miércoles, 28 de diciembre de 2016

Fácil de acertar

En estas fechas se repiten puntualmente los innumerables artículos y programas dedicados a realizar el resumen del año.

Siguiendo el guión de uno de ellos, en lugar destacado aparece un inesperadamente victorioso Donald Trump como presidente de Estados Unidos al lado de la foto de una Hillary Clinton con aspecto cansado y la emoción contenida, consciente a sus 69 años de que se le escapaba de las manos su ultima opción para llegar a la presidencia de su país.

Otros acontecimientos sorpresivos por erróneamente diagnosticados por las encuestas fueron la victoria de los partidarios del Brexit con la consecuente caída de David Cameron, o las fallidas consultas en Colombia sobre el acuerdo de paz y en Italia contra las reformas que se llevaron por delante a un osado Renzi.

La muerte de Fidel Castro con 90 años no debía ser una sorpresa, pero lo fue, y un acontecimiento informativo a mi juicio exageradamente cubierto por todo tipo de medios nacionales e internacionales.

Las masacres terroristas tardarán en olvidarse y apartarse de nuestras retinas. En marzo el aeropuerto de Bruselas con 35 muertos; en julio Niza dejando cientos de heridos y 85 muertos; hace unos días en Alemania un nuevo atentado a un mercadillo navideño de Berlín dejaba también victimas.

Las imágenes lanzadas al mundo de forma reiterada, y por ello cada día causando menor impacto emocional, de bombardeos y de miles de niños victimas de ese horror de la guerra en Siria, o en otros lugares del planeta. Las catástrofes naturales que año tras año dejan imágenes sobrecogedoras como ocurrió en este 2016 en los terremotos de Italia o los huracanes desoladores en Haití, a los que podemos añadir los accidentes aéreos como el que hace unas semanas causaba 71 victimas, entre ellas casi todos los miembros de un equipo de fútbol brasileño o el reciente siniestro del vuelo que transportaba a los Coros del Ejército Ruso.

Aquí en nuestra nación española, la crisis política causada por los resultados del 20D de 2015 dejando un gobierno en funciones casi un año, la entrada de los populistas y separatistas en importante representación en nuestro Parlamento, la ruptura interna de un partido político como es el PSOE, la, por fin, investidura de Rajoy y la muerte de Rita Barberá, fueron acontecimientos difíciles de olvidar y que ya forman parte de nuestra historia contemporánea.

Más cerca, en Lugo, por fin el gobierno municipal encontraba su rumbo y lograba sacar adelante proyectos importantes para la ciudad largamente esperados y demandados. El parque del Miño se completaba al unirlo con el parque del Rato. La avenida duquesa de Lugo finalizaba su urbanización de los pocos metros que quedaban cerca del polígono del Ceao. El auditorio comenzaba un atractivo programa de conciertos. Por fin se ponía en marcha un plan de trafico y transporte urbano y se adoptaban medidas para potenciar el comercio tradicional y la promoción de nuestro patrimonio cultural.

De todos estos bloques de acontecimientos solo uno de ellos es apropiado al día de hoy, el día de los Santos Inocentes. Si vive en Lugo le resultará fácil de acertar.

Les deseo un feliz año 2017.

Fácil de acertar

Nestas datas repítense puntualmente os innumerables artigos e programas dedicados a realizar o resumo do ano.

Seguindo o guión dun deles, en lugar destacado aparece un inesperadamente vitorioso Donald Trump como presidente de Estados Unidos á beira da foto dunha Hillary Clinton con aspecto canso e a emoción contida, consciente aos seus 69 anos de que se lle escapaba das mans a súa ultima opción para chegar á presidencia do seu país.

Outros acontecementos sorpresivos por erroneamente diagnosticados polas enquisas foron a vitoria dos partidarios do Brexit coa consecuente caída de David Cameron, ou as erradas consultas en Colombia sobre o acordo de paz e en Italia contra as reformas que levaron por diante a un ousado Renzi.

A morte de Fidel Castro con 90 anos non debía ser unha sorpresa, pero o foi, e un acontecemento informativo ao meu xuízo esaxeradamente cuberto por todo tipo de medios nacionais e internacionais.

Os masacres terroristas tardarán en esquecerse e apartarse das nosas retinas. En marzo o aeroporto de Bruxelas con 35 mortos; en xullo Niza deixando centos de feridos e 85 mortos; hai uns días en Alemaña un novo atentado a un mercadiño do Nadal de Berlín deixaba tamén vítimas.

As imaxes lanzadas ao mundo de forma reiterada, e por iso cada día causando menor impacto emocional, de bombardeos e de miles de nenos vítimas dese horror da guerra en Siria, ou noutros lugares do planeta. As catástrofes naturais que ano tras ano deixan imaxes sobrecolledoras como ocorreu neste 2016 nos terremotos de Italia ou os furacáns desoladores en Haití, aos que podemos engadir os accidentes aéreos como o que hai unhas semanas causaba 71 vítimas, entre elas case todos os membros dun equipo de fútbol brasileiro ou o recente sinistro do voo que transportaba aos Coros do Exército Ruso.

Aquí na nosa nación española, a crise política causada polos resultados do 20D de 2015 deixando un goberno en funcións case un ano, a entrada dos populistas e separatistas en importante representación no noso Parlamento, a ruptura interna dun partido político como é o PSOE, a, por fin, investidura de Rajoy e a morte de Rita Barberá, foron acontecementos difíciles de esquecer e que xa forman parte da nosa historia contemporánea.

Máis preto, en Lugo, por fin o goberno municipal atopaba o seu rumbo e lograba sacar adiante proxectos importantes para a cidade longamente esperados e demandados. O parque do Miño completábase ao unilo co parque do Intre. A avenida duquesa de Lugo finalizaba a súa urbanización dos poucos metros que quedaban preto do polígono do Ceao. O auditorio comezaba un atractivo programa de concertos. Por fin poñíase en marcha un plan de trafico e transporte urbano e adoptábanse medidas para potenciar o comercio tradicional e a promoción do noso patrimonio cultural.

De todos estes bloques de acontecementos só un deles é apropiado ao día de hoxe, o día dos Santos Inocentes. Se vive en Lugo resultaralle fácil de acertar.

Deséxolles un feliz ano 2017.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Necesitamos menos polémicas

Una de las noticias más repetidas durante las ultimas fechas ha sido la polémica generada en Madrid por la decisión de su alcaldesa Carmena de peatonalizar la Gran Vía, una de las principales arterias de la capital. 

Si han visto las imágenes se habrán dado cuenta de que no estamos hablando de una peatonalización al uso sino de la prohibición de circular a un importante volumen de vehículos y la delimitación de los carriles de la calzada más próximos a la acera para dejarlos sin tráfico, sin obtener un gran beneficio para el peatón. En resumen una decisión improvisada y nada dialogada con los colectivos afectados que si ha resultado polémica seguramente ha sido por su ineficacia y su imposición, sin calcular los perjuicios económicos en esta época tan especial para muchos comercios.

Podríamos poner muchos ejemplos de decisiones políticas adoptadas sin la conveniente reflexión, el necesario dialogo y el prudente plazo de tiempo para su implantación. Muchos. Lo curioso es que ahora algunos de ellos llevan la firma de personas que quieren romper con los modos y maneras de quienes venían gobernando en muchos de estos lugares, son los representantes de lo que llaman la “nueva política”.

Los ciudadanos empiezan a conocer en qué consisten estas “nuevas políticas”. Romper con el pasado y construir un futuro, se reduce a cambiarle el nombre a las calles con criterios que poca relación guardan en ocasiones con la memoria histórica. Más bien son actuaciones basadas en la revancha y el resentimiento.

Ciudades gobernadas desde estas nuevas formas y maneras han evolucionado muy poco. Me duele especialmente la mía, Lugo, donde por una parte la inacción política del gobierno y por otra la falta del pulso vital ciudadano con sus propuestas e iniciativas, han dado como resultado la falta de proyectos y la carencia de reformas de calado. Esto de por sí ya es preocupante, pero se agrava más todavía si las urbes de nuestro entorno mantienen un ritmo diferente de crecimiento y con ello se convierten en más atractivas para vivir o para realizar nuestras compras.

Si en su momento en Lugo se apostó por potenciar el comercio tradicional ganando espacios para los peatones y rehabilitando su patrimonio histórico, en tiempos más recientes otros apostaron por las grandes superficies comerciales en el extra radio que hoy no solamente compiten entre ellas por su supervivencia sino que están condenando a desaparecer la actividad económica autóctona vinculada a la ciudad.

De seguir por este camino dentro de poco tiempo no servirá de nada tener más espacios para el peatón si en ellos no hay actividad, si solo vemos locales con el letrero de “se vende” en sus escaparates.

Necesitamos gobiernos y sociedades que convivan, que dialoguen, que sueñen juntos una ciudad mejor, también para las generaciones que nos sucedan.

La responsabilidad es de todos. La de unos eligiendo a nuestros gobernantes, la de estos gestionando con dialogo y decisión, priorizando juntos en función de los recursos, siempre escasos.

Necesitamos menos polémicas. Precisamos de más ilusión colectiva. Lugo bien lo merece.

Necesitamos menos polémicas

Unha das noticias máis repetidas durante ultímalas datas foi a polémica xerada en Madrid pola decisión da súa alcaldesa Carmena de peonalizar a Gran Vía, unha das principais arterias da capital. 

Se viron as imaxes déronse conta de que non estamos a falar dunha peonalización ao uso senón da prohibición de circular a un importante volume de vehículos e a delimitación dos carrís da calzada máis próximos á beirarrúa para deixalos sen tráfico, sen obter un gran beneficio para o peón. En resumo unha decisión improvisada e nada dialogada cos colectivos afectados que se resultou polémica seguramente foi pola súa ineficacia e a súa imposición, sen calcular os prexuízos económicos nesta época tan especial para moitos comercios.

Poderiamos poñer moitos exemplos de decisións políticas adoptadas sen a conveniente reflexión, o necesario dialogo e o prudente prazo de tempo para a súa implantación. Moitos. O curioso é que agora algúns deles levan a firma de persoas que queren romper cos modos e maneiras de quen viña gobernando en moitos destes lugares, son os representantes do que chaman a “nova política”.

Os cidadáns empezan a coñecer en que consisten estas “novas políticas”. Romper co pasado e construír un futuro, redúcese a cambiarlle o nome ás rúas con criterios que pouca relación gardan en ocasións coa memoria histórica. Máis ben son actuacións baseadas no desquite e o resentimento.

Cidades gobernadas desde estas novas formas e maneiras evolucionaron moi pouco. Dóeme especialmente a miña, Lugo, onde por unha banda a inacción política do goberno e por outra a falta do pulso vital cidadán coas súas propostas e iniciativas, deron como resultado a falta de proxectos e a carencia de reformas de calado. Isto de seu xa é preocupante, pero agrávase máis aínda se as urbes da nosa contorna manteñen un ritmo diferente de crecemento e con iso convértense en máis atractivas para vivir ou para realizar as nosas compras.

