miércoles, 31 de diciembre de 2014

2015, una apuesta por la confianza.

Termina hoy un año que sin duda cada uno recordará por los acontecimientos y vivencias personales que más le hayan impactado o afectado directamente. En 365 días han sido muchas las imágenes que han quedado para siempre en nuestras retinas. 

En España hemos vivido con absoluta normalidad acontecimientos históricos como la proclamación de un nuevo Rey, o la despedida a nuestro primer presidente de gobierno tras la transición. Las cifras relacionadas con la economía y el empleo, y la palabra crisis, también nos han perseguido a diario.

El esfuerzo realizado por el conjunto de la sociedad, especialmente de las clases medias y de los autónomos, empezó a dar sus frutos y a dar sus recompensas. De las tinieblas de la incertidumbre y el fantasma de la inminente intervención de nuestro país, no tan lejanas aunque parece que olvidadas por algunos, hemos pasado a ser referentes y modelo de recuperación y de crecimiento económico, reconocido por propios y extraños.

Todavía queda mucho camino para despejar los miedos y salir definitivamente de un escenario al que llegamos por culpa de la irresponsabilidad de aquellos que vistieron la misma camiseta que ahora lucen los agoreros del futuro. Algunos de ellos mientras el presidente del gobierno hacía balance del año y exponía argumentos para el optimismo, sin dejarlo terminar, ya estaban vaticinándonos lo peor para el futuro si seguía este gobierno. Son los agoreros que cualquier sociedad debe rechazar para seguir mejorando.

El año que mañana comienza, el 2015, seguirá siendo difícil aunque mucho menos que el que termina. Todas las previsiones y cifras contrastadas apuntan hacia una recuperación de nuestra economía en toda regla. Ya lo están haciendo las cifras de consumo en los hogares, de exportaciones e importaciones, de incremento del turismo, de reducción del déficit, de reducción del desempleo y de la creación a buen ritmo de nuevos puestos de trabajo. Será un año donde el dinero empezará a llegar en forma de crédito a los emprendedores y a los consumidores, contribuyendo a recuperar el motor de nuestra economía. Para ello habrán servido los saneamientos y las reestructuraciones de nuestra banca y de las administraciones públicas.

Un ilustre columnista de un diario nacional comparaba recientemente a Rajoy con un coche y concluía que si Rajoy fuese un vehículo no tendría ni pintura metalizada ni llantas de aleación ni otros elementos que entran fácilmente por los ojos, pero que si tuviera que comprarlo lo haría sin dudar por la sencilla razón de su fiabilidad y porque sabría que ese coche nunca le dejaría tirado en el camino.

Muchos españoles lo que quieren es confiar en su futuro y hacerlo confiando en las personas que, lejos de vender solamente imagen, están acreditando su tarea con rigor y solvencia en nuestra vida diaria. Porque para ganar el futuro hay que confiar en nosotros mismos, y seguramente 2015 se presenta como una apuesta por la confianza. ¡Feliz año a todos!

2015, unha aposta pola confianza.

Remata hoxe un ano que sen dúbida cada un recordará polos acontecementos e vivencias persoais que máis lle impactasen ou afectado directamente. En 365 días foron moitas as imaxes que quedaron para sempre nas nosas retinas.

En España vivimos con absoluta normalidade acontecementos históricos como a proclamación dun novo Rei, ou a despedida ao noso primeiro presidente de goberno tras a transición. As cifras relacionadas coa economía e o emprego, e a palabra crise, tamén nos perseguiron a diario.

O esforzo realizado polo conxunto da sociedade, especialmente das clases medias e dos autónomos, empezou a dar os seus froitos e a dar as súas recompensas. Das tebras da incerteza e o fantasma da inminente intervención do noso país, non tan afastadas aínda que parece que esquecidas por algúns, pasamos a ser referentes e modelo de recuperación e de crecemento económico, recoñecido por propios e estraños.

Aínda queda moito camiño para despexar os medos e saír definitivamente dun escenario ao que chegamos por culpa da irresponsabilidade daqueles que vestiron a mesma camiseta que agora locen os agoreiros do futuro. Algúns deles mentres o presidente do goberno facía balance do ano e expoñía argumentos para o optimismo, sen deixalo rematar, xa estaban a vaticinarnos o peor para o futuro se seguía este goberno. Son os agoreiros que calquera sociedade debe rexeitar para seguir mellorando.

O ano que mañá comeza, o 2015, seguirá sendo difícil aínda que moito menos que o que remata. Todas as previsións e cifras contrastadas apuntan cara a unha recuperación da nosa economía en toda regra. Xa o están a facer as cifras de consumo nos fogares, de exportacións e importacións, de incremento do turismo, de redución do déficit, de redución do desemprego e da creación a bo ritmo de novos postos de traballo. Será un ano onde o diñeiro empezará a chegar en forma de crédito aos emprendedores e aos consumidores, contribuíndo a recuperar o motor da nosa economía. Para iso terán servido os saneamentos e as reestruturacións da nosa banca e das administracións públicas.

Un ilustre columnista dun diario nacional comparaba recentemente a Rajoy cun coche e concluía que se Rajoy fose un vehículo non tería nin pintura metalizar nin lamias de aliaxe nin outros elementos que entran doadamente polos ollos, pero que se tivese que compralo o faría sen dubidar pola sinxela razón da súa fiabilidade e porque sabería que ese coche nunca o deixaría tirado no camiño.

Moitos españois o que queren é confiar no seu futuro e facelo confiando nas persoas que, lonxe de vender soamente imaxe, están a acreditar a súa tarefa con rigor e solvencia na nosa vida diaria. Porque para gañar o futuro hai que confiar en nós mesmos, e seguramente 2015 se presenta como unha aposta pola confianza. Feliz ano a todos!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Vivir y trabajar

No he podido evitar la curiosidad de leer este fin de semana un artículo cuyo titular ya era tentador: “España buena para vivir mala para trabajar”.

En su contenido figuraban opiniones de expertos en materia de horarios y conciliación de la vida personal y laboral, también datos que aportan una visión global. Entre ellos me quedé con los siguientes: Los españoles trabajamos más horas pero somos menos productivos que en muchos de los países con los que nos relacionamos. Ganamos menos, dormimos menos, ganamos en estrés, y para rematar, nuestra población está más envejecida, con una tasa de natalidad más baja y unos índices de abandono escolar mayores que las de nuestros vecinos alemanes o franceses. 

