miércoles, 23 de diciembre de 2020

Sentarse a la mesa

Mañana será Nochebuena y pasado Navidad, esa Navidad de 2020 que ya todos hemos asumido que será diferente, diferente en nuestro estado de ánimo y sobre todo en el número de seres queridos sentados en torno a la mesa.

Hay quienes dicen que no les gusta la Navidad porque se les agolpan recuerdos de años pasados en los que todavía podía compartirla con personas que ahora ya no están, la melancolía les entristece. Otros entienden que mientras haya vida hay que vivirla y, sin olvidar a aquellas personas ausentes, disfrutar compartiendo los sentimientos con los que ahora tienen a su lado. También los que asociarán estas fechas con regalos y cuestiones materiales. Cada vez hay menos pensando en el verdadero sentido de la Navidad, en lo que la originó. Hasta el Parlamento Europeo ha decidido no colocar un Belén por si hiere la sensibilidad de algunos.

Pero todos y cada uno de nosotros, los afortunados, con creencias religiosas o sin ellas, sabemos que durante la Navidad y especialmente en la noche del 24 de diciembre hay una mesa que luce mejor que en otras noches. Mesa en la que se juntan personas que el resto del año tienen su vida en otros lugares y que como reza el famoso anuncio del turrón “vuelven a casa por Navidad”.

Este año en muchos hogares esas mesas estarán incompletas, no ya por las ausencias definitivas, si no porque este año las condiciones ligadas a la salud de todos lo exigen.

Hubo años en los que las guerras u otras pandemias impidieron que las familias se reunieran. También por cuestiones económicas o de trabajo, y la vida continúo su curso. Se superaron esos tremendos obstáculos, se pasaron páginas de la Historia de las que parece que hemos aprendido poco y ahora nos enfrentamos a una situación donde además y antes que las vacunas, la responsabilidad individual resulta ser el mejor antídoto y el mejor pasaporte para que la humanidad supere la prueba.

Hemos escuchado recomendaciones y limitaciones de toda clase y condición. Que si no superemos determinado número de personas (en cada rincón de España una cifra diferente), que guardemos las distancias y nos sentemos en la mesa en forma de W colocando a los que ya pasamos este virus en el centro para servir de cortafuegos al resto, que ventilemos la habitación cada cierto tiempo, y un largo etcétera difícil de memorizar. Todo podría resumirse en que nos apliquemos el sentidiño, si todavía nos queda algo de eso, que por las conductas que vemos a diario empiezo a dudar que quede mucho.

Pero seamos los que seamos, que seremos muy pocos, nos sentemos como nos sentemos y comamos lo que comamos, que no olvidemos por qué es Navidad, que el verdadero espíritu de estas fechas nos impregne aunque sea mínimamente, que no sumemos a la posible tristeza provocada por la pandemia sentimientos de melancolía por las ausencias. Llenemos las sillas vacías con los mejores recuerdos que cada uno de ellos nos dejan y cuidemos de los que si están a nuestro lado. 

Sentémonos a la mesa con esperanzas, propongámonos superar de manera colectiva esta dura prueba y mas pronto que tarde las sillas, mañana vacías, volverán a ocuparlas quienes también nos estarán añorando desde otras mesas.

¡¡Feliz Navidad a todos vosotros!!. Cuidaros y cuidad a los vuestros.  


Sentar á mesa

Mañá será Noiteboa e pasado Nadal, ese Nadal de 2020 que xa todos asumimos que será diferente, diferente no noso estado de ánimo e sobre todo no número de seres queridos sentados ao redor da mesa.

Hai quen di que non lles gusta o Nadal porque se lles apiñan recordos de anos pasados nos que aínda podía compartila con persoas que agora xa non están, a melancolía lles  entristece. Outros entenden que mentres haxa vida hai que vivila e, sen esquecer a aquelas persoas ausentes, gozar compartindo os sentimentos cos que agora teñen ao seu lado. Tamén os que asociarán estas datas con agasallos e cuestións materiais. Cada vez hai menos pensando no verdadeiro sentido do Nadal, no que a orixinou. Ata o Parlamento Europeo ha decidido non colocar un Belén por se fere a sensibilidade dalgúns.