Se no seu momento en Lugo apostouse por potenciar o comercio tradicional gañando espazos para os peóns e rehabilitando o seu patrimonio histórico, en tempos máis recentes outros apostaron polas grandes superficies comerciais no extra radio que hoxe non soamente compiten entre elas pola súa supervivencia senón que están a condenar a desaparecer a actividade económica autóctona vinculada á cidade.

De seguir por este camiño deica pouco tempo non servirá de nada ter máis espazos para o peón se neles non hai actividade, se só vemos locais co letreiro de “véndese” nos seus escaparates.

Necesitamos gobernos e sociedades que convivan, que dialoguen, que soñen xuntos unha cidade mellor, tamén para as xeracións que nos sucedan.

A responsabilidade é de todos. A duns elixindo os nosos gobernantes, a destes xestionando con dialogo e decisión, priorizando xuntos en función dos recursos, sempre escasos.

Necesitamos menos polémicas. Precisamos de máis ilusión colectiva. Lugo ben o merece.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ignominia colectiva

Parte de nuestra sociedad está enferma, se alimenta de tertulias mediáticas que se han convertido en tribunales sumarísimos de justicia, dictando sentencias inapelables con antelación a las que los jueces, más tarde que en plazo, acaban imponiendo. Todos los días asistimos a juicios paralelos donde las miserias humanas alcanzan niveles sorprendentes, donde se imponen condenas en un perfecto ejercicio de ignominia colectiva, donde todos acaban convertidos en jueces de tristes tribunales.

Basta que se inicie cualquier procedimiento judicial para que inmediatamente comience su retransmisión diaria en directo, en ocasiones alimentada con las correspondientes filtraciones parciales e intencionadas de procedimientos judiciales que teóricamente están bajo “secreto” del sumario.

A ello añadamos el enfoque y tratamiento mediático desigual en función del personaje, pero coincidente en darle gran publicidad en la fase acusatoria y sin apenas dedicarles espacio cuando esas causas se archivan o se absuelve a los investigados.

En abril de este año fue procesado por el Tribunal Supremo el senador de Bildu Iñaki Goioaga por haber podido cometer delito de pertenencia o colaboración con organización terrorista ¿Cuántos de ustedes leyeron o escucharon algo sobre este caso desde que el Supremo en septiembre del 2015 abrió una investigación por delitos de integración en organización terrorista, financiación de terrorismo, contra la hacienda Pública, fraude a la Seguridad Social y blanqueo de capitales? Por el contrario, ¿cuántas veces leyeron o escucharon la investigación a Rita por los puñeteros 1.000€? ¿Es comparable la causa investigada, el hostigamiento y la difusión en ambos casos?

Y como colofón de este repugnante panorama la actitud de algunos que dicen representar la nueva política, que no quisieron guardar un minuto de silencio en la sede de la soberanía nacional, instantes después de conocerse su muerte. No olviden las palabras de Pablo Iglesias el día de la apertura solemne de la Legislatura, diciendo que no acudía a la salutación a los Reyes porque le “daba asco” ir en la misma fila que Rita Barberá.

En los últimos meses de la vida de Rita ha habido mucho de todo esto. Ha sido una autentica cacería, desde la misma puerta de su casa. Durante meses personas apostadas ante su portal con pancartas insultantes siguiéndola por la calle, a las que se sumaban algunos medios de comunicación alimentando su circo.

Todo esto como respuesta a una vida de servicio público que entre otras cosas provocó que su ciudad, Valencia, se convirtiera durante sus años como alcaldesa en una de las ciudades más atractivas y prósperas de España.

No es de extrañar que la pena tan grande que la invadía en esta su última etapa hiciese mella en su corazón hasta el punto de que no le resistiese, porque Rita se murió de pena. Hay quien lo ha calificado de asesinato civil como consecuencia de la cascada de injurias y calumnias que atacaron sin piedad su estima y honestidad. 

Tanta ignominia bien merece una reflexión colectiva.

Ignominia colectiva

Parte da nosa sociedade está enferma, aliméntase de faladoiros mediáticos que se converteron en tribunais sumarísimos de xustiza, ditando sentenzas inapelables con antelación ás que os xuíces, máis tarde que en prazo, acaban impoñendo. Todos os días asistimos a xuízos paralelos onde as miserias humanas alcanzan niveis sorprendentes, onde se impoñen condenas nun perfecto exercicio de ignominia colectiva, onde todos acaban convertidos en xuíces de tristes tribunais.

Basta que se inicie calquera procedemento xudicial para que inmediatamente comece a súa retransmisión diaria en directo, en ocasións alimentada coas correspondentes filtracións parciais e intencionadas de procedementos xudiciais que teoricamente están baixo “segredo” do sumario.

A iso engadamos o enfoque e tratamento mediático desigual en función do personaxe, pero coincidente en darlle gran publicidade na fase acusatoria e sen apenas dedicarlles espazo cando esas causas arquívanse ou se absolve aos investigados.

En abril deste ano foi procesado polo Tribunal Supremo o senador de Bildu Iñaki Goioaga por poder cometer delito de pertenza ou colaboración con organización terrorista Cantos de vostedes leron ou escoitaron algo sobre este caso desde que o Supremo en setembro do 2015 abriu unha investigación por delitos de integración en organización terrorista, financiamento de terrorismo, contra a facenda Pública, fraude á Seguridade Social e branqueo de capitais? Pola contra, cantas veces leron ou escoitaron a investigación a Rita polos malditos 1.000?? É comparable a causa investigada, a fustrigación e a difusión en ambos os casos?

E como colofón deste repugnante panorama a actitude dalgúns que din representar a nova política, que non quixeron gardar un minuto de silencio na sede da soberanía nacional, instantes despois de coñecerse a súa morte. Non esquezan as palabras de Pablo Igrexas o día da apertura solemne da Lexislatura, dicindo que non acudía á salutación aos Reyes porque lle “daba noxo” ir na mesma fila que Rita Barberá.

Nos últimos meses da vida de Rita houbo moito de todo isto. Foi unha autentica cacería, desde a mesma porta da súa casa. Durante meses persoas apostadas ante o seu portal con pancartas insultantes seguíndoa pola rúa, ás que se sumaban algúns medios de comunicación alimentando a súa circo.

Todo isto como resposta a unha vida de servizo público que entre outras cousas provocou que a súa cidade, Valencia, convertésese durante os seus anos como alcaldesa nunha das cidades máis atractivas e prósperas de España.

Non é de estrañar que a pena tan grande que a invadía nesta a súa última etapa fixese madeixa no seu corazón ata o punto de que non lle resistise, porque Rita morreu de pena. Hai quen o cualifique de asasinato civil como consecuencia da fervenza de inxurias e calumnias que atacaron sen piedade a súa estima e honestidade. 

Tanta ignominia ben merece unha reflexión colectiva.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Estabilidad

Si acudimos al diccionario de la Real Academia de la Lengua y buscamos su significado obtendremos una definición escueta y sencilla: “cualidad de estable”, citando como ejemplos la estabilidad atmosférica, económica o la de un coche. Como quiera que podemos quedar insatisfechos buscamos el adjetivo “estable”, y encontramos tres posibles acepciones:

  1. Que se mantiene sin peligro de cambiar, caer o desaparecer. Ejemplo: Temperatura, economía estable.
  2. Que permanece en un lugar durante mucho tiempo. Ejemplo: Inquilino estable.
  3. Que mantiene o recupera el equilibrio. Ejemplo: Un coche muy estable

Corren tiempos, dentro y fuera de casa, donde las situaciones que vivimos nos transmiten sensaciones de inquietud, preocupación, incertidumbre... muy distantes de las incluidas en la anterior definición.

Si seguimos los ejemplos recogidos en el diccionario podremos ver la importancia de la estabilidad aplicada a nuestro día a día.

Así, ¡qué decir de la estabilidad atmosférica!, ¡con la importancia que cada día damos a que el tiempo se mantenga estable, el bueno claro, y no nos sorprendan los cambios bruscos de temperaturas! Lo mismo para la estabilidad económica, que nos mantenga alejados de sobresaltos en las bolsas, en la prima de riesgo, en los tipos de cambio. O de la estabilidad en el empleo como síntoma de tranquilidad y seguridad.

Traigo a colación este tema porque tengo la certeza de que valoramos muy poco algunas de las decisiones y actuaciones políticas que tienen como finalidad propiciar estabilidad a nuestro país y por extensión a todos cuantos vivimos en él.

Es posible que los meses que han transcurrido en España sin un gobierno con plenas funciones hayan hecho recapacitar sobre la importancia de no generar incertidumbre y que muchos gallegos a la hora de elegir su opción política y depositar su voto hace unas semanas tuviesen presente en su memoria lo que podría ocurrir en Galicia si no se continuaba por la senda de la seriedad y recuperación que ya notamos. La alternativa era clara, inestabilidad política con un gobierno formado por tres o cuatro partidos.

Al definir la estabilidad nuestro diccionario habla de una cualidad, de algo positivo. Sin embargo los españoles pertenecemos a un pueblo que tradicionalmente no ha tendido a sentirse orgulloso de su historia y de sus muchos aciertos. Por el contrario, tendemos a quejarnos y criticar mucho de lo que tenemos o conseguimos como logro colectivo. Tenemos una tendencia inexplicable a dispararnos en los pies.

Hoy Galicia y España cuentan con gobiernos fiables y predecibles, que actúan y por tanto gobiernan sin sobresaltos, sin sorpresas, con políticas contrastadas que persiguen mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, sin revanchismos ni sectarismos, sin enfrentamientos entre buenos y malos, izquierdas o derechas.

Por eso le doy tanta importancia a la estabilidad. Porque es una cualidad positiva y porque representa lo que todos queremos en nuestras vidas. Y como dice el diccionario “sin peligro de desaparecer o de caer”. Valoremos lo que tenemos. 

Estabilidade

Se acudimos ao dicionario da Real Academia da Lingua e buscamos o seu significado obteremos unha definición concisa e sinxela: "calidade de estable", citando como exemplos a estabilidade atmosférica, económica ou a dun coche. Como queira que podemos quedar insatisfeitos buscamos o adxectivo "estable", e atopamos tres posibles acepcións:
  1. Que se mantén sen perigo de cambiar, caer ou desaparecer. Exemplo: Temperatura, economía estable.
  2. Que permanece nun lugar durante moito tempo. Exemplo: Inquilino estable.
  3. Que mantén ou recupera o equilibrio. Exemplo: Un coche moi estable
Corren tempos, dentro e fóra de casa, onde as situacións que vivimos transmítennos sensacións de inquietude, preocupación, incerteza... moi distantes das incluídas na anterior definición. 

Se seguimos os exemplos recolleitos no dicionario poderemos ver a importancia da estabilidade aplicada ao noso día a día.