Si de horas trabajadas hablamos, la media en España está muy por encima de Alemania o Francia, pero nuestra productividad es menor. Ellos parecen trabajar con más eficacia y por tanto menos horas.

¿Por qué algunos reputados expertos consultores internacionales recomiendan en sus encuestas vivir en España al tiempo que desaconsejan realizar inversiones en nuestro país? Según ellos, aquí fallamos en cuestiones importantes a la hora de planificar el trabajo y la manera de desarrollarlo. No separamos las cuestiones personales de las profesionales con lo que ello conlleva muchas veces; nos importa más cumplir un horario que alcanzar unos objetivos; se tiende a valorar poco el esfuerzo, así como la calidad del trabajo realizado; falta preparación en los idiomas; y quizás más importante, la picaresca y el enchufismo siguen formando parte de nuestra cultura laboral y social.

Con este breve diagnóstico, estamos en el puesto 13º de productividad entre los 30 países que formamos parte de la OCDE. Eso sí, somos líderes en esta clasificación en materia de número de amigos, consumiciones en bares y en el tiempo que pasamos en la calle.

Quizás sea por estos motivos por los que son muchos los que apuestan por abordar cambios profundos en materia de horarios para alcanzar el reparto equilibrado del día en tres partes iguales, 8 horas para trabajar, 8 para dormir y 8 para el ocio.

A este panorama se han sumado recientemente los que apuestan porque adaptemos nuestros relojes a la hora del meridiano de Greenwich que atraviesa nuestro país, adoptando la hora de nuestros vecinos portugueses o del Reino Unido para que nuestro reloj biológico vaya en consonancia con el horario de trabajo.

Estas cuestiones requieren de una profunda reforma legislativa y del impulso de un gobierno. Son medidas que requieren valentía y su rédito en términos electores quizás sea a largo plazo, lo que hace que abordarlo requiera un clima social y político algo más sosegado que el que ahora tenemos. 

Estoy convencido de la necesidad de abordarlo, pero también de que posiblemente el clima reinante en la actualidad no haga propicio meterse en más charcos por aquello tan recurrido de no hacer mudanza en tiempos de tribulación. Mientras tanto España seguirá siendo un buen lugar para vivir. 

Vivir e traballar

Non puiden evitar a curiosidade de ler este fin de semana un artigo cuxo titular xa era tentador: “España boa para vivir mala para traballar”.

No seu contido figuraban opinións de expertos en materia de horarios e conciliación da vida persoal e laboral, tamén datos que aportan unha visión global. Entre eles quedeime cos seguintes: Os españois traballamos máis horas pero somos menos produtivos que en moitos dos países cos que nos relacionamos. Gañamos menos, durmimos menos, gañamos en estrés, e para rematar, a nosa poboación está máis envellecida, cunha taxa de natalidade máis baixa e uns índices de abandono escolar maiores que as dos nosos veciños alemáns ou franceses. 

Si de horas traballadas falamos, a media en España está moi por encima de Alemania ou Francia, pero nosa produtividade é menor. Eles parecen traballar con máis eficacia e xa que logo menos horas.

Por que algúns reputados expertos consultores internacionais recomendan nas súas enquisas vivir en España á vez que desaconsellan realizar investimentos no noso país? Segundo eles, aquí fallamos en cuestións importantes á hora de planificar o traballo e o xeito de desenvolvelo. Non separamos as cuestións persoais das profesionais co que iso conleva moitas veces; impórtanos máis cumprir un horario que alcanzar uns obxectivos; téndese a valorar pouco o esforzo, así como a calidade do traballo realizado; falta preparación nos idiomas; e quizais máis importante, a picaresca e o enchufismo seguen formando parte da nosa cultura laboral e social.

Con este breve diagnóstico, estamos no posto 13º de produtividade entre os 30 países que formamos parte da OCDE. Iso si, somos líderes nesta clasificación en materia de número de amigos, consumicións en bares e no tempo que pasamos na rúa.

Quizais sexa por estes motivos polos que son moitos os que apostan por abordar cambios profundos en materia de horarios para alcanzar o reparto equilibrado do día en tres partes iguais, 8 horas para traballar, 8 para durmir e 8 para o lecer.

A este panorama sumáronse recentemente os que apostan porque adaptemos os nosos reloxos á hora do meridiano de Greenwich que atravesa o noso país, adoptando a hora dos nosos veciños portugueses ou do Reino Unido para que o noso reloxo biolóxico vaia en consonancia co horario de traballo.

Estas cuestións requiren dunha profunda reforma lexislativa e do impulso dun goberno. Son medidas que requiren valentía e a súa rédito en termos electorais quizais sexa a longo prazo, o que fai que abordalo requira un clima social e político algo máis sosegado que o que agora temos. 

Estou convencido da necesidade de abordalo, pero tamén de que posiblemente o clima reinante na actualidade non faga propicio meterse en máis charcos por aquilo tan recorrido de non facer mudanza en tempos de tribulación. Mentres tanto España seguirá sendo un bo lugar para vivir.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

14 años pueden ser muchos

Hace ya 14 años que Lugo recibía con entusiasmo, eso quiero pensar, la decisión de la UNESCO de otorgar a nuestra Muralla romana la distinción de monumento Patrimonio de la Humanidad.

14 años han pasado y tras ellos en la ciudad han ocurrido muchas cosas, también en nuestras vidas, pero por momentos tengo la sensación de que el monumento ha permanecido donde siempre: ante la indiferencia oficial y en ocasiones colectiva.

Desde aquella madrugada en la que las bombas de palenque anunciaban la feliz noticia, nuestro monumento más emblemático, sin el cual Lugo no sería Lugo, ha visto pocas novedades en sus piedras. Alguna limpieza, renovación de luminarias, trabajos parciales de restauración y poco más.

Parece como si sólo cuando llega su cumpleaños nos acordáramos de ella y ese día abrimos paraguas de colores, un año verdes, otro rojos, y hasta el próximo año, a ver qué se nos ocurre.

