporcionar no político ou no económico o dedicarse a quentar o ambiente máis do que está, a acender día si e día tamén, fogueiras de desesperación.

Cando nun barco ábrese unha vía de auga actívase un plan de salvamento e desde o capitán ata o último membro da tripulación deben dedicar todos os seus esforzos de xeito coordinado a evitar a traxedia, e aquí ocórrenos o mesmo. A nosa economía fai auga por todas partes porque de xeito irresponsable baleiramos as nosas reservas e recursos para vender benestar a prezos de saldo, totalmente insostibles. puxemos o pé fose do testo durante tanto tempo que agora custa volver ao noso sitio. vivimos por encima das nosas posibilidades, moi por encima. vimos como o malgasto de diñeiro público non tiña freo nin control. Afixémonos a deixar as luces acesas, as billas abertas e os tempos do crédito en barra libre, e agora hai que pagar as facturas pendentes e devolver o que nos prestaron, o que non era noso.

Sempre foron especialmente difíciles os pasos atrás, privarse do que xa parecía un dereito consolidado. Son difíciles pero non hai alternativa.

5 comentarios:

José Ángel dijo...

Os que levamos anos compartindo a ideoloxía que rixe ao teu partido, estamos totalmente dacordo cas medidas que se están a tomar neste momento.
Eu quero un goberno que pense no futuro facendo que o presente, inda que compricado, o poidamos levar da mellor maneira posibre.
Non hai moitos meses que millóns de cidadáns deste país fixeron que o PP gobernase con unha maioría aprastante, xa que todos confaiábamos e confiamos nos gobernantes que hoxe están ao fronte do país.
Supoño que o tempo nos dará a razón a eses preto de doce millóns de votantes. Pero tamén espero que non se lle esgote a pacencia a moitas familias que realmente o están a pasar mal.
Moito ánimo Xoaquín. En Lugo témosche unha grande estima.

manto dijo...

ánimo Joaquín
está claro que el verbo pagar no es algo que hayan aprendido los socialistas

tesón y adelante.

Anónimo dijo...

bo artigo amigo koaquín
os meus mellores desexos dende a nosa Galicia

moito ánimo

Jose dijo...

Los socialistas, después de la irresponsable etapa ZP, deberían permanecer callados al menos por medio siglo mientras los que nos gobiernan ahora se dedican a trabajar en lo que aquellos estuvieron a punto de hacer reventar.

Me hace mucha gracia oir comentarios sobre el gobierno actual del tipo de "con el tiempo que llevan" (¡4 meses!) "ya tenían que haber arreglado todo", o "les encanta recortar, lo están disfrutando" (asombroso el poder de leer la mente del prójimo que tienen los antipeperos), o la majadería de "van a llevar Intereconomía a TVE", como si la "objetiva" y secuestrada TVE actual no tuviera nada que ver con las productoras de la Sexta (Roures, Buenafuente y cía y tuviera unos informativos impecables que informan con todo lujo de detalles no sólo del juicio de los trajes de Camps sino también de los falsos EREs promovidos por la Junta de Andalucía (por algo estuvieron los socialistas bloqueando el nombramiento de un nuevo consejo y presidente, dando lugar al esperpento de tenerse que rotar la presidencia cada mes). En definitiva, comentarios de cafetería hechos por personas que nunca votaron ni votarán por el PP.

En fin, que estamos viviendo unos tiempos excepcionales y, dejando aparte que, para mí, la reforma de la Adminitración Pública es muy urgente (tanto o más que las reformas que ya están en curso) porque se puede ahorrar muchísimo dinero antes de tener que recortar en otras cosas que pueden afectar directamente a los ciudadanos, yo os pido a los que tenéis responsabilidades parlamentarias y de gobierno que pongaís todo de vuestra parte para que esta crisis se acabe cuanto antes, tratando de crear para ello el mejor marco posible para posibilitar el crecimiento económico. Si lo podéis hacer con el consenso del principal partido de la oposición, estupendo; en caso contrario (lo más probable) habrá que hacerlo sin ellos, que para eso tenéis tan amplia mayoría.

Jose dijo...

CORRIJO EL COMENTARIO ANTERIOR PORQUE ME COMÍ UN PARÉNTESIS. DISCULPAS.

Ahora queda así:

Los socialistas, después de la irresponsable etapa ZP, deberían permanecer callados al menos por medio siglo mientras los que nos gobiernan ahora se dedican a trabajar en lo que aquellos estuvieron a punto de hacer reventar.

Me hace mucha gracia oir comentarios sobre el gobierno actual del tipo de "con el tiempo que llevan" (¡4 meses!) "ya tenían que haber arreglado todo", o "les encanta recortar, lo están disfrutando" (asombroso el poder de leer la mente del prójimo que tienen los antipeperos), o la majadería de "van a llevar Intereconomía a TVE", como si la "objetiva" y secuestrada TVE actual no tuviera nada que ver con las productoras de la Sexta (Roures, Buenafuente y cía) y tuviera unos informativos impecables que informan con todo lujo de detalles no sólo del juicio de los trajes de Camps sino también de los falsos EREs promovidos por la Junta de Andalucía (por algo estuvieron los socialistas bloqueando el nombramiento de un nuevo consejo y presidente, dando lugar al esperpento de tenerse que rotar la presidencia cada mes). En definitiva, comentarios de cafetería hechos por personas que nunca votaron ni votarán por el PP.

En fin, que estamos viviendo unos tiempos excepcionales y, dejando aparte que, para mí, la reforma de la Adminitración Pública es muy urgente (tanto o más que las reformas que ya están en curso) porque se puede ahorrar muchísimo dinero antes de tener que recortar en otras cosas que pueden afectar directamente a los ciudadanos, yo os pido a los que tenéis responsabilidades parlamentarias y de gobierno que pongáis todo de vuestra parte para que esta crisis se acabe cuanto antes, tratando de crear para ello el mejor marco posible para posibilitar el crecimiento económico. Si lo podéis hacer con el consenso del principal partido de la oposición, estupendo; en caso contrario (lo más probable), habrá que hacerlo sin ellos, que para eso tenéis tan amplia mayoría.