Así, que dicir da estabilidade atmosférica!, coa importancia que cada día damos a que o tempo se manteña estable, o bo claro, e non nos sorprendan os cambios bruscos de temperaturas! O mesmo para a estabilidade económica, que nos manteña afastados de sobresaltos nas bolsas, na curmá de risco, nos tipos de cambio. Ou da estabilidade no emprego como síntoma de tranquilidade e seguridade.

Traio a colación este tema porque teño a certeza de que valoramos moi pouco algunhas das decisións e actuacións políticas que teñen como finalidade propiciar estabilidade ao noso país e por extensión a todos cuantos vivimos nel.

É posible que os meses que transcorreron en España sen un goberno con plenas funcións fixesen recapacitar sobre a importancia de non xerar incerteza e que moitos galegos á hora de elixir a súa opción política e depositar o seu voto hai unhas semanas tivesen presente na súa memoria o que podería ocorrer en Galicia se non se continuaba pola senda da seriedade e recuperación que xa notamos. A alternativa era clara, inestabilidade política cun goberno formado por tres ou catro partidos.

Ao definir a estabilidade o noso dicionario fala dunha calidade, de algo positivo. Con todo os españois pertencemos a un pobo que tradicionalmente non tendeu a sentirse orgulloso da súa historia e dos seus moitos acertos. Pola contra, tendemos a queixarnos e criticar moito do que temos ou conseguimos como logro colectivo. Temos unha tendencia inexplicable a dispararnos nos pés. 

Hoxe Galicia e España contan con gobernos fiables e predicibles, que actúan e por tanto gobernan sen sobresaltos, sen sorpresas, con políticas contrastadas que perseguen mellorar as condicións de vida dos cidadáns, sen revanchismos nin sectarismos, sen enfrontamentos entre bos e malos, esquerdas ou dereitas.

Por iso doulle tanta importancia á estabilidade. Porque é unha calidade positiva e porque representa o que todos queremos nas nosas vidas. E como di o dicionario ?sen perigo de desaparecer ou de caer?. Valoremos o que temos.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La nueva singladura

Por fin después de largos meses sin clarificar quién debería capitanear el barco para la nueva singladura, ya tenemos al preferido por la mayoría de españoles en el puente del barco. Ya está trazando en las cartas de navegación el mejor de los rumbos para llegar a buen puerto, evitar colisionar con los muchos arrecifes previsibles y esquivar las tempestades que no han de faltar.

Las cosas han tardado en esclarecerse más tiempo del deseado, pero bien pensado, también han servido para ir poniendo a cada uno en su sitio, para ir conociendo mejor la forma de ser y pensar de algunos recién llegados y sus recetas mágicas basadas en hacernos creer que los recursos del Estado son ilimitados y que las cosas se solucionan por la fuerza y con violencia, verbal y si fuese necesario física.

De las muchas galernas a las que habrán de enfrentarse nuestro capitán y su tripulación, es posible que las económicas y todas aquellas que tengan que ver con garantizar nuestro estado del bienestar sean las que ocupen más noticieros. Sin embargo hay peligrosos huracanes en el horizonte que me inquietan algo más.

Durante las jornadas que duró el ultimo debate de investidura fueron muchos los gestos, las miradas, las palabras, en definitiva los mensajes de odio, rencor y amenazas a la democracia. Todavía resuenan en mis oídos las alusiones a las Brigadas Internacionales, los calificativos de “golpe parlamentario”, “partidos del régimen”, “violencia judicial”, “tramposos”, las amenazas independentistas diciéndonos que “si vienen a buscarnos a nuestras casas habrán perdido por goleada” y un largo etcétera que tuvieron como denominador común el enfrentamiento.

Intervenciones que pretenden volver a dividirnos entre buenos y malos, que tienen un claro tiente de guerracivilismo y que rezuman dosis mayores de odio cuanto peores resultados electorales obtienen.

Si gestionar la gobernabilidad será complicado, estoy convencido que con diálogo y actitudes constructivas entre los responsables políticos de los partidos que hoy se mantienen firmes en defensa de la Constitución y de los principios de respeto y convivencia entre los españoles, esa tarea podrá completarse con éxito.

Me inquieta la gestión de las amenazas y odios que como digo ya asoman en un horizonte cercano. Cuánta razón tiene nuestro presidente Rajoy cuando dice que “hay que dejar de lado los esfuerzos por distanciarse del adversario político”, y que “hoy ya no es creíble la demonización del adversario”. Lo malo es que una cosa son los adversarios políticos y otra bien diferente los enemigos de la democracia. Estos últimos no suelen aceptar los resultados electorales salvo cuando les favorecen, se sitúan por encima del bien y del mal y encajan con malos modos y maneras las criticas.

De todas las galernas y dificultades que habrá que sortear en esta singladura histórica, la manera en que se haga frente y aborde la bravura de las olas de odio que escupiendo espuma ya vienen hacia nuestro barco, será la clave para garantizar nuestra convivencia pacifica. Confío en la templanza y experiencia de nuestro capitán y ayudemos en todo cuanto podamos.

A nova singradura

Por fin despois de longos meses sen clarificar quen debería capitanear o barco para a nova singradura, xa temos ao preferido pola maioría de españois na ponte do barco. Xa está a trazar nas cartas de navegación o mellor dos rumbos para chegar a bo porto, evitar chocar cos moitos arrecifes previsibles e esquivar as tempestades que non han de faltar.

As cousas tardaron en esclarecerse máis tempo do desexado, pero ben pensado, tamén serviron para ir poñendo a cada un no seu sitio, para ir coñecendo mellor a forma de ser e pensar dalgúns recentemente chegados e as súas receitas máxicas baseadas en facernos crer que os recursos do Estado son ilimitados e que as cousas se solucionan pola forza e con violencia, verbal e se fose necesario física.

Das moitas galernas ás que haberán de enfrontarse o noso capitán e a súa tripulación, é posible que as económicas e todas aquelas que teñan que ver con garantir o noso estado do benestar sexan as que ocupen máis noticieros. Con todo hai perigosos furacáns no horizonte que me inquietan algo máis.

Durante as xornadas que durou o ultimo debate de investidura foron moitos os xestos, as miradas, as palabras, en definitiva as mensaxes de odio, rancor e ameazas á democracia. Aínda resoan nos meus oídos as alusións ás Brigadas Internacionais, os cualificativos de “golpe parlamentario”, “partidos do réxime”, “violencia xudicial”, “tramposos”, as ameazas independentistas dicíndonos que “se veñen buscarnos ás nosas casas perderían por goleada” e un longo etcétera que tiveron como denominador común o enfrontamento.

Intervencións que pretenden volver dividirnos entre bos e malos, que teñen un claro tente de guerracivilismo e que rezuman doses maiores de odio canto peores resultados electorais obteñen.

Se xestionar a gobernabilidade será complicado, estou convencido que con diálogo e actitudes construtivas entre os responsables políticos dos partidos que hoxe se manteñen firmes en defensa da Constitución e dos principios de respecto e convivencia entre os españois, esa tarefa poderá completarse con éxito.

Inquiétame a xestión das ameazas e odios que como digo xa asoman nun horizonte próximo. Canta razón ten o noso presidente Rajoy cando di que “hai que deixar de lado os esforzos por distanciarse do adversario político”, e que “hoxe xa non é crible a demonización do adversario”. O malo é que unha cousa son os adversarios políticos e outra ben diferente os inimigos da democracia. Estes últimos non adoitan aceptar os resultados electorais salvo cando lles favorecen, sitúanse por encima do ben e do mal e encaixan con malos modos e maneiras critícalas.

De todas as galernas e dificultades que haberá que sortear nesta singradura histórica, a maneira en que se faga fronte e aborde a bravura das ondas de odio que cuspindo escuma xa veñen cara ao noso barco, será a clave para garantir a nosa convivencia pacifica. Confío na temperanza e experiencia do noso capitán e axudemos en todo canto podamos.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Violencia

Es muy posible que el interés informativo de estos días se siga centrando en las inmediatas y decisivas jornadas que desembocarán en una investidura exitosa o en la repetición por tercera vez de unas elecciones generales. El tema lo merece.

Pero van a permitirme que dedique esta líneas a algo que siendo de mayor calado y gravedad ocupa poco espacio en los medios de comunicación y en el debate social en general.

En estas ultimas fechas hemos sido testigos de noticias tremendas para una sociedad que se dice moderna y civilizada. Nos enterábamos de la agresión a una niña de 8 años en el patio de su colegio y por sus propios compañeros. También de los informes de la fiscalía de una provincia del país vasco en el que se recogen las 47 denuncias en este año por acoso en el entorno escolar, llegando al extremo de que en alguno de estos casos se llegó a necesitar escolta escolar para la protección del menor.

Por último, y no por que no hubiese más sino por necesidad de adaptarme al espacio del artículo, me impactaba la noticia referida a un niño almeriense de 12 años que como consecuencia del acoso y las agresiones prolongadas que sufría desde que tenia 8 años, según su propia madre “ya no tiene ganas de vivir” y permanece encerrado en su casa medicado con ansiolíticos y antidepresivos.

Son ejemplos dispares y al azar de noticias que pasan ante nuestros ojos y que parecen resbalar a una sociedad anestesiada e insensible. Por ello son muchas las veces en que deberíamos preguntarnos qué clase de personas estamos creando.

Debemos buscar respuestas y soluciones que puedan explicar la existencia de jóvenes que llegan a lincharse, a insultarse gravemente e incluso a matar por celos. También a las reacciones de adultos deseando la muerte a un niño enfermo de cáncer que desea curarse para llegar a ser torero. Todo esto no es fruto de mi perversa imaginación, es el resumen de algunas, solo algunas, noticias de estos días.

Vivimos en una sociedad donde cada vez es más palpable la carencia de valores humanos y donde la violencia física y psicológica en colegios es una realidad a la que no podemos dar la espalda ni ser indiferentes.

La compleja tarea de su erradicación debe compartirse entre padres y escuelas. Sirve de poco el rigor en una parte si la otra es totalmente permisiva negando el maltrato y la violencia.

Pero también la sociedad en su conjunto debe ser consciente de la influencia de tanta violencia envolviendo las mentes de los más jóvenes por medio de películas y series televisivas, incluso de “juegos” que son líderes en ventas para consolas y ordenadores.

No estaría mal que al igual que en muchas aplicaciones líderes en las redes sociales le damos con facilidad al “me gusta”, también inventásemos y pulsásemos la opción “rechazo”, “denuncio”, “aborrezco” cualquier comentario, indicio o evidencia de casos de violencia, acoso, insultos o agresiones físicas y psicológicas que a diario se muestran ante nosotros. Acorralar y poner fin a la violencia es tarea de todos.


Violencia

É moi posible que o interese informativo destes días sígase centrando nas inmediatas e decisivas xornadas que desembocarán nunha investidura exitosa ou na repetición por terceira vez dunhas eleccións xerais. O tema meréceo.