Cuando estoy en Lugo es raro el día que no doy vueltas por el adarve de la Muralla. Lo hacemos muchas personas, unos más deprisa que otros, unos en un sentido y otros en el contrario. Quizás por ello cada vuelta que doy me permite ver y pensar en las cosas que podrían mejorar y en lo mucho que Lugo le debe a su Muralla.

Muchas ciudades del mundo tienen piedras emblemáticas y con alguna historia que contar, pero son pocas las que pueden exhibir más de dos mil años de historia en sus materiales, los que están a la vista y los que yacen bajo el suelo. Pero lo que sí tienen muchas de esas ciudades, con menos que mostrar, son planes de turismo y promoción que permite que sean cada vez más los visitantes los que acuden a ellas para contemplar su historia. En Lugo nos conformamos con pequeñas acciones de promoción, muchas veces de escasa repercusión o de corto recorrido.

Las prioridades son importantes en la acción de gobiernos, especialmente cuando los recursos son contados y escasos. Por ello en Lugo se debería tener claro que la prioridad a la hora de proyectar su imagen y de atraer cada día más visitantes pasa por promocionar este impresionante monumento por el mundo entero. En un mundo globalizado y con una utilización cada día mayor de las redes sociales e Internet, son muchas las cosas que se pueden hacer con un coste reducido.

Como en otros campos, la unidad de acción también aquí es importante. Las disputas competenciales entre el Ayuntamiento y la Xunta, la duplicidad en oficinas de información turística y la falta de proyectos e ideas para poner en valor la Muralla, debilitan y lastran las escasas estrategias promocionales.

Su promoción tiene que ir acompañada de la continua rehabilitación y lavado de cara de todo lo que vemos desde su adarve. Por eso invito desde estas líneas a todos aquellos que tienen responsabilidades de gobierno, a darse un paseo de vez en cuando por la Muralla. Entenderán y verán lo mucho que se podía haber hecho en 14 años, mucho tiempo para seguir esperando.

14 anos poden ser moitos

Hai xa 14 anos que Lugo recibía con entusiasmo, iso quero pensar, a decisión da UNESCO de outorgar á nosa Muralla romana a distinción de monumento Patrimonio da Humanidade.

14 anos pasaron e tras eles na cidade aconteceron moitas cousas, tamén nas nosas vidas, pero por momentos teño a sensación de que o monumento permaneceu onde sempre: ante a indiferenza oficial e en ocasións colectiva.

Dende aquela madrugada na que as bombas de palenque anunciaban a feliz noticia, o noso monumento máis emblemático, sen o cal Lugo non sería Lugo, viu poucas novidades nas súas pedras. Algunha limpeza, renovación de luminarias, traballos parciais de restauración e pouco máis.

Parece coma se só cando chega o seu aniversario nos acordásemos dela e ese día abrimos paraugas de cores, un ano verdes, outro vermellos, e ata o próximo ano, a ver que se nos ocorre.

Cando estou en Lugo é raro o día que non dou voltas polo adarve da Muralla. Facémolo moitas persoas, uns máis á présa que outros, uns nun sentido e outros no contrario. Quizais por iso cada volta que dou me permite ver e pensar nas cousas que poderían mellorar e no moito que Lugo lle debe á súa Muralla.

Moitas cidades do mundo teñen pedras emblemáticas e con algunha historia que contar, pero son poucas as que poden exhibir máis de dous mil anos de historia nos seus materiais, os que están á vista e os que xacen baixo o chan. Pero o que si teñen moitas desas cidades, con menos que mostrar, son plans de turismo e promoción que permite que sexan cada vez máis os visitantes os que acoden a elas para considerar a súa historia. En Lugo conformámonos con pequenas accións de promoción, moitas veces de escasa repercusión ou de curto percorrido.

As prioridades son importantes na acción de gobernos, especialmente cando os recursos son contados e escasos. Por iso en Lugo deberíase ter claro que a prioridade á hora de proxectar a súa imaxe e de atraer cada día máis visitantes pasa por promover este impresionante monumento polo mundo enteiro. Nun mundo globalizado e cunha utilización cada día maior das redes sociais e Internet, son moitas as cousas que se poden facer cun custo reducido.

Como noutros campos, a unidade de acción tamén aquí é importante. As disputas competenciais entre o Concello e a Xunta, a duplicidade en oficinas de información turística e a falta de proxectos e ideas para poñer en valor a Muralla, debilitan e lastran as escasas estratexias promocionais.

A súa promoción ten que ir acompañada da continua rehabilitación e lavado de cara de todo o que vemos dende o seu adarve. Por iso invito dende estas liñas a todos aqueles que teñen responsabilidades de goberno, a darse un paseo de cando en vez pola Muralla. Entenderán e verán o moito que se podía ter feito en 14 anos, moito tempo para seguir esperando.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Medio hombre

En tiempos donde las principales noticias tienen como denominador común la violación de las leyes o las conductas ilícitas para el enriquecimiento personal, el resurgir en las tinieblas de la memoria de un pueblo de uno de sus héroes, es motivo de esperanza.

Este fin de semana se producía el reconocimiento al gran marino Blas de Lezo Olavarrieta, que entre otras gestas consiguió en 1741 y con solo 6 barcos, propiciar una sonora y silenciada derrota a los 180 barcos que formaban la armada inglesa en Cartagena de Indias. 

No cabe en este breve articulo el relato de sus gestas, pero baste decir que posiblemente le debamos que en Iberoamérica el idioma de aquellos países sea el español y no el inglés.

Que el inglés al mando de aquella armada, el almirante Vernon, no sea muy recordado en su país puede tener alguna explicación, pero que nuestro héroe Blas de Lezo haya tardado casi tres siglos en tener un reconocimiento público como el dispensado este sábado en Madrid no tiene fácil explicación. Olvidamos a nuestros héroes, olvidamos nuestra historia y nos olvidamos de lo que somos y quiénes somos.

Costumbre muy nuestra la de regodearnos hurgando en nuestras heridas en lugar de sentirnos orgullosos de los grandes personajes de la historia de España y de sus gestas.