Pero todos e cada un de nós, os afortunados, con crenzas relixiosas ou sen elas, sabemos que durante o Nadal e especialmente na noite do 24 de decembro hai unha mesa que loce mellor que noutras noites. Mesa na que se xuntan persoas que o resto do ano teñen a súa vida noutros lugares e que como reza o famoso anuncio do turrón “volven a casa polo Nadal”.

Este ano en moitos fogares esas mesas estarán incompletas, non xa polas ausencias definitivas, se non porque este ano as condicións ligadas á saúde de todos esíxeno.

Houbo anos nos que as guerras ou outras pandemias impediron que as familias se reunisen. Tamén por cuestións económicas ou de traballo, e a vida continúo o seu curso. Superáronse eses tremendos obstáculos, pasáronse páxinas da Historia das que parece que aprendemos pouco e agora enfrontámonos a unha situación onde ademais e antes que as vacinas, a responsabilidade individual resulta ser o mellor antídoto e o mellor pasaporte para que a humanidade supere a proba.

Escoitamos recomendacións e limitacións de toda clase e condición. Que se non superemos determinado número de persoas (en cada recuncho de España unha cifra diferente), que gardemos as distancias e sentémonos na mesa en forma de  W colocando aos que xa pasamos este virus no centro para servir de devasa ao resto, que  ventilemos a habitación cada certo tempo, e un longo etcétera difícil de memorizar. Todo podería resumirse en que nos apliquemos o  sentidiño, se aínda nos queda algo diso, que polas condutas que vemos a diario empezo a dubidar que quede moito.

Pero sexamos os que sexamos, que seremos moi poucos, sentémonos como nos sentemos e comamos o que comamos, que non esquezamos por que é Nadal, que o verdadeiro espírito destas datas imprégnenos aínda que sexa minimamente, que non sumemos á posible tristeza provocada pola pandemia sentimentos de melancolía polas ausencias. Enchamos as cadeiras baleiras cos mellores recordos que cada un deles déixannos e coidemos dos que se están ao noso lado. 

Sentemos á mesa con esperanzas,  propoñámonos superar de maneira colectiva esta dura proba e mais pronto que tarde as cadeiras, mañá baleiras, volverán ocupalas quen tamén nos estarán estrañando desde outras mesas.

Bo nadal a todos vós!!. Coidarvos e coidade aos vosos.  

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Sus allegados

Es domingo 6 de diciembre y disponiéndome a redactar las líneas que tiene ante sus ojos me debato entre escribir sobre los Presupuestos, los allegados de nuestras cenas navideñas, u otros temas de actualidad. Pero siendo el día en que deberíamos celebrar y no solo conmemorar los 42 años de nuestra Constitución, ya he disipado las posibles dudas. 

Trataré de expresar mis profundas convicciones y los sentimientos provocados por el ruido y el ambiente que rodea lo que debería ser una efeméride festiva, alegre y cordial entre todos los españoles, pero que en la actual situación sanitaria y política nos muestra una cara bien diferente. La sanitaria derivada en social y económica nos ha sumergido en un periodo prolongado de turbulencias, lo contrario a la necesaria estabilidad que favorece las inversiones, el turismo o la necesaria confianza en la política de Estado, por no hablar de la vida diaria de todos nosotros.

Por ello quizás este año más que los anteriores sea necesario reafirmar el compromiso de todos en defensa del pacto constitucional vigente desde 1978, defender el instrumento que ha garantizado derechos y libertades, un sistema político de los más descentralizados del mundo y el derecho a conocer y utilizar nuestra lengua común, el español. Más necesaria que nunca su defensa ante aquellos que la cuestionan con falsos mitos por “vieja”. Más necesario que en años anteriores porque ahora algunos de los que la cuestionan lo hacen desde dentro, desde los sillones del Consejo de Ministros.

Hay voces oficiales que consideran “agotadas” las instituciones del 78, que promueven un nuevo proceso constituyente, que afirman que la “tercera república llegará más pronto que tarde”, que rechazan la monarquía parlamentaria, que consideran que pensando así deben formar parte de la renovación del poder judicial, que pretenden modificar el Código Penal para facilitar la excarcelación de los políticos catalanes presos, o que han dicho en este día que “el mejor homenaje que se puede hacer hoy a los héroes y heroínas de la patria es aspirar a otra República”.

