Acaba de pasar el ecuador de la campaña electoral a las autonómicas y entramos en la recta final.
Las encuestas dan resultados reñidos y muy esperanzadores para nuestras ilusiones y, de confirmarse la tendencia, el Partido Popular volvería a gobernar Galicia, no Galiza, aunque aquí solo hablaré de la campaña.
Es evidente que 15 días dan para mucho, especialmente para aquellos que dedican la campaña a insultar e inventar todo tipo de argucias y estrategias censurables moralmente, y también políticamente, pero 15 días son muchos para los que están cansados de propaganda, altavoces, mítines y debates varios.
Escuché la opinión de un candidato diciendo que las campañas deberían durar 24 horas. Lo comparto. El formato de las campañas y la propia ley electoral hacen que todo este montaje sea de poca utilidad.
Nadie duda que los mítines sólo sirven para dar moral a los asistentes, que en un 99% son simpatizantes o militantes del partido organizador. Nada que ver con el comienzo de la democracia en España, donde éramos muchos los que acudíamos a escuchar a los líderes de todas las formaciones que concurrían a las primeras elecciones de la reciente democracia. ¿Se han preguntado cuánto puede costar un mitin importante en un pabellón de deportes o auditorio, con todo tipo de detalles?: Una pasta para las débiles economías de los partidos, y un mal ejemplo de gasto en momentos de crisis económica.
Sobre los millones de folletos y panfletos que se distribuyen en calles, buzones y en los propios actos electorales, podríamos decir que su lectura no esta entre los textos más leídos ni destacan por sus aportaciones.
Seguiríamos el repaso, para concluir que todos ahorraríamos tiempo, dinero y molestias, y por ello serían mas conveniente ampliar los días de reflexión y reducir los de campaña. Reflexionar sobre las promesas incumplidas en Galicia en estos cuatro últimos años, reflexionar sobre los despilfarros con el dinero de todos los gallegos, reflexionar sobre la forma utilizada por algunos para llenar sus charlas-mitin… reflexionar.
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Campañas electorais
Acaba de pasar o ecuador da campaña electoral ás autonómicas e entramos na recta final.
As enquisas dan resultados rifados e moi esperanzadores para as nosas ilusións e, de confirmarse a tendencia, o Partido Popular volvería gobernar Galicia, non Galiza, aínda que aquí só falarei da campaña.
É evidente que 15 días dan para moito, especialmente para aqueles que dedican a campaña a insultar e inventar todo tipo de argucias e estratexias censurables moralmente, e tamén politicamente, pero 15 días son moitos para os que están cansados de propaganda, altofalantes, mitins e debates varios.
Escoitei a opinión dun candidato dicindo que as campañas deberían durar 24 horas. Compártoo. O formato das campañas e a propia lei electoral fan que toda esta montaxe sexa de pouca utilidade.
Ninguén dubida que os mitins só serven para dar moral aos asistentes, que nun 99% son simpatizantes ou militantes do partido organizador. Nada que ver co comezo da democracia en España, onde eramos moitos os que acudiamos a escoitar aos líderes de todas as formacións que concorrían ás primeiras eleccións da recente democracia. Preguntáronse canto pode custar un mitin importante nun pavillón de deportes ou auditorio, con todo tipo de detalles?: Unha pasta para as débiles economías dos partidos, e un mal exemplo de gasto en momentos de crise económica.
Las encuestas dan resultados reñidos y muy esperanzadores para nuestras ilusiones y, de confirmarse la tendencia, el Partido Popular volvería a gobernar Galicia, no Galiza, aunque aquí solo hablaré de la campaña.
Es evidente que 15 días dan para mucho, especialmente para aquellos que dedican la campaña a insultar e inventar todo tipo de argucias y estrategias censurables moralmente, y también políticamente, pero 15 días son muchos para los que están cansados de propaganda, altavoces, mítines y debates varios.
Escuché la opinión de un candidato diciendo que las campañas deberían durar 24 horas. Lo comparto. El formato de las campañas y la propia ley electoral hacen que todo este montaje sea de poca utilidad.
Nadie duda que los mítines sólo sirven para dar moral a los asistentes, que en un 99% son simpatizantes o militantes del partido organizador. Nada que ver con el comienzo de la democracia en España, donde éramos muchos los que acudíamos a escuchar a los líderes de todas las formaciones que concurrían a las primeras elecciones de la reciente democracia. ¿Se han preguntado cuánto puede costar un mitin importante en un pabellón de deportes o auditorio, con todo tipo de detalles?: Una pasta para las débiles economías de los partidos, y un mal ejemplo de gasto en momentos de crisis económica.
Sobre los millones de folletos y panfletos que se distribuyen en calles, buzones y en los propios actos electorales, podríamos decir que su lectura no esta entre los textos más leídos ni destacan por sus aportaciones.
Seguiríamos el repaso, para concluir que todos ahorraríamos tiempo, dinero y molestias, y por ello serían mas conveniente ampliar los días de reflexión y reducir los de campaña. Reflexionar sobre las promesas incumplidas en Galicia en estos cuatro últimos años, reflexionar sobre los despilfarros con el dinero de todos los gallegos, reflexionar sobre la forma utilizada por algunos para llenar sus charlas-mitin… reflexionar.
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Campañas electorais
Acaba de pasar o ecuador da campaña electoral ás autonómicas e entramos na recta final.
As enquisas dan resultados rifados e moi esperanzadores para as nosas ilusións e, de confirmarse a tendencia, o Partido Popular volvería gobernar Galicia, non Galiza, aínda que aquí só falarei da campaña.
É evidente que 15 días dan para moito, especialmente para aqueles que dedican a campaña a insultar e inventar todo tipo de argucias e estratexias censurables moralmente, e tamén politicamente, pero 15 días son moitos para os que están cansados de propaganda, altofalantes, mitins e debates varios.
Escoitei a opinión dun candidato dicindo que as campañas deberían durar 24 horas. Compártoo. O formato das campañas e a propia lei electoral fan que toda esta montaxe sexa de pouca utilidade.
Ninguén dubida que os mitins só serven para dar moral aos asistentes, que nun 99% son simpatizantes ou militantes do partido organizador. Nada que ver co comezo da democracia en España, onde eramos moitos os que acudiamos a escoitar aos líderes de todas as formacións que concorrían ás primeiras eleccións da recente democracia. Preguntáronse canto pode custar un mitin importante nun pavillón de deportes ou auditorio, con todo tipo de detalles?: Unha pasta para as débiles economías dos partidos, e un mal exemplo de gasto en momentos de crise económica.
Sobre os millóns de folletos e panfletos que se distribúen en rúas, caixas de correos e nos propios actos electorais, poderiamos dicir que a súa lectura non esta entre os textos máis lidos nin destacan polas súas achegas.
Seguiriamos o repaso, para concluír que todos aforrariamos tempo, diñeiro e molestias, e por iso serían mais conveniente ampliar os días de reflexión e reducir os de campaña. Reflexionar sobre as promesas incumpridas en Galicia nestes catro últimos anos, reflexionar sobre os despilfarros co diñeiro de todos os galegos, reflexionar sobre a forma utilizada por algúns para encher as súas charlas-mitin… reflexionar.