Palabras como patria, compatriota, superación personal, humildad, sacrificio, esfuerzo, lealtad, valor, fortaleza, espíritu de entrega… parecen haber desaparecido del diccionario, cuando no hace mucho se aplicaban como calificativos a las personas que destacaban en la defensa de nuestros intereses.

Corren tiempos en los que los héroes de muchos de nuestros jóvenes se cuentan por miles entre artistas y deportistas. Héroes con pies de barro al lado de hombres valientes como Blas de Lezo, que fundamentalmente fueron defensores de los principios, algo que hoy parece pasado de moda.

Son tiempos en los que niños y no tan niños ignoran la historia de su país, donde cualquiera de ellos conoce mejor los detalles de la vida personal de ídolos que pasan de moda con cada estación del año. Por ello resulta emotivo que se erija un monumento a un héroe de los grandes, una estatua de bronce que permita recordar durante siglos lo que ha permanecido sepultado en la memoria colectiva durante tanto tiempo.

Tan necesitados estamos de referentes, de personas íntegras que antepongan los servicios a España a sus intereses personales, que por unos instantes hemos encontrado a uno de ellos, aunque sea alguien nacido hace 325 años.

Por las amputaciones en su cuerpo como consecuencia de las graves heridas sufridas en las múltiples batallas libradas le llamaban “medio hombre”. Un medio hombre que venció con solo 6 barcos a la mayor fuerza naval de la historia después de la de Normandía.

Cuan necesitados estamos de medios hombres como aquel para vencer a todos aquellos empeñados en romper con nuestra Historia, en tirar por tierra todo lo que nos une, nuestra fuerza como nación. 

Medio home

En tempos onde as principais noticias teñen como denominador común a violación das leis ou as condutas ilícitas para o enriquecimento persoal, o rexurdir nas tebras da memoria dun pobo dun dos seus heroes, é motivo de esperanza.

Este fin de semana producíase o recoñecemento ao gran mariño Blas de Lezo Olavarrieta, que entre outras xestas conseguiu en 1741 e con só 6 barcos, propiciar unha sonora e silenciada derrota aos 180 barcos que formaban a armada inglesa en Cartagena de Indias. 

Non cabe neste breve artigo o relato das súas xestas, pero baste dicir que posiblemente debámoslle que en Iberoamérica o idioma daqueles países sexa o español e non o inglés.

Que o inglés ao mando daquela armada, o almirante Vernon, non sexa moi recordado no seu país pode ter algunha explicación, pero que o noso heroe Blas de Lezo tardara case tres séculos en ter un recoñecemento público como o dispensado este sábado en Madrid non ten fácil explicación. Esquecemos aos nosos heroes, esquecemos a nosa historia e esquecémonos do que somos e quen somos.

Costume moi noso a de regodearnos furgando nas nosas feridas en lugar de sentirnos orgullosos dos grandes personaxes da historia de España e das súas xestas.

Palabras como patria, compatriota, superación persoal, humildade, sacrificio, esforzo, lealdade, valor, fortaleza, espírito de entrega… parecen desaparecer do dicionario, cando non hai moito se aplicaban como cualificativos ás persoas que destacaban na defensa dos nosos intereses.

Corren tempos nos que os heroes de moitos dos nosos mozos cóntanse por miles entre artistas e deportistas. Heroes con pés de barro á beira de homes valentes como Blas de Lezo, que fundamentalmente foron defensores dos principios, algo que hoxe parece pasado de moda.

Son tempos nos que nenos e non tan nenos ignoran a historia do seu país, onde calquera deles coñece mellor os detalles da vida persoal de ídolos que pasan de moda con cada estación do ano. Por iso resulta emotivo que se faga un monumento a un heroe dos grandes, unha estatua de bronce que permita recordar durante séculos ao que permaneceu sepultado na memoria colectiva durante tanto tempo.

Tan necesitados estamos de referentes, de persoas íntegras que antepoñan os servizos a España aos seus intereses persoais, que por uns instantes atopamos a un deles, aínda que sexa alguén nado fai 325 anos.

Polas amputacións no seu corpo como consecuencia das graves feridas sufridas nas múltiples batallas libradas chamábanlle “medio home”. Un medio home que venceu con só 6 barcos á maior forza naval da historia logo da de Normandía.

Que necesitados estamos de medios homes como aquel para vencer a todos aqueles empeñados en romper coa nosa Historia, en tirar por terra todo o que nos une, a nosa forza como nación.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Soltar lastre

Cuando un globo aerostático pierde altura y corre peligro de estrellarse tiene que proceder a liberarse urgentemente del peso que lo empuja en el mismo sentido que la fuerza de la gravedad, y soltar todo el lastre posible.

No se le oculta a nadie que los momentos que vivimos en España generan una especial preocupación en la sociedad, y lo hacen por el cariz que está tomando todo lo que día a día se va conociendo relacionado con diferentes tramas de corrupción política, empresarial, sindical, institucional y personal. 

Ya no es suficiente con pedir perdón y disculpas para mantener la confianza que todavía tienen los ciudadanos en las instituciones y en los gobiernos, o para recuperar la de aquellos que dejaron de tenerla hace tiempo.

Se hace imprescindible adoptar medidas, además de las ya aprobadas, que entiendan y visualicen todos, si lo que se persigue es recuperar el crédito perdido. Lo que está en juego es mucho más que un puñado de votos para uno u otro partido. Está en juego la esencia misma de la democracia y se corre el peligro de caer en la autodestrucción de nuestro sistema por el simple mecanismo de rebelarse contra los que hoy gobiernan sustituyéndolos por grupos extremistas. Para evitarlo, no podemos seguir pidiéndole a los ciudadanos que sigan confiando a ciegas en nosotros mientras no les demostremos claramente que se castigará duramente y no se tolerará conducta alguna que vaya en contra de valores imprescindibles como la honradez de los dirigentes que, al fin y a la postre, van ligados a la necesaria autoridad moral que deben transmitir.