Este domingo no hubo la tradicional celebración ni en Lugo ni otros lugares porque se ve que podemos juntarnos en un supermercado pero no en la sede de la Subdelegación del Gobierno. No la hubo porque están por la labor de desmontar la Constitución desde el poder mediante la aprobación de sucesivas Leyes y Decretos que poco a poco la vacían de contenido.

Ahora sólo les queda franquear el último muro, el del Tribunal Constitucional, para dejarla sin efecto y después tratar de derribar la Jefatura del Estado, objetivo señalado reiteradamente y, a este paso, cada día más cercano.

Lo gravísimo y de lo que muchos españoles no acaban de darse cuenta, abducidos por la abundante propaganda gubernamental, es de que los que hoy dirigen estas maniobras son el presidente del gobierno y sus “allegados”. Aquí no hay duda de a quienes nos referimos por “allegados”. Como nos ha dicho la Vicepresidenta Calvo “allegados son aquellos que están en tu vida”. Nos queda claro, ya sabemos quienes son los allegados de Sánchez, los que están en su vida. Y siendo sus allegados, lamentablemente, por imposición, también los nuestros.


Os seus achegados

É domingo 6 de decembro e dispoñéndome a redactar as liñas que ten fronte os seus ollos debátome entre escribir sobre os Orzamentos, os achegados das nosas ceas do Nadal, ou outros temas de actualidade. Pero sendo o día en que deberiamos celebrar e non só conmemorar os 42 anos da nosa Constitución, xa disipei as posibles dúbidas.

Tratarei de expresar as miñas profundas conviccións e os sentimentos provocados polo ruído e o ambiente que rodea o que debería ser unha efeméride festiva, alegre e cordial entre todos os españois, pero que na actual situación sanitaria e política móstranos unha cara ben diferente. A sanitaria derivada en social e económica mergullounos nun período prolongado de turbulencias, o contrario á necesaria estabilidade que favorece os investimentos, o turismo ou a necesaria confianza na política de Estado, por non falar da vida diaria de todos nós.

Por iso quizais este ano máis que os anteriores sexa necesario reafirmar o compromiso de todos en defensa do pacto constitucional vixente desde 1978, defender o instrumento que garantiu dereitos e liberdades, un sistema político dos máis descentralizados do mundo e o dereito para coñecer e utilizar a nosa lingua común, o español. Máis necesaria que nunca o seu defensa #ante aqueles que a cuestionan con falsos mitos por “vella”. Máis necesario que en anos anteriores porque agora algúns dos que a cuestionan fano desde dentro, desde as cadeiras de brazos do Consello de Ministros.

Hai voces oficiais que consideran “esgotadas” as institucións do 78, que promoven un novo proceso constituínte, que afirman que a “terceira república chegará máis pronto que tarde”, que rexeitan a monarquía parlamentaria, que consideran que pensando así deben formar parte da renovación do poder xudicial, que pretenden modificar o Código penal para facilitar a excarceración dos políticos cataláns presos, ou que dixeron neste día que “a mellor homenaxe que se pode facer hoxe aos heroes e heroínas da patria é aspirar a outra República”.

Este domingo non houbo a tradicional celebración nin en Lugo nin outros lugares porque se ve que podemos xuntarnos nun supermercado pero non na sede da Subdelegación do Goberno. Non a houbo porque están polo labor de desmontar a Constitución desde o poder mediante a aprobación de sucesivas Leis e Decretos que aos poucos a baleiran de contido.

Agora só queda franquear o último muro, o do Tribunal Constitucional, para deixala sen efecto e despois tratar de derrubar a Xefatura do Estado, obxectivo sinalado reiteradamente e, a este paso, cada día máis próximo.

O  gravísimo e do que moitos españois non acaban de darse conta, abducidos pola abundante propaganda gobernamental, é de que os que hoxe dirixen estas manobras son o presidente do goberno e os seus “achegados”. Aquí non hai dúbida da quen nos refiro por “achegados”. Como nos dixo a Vicepresidenta Calvo “achegados son aqueles que están na túa vida”. Quédanos claro, xa sabemos quen é os achegados de Sánchez, os que están na súa vida. E sendo os seus achegados, lamentablemente, por imposición, tamén os nosos.