Pero van permitirme que dedique esta liñas a algo que sendo de maior calado e gravidade ocupa pouco espazo nos medios de comunicación e no debate social en xeral.

Nestas ultimas datas fomos testemuñas de noticias tremendas para unha sociedade que se di moderna e civilizada. Decatabámonos da agresión a unha nena de 8 anos no patio do seu colexio e polos seus propios compañeiros. Tamén dos informes da fiscalía dunha provincia do país vasco no que se recollen as 47 denuncias neste ano por acoso na contorna escolar, chegando ao extremo de que nalgún destes casos chegouse a necesitar escolta escolar para a protección do menor.

Por último, e non por que non houbese máis senón por necesidade de adaptarme ao espazo do artigo, impactábame a noticia referida a un neno almeriense de 12 anos que como consecuencia do acoso e as agresións prolongadas que sufría desde que tenia 8 anos, segundo a súa propia nai ?xa non ten ganas de vivir? e permanece encerrado na súa casa medicado con ansiolíticos e antidepresivos.

Son exemplos dispares e ao azar de noticias que pasan ante os nosos ollos e que parecen escorregar a unha sociedade anestesiada e insensible. Por iso son moitas as veces en que deberiamos preguntarnos que clase de persoas estamos a crear.

Debemos buscar respostas e solucións que poidan explicar a existencia de mozas que chegan a lincharse, a insultarse gravemente e mesmo a matar por celos. Tamén ás reaccións de adultos desexando a morte a un neno enfermo de cancro que desexa curarse para chegar a ser toureiro. Todo isto non é froito da miña perversa imaxinación, é o resumo de algunhas, só algunhas, noticias destes días.

Vivimos nunha sociedade onde cada vez é máis palpable a carencia de valores humanos e onde a violencia física e psicolóxica en colexios é unha realidade á que non podemos dar as costas nin ser indiferentes.

A complexa tarefa da súa erradicación debe compartirse entre pais e escolas. Serve de pouco o rigor nunha parte se a outra é totalmente permisiva negando os malos tratos e a violencia.

Pero tamén a sociedade no seu conxunto debe ser consciente da influencia de tanta violencia envolvendo as mentes dos máis novos por medio de películas e series televisivas, mesmo de “xogos” que son líderes en vendas para consolas e computadores.

Non estaría mal que do mesmo xeito que en moitas aplicacións líderes nas redes sociais dámoslle con facilidade ao “gústame”, tamén inventásemos e pulsásemos a opción “rexeitamento”, “denuncio”, “aborrezo” calquera comentario, indicio ou evidencia de casos de violencia, acoso, insultos ou agresións físicas e psicolóxicas que a diario se mostran ante nós. Acurralar e poñer fin á violencia é tarefa de todos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Dos modelos

En los últimos 15 días en España hemos sido testigos, en diferentes localizaciones o escenarios, de representaciones muy diferentes de la política y de lo que los ciudadanos valoran de los políticos.

En Galicia los gallegos, pueblo inteligente y prudente, optaba en las urnas por elegir un futuro de moderación y de estabilidad basado en la experiencia previa y los resultados del gobierno de Feijoo durante los últimos 8 años. Valoraron la honradez y la gestión de un hombre al frente de un equipo que consiguieron abordar la fuerte crisis económica que vivía toda España sin poner en riesgo las principales muestras del estado de bienestar.

Los gallegos desde la noche del 25 de septiembre supimos, desde esa misma noche, que aquí sería imposible bloquear la formación de un gobierno, que dentro de los plazos establecidos por la normativa, comenzará a legislar un parlamento pleno de facultades con una mayoría estable y suficiente para aprobar presupuestos y desarrollar plenamente sus competencias. Que en unas semanas un nuevo gobierno presidido por Feijoo seguirá velando por el interés general de los gallegos y cumpliendo los compromisos contraídos con todos ellos.

Lejos quedarán los líos internos y las luchas fratricidas por alcanzar el poder dentro de una organización política bien diferente, que también en estas fechas han propiciado un espectáculo bochornoso incluso a los ojos de sus mismos protagonistas.

Muy seguro estoy de que en el voto depositado por la mayoría de los gallegos pesó el comportamiento de un partido y un líder que han demostrado seriedad frente a la actitud de otros ¿responsables? políticos que han preferido llevarse por delante a su propio partido con tal de aguantar unos días mas al frente del mismo. Personas que venían demostrando que su máxima era el bloqueo por el bloqueo o quizás por la inquina personal a su rival, o también porque tenían planes inconfesables para formar un gobierno imposible que solo con imaginarlo sufro por España.

No me cabe duda de que después del lamentable espectáculo de Ferraz los gallegos estarán mas satisfechos de tener por delante un panorama bien diferente en Galicia para los próximos 4 años.

Pero también espero que después de esta batalla interna por el poder en el PSOE, el futuro de ese importante partido para la democracia en España tome buena nota de por donde pueden y deben iniciar su reconstrucción después de haberlo dinamitado.

Lo que esperamos muchos españoles es que la nueva dirección socialista, primero por medio de su gestora y después por las personas que resulten elegidas por sus militantes, pongan el foco en una política moderada, respetuosa con la voluntad popular, alejada de populismos y nacionalismos, males que por haberlos acariciado en exceso condujeron a esta formación al borde de la desaparición.

Hemos comprobado y tenemos a la vista dos modelos bien diferentes de convivencia social y política.

Dos modelos frente a los que los ciudadanos no tendrían, a día de hoy y con lo ya experimentado, duda alguna. 

Dous modelos 

Nos últimos 15 días en España fomos testemuñas, en diferentes localizacións ou escenarios, de representacións moi diferentes da política e do que os cidadáns valoran dos políticos.

En Galicia os galegos, pobo intelixente e prudente, optaba nas urnas por elixir un futuro de moderación e de estabilidade baseado na experiencia previa e os resultados do goberno de Feijoo durante os últimos 8 anos. Valoraron a honradez e a xestión dun home á fronte dun equipo que conseguiron abordar a forte crise económica que vivía toda España sen poñer en risco as principais mostras do estado de benestar.

Os galegos desde a noite do 25 de setembro soubemos, desde esa mesma noite, que aquí sería imposible bloquear a formación dun goberno, que dentro dos prazos establecidos pola normativa, comezará a lexislar un parlamento pleno de facultades cunha maioría estable e suficiente para aprobar orzamentos e desenvolver plenamente as súas competencias. Que nunhas semanas un novo goberno presidido por Feijoo seguirá velando polo interese xeral dos galegos e cumprindo os compromisos contraídos con todos eles.

Lonxe quedarán as leas internas e as loitas fratricidas por alcanzar o poder dentro dunha organización política ben diferente, que tamén nestas datas propiciaron un espectáculo vergoñento mesmo aos ollos dos seus mesmos protagonistas.

Moi seguro estou de que no voto depositado pola maioría dos galegos pesou o comportamento dun partido e un líder que demostraron seriedade fronte á actitude doutros responsables? políticos que preferiron levar por diante ao seu propio partido con tal de aguantar uns días mais á fronte do mesmo. Persoas que viñan demostrando que a súa máxima era o bloqueo polo bloqueo ou quizais pola inquina persoal ao seu rival, ou tamén porque tiñan plans inconfesables para formar un goberno imposible que só con imaxinalo sufro por España.

Non me cabe dúbida de que despois do lamentable espectáculo de Ferraz os galegos estarán mais satisfeitos de ter por diante un panorama ben diferente en Galicia para os próximos 4 anos.

Pero tamén espero que despois desta batalla interna polo poder no PSOE, o futuro dese importante partido para a democracia en España tome boa nota de por onde poden e deben iniciar a súa reconstrución despois de dinamitalo.

O que esperamos moitos españois é que a nova dirección socialista, primeiro por medio da súa xestora e despois polas persoas que resulten elixidas polos seus militantes, poñan o foco nunha política moderada, respectuosa coa vontade popular, afastada de populismos e nacionalismos, males que por acariñalos en exceso conduciron a esta formación ao bordo da desaparición.

Comprobamos e temos á vista dous modelos ben diferentes de convivencia social e política.

Dous modelos fronte aos que os cidadáns non terían, a día de hoxe e co xa experimentado, dubida algunha.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Porque te lo mereces

Vivimos tiempos en los que estar en política, desempeñar una función pública vinculada a la política, identificarse con idearios e ideales de partidos políticos, en definitiva ser político, resulta en muchas ocasiones difícil y poco reconfortante.

En estas circunstancias, Alberto, tomaste una decisión valiente y arriesgada. Hace unos meses decidiste que después de ocho años como presidente de todos los gallegos, volverías a asumir el reto de intentar volver a ganarte su confianza mayoritaria y así poder continuar defendiendo y trabajando por Galicia durante los próximos cuatro años.

En su momento y desde estas mismas páginas dije que renunciabas a una nueva etapa de tu vida en lo personal y en lo profesional y elegías el camino menos cómodo porque tienes un compromiso muy fuerte con tu tierra y no quieres defraudarla.

Alberto, gobiernas esta tierra desde hace casi 8 años en circunstancias muy difíciles, y poco a poco con tus políticas acertadas y certeras conseguiste que los gallegos notasen la recuperación y valorasen el trabajo de tu gobierno. Hoy son referente y ejemplo para muchos en España.

En estos días de campaña te escucho con atención relatar las principales actuaciones llevadas a cabo por tu gobierno en nuestra tierra. Compruebo que a pesar de los años de vacas flacas en los que te ha resultado difícil aprobar presupuestos inversores, has cumplido con los gallegos. Has conseguido que la educación, la sanidad, los servicios sociales, las guarderías, las residencias de nuestros mayores, no solo no se vieran mermadas debido a la crisis, sino que año tras año notasen la recuperación y la ampliación de estos servicios indispensables para garantizar un estado de bienestar.

Has defendido nuestros sectores productivos en Madrid y en Bruselas como pocos hicieron, a pesar de que los resultados en ocasiones se hagan esperar más de lo que apetecías y los gallegos merecen, pero el trabajo continúa.

Tampoco olvidaste en este escenario de precariedad presupuestaria, las inversiones en infraestructuras y las demandas de las mismas al gobierno de la nación. Muchos son los ejemplos que aquí no tienen espacio.

Pero sobre todo Alberto, en estos años has crecido mucho como político. Lo has hecho en circunstancias adversas y en el medio de un escenario donde la clase política ha visto caer en picado su prestigio y reputación, y por ello el mérito y el premio es tuyo y para ti.

Esto ha sido así porque, y permite que utilice tus propias palabras, elegiste ponerte a disposición de los gallegos, porque a pesar de las renuncias piensas que la política merece la pena por el mero hecho de poder ayudar a las personas con dificultades, porque no estás para lucir el cargo ni para acomodarte, porque crees en tus errores y en tus aciertos, porque entiendes que cuanta más alta es la responsabilidad mayor debe ser la humildad, porque tienes la cabeza y el corazón en Galicia.