Desde la devolución a la sociedad de todo lo robado, las necesarias renovaciones en el seno de los partidos políticos con especial participación en el proceso de elección de los cargos de los mismos y de los que aspiren a ser candidatos a cargos públicos, las auditorias independientes a las cuentas de todos los partidos, las modificaciones en la legislación de contratos de las administraciones publicas haciéndola más transparente y menos discrecional, una mayor agilidad en la instrucción de los procedimientos judiciales relacionados con la corrupción, el endurecimiento de las penas y la tipificación como delito de los casos de financiación irregular de los partidos, hasta cualquier otra medida que contribuya a evitar que España se abra en canal.

La recuperación económica, con los matices que cada uno quiera introducir, es algo que nadie niega aunque ya hemos olvidado de dónde venimos porque aparentemente el peligro ha pasado, el de una España al borde del rescate y la quiebra. Pero el esfuerzo realizado por la sociedad española en su conjunto ha sido enorme y no se puede tirar por la borda.

Del cesto del globo tenemos que tirar, y rápidamente, todo el lastre que generan cuantos corruptos han salido a la luz y los que aparezcan en los próximos días. Tirarlos para que caiga sobre ellos todo el peso de la Ley y para que, liberados de tan pesado y dañino lastre, acabemos con esta autodestrucción que nos lleva al suicidio colectivo.

Soltar lastre

Cando un globo aerostático perde altura e corre perigo de estrelarse ten que proceder a liberarse urxentemente do peso que o empuxa no mesmo sentido que a forza da gravidade, e soltar todo o lastre posible.

Non se lle oculta a ninguén que os momentos que vivimos en España xeran unha especial preocupación na sociedade, e fano polo cariz que está tomando todo o que día a día se vai coñecendo relacionado con diferentes tramas de corrupción política, empresarial, sindical, institucional e persoal. 

Xa non é suficiente con pedir perdón e desculpas para manter a confianza que aínda teñen os cidadáns nas institucións e nos gobernos, ou para recuperar a daqueles que deixaron de tela fai tempo.

Faise imprescindible adoptar medidas, ademais das xa aprobadas, que entendan e visualicen todos, si o que se persegue é recuperar o crédito perdido. O que está en xogo é moito máis que un puñado de votos para un ou outro partido. Está en xogo a esencia mesma da democracia e córrese o perigo de caer na autodestrución do noso sistema polo simple mecanismo de rebelarse contra os que hoxe gobernan substituíndoos por grupos extremistas. Para evitalo, non podemos seguir pedíndolle aos cidadáns que sigan confiando a cegas en nós mentres non lles demostremos claramente que se castigará duramente e non se tolerará conduta algunha que vaia en contra de valores imprescindibles como a honradez dos dirixentes que, ao cabo, van ligados á necesaria autoridade moral que deben transmitir.

Desde a devolución á sociedade de todo o roubado, as necesarias renovacións no seo dos partidos políticos con especial participación no proceso de elección dos cargos dos mesmos e dos que aspiren a ser candidatos a cargos públicos, as auditorías independentes ás contas de todos os partidos, as modificacións na lexislación de contratos das administracións publicas facéndoa máis transparente e menos discrecional, unha maior axilidade na instrución dos procedementos xudiciais relacionados coa corrupción, o endurecemento das penas e a tipificación como delito dos casos de financiamento irregular dos partidos, ata calquera outra medida que contribúa a evitar que España se abra en canle.

A recuperación económica, cos matices que cada un queira introducir, é algo que ninguén nega aínda que xa esquecemos de onde vimos porque aparentemente o perigo pasou, o dunha España ao bordo do rescate e crébaa. Pero o esforzo realizado pola sociedade española no seu conxunto foi enorme e non se pode tirar pola borda.

Do cesto do globo temos que tirar, e rapidamente, todo o lastre que xeran cantos corruptos saíron á luz e os que aparezan nos próximos días. Tiralos para que caia sobre eles todo o peso da Lei e para que, liberados de tan pesado e daniño lastre, acabemos con esta autodestrución que nos leva ao suicidio colectivo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Si se fueran de allí

La palabra Pandemia viene definida en el diccionario como “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”.

Cuando el miedo se instala entre muchos ciudadanos de diferentes culturas y continentes surgen en nuestra memoria las grandes pandemias que a lo largo de la Historia asolaron nuestros pueblos y civilizaciones. Desde la peste que llegó a la antigua Grecia procedente de Egipto, segando la vida de las dos terceras partes de la población de Atenas, hasta nuestros días, han sido muchas las grandes pandemias que con diferentes formatos y denominaciones nos han amedrentado: tifus, ántrax, viruela, y ahora el Ébola.

De los brotes de Ébola que nos han azotado históricamente, la variedad del Zaire ha sido la más letal. Es una enfermedad aguda que o mata en pocas semanas o se sobrevive.

Las previsiones más optimistas para África, con la epidemia fuera de control y con los contagios en progresión geométrica, pronostican que a principios del 2015 podríamos contar con medio millón de afectados en aquellos países, por lo que será inevitable que nuevos casos de personas contagiadas vuelvan a surgir en nuestro entorno.

Pero también hay previsiones menos optimistas, ignoro si más realistas, que hablan de que la cifra de contagiados para entonces rondaría el millón y medio de personas, y será entonces cuando el avance hacia Europa resultaría difícil de contener, especialmente sino se adoptan las medidas que en los últimos días países como EE.UU., Gran Bretaña, Francia o Bélgica han empezado a tomar, a pesar de que hace tan sólo una semana las principales autoridades sanitarias europeas acabaran su Consejo sin compromisos concretos. En España los grandes profesionales sanitarios, de los que es un buen ejemplo Teresa Romero, estan demostrando con su buen hacer que debemos confiar en su trabajo. 

Sólo el miedo en dosis elevadas, el pánico, nos fuerza a implicarnos en los problemas de esta envergadura. Será cuestión de egoísmo o de pura supervivencia, porque cuando se trata del sufrimiento ajeno, nuestra sensibilidad alcanza cotas muy bajas.

Son las pandemias, los graves riesgos afectando a muchas personas, las que parecen activar los resortes de las respuestas humanitarias. A pesar de ello no podemos ni debemos olvidar que mientras aquí sólo nos hacemos sensibles al peligro cuando la noticia de una persona infectada abre todos los telediarios, en otros lugares a miles de kilómetros de sus casas, y en primera línea de batalla a la enfermedad, hay personas que sin disponer de los sofisticados trajes protectores del contagio, pero equipados con una gran cantidad de generosidad y entrega, tratan de atajar el brote de la enfermedad y cuidar a los enfermos. Cooperantes, misioneros, médicos… una gran legión de grandes corazones, a pesar de la alarma social, siguen allí y no piensan salir corriendo, porque como nos han dicho, “si nos fuéramos de allí sería una traición a la gente”. 

Nuestra sociedad nunca sabrá ni podrá pagarles su sacrificio.

Se marcharan de alí 

A palabra pandemia defínese no dicionario como "epidemia que se estende a varios países ou que ataca a case todos os individuos dunha localidade ou rexión". 

Cando o medo está instalado entre moitos cidadáns de diferentes culturas e continentes xorden na nosa memoria as grandes pandemias que ao longo da historia devastou nosos pobos e civilizacións. Dende a praga que veu á Grecia antiga de Exipto, acabando coa vida de dous terzos da poboación de Atenas, ata hoxe, houbo moitas grandes pandemias con diferentes formatos e nomes aos que ter medo a tifo, Anthrax , varíola, e agora Ébola.

Dos brotes de Ébola que nos atormentaron historicamente, a variedade de Zaire foi o máis letal. É unha enfermidade aguda ou mata en poucas semanas ou se sobrevive. 

As previsións máis optimistas a África, coa epidemia fóra de control e os contaxios en progresión xeométrica, prevén que a principios de 2015 podería afectar a medio millón de persoas deses países, polo que é inevitable que novos casos de persoas infectadas xurdan novamente no noso medio ambiente. 

Pero tamén hai previsións menos optimistas, eu non sei se máis realista, que falan do número de infectados para entón de preto dun millón e medio de persoas, e será entón cando o avance sería moi difícil de conter, especialmente se non son tomadas medidas que nos últimos días países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Bélxica comezaron a tomar, aínda que hai só unha semana as principais autoridades de saúde europeas terminaron o Consello sen compromisos concretos. En España, os principais profesionais de saúde, e un bo exemplo é Teresa Romero, están demostrando o seu bo traballo, hai que confiar no seu traballo. 

Só o medo en doses elevadas, o pánico, nos está a forzar a involucrarse nos problemas desa magnitude. Será cuestión de egoísmo ou pura supervivencia, porque, cando se trata do sufrimento dos outros, a nosa sensibilidade alcanza niveis moi baixos. 

Son as pandemias, os principais riscos que afectan a moita xente, as que parecen activar os resortes das respostas humanitarias. Con todo, non podemos e non debemos esquecer que, mentres estamos aquí só nos facemos sensible ao perigo cando a noticia dunha persoa infectada abre todas as noticias, noutros lugares a miles de quilómetros das súas casas, e na primeira liña para enfermidade hai persoas que non teñen roupa de protección de exposición sofisticado, ou equipado, pero que con moita xenerosidade e dedicación buscan conter a epidemia da enfermidade e coidar dos enfermos. Traballadores humanitarios, misioneiros, médicos ... unha lexión de grandes corazóns que, a pesar da alarma social, aínda están alí e non creo que para saír correndo, porque, como xa dixeron, "se saímos de alí sería unha traizón do pobo." 

A nosa sociedade non vai saber ou poder pagar o seu sacrificio.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Diagnostico erróneo

Cuando comenzaba la actual Legislatura en el Congreso algunos dábamos por amortizado el tiempo de liderazgo de Pérez Rubalcaba y abríamos las quinielas sobre su sucesión.

Me inquietaba comprobar que entre los posibles aspirantes, al menos entre aquellos que aparecían en las quinielas, se llamasen Chacón, Madina u otros similares, todos carecían de mucha experiencia y parecían tener como denominador común el rencor y el resentimiento hacia todos los que nos sentamos enfrente y representamos a los millones de ciudadanos que no depositan su voto en las papeletas donde figuran sus nombres, es decir hacia todo lo que no sean sus propios colores.

Fuimos varios los que empezamos a señalar a un diputado de nueva hornada que sentado bastante arriba y desconocido para la mayoría de la Cámara, como posible candidato a suceder a Rubalcaba, y también fueron muchos los que se reían de nuestra apuesta. Aquel diputado era Pedro Sánchez, hoy Secretario general del PSOE.

Los que hicimos aquel diagnóstico teníamos nuestras razones y dábamos por supuesto que cumplía una serie de requisitos que ahora, con el paso de los meses han resultado fallidos y se van desmoronando por si solos.

Aunque a priori mejor preparado que los que fueron sus rivales internos, al igual que ellos pertenece a una generación donde las cosas les resultaron más fáciles que a sus padres y también que a muchos jóvenes que hoy luchan por abrirse camino. 

Estos días se habla de las “perlas” que en este tiempo de liderazgo han salido ya por su boca. Posiblemente muchas de ellas se deban a su inexperiencia y a ese afán por practicar la peligrosa política basada exclusivamente en el populismo.

Desde decir que sobra el Ministerio de Defensa, pedir funerales de Estado para las victimas de violencia machista, decir que quiere a Cataluña como nación, referirse al programa de Tele 5 “Sálvame” como referente social, negar el apoyo de sus eurodiputados a la única persona española designada para ocupar un lugar en la Comisión Europea mientras los diputados socialistas de otros países sí están dispuestos a apoyar a Miguel Arias, volver a los famosos anuncios de derogación de los acuerdos con la Santa Sede, o, por no agotar el espacio disponible, sus palabras pidiendo “desterrar de nuestro vocabulario palabras como crisis, desigualdad, violencia de genero, independentismo…” para inmediatamente aclarar que no quería vincular independentismo a ninguna expresión de violencia.

Mi diagnostico fue erróneo, porque su empeño en seguir la estela de Zapatero, su obsesión por los eslóganes de anuncio televisivo y la imagen, le están llevando a caer en lo que algunos califican como “frikismo”. Síntomas que son reflejo de la inexperiencia y de querer correr un maratón como si se tratase de los 800 metros, síntomas que pueden acabar con sus expectativas, no con las de convertirse en un producto de marketing, pero sí con las de aspirar a ser un hombre de Estado.