Por estas y muchas otras razones mereces que el próximo domingo 25 de septiembre los gallegos llenen las urnas de confianza hacia tu persona. Porque te lo mereces. 


Porque o mereces

Vivimos tempos nos que estar en política, desempeñar unha función pública vinculada á política, identificarse con idearios e ideais de partidos políticos, en definitiva ser político, resulta en moitas ocasións difícil e pouco reconfortante.

Nestas circunstancias, Alberto, tomaches unha decisión valente e arriscada. Hai uns meses decidiches que despois de oito anos como presidente de todos os galegos, volverías asumir o reto de tentar volver gañarche a súa confianza maioritaria e así poder continuar defendendo e traballando por Galicia durante o próximos catro anos.

No seu momento e desde estas mesmas páxinas dixen que renunciabas a unha nova etapa da túa vida no persoal e no profesional e elexías o camiño menos cómodo porque tes un compromiso moi forte coa túa terra e non queres defraudala.

Alberto, gobernas esta terra desde hai case 8 anos en circunstancias moi difíciles, e aos poucos coas túas políticas acertadas e certeiras conseguiches que os galegos notasen a recuperación e valorasen o traballo do teu goberno. Hoxe son referente e exemplo para moitos en España.

Nestes días de campaña escóitoche con atención relatar as principais actuacións levadas a cabo polo teu goberno na nosa terra. Comprobo que a pesar dos anos de vacas fracas nos que che resultou difícil aprobar orzamentos investidores, cumpriches cos galegos. Conseguiches que a educación, a sanidade, os servizos sociais, as garderías, as residencias dos nosos maiores, non só non se visen mermadas debido á crise, senón que ano tras ano notasen a recuperación e a ampliación destes servizos indispensables para garantir un estado de benestar.

Defendiches os nosos sectores produtivos en Madrid e en Bruxelas como poucos fixeron, a pesar de que os resultados en ocasións fáganse esperar máis do que apetecías e os galegos merecen, pero o traballo continúa.

Tampouco esqueciches neste escenario de precariedade orzamentaria, os investimentos en infraestruturas e as demandas das mesmas ao goberno da nación. Moitos son os exemplos que aquí non teñen espazo.

Pero sobre todo Alberto, nestes anos creciches moito como político. Fixéchelo en circunstancias adversas e no medio dun escenario onde a clase política ha visto caer en picado o seu prestixio e reputación, e por iso o mérito e o premio é teu e para ti.

Isto foi así porque, e permite que utilice as túas propias palabras, elixiches poñerche a disposición dos galegos, porque a pesar das renuncias pensas que a política merece a pena polo mero feito de poder axudar ás persoas con dificultades, porque non estás para lucir o cargo nin para acomodarche, porque crees nos teus erros e nos teus acertos, porque entendes que canta máis alta é a responsabilidade maior debe ser a humildade, porque tes a cabeza e o corazón en Galicia.

Por estas e moitas outras razóns mereces que o vindeiro domingo 25 de setembro os galegos enchan as urnas de confianza cara á túa persoa. Porque cho mereces.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Estar a la altura

Han pasado unos días y creo que estoy en condiciones de analizar sin tanta pasión lo que desde el escaño en el Congreso pude vivir durante la pasada semana. Cuando el viernes a las nueve de la noche abandonamos el pleno con el resultado conocido por todos, mis sentimientos eran de decepción, preocupación y rabia contenida. Acababa de ser testigo privilegiado de una lección política y me preocuparon inmediatamente las consecuencias de las actitudes y conductas de muchos de aquellos que siendo representantes de la soberanía nacional y representando a todos los españoles, están muy lejanos de alcanzar el listón de la responsabilidad que se exige y de las circunstancias extraordinarias que España vive en estos momentos.

Por un lado la posición razonada y razonable de quien, habiendo ganado con autoridad unas elecciones, ofrecía a los demás compartir un paquete de medidas para mejorar la vida de los españoles o bien, si optaban por no sumarse a ese ofrecimiento, abstenerse en la votación de investidura para permitir que se pudiera formar un gobierno. Frente a este planteamiento, las reacciones han sido decepcionantes y muy preocupantes para nuestro futuro.

Solo desde la mezquindad y la inquina personal pueden entenderse las explicaciones de algunos para adoptar posiciones de bloqueo institucional que solo perjudican al Estado, y por tanto a todos los ciudadanos incluyendo a los que practican ese bloqueo. El tono y las formas, aderezado con gestos cómplices de jaleo a quien ofende desde la tribuna, fueron otro de los complementos para una semana estéril que solo deja como resaca emocional el pesimismo, no solo por el difícil campo de juego para practicar cualquier acuerdo sino porque puso en evidencia la falta de altura y capacidad de muchos políticos.

Mientras reflexionaba sobre estos episodios leí una noticia que contribuyó a confirmar la necesidad de valorar a las personas por lo que hacen a favor de los demás. En Haití era asesinada Isabel Sola, monja misionera que levantó una escuela de formación profesional para enseñar oficios a los haitianos, casas donde solo quedaron cenizas tras el seísmo que asoló el área, que creó un taller donde se fabrican prótesis para los amputados, en definitiva que logró hacer realidad las esperanzas de muchos que ahora han visto como con su muerte también morían esas esperanzas.

Comparando actitudes es difícil no sentir rechazo y tristeza. No se trata de que lleguemos a actuar como Isabel, se nos pide mucho menos sacrificio y menos esfuerzo. Su listón no lo saltaríamos ninguno de los 350 que ocupamos escaño en las Cortes, ni uno. Lo vivido en España en esta ultima semana no es la política ni los líderes que se necesitan aquí y ahora. Éstos son los contrastes: los personajillos que resultan invisibles, a pesar de sus constantes apariciones publicas, frente a grades personas como Isabel. Sus obras y entrega deberían hacernos reflexionar para que algunos comprendan qué se espera de nosotros. Estar a la altura de esa demanda social será el reto que por ahora es solo fracaso.


Estar á altura

Pasaron uns días e creo que estou en condicións de analizar sen tanta paixón o que desde o escano no Congreso puiden vivir durante a pasada semana. Cando o venres ás nove da noite abandonamos o pleno co resultado coñecido por todos, os meus sentimentos eran de decepción, preocupación e rabia contida. Acababa de ser testemuña privilexiada dunha lección política e preocupáronme inmediatamente as consecuencias das actitudes e condutas de moitos daqueles que sendo representantes da soberanía nacional e representando a todos os españois, están moi afastados de alcanzar o listón da responsabilidade que se esixe e das circunstancias extraordinarias que España vive nestes momentos.

Por unha banda a posición razoada e razoable de quen, gañando con autoridade unhas eleccións, ofrecía aos demais compartir un paquete de medidas para mellorar a vida dos españois ou ben, se optaban por non sumarse a ese ofrecemento, absterse na votación de investidura para permitir que se puidese formar un goberno. Fronte a esta formulación, as reaccións foron decepcionantes e moi preocupantes para o noso futuro.

Só desde a mezquindade e a inquina persoal poden entenderse as explicacións dalgúns para adoptar posicións de bloqueo institucional que só prexudican ao Estado, e por tanto a todos os cidadáns incluíndo aos que practican ese bloqueo. O ton e as formas, aderezado con xestos cómplices de balbordo a quen ofende desde a tribuna, foron outro dos complementos para unha semana estéril que só deixa como resaca emocional o pesimismo, non só polo difícil campo de xogo para practicar calquera acordo senón porque puxo en evidencia a falta de altura e capacidade de moitos políticos.

Mentres reflexionaba sobre estes episodios lin unha noticia que contribuíu a confirmar a necesidade de valorar ás persoas polo que fan a favor dos demais. En Haití era asasinada Isabel Soa, monxa misioneira que levantou unha escola de formación profesional para ensinar oficios aos haitianos, casas onde só quedaron cinzas tras o sismo que arrasou a área, que creou un taller onde se fabrican prótese para os amputados, en definitiva que logrou facer realidade as esperanzas de moitos que agora viron como coa súa morte tamén morrían esas esperanzas.

Comparando actitudes é difícil non sentir rexeitamento e tristeza. Non se trata de que cheguemos a actuar como Isabel, pídesenos moito menos sacrificio e menos esforzo. O seu listón non o saltariamos ningún dos 350 que ocupamos escano nas Cortes, nin un. O vivido en España nesta ultima semana non é a política nin os líderes que se necesitan aquí e agora. Estes son os contrastes: os persoaxiños que resultan invisibles, a pesar das súas constantes aparicións publicas, fronte a grades persoas como Isabel. As súas obras e entrega deberían facernos reflexionar para que algúns comprendan que se espera de nós. Estar á altura desa demanda social será o reto que por agora é só fracaso.

miércoles, 24 de agosto de 2016

La propiedad transitiva

Me estoy cansando de escuchar tantas negativas, argumentaciones y razonamientos que rozan el ridículo, con el único fin de mantener un posicionamiento obstruccionista que bloquea la voluntad de los españoles.

Cada día que pasa escuchamos a Pedro Sánchez o a alguna persona de su equipo declarar a los medios de comunicación que NO en todas sus formas y variaciones posibles, que nunca pensé que fuesen tantas. Son tantos los esfuerzos que realizan para poder justificar lo que en buena lógica resulta injustificable, que cierto día Sánchez dijo, y reitera desde entonces, que Rajoy con quien tiene que entenderse es con aquellos partidos y grupos parlamentarios que sean afines a su ideología, resucitando con toda su intención el rancio discurso de las izquierdas y las derechas que muchos dábamos por superado.

Dejando al margen su maliciosa intención he querido acudir a las matemáticas para hacerle ver al líder socialista que debe cambiar su argumentación porque las cuentas lo dejan en evidencia.

Cuando en clase nos explicaban las propiedades conmutativa, transitiva y otras más complicadas solían poner ejemplos que ayudaban a entender aquellas curiosas palabras. Recuerdan aquello de que si a=b entonces b=a. Fácil, ¿verdad? .

Y la transitiva: si a=b y b=c entonces a=c.

Pongamos un ejemplo al caso. Siendo “a” el Partido Popular o si lo prefieren Rajoy, “b” Ciudadanos o Albert Ribera, y “c” el PSOE o Pedro Sánchez. Sustituyamos el signo “=” por afín, parecido, compatible u otras expresiones similares.

Lo que esta propiedad transitiva nos pondría de manifiesto sería que si el PP o Rajoy se puede entender con Ciudadanos o con Rivera, y hace unos meses Rivera y Sánchez también se entendieron y firmaron un acuerdo muy similar al que ahora negocian y están cerrando en estos días PP y Ciudadanos, parece razonable que Rajoy podría entenderse con Sánchez en las cuestiones vitales y urgentes para gobernar España. Repito si a=b y b=c entonces a=c.