Diagnostico erróneo

Cando comezaba a actual Legislatura no Congreso algúns dabamos por amortizado o tempo de liderado de Pérez Rubalcaba e abriamos as quinielas sobre a súa sucesión.

Inquietábame comprobar que entre os posibles aspirantes, polo menos entre aqueles que aparecían nas quinielas, chamásense Chacón, Madina ou outros similares, todos carecían de moita experiencia e parecían ter como denominador común o rancor e o resentimento cara a todos os que nos sentamos en fronte e representamos aos millóns de cidadáns que non depositan o seu voto nas papeletas onde figuran os seus nomes, é dicir cara a todo o que non sexan as súas propias cores.

Fomos varios os que empezamos a sinalar a un deputado de nova fornada que sentado bastante arriba e descoñecido para a maioría da Cámara, como posible candidato a suceder a Rubalcaba, e tamén foron moitos os que se rían da nosa aposta. Aquel deputado era Pedro Sánchez, hoxe Secretario xeral do PSOE.

Os que fixemos aquel diagnóstico tiñamos as nosas razóns e dabamos por suposto que cumpría unha serie de requisitos que agora, co paso dos meses resultaron errados e vanse desmoronando por si sos.

Aínda que a priori mellor preparado que os que foron os seus rivais internos, do mesmo xeito que eles pertence a unha xeración onde as cousas resultáronlles máis fáciles que aos seus pais e tamén que a moitos mozos que hoxe loitan por abrirse camiño. 

Estes días fálase das “perlas” que neste tempo de liderado saíron xa pola súa boca. Posiblemente moitas delas débanse ao seu inexperiencia e a ese afán por practicar a perigosa política baseada exclusivamente no populismo.

Desde dicir que sobra o Ministerio de Defensa, pedir funerais de Estado para as vítimas de violencia machista, dicir que quere a Cataluña como nación, referirse ao programa de Tele 5 “Sálvame” como referente social, negar o apoio dos seus eurodeputados á única persoa española designada para ocupar un lugar na Comisión Europea mentres os deputados socialistas doutros países si están dispostos a apoiar a Miguel Arias, volver aos famosos anuncios de derrogación dos acordos coa Santa Sé, ou, por non esgotar o espazo dispoñible, as súas palabras pedindo “desterrar do noso vocabulario palabras como crises, desigualdade, violencia de xero, independentismo...” para inmediatamente aclarar que non quería vincular independentismo a ningunha expresión de violencia.

O meu diagnostico foi erróneo, porque o seu empeño en seguir o ronsel de Zapatero, a súa obsesión polos eslóganes de anuncio televisivo e a imaxe, estanlle levando a caer no que algúns cualifican como “frikismo”. Síntomas que son reflexo da inexperiencia e de querer correr un maratón coma se tratásese dos 800 metros, síntomas que poden acabar coas súas expectativas, non coas de converterse nun produto de marketing, pero si coas de aspirar a ser un home de Estado.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Desafíos separatistas

Me había prometido a mí mismo y a todos ustedes, queridos y pacientes lectores de mis artículos, no volver a ocuparme de este asunto, pero los recientes acontecimientos ocurridos en Escocia y las posteriores reacciones me obligan a volver al tema.

Si algo ha conseguido la experiencia de Escocia es abrir una grieta social que auguro que durará muchos años hasta cerrarse, si llega a hacerlo. En nuestro país los graves problemas sociales, el enorme abismo que podría producirse entre los propios catalanes, y entre ellos y el resto de españoles, sería todavía mayor. Y todo gracias a la enorme irresponsabilidad de algún iluminado.

Aunque lo ocurrido en Escocia poco tiene que ver con lo que algunos pretenden llevar adelante en Cataluña, puede que todavía sean muchos los que piensen lo contrario. Son muchas las diferencias entre el escenario escocés y el catalán, muchas. Sociológicas, geográficas, históricas, pero sobre todo jurídicas y legales.

También lo son las diferentes maneras de reaccionar por parte de los ciudadanos de uno y otro territorio, ya que si en Escocia los partidarios del Sí y del No han mantenido un debate templado, es probable que la intensidad dialéctica entre Barcelona y Madrid alcance en los próximos días un mayor voltaje. Los escoceses ya demostraron que pese a sus divisiones son una nación, y nosotros todavía no.

Mientras en Escocia los laboristas, de ideología similar a nuestros socialistas rechazaron la independencia de manera clara, aquí los socialistas apoyan leyes que van hacia la secesión. Cabría añadir la puesta de perfil de su recién elegido secretario general, Pedro Sánchez, tratando de no mojarse y guardar equilibrios imposibles entre las posturas que defienden Rajoy y Artur Mas. Un puro ejercicio de populismo irresponsable, que ejerce dejándose ver y paseándose por todos los platós de TV sin distinción del contenido de sus programas. Mientras tanto los separatistas pretenden derogar leyes o incumplirlas amparándose en lo que ellos llaman “voluntad política”.

Estamos a las puertas de una tempestad que provocará, después de la reciente aprobación por el Parlamento Catalán de la Ley de Consultas, la inminente convocatoria de un referéndum de independencia (cuando escribo estas letras Artur Mas todavía no lo ha firmado). Y esta tempestad sólo puede superarse encarándola con determinación y toda la firmeza al alcance del gobierno español.

Primero vendrán las necesarias medidas adoptadas por el gobierno para garantizar que la legalidad vigente sea respetada por todos y, por tanto, no se lleve a cabo ninguna consulta ilegal. Superado esto, ya habrá nuevos periodos de sensatez y concordia que permitan las reflexiones políticas que faciliten introducir mejoras en nuestras reglas de juego. Pero esto hoy no es prioritario. Frenar y ganar el reto a los desafíos separatistas sí lo es. 


Desafíos separatistas

Prometinme a min mesmo e a todos vostedes, queridos e pacientes lectores dos meus artigos, non volver ocuparme deste asunto, pero os recentes acontecementos ocorridos en Escocia e as posteriores reaccións obríganme a volver ao tema.

Si algo conseguiu a experiencia de Escocia é abrir unha greta social que auguro que durará moitos anos ata pecharse, si chega a facelo. No noso país os graves problemas sociais, o enorme abismo que podería producirse entre os propios cataláns, e entre eles e o resto de españois, sería aínda maior. E todo grazas á enorme irresponsabilidade dalgún iluminado.