Rajoy ya viene buscando fórmulas que permitan el entendimiento con ideologías y partidos que presentan coincidencias importantes para encontrar la manera de que las matemáticas permitan encontrar al menos 176 votos de diputados para investir a un presidente y formar gobierno. Lo que no puede hacer Rajoy es buscar esos votos entre grupos parlamentarios que, o bien pretenden liquidar la estructura de España como nación apostando por independentismos que empezarían en Cataluña y no sabemos donde terminarían, o bien buscarlos entre los grupos republicanos populistas, cuando no marxistas o comunistas.

Rajoy está planteando modelos de acuerdo entre fuerzas constitucionalistas, que por otra parte ya fueron aceptados hace poco tiempo por el PSOE, firmados entre Sánchez y Rivera. Por eso mantengo que a Sánchez se le han acabado hace tiempo las excusas y los argumentos para mantenerse en su absurdo posicionamiento que cada día resultan más incomprensibles a la mayoría de los españoles.

Aplíquese cuanto antes la propiedad transitiva.

A propiedade transitiva

Estou a cansarme de escoitar tantas negativas, argumentacións e razoamentos que rozan o ridículo, co único fin de manter un posicionamento obstrucionista que bloquea a vontade dos españois.

Cada día que pasa escoitamos a Pedro Sánchez ou a algunha persoa do seu equipo declarar aos medios de comunicación que NON en todas as súas formas e variacións posibles, que nunca pensei que fosen tantas. Son tantos os esforzos que realizan para poder xustificar o que en boa lóxica resulta inxustificable, que certo día Sánchez dixo, e reitera desde entón, que Rajoy con quen ten que entenderse é con aqueles partidos e grupos parlamentarios que sexan afíns á súa ideoloxía, resucitando con toda a súa intención o rancio discurso das esquerdas e as dereitas que moitos dabamos por superado.

Deixando á marxe a súa maliciosa intención quixen acudir ás matemáticas para facerlle ver ao líder socialista que debe cambiar a súa argumentación porque as contas déixano en evidencia.

Cando en clase explicábannos as propiedades conmutativa, transitiva e outras máis complicadas adoitaban poñer exemplos que axudaban a entender aquelas curiosas palabras. Lembran aquilo de que se a=b entón b=a. Fácil, verdade? .

E a transitiva: se a=b e b=c entón a=c.

Poñamos un exemplo ao caso. Sendo “a” o Partido Popular ou se o prefiren Rajoy, “b” Cidadáns ou Albert Ribeira, e “c” o PSOE ou Pedro Sánchez. Substituamos o signo “=” por afín, parecido, compatible ou outras expresións similares.

O que esta propiedade transitiva poñeríanos de manifesto sería que se o PP ou Rajoy pódese entender con Cidadáns ou con Rivera, e hai uns meses Rivera e Sánchez tamén se entenderon e asinaron un acordo moi similar ao que agora negocian e están a pechar nestes días PP e Cidadáns, parece razoable que Rajoy podería entenderse con Sánchez nas cuestións vitais e urxentes para gobernar España. Repito se a=b e b=c entón a=c.

Rajoy xa vén buscando fórmulas que permitan o entendemento con ideoloxías e partidos que presentan coincidencias importantes para atopar a maneira de que as matemáticas permitan atopar polo menos 176 votos de deputados para investir a un presidente e formar goberno. O que non pode facer Rajoy é buscar eses votos entre grupos parlamentarios que, ou ben pretenden liquidar a estrutura de España como nación apostando por independentismos que empezarían en Cataluña e non sabemos onde terminarían, ou ben buscalos entre os grupos republicanos populistas, cando non marxistas ou comunistas.

Rajoy está a expor modelos de acordo entre forzas constitucionalistas, que por outra banda xa foron aceptados hai pouco tempo polo PSOE, asinados entre Sánchez e Rivera. Por iso manteño que a Sánchez acabáronselle hai tempo as escusas e os argumentos para manterse no seu absurdo posicionamento que cada día resultan máis incomprensibles á maioría dos españois.

Aplíquese canto antes a propiedade transitiva.

miércoles, 10 de agosto de 2016

A la espera

Es agosto, los días están resultando calurosos como corresponde a esta época del año, las orillas de las playas se llenan de personas refrescándose, por las noches los furanchos no dan abasto sirviendo tortillas y tinto Barrantes que muchos bautizan con gaseosa.

Resulta imposible en estos escenarios mantenerse ajeno a las conversaciones que llegan a tus oídos. Observo que hay un denominador común en todas ellas, la inédita situación política que estamos viviendo en España: “Yo no vuelvo a votar”, “Este Sánchez en que c--- está pensando”, “solo piensan en salvar su cabeza”. Son algunas de las frases que me quedan en los oídos no por su brillantez sino por su reiteración. 

Cuando en una sociedad hastiada de la política y muy crítica con los políticos, en un mes de relax, idóneo para cargar pilas, las conversaciones se tiñen de estos colores es que realmente la situación preocupa y mucho.

El espectáculo resulta poco edificante y los actores cada día se retratan mejor. Tenemos a un ganador de dos procesos electorales en menos de 6 meses, en el segundo con un más que notable incremento de confianza y de escaños. Al líder del principal partido de la oposición, por ahora, que está en caída libre de votos y de prestigio personal. A un nuevo partido con importantes coincidencias programáticas y compartiendo nicho de votantes con el partido ganador, pero que se resiste a apoyarlo con claridad, y a un populista que tocaba el cielo con la punta de los dedos y que finalmente se llevó una gran decepción y su merecido por parte del inapelable voto de los españoles.

Pues con estos mimbres lo que está sucediendo y es objeto de muchas de las conversaciones veraniegas es más o menos lo siguiente: El claro ganador plantea un paquete de medidas abiertas al dialogo a los partidos que, por afinidad o representación, pueden y deben facilitar la formación de un gobierno. Hace tres meses algunas de esas medidas se firmaban pomposamente como pase de un pacto entre estos otros dos partidos.

El líder del segundo partido no se mueve de su posición desde diciembre, “no es no”, que se podría traducir por “a ver si te estrellas y entonces me pongo yo a pactar con quien sea y como sea y me convierto en presidente”. Mientras, a quien votaron los desencantados con el partido ganador tampoco da su brazo a torcer empecinado en pasar la pelota y por tanto la responsabilidad al anterior, no vaya a ser que quede contaminado si se moja en exceso.

Así las cosas, el ganador seguirá dialogando y haciendo entrar en razón a quienes hoy por hoy están pensando más en salvar sus intereses personales o de partido, que en los de España y de los españoles.

Es agosto y mientras esperamos por una mesa para picar unos pimientos que bautizan de Padrón pero puede que vengan de Murcia, o esperamos que el agua del mar suba algún grado para que el chapuzón resulte algo más cómodo, los españoles seguimos esperando que algunos recobren más pronto que tarde el sentido común, que se comporten como las circunstancias exigen y hagan de la política un arte noble donde el diálogo y la defensa del interés general sean los principales instrumentos. Es agosto y seguimos a la espera.

Á espera

É agosto, os días están a resultar calorosos como corresponde a esta época do ano, as beiras das praias énchense de persoas refrescándose, polas noites os furanchos non dan abasto servindo tortillas e tinto Barrantes que moitos bautizan con gasosa.

Resulta imposible nestes escenarios manterse alleo ás conversacións que chegan aos teus oídos. Observo que hai un denominador común en todas elas, a inédita situación política que estamos a vivir en España: “Eu non volvo votar”, “Este Sánchez en que c--- está a pensar?”, “só pensan en salvar a súa cabeza”. Son algunhas das frases que me quedan nos oídos non pola súa brillantez senón pola súa reiteración. 

Cando nunha sociedade farta da política e moi crítica cos políticos, nun mes de relax, idóneo para cargar pilas, as conversacións tínguense destas cores é que realmente a situación preocupa e moito.

O espectáculo resulta pouco edificante e os actores cada día retrátanse mellor. Temos a un gañador de dous procesos electorais en menos de 6 meses, no segundo cun máis que notable incremento de confianza e de escanos. Ao líder do principal partido da oposición, por agora, que está en caída libre de votos e de prestixio persoal. A un novo partido con importantes coincidencias programáticas e compartindo nicho de votantes co partido gañador, pero que se resiste a apoialo con claridade, e a un populista que tocaba o ceo coa punta dos dedos e que finalmente levou unha gran decepción e o seu merecido por parte do inapelable voto dos españois.

Pois con estas vimbias o que está a suceder e é obxecto de moitas das conversacións estivais é máis ou menos o seguinte: O claro gañador expón un paquete de medidas abertas ao dialogo aos partidos que, por afinidade ou representación, poden e deben facilitar a formación dun goberno. Fai tres meses algunhas desas medidas asinábanse pomposamente como pase dun pacto entre estoutros dous partidos.

O líder do segundo partido non se move da súa posición desde decembro, ?non é non?, que se podería traducir por ?a ver se te estrelas e entón póñome eu a pactar con quen sexa e como sexa e convértome en presidente?. Mentres, a quen votou os desencantados co partido gañador tampouco dá o seu brazo para torcer teimudo en pasar a pelota e por tanto a responsabilidade ao anterior, non vaia a ser que quede contaminado se se molla en exceso.

Así as cousas, o gañador seguirá dialogando e facendo entrar en razón a quen neste momento están a pensar máis en salvar os seus intereses persoais ou de partido, que nos de España e dos españois.

É agosto e mentres esperamos por unha mesa para picar uns pementos que bautizan de Padrón pero poida que veñan de Murcia, ou esperamos que a auga do mar suba algún grao para que o mergullo resulte algo máis cómodo, os españois seguimos esperando que algúns recobren máis pronto que tarde o sentido común, que se comporten como as circunstancias esixen e fagan da política unha arte nobre onde o diálogo e a defensa do interese xeral sexan os principais instrumentos. É agosto e seguimos á espera.

miércoles, 27 de julio de 2016

Patriotas

Cada vez que se celebra nuestro día de Galicia, el 25 de julio día de Santiago apóstol, en otros tiempos también festejado como patrón de España, surge el reiterado y estéril debate entorno al patriotismo y al concepto de patria gallega.

Simplificando al máximo observo dos maneras bien diferentes de celebrar nuestra identidad como pueblo en esta fecha tan señalada. Por un lado las reivindicaciones y manifestaciones de grupos nacionalistas que en esta ocasión aparecen más divididos y fracturados y que consideran una amenaza todo aquello que difiera de los patrones o modelos por ellos establecidos.

Por el otro la mayoría de los gallegos que ejercen como tales y aman a su tierra allá donde ese encuentren, todos los días del año con nuestra peculiar forma de ser y de convivir.

Durante el acto de entrega de las medallas de Galicia este pasado domingo a sus dignos merecedores pude escuchar y ver en cada uno de ellos esos ejemplos de gallegos que cumplieron y cumplen con su deber a diario.

Todos ellos y muchos otros gallegos anónimos que tenemos en nuestro entorno trabajan cada día poniendo en valor nuestras señas de identidad. Lo hacen sin poner murallas que los separen de aquellos otros que no piensan como ellos, sino trabajando por engrandecerse mediante la colaboración con su entorno. Todos innovan sin romper ni menospreciar la tradición con la que se sienten identificados y respetuosos.

Como dijo el presidente Feijóo en su discurso de dicho acto, “Toma cuerpo un patriotismo gallego humano, próximo, nada dogmático y cosmopolita, bien diferente al que considera una amenaza todo lo que sea distinto”.

El patriotismo que a mí me gusta queda perfectamente recogido en la intervención del Presidente de la Xunta que insiste en que entre las diferentes realidades que conforman Galicia no hay abismos sino puentes, que ninguna de las partes quiere romper con la otra sino complementarse.

Si algo debemos aprender de nuestra historia, como bien señalaba Feijóo, es que los pueblos en apariencia pequeños no están condenados a renunciar a la grandeza si son capaces de tender redes de colaboración y cooperación.

En los tiempos actuales vemos cada día cómo algunos se empeñan en defender sus señas de identidad propias con muestras de exclusión de separación y ruptura con el resto de la sociedad en la que conviven. Son aquellos que se definen como nacionalistas y que señalan a quienes piensan de diferente manera o se expresan en lengua diferente a la que ellos quieren imponer.

En la situación actual las divisiones y enfrentamientos solo comportan y acarrean retroceso y vulnerabilidad ante las adversidades de un mundo globalizado.

Por ello me quedo con el modelo de patriotas que representan las personas premiadas este domingo y los muchos gallegos anónimos que cada día siguen trabajando poniendo en valor nuestras peculiaridades dentro de un modelo de convivencia ejemplar en cualquier rincón del mundo donde se encuentren.

Patriotas

Cada vez que se celebra o noso día de Galicia, o 25 de xullo día de Santiago apóstolo, noutros tempos tamén festexado como patrón de España, xorde o reiterado e estéril debate contorna ao patriotismo e ao concepto de patria galega.

Simplificando ao máximo observo dúas maneiras ben diferentes de celebrar a nosa identidade como pobo nesta data tan sinalada. Por unha banda as reivindicacións e manifestacións de grupos nacionalistas que nesta ocasión aparecen máis divididos e fracturados e que consideran unha ameaza todo aquilo que difira dos patróns ou modelos por eles establecidos.

Polo outro a maioría dos galegos que exercen como tales e aman á súa terra alá onde ese atopen, todos os días do ano coa nosa peculiar forma de ser e de convivir.

Durante o acto de entrega das medallas de Galicia este pasado domingo aos seus dignos merecedores puiden escoitar e ver en cada un deles eses exemplos de galegos que cumpriron e cumpren co seu deber a diario.

Todos eles e moitos outros galegos anónimos que temos na nosa contorna traballan cada día poñendo en valor os nosos acenos de identidade. Fano sen poñer murallas que os separen daqueloutros que non pensan como eles, senón traballando por engrandecerse mediante a colaboración coa súa contorna. Todos innovan sen romper nin menosprezar a tradición coa que senten identificados e respectuosos.

Como dixo o presidente Feijóo no seu discurso do devandito acto, “Toma corpo un patriotismo galego humano, próximo, nada dogmático e cosmopolita, ben diferente ao que considera unha ameaza todo o que sexa distinto”.

O patriotismo que a min gústame queda perfectamente recollido na intervención do Presidente da Xunta que insiste en que entre as diferentes realidades que conforman Galicia non hai abismos senón pontes, que ningunha das partes quere romper coa outra senón complementarse.

Se algo debemos aprender da nosa historia, como ben sinalaba Feijóo, é que os pobos en aparencia pequenos non están condenados a renunciar á grandeza se son capaces de tender redes de colaboración e cooperación.

Nos tempos actuais vemos cada día como algúns se empeñan en defender os seus acenos de identidade propias con mostras de exclusión de separación e ruptura co resto da sociedade na que conviven. Son aqueles que se definen como nacionalistas e que sinalan a quen pensa de diferente maneira ou se expresan en lingua diferente á que eles queren impoñer.

Na situación actual as divisións e enfrontamentos só comportan e carrexan retroceso e vulnerabilidade ante as adversidades dun mundo globalizado.

Por iso quédome co modelo de patriotas que representan as persoas premiadas este domingo e os moitos galegos anónimos que cada día seguen traballando poñendo en valor as nosas peculiaridades dentro dun modelo de convivencia exemplar en calquera recuncho do mundo onde se atopen.

miércoles, 13 de julio de 2016

En contra del mundo

En este mundo hay personas que de manera anónima y altruista hacen mucho bien al resto de la humanidad. Son personas que no buscan ganar un premio, ni acumular más dinero, ni un diploma o trofeo. Su mayor recompensa es sentirse útiles ayudando a quienes más lo necesitan, y en ello encuentran el reconocimiento que en muchas ocasiones la sociedad les niega mirando para otro lado.

Pero también existen seres despreciables que solo piensan en ellos mismos, que son capaces de retorcer voluntades para inclinar la balanza a su favor, que quieren las cosas por el mero hecho de que otros no las tengan aunque no sepan qué hacer con ellas, personas envidiosas, egoístas y dañinas en cualquier colectividad.

En la política como en cualquier campo de la vida también hay de todo, buenos y generosos, pero también ignorantes, imbéciles y oscuros, como reza nuestro himno gallego.

Entre este último grupo se encuadran aquellos que han hecho de la negación su bandera e ideario, que solo han aprendido a conjugar el verbo negar, que solo saben repetir el “no” las veces que haga falta, que ya no escuchan consejos ni de sus compañeros más prestigiados.

Son como aquellos que al perder odian a quien les ganó, que por no colmar su obsesión de poder, zancadillean sin cesar a quienes legitimados por una amplia dosis de confianza en forma de votos y escaños deben gobernar nuestro país. Me recuerdan a aquellos niños que se agarraban una tremenda rabieta cuando otros de la clase recibían el premio que ellos querían para sí aunque no lo merecieran.

Pero aquí no hablamos de niños enrabietados, hablamos de respeto a las normas básicas de la democracia y de la convivencia política que durante casi 40 años hemos venido respetando en España, desde aquellas elecciones históricas del 77 que supusieron el inicio de una transición a la democracia en la que lo que más contribuyó a su éxito fue la generosidad de sus protagonistas principales y de la sociedad en general.

Hoy por el contrario escasean aquellos perfiles políticos y algunos como Pedro Sánchez están empeñados en interpretar el papel contrario al que los españoles nos han asignado para representarles y trabajar por mejorar sus condiciones de vida.

Nunca tuve muchas esperanzas de que el secretario general de los socialistas españoles recobrara el sentido común después del segundo aviso que le dieron las urnas. La primera en la cara y la segunda en la frente. Él, impávido, resentido y rezumando ambición disparatada por todos sus poros, sigue con su canción favorita, no, no y no.

Se equivoca con su obstinación, con su postura de ir contra el mundo, y muchos de los que egoístamente lo apoyan saben que con esa actitud ni se van a beneficiar ellos ni benefician a España. Están contra el mundo y el mundo estará contra ellos. Actitud similar a la de los que te quitan lo que te corresponde no para disfrutarlo sino para que tú no lo tengas, son como aquellos “homes, homiños que nin medran nin deixan medrar”.

En contra do mundo

Neste mundo hai persoas que de maneira anónima e altruísta fan moito ben ao resto da humanidade. Son persoas que non buscan gañar un premio, nin acumular máis diñeiro, nin un diploma ou trofeo. A súa maior recompensa é sentirse útiles axudando a quen máis o necesitan, e niso atopan o recoñecemento que en moitas ocasións a sociedade négalles mirando para outro lado.

Pero tamén existen seres despreciables que só pensan neles mesmos, que son capaces de retorcer vontades para inclinar a balanza ao seu favor, que queren as cousas polo mero feito de que outros non as teñan aínda que non saiban que facer con elas, persoas envexosas, egoístas e daniñas en calquera colectividade.

Na política como en calquera campo da vida tamén hai de todo, bos e xenerosos, pero tamén ignorantes, imbéciles e escuros, como reza o noso himno galego.

Entre este último grupo encádranse aqueles que fixeron da negación a súa bandeira e ideario, que só aprenderon a conxugar o verbo negar, que só saben repetir o ?non? as veces que faga falta, que xa non escoitan consellos nin dos seus compañeiros máis prestixiados.

Son como aqueles que ao perder odian a quen lles gañou, que por non colmar a súa obsesión de poder, zancadillean sen cesar a quen lexitimado por unha ampla dose de confianza en forma de votos e escanos deben gobernar o noso país. Lémbranme a aqueles nenos que se agarraban unha tremenda rabieta cando outros da clase recibían o premio que eles querían para si aínda que non o merecesen.

Pero aquí non falamos de nenos enrabietados, falamos de respecto ás normas básicas da democracia e da convivencia política que durante case 40 anos viñemos respectando en España, desde aquelas eleccións históricas do 77 que supuxeron o inicio dunha transición á democracia na que o que máis contribuíu ao seu éxito foi a xenerosidade dos seus protagonistas principais e da sociedade en xeral.

Hoxe pola contra escasean aqueles perfís políticos e algúns como Pedro Sánchez están empeñados en interpretar o papel contrario ao que os españois nos han asignado para representarlles e traballar por mellorar as súas condicións de vida.

Nunca tiven moitas esperanzas de que o secretario xeral dos socialistas españois recobrase o sentido común despois do segundo aviso que lle deron as urnas. A primeira na cara e a segunda na fronte. El, impávido, resentido e rezumando ambición disparatada por todos os seus poros, segue coa súa canción favorita, non, non e non.

Equivócase coa súa obstinación, coa súa postura de ir contra o mundo, e moitos dos que egoistamente apóiano saben que con esa actitude nin se van a beneficiar eles nin benefician a España. Están contra o mundo e o mundo estará contra eles. Actitude similar á dos que che quitan o que che corresponde non para gozalo senón para que ti non o teñas, son como aqueles “homes, homiños que nin medran nin deixan medrar”.

miércoles, 29 de junio de 2016

Algo ha cambiado desde el domingo

Acaba de terminar la jornada electoral y los españoles hemos hablado en las urnas. Estos días repetí que nadie debería dejar de manifestar su opción en una elecciones tan decisivas para España, porque quien no participara, quien no votase, lo que estaría propiciando sería que los demás hablasen por él.

Igualmente argumenté, también de manera reiterada, sobre la importancia de estas elecciones, comparándolas con aquellas de junio de 1977 en las que pude votar por primera vez en mi vida, las primeras de la recién estrenada democracia española, que a la postre sigue siendo todavía joven.

Al igual que entonces, donde la manera de pasar de una dictadura a una democracia requería mucha prudencia y nada de extremismos, en esta ocasión la decisión residía en elegir entre un gobierno moderado y un régimen comunista y populista que se presentaba como una ciclogénesis explosiva para nuestro modelos de convivencia.

Después de una campaña donde algunos pusieron todo su empeño en demonizar al Partido Popular y sus políticas y otros en vetar el nombre de Rajoy sin aclarar con quien pactarían, mientras el PP insistía en la importancia de mantener el crecimiento económico, bajar impuestos y no dar ni un paso atrás en la unidad de España, la jornada electoral se convirtió en la gran protagonista.

Los españoles hablamos el domingo y lo hicimos de manera clara y contundente. Nos inclinamos por dar una confianza mayoritaria a quien demostró haber aguantado carros y carretas mientras dedicaba todo su empeño en poner a nuestro país a la cabeza de los que más están creciendo económicamente y en la creación de empleo dentro de la unión europea. Al mismo tiempo con nuestros votos rechazamos todo intento de poner en riesgo nuestro estado de bienestar, construido desde hace décadas con el esfuerzo y sacrificio de toda la sociedad, y que algunos pretendían liquidar a base de subsidios y promesas incumpibles.

A pesar de que los resultados electorales pudieran parecer similares a los de diciembre en lo relativo a los necesarios acuerdos de investidura y gobernabilidad, la situación se percibe bien diferente. Sin haber conseguido una mayoría absoluta, algo que todos veíamos imposible, el Partido Popular obtuvo un claro aval de los ciudadanos, siendo el único de los partidos que conseguía crecer desde el 20D, nada menos que 14 escaños, mientras que los demás perdían votos y escaños, cuantitativa y cualitativamente hablando.

Una vez más el valor del voto sereno y responsable fue determinante. Se votó más con la cabeza que con el corazón, pensando que al día siguiente ya no cabría arrepentirse, ni recoger firmas para pedir que se repitieran las elecciones ante un panorama incierto, quizás pensando en lo que los ingleses acababan de vivir en sus propias carnes y en la convulsión que provocaron con sus experimentos en forma de referéndum.

Sin duda alguna algo ha cambiado desde el domingo, y es que la sociedad española ha sido la clara vencedora de estas elecciones. Felicitémonos por ello.

Algo cambiou desde o domingo

Acaba de terminar a xornada electoral e os españois falamos nas urnas. Estes días repetín que ninguén debería deixar de manifestar a súa opción nunhas eleccións tan decisivas para España, porque quen non participase, quen non votase, o que estaría a propiciar sería que os demais falasen por el.

Igualmente argumentei, tamén de maneira reiterada, sobre a importancia destas eleccións, comparándoas con aquelas de xuño de 1977 nas que puiden votar por primeira vez na miña vida, as primeiras da recentemente estreada democracia española, que ao cabo segue sendo aínda nova.

Do mesmo xeito que entón, onde a maneira de pasar dunha ditadura a unha democracia requiría moita prudencia e nada de extremismos, nesta ocasión a decisión residía en elixir entre un goberno moderado e un réxime comunista e populista que se presentaba como unha cicloxénese explosiva para o noso modelos de convivencia.

Despois dunha campaña onde algúns puxeron todo o seu empeño en demonizar ao Partido Popular e as súas políticas e outros en vetar o nome de Rajoy sen aclarar con quen pactaría, mentres o PP insistía na importancia de manter o crecemento económico, baixar impostos e non dar nin un paso atrás na unidade de España, a xornada electoral converteuse na gran protagonista.

Os españois falamos o domingo e fixémolo de maneira clara e contundente. Inclinámonos por dar unha confianza maioritaria a quen demostrou aguantar carros e carretas mentres dedicaba todo o seu empeño en poñer ao noso país á cabeza dos que máis están a crecer economicamente e na creación de emprego dentro da unión europea. Ao mesmo tempo cos nosos votos rexeitamos todo intento de poñer en risco o noso estado de benestar, construído desde hai décadas co esforzo e sacrificio de toda a sociedade, e que algúns pretendían liquidar a base de subsidios e promesas incumpribles.

A pesar de que os resultados electorais puidesen parecer similares aos de decembro no relativo aos necesarios acordos de investidura e gobernabilidade, a situación percíbese ben diferente. Sen conseguir unha maioría absoluta, algo que todos viamos imposible, o Partido Popular obtivo un claro aval dos cidadáns, sendo o único dos partidos que conseguía crecer desde o 20D, nada menos que 14 escanos, mentres que os demais perdían votos e escanos, cuantitativa e cualitativamente falando.

Unha vez máis o valor do voto sereno e responsable foi determinante. Votouse máis coa cabeza que co corazón, pensando que ao día seguinte xa non cabería arrepentirse, nin recoller firmas para pedir que se repetisen as eleccións ante un panorama incerto, quizais pensando no que os ingleses acababan de vivir nas súas propias carnes e na convulsión que provocaron cos seus experimentos en forma de referendo.

Sen ningunha dúbida algo cambiou desde o domingo, e é que a sociedade española foi a clara vencedora destas eleccións. Felicitémonos por iso.

miércoles, 15 de junio de 2016

El valor de tu voto

Muchas veces pienso en la poca importancia que le damos al hecho de poder emitir un voto, cuando realmente es la herramienta con la que estamos eligiendo a las personas en las que queremos depositar nuestra confianza para que resuelvan los problemas que más nos afectan o preocupan. Posiblemente la falta de tradición democrática de esta España nuestra, en la que la democracia todavía es joven, sea una de las razones.

En ocasiones cuando no podemos asistir a la junta de vecinos de una comunidad nos preocupamos y movilizamos para que otro vecino lleve nuestra representación, habilitándolo al efecto. Lo mismo valdría para reuniones de APAS, montes vecinales, asociaciones deportivas y un sinfín de actividades de nuestra vida diaria.

Si en esas ocasiones demostramos interés, deberíamos actuar en consecuencia cuando de lo que se trata es de elegir en manos de quiénes queremos poner durante los próximos años las decisiones que nos tocaran de lleno. Las pensiones, los impuestos, la educación de nuestros hijos, la sanidad, la seguridad y tranquilidad para nuestras vidas y las de nuestros compatriotas españoles estén donde estén.

Como candidato que recorre pueblos y ciudades, percibo en estos momentos en gran parte de la sociedad importantes dosis de hartazgo y cansancio de la política y hacia los políticos. Estas circunstancias puedan hacer al votante caer en la tentación de no participar en las próximas elecciones del 26J. Siendo ésta una opción legítima, no votar no refleja desacuerdo sino simplemente no decir nada. Y cuando uno no habla con su voto y otros sí lo hacen, serán estos últimos los que decidan por ti.

De igual manera me resulta difícil de entender el voto contra alguien. Si a mí no me gustan los perros no me dedico a criar gatos, los tendré solo si me gustan. Si odio los garbanzos, no debería llenar la despensa de arroz. Del mismo modo si no me cae bien el líder de un partido o su ideología no debo votar al contrario sin gustarme solo por fastidiar al primero, porque lo que estaré haciendo es fastidiarme a mí mismo. En definitiva, el voto en “contra de” seguramente se convertirá en un voto “contra mí”.

En pocos días tendremos en nuestras manos una nueva oportunidad de tomar una importante decisión. Me atrevo a pediros con humildad y respeto que valoréis y elijáis la opción que entendáis que mejor se adapta a vuestra forma de pensar y concebir el modelo de sociedad que deseáis para vosotros y los vuestros. Que lo hagáis en positivo, sin dejaros llevar por promesas irrealizables que en estos días se prodigan y sin resquicios de rechazo o venganza.

Evidentemente mi propuesta es votar para permitir que continúe el cambio que ha transformado España en un país que en lugar de destruir empleo ahora lo crea, o que permite que nuestras pensiones estén garantizadas por ley, pero no se trata de hacer campaña por mi Partido, sino de resaltar la importancia que tiene que vosotros habléis.

Votar no es cubrir una quiniela o una primitiva. Votar es ejercer uno de nuestros derechos democráticos más importantes. Tu voto tiene mucho valor. No lo desprecies.

O valor do teu voto

Moitas veces penso na pouca importancia que lle damos ao feito de poder emitir un voto, cando realmente é a ferramenta coa que estamos a elixir ás persoas nas que queremos depositar a nosa confianza para que resolvan os problemas que máis nos afectan ou preocupan. Posiblemente a falta de tradición democrática desta España nosa, na que a democracia aínda é nova, sexa unha das razóns.

En ocasións cando non podemos asistir á xunta de veciños dunha comunidade preocupámonos e mobilizamos para que outro veciño leve nosa representación, habilitándoo para o efecto. O mesmo valería para reunións de APAS, montes veciñais, asociacións deportivas e unha infinidade de actividades da nosa vida diaria.

Se nesas ocasións demostramos interese, deberiamos actuar en consecuencia cando do que se trata é de elixir en mans de quen queremos poñer durante os próximos anos as decisións que nos tocasen de cheo. As pensións, os impostos, a educación dos nosos fillos, a sanidade, a seguridade e tranquilidade para as nosas vidas e as dos nosos compatriotas españois estean onde estean.

Como candidato que percorre pobos e cidades, percibo nestes momentos en gran parte da sociedade importantes dose de hartazgo e cansazo da política e cara aos políticos. Estas circunstancias poidan facer ao votante caer na tentación de non participar nas próximas eleccións do 26J. Sendo esta unha opción lexítima, non votar non reflicte desacordo senón simplemente non dicir nada. E cando uno non fala co seu voto e outros si o fan, serán estes últimos os que decidan por ti.

De igual maneira resúltame difícil de entender o voto contra alguén. Se a min non me gustan os cans non me dedico a criar gatos, tereinos só se me gustan. Se odio os garavanzos, non debería encher a despensa de arroz. Do mesmo xeito se non me cae ben o líder dun partido ou a súa ideoloxía non debo votar ao contrario sen gustarme só por amolar ao primeiro, porque o que estarei a facer é amolarme a min mesmo. En definitiva, o voto en “contra de” seguramente se converterá nun voto “contra min”.

En poucos días teremos nas nosas mans unha nova oportunidade de tomar unha importante decisión. Atrévome a pedirvos con humildade e respecto que valoredes e elixades a opción que entendades que mellor se adapta á vosa forma de pensar e concibir o modelo de sociedade que desexades para vós e os vosos. Que o fagades en positivo, sen deixarvos levar por promesas irrealizables que nestes días prodíganse e sen físgoas de rexeitamento ou vinganza.

Evidentemente a miña proposta é votar para permitir que continúe o cambio que transformou España nun país que en lugar de destruír emprego agora créao, ou que permite que as nosas pensións estean garantidas por lei, pero non se trata de facer campaña polo meu Partido, senón de resaltar a importancia que ten que vós faledes.

Votar non é cubrir unha quiniela ou unha primitiva. Votar é exercer un dos nosos dereitos democráticos máis importantes. O teu voto ten moito valor. Non o despreces.