Aínda que o ocorrido en Escocia pouco ten que ver co que algúns pretenden levar adiante en Cataluña, poida que aínda sexan moitos os que pensen o contrario. Son moitas as diferenzas entre o escenario escocés e o catalán, moitas. Sociolóxicas, xeográficas, históricas, pero sobre todo xurídicas e legais.

Tamén o son os diferentes xeitos de reaccionar por parte dos cidadáns dun e doutro territorio, xa que se en Escocia os partidarios do Si e do Non mantiveron un debate temperado, é probable que a intensidade dialéctica entre Barcelona e Madrid alcance nos próximos días unha maior voltaxe. Os escoceses xa demostraron que pese ás súas divisións son unha nación, e nós aínda non.

Mentres en Escocia os laboristas, de ideoloxía similar aos nosos socialistas rexeitaron a independencia de xeito claro, aquí os socialistas apoian leis que van cara á secesión. Cabería engadir a posta de perfil do seu recentemente elixido secretario xeral, Pedro Sánchez, tratando de non mollarse e gardar equilibrios imposibles entre as posturas que defenden Rajoy e Artur Mas. Un puro exercicio de populismo irresponsable, que exerce deixándose ver e paseándose por todos os platós de TV sen distinción do contido dos seus programas. Mentres tanto os separatistas pretenden derrogar leis ou incumprilas amparándose no que eles chaman “vontade política”.

Estamos ás portas dunha tempestade que provocará, logo da recente aprobación polo Parlamento Catalán da Lei de Consultas, a inminente convocatoria dun referendo de independencia (cando escribo estas letras Artur Mais aínda non o asinou). E esta tempestade só pode superarse encarándoa con determinación e toda a firmeza ao alcance do goberno español.

Primeiro virán as necesarias medidas adoptadas polo goberno para garantir que a legalidade vixente sexa respectada por todos e, xa que logo, non se leve a cabo ningunha consulta ilegal. Superado isto, xa haberá novos períodos de sensatez e concordia que permitan as reflexións políticas que faciliten introducir melloras nas nosas regras de xogo. Pero isto hoxe non é prioritario. Frear e gañar o reto aos desafíos separatistas si o é.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Vuelta a la ¿normalidad?

Regreso de unos días de vacaciones junto al mar gallego y los medios de comunicación ya hablan de la apertura del nuevo curso político y de la vuelta al cole, se acaban las rebajas y aparecen las primeras lluvias de septiembre, tormentas en algunos lugares.

Llegan hasta mis oídos los acordes muy bien afinados de una banda de música, y atraído por la curiosidad me acerco hacia el lugar desde donde provienen estas notas musicales. Me sorprendo al ver que no es nuestra banda municipal, ni tan siquiera la música proviene del templete de nuestra Plaza Mayor. Es la Banda artística de Merza y esta tocando bajo los árboles del Parque de Rosalía de Castro. Apenas hay publico y sus jóvenes y numerosos integrantes recogen los aplausos de los pocos que escuchamos. Mientras en la Plaza Mayor llena de gente, el templete permanece vacío y una carpa con un mercadillo ocupa los jardines. Vuelvo a la normalidad.

Recupero una de mis costumbres caminando unas vueltas diarias por el adarve de nuestra muralla romana, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2000, y dejo atrás el reposo veraniego.

Vuelvo a ver el abandono de muchas de las casas y solares desde la privilegiada atalaya que se ofrece al visitante a izquierda y derecha del monumento. Las bolsas de plástico con excrementos de perros decorando el paseo, los restos del botellón de la noche anterior todavía presentes a pesar de lo avanzado de la mañana dominical. Pintadas, ruinas y la utilización de materiales totalmente prohibidos como medianeras con uralitas plásticas de color verde que nadie parece ver ni sancionar, mientras el celo multando en el aparcamiento ORA crece de manera exponencial en los últimos tiempos. Vuelvo a la normalidad.

En la Ronda de la Muralla y en uno de los tramos con más tráfico rodado veo obras que mantiene cortado algún carril dejando la circulación reducida a sólo uno de ellos, y me pregunto que pasará en un día laborable y con los colegios en periodo lectivo. Falta de previsión, planificación o sentido común. Vuelvo a la normalidad.

Las cifras macroeconómicas parecen que confirman el final de la crisis y la buena dirección de la recuperación. Son datos positivos aunque insuficientes para paliar la sangría de tanto desempleo, especialmente juvenil. A pesar de ello son muchos los que se empeñan en no querer verlo y menos reconocerlo, no vaya a ser que por ello dejen de ser oposición o colaboren en transmitir una buena imagen de España al exterior y al afianzamiento de este gobierno. “Dios nos libre”, pensarán. Vuelvo a la normalidad.

Lo normal, la normalidad que querría, sería que todos velásemos por conservar y potenciar lo mejor que tenemos, que todos nos alegrásemos de que las cosas empiecen a mejorar y dejar de poner zancadillas a cuanto se mueve a nuestro alrededor. Lo normal sería que nos comportásemos como gente normal.


Volta á normalidade?

Regreso duns días de vacacións xunto ao mar galego e os medios de comunicación xa falan da apertura do novo curso político e da volta ao cole, acábanse rebaixas e aparecen as primeiras choivas de setembro, tormentas nalgúns lugares.

Chegan ata os meus oídos os acordes moi ben afinados dunha banda de música, e atraído pola curiosidade achégome cara ao lugar desde onde proveñen estas notas musicais. Sorpréndome ao ver que non é a nosa banda municipal, nin tan sequera a música provén do templete da nosa Praza Maior. É a Banda artística de Merza e esta tocando baixo as árbores do Parque de Rosalía de Castro. Apenas hai publico e os seus mozos e numerosos integrantes recollen os aplausos dos poucos que escoitamos. Mentres na Praza Maior chea de xente, o templete permanece baleiro e unha carpa cun mercadiño ocupa os xardíns. Volvo á normalidade.

Recupero unha das miñas costumes camiñando unhas voltas diarias polo adarve da nosa muralla romana, declarada Patrimonio da Humanidade en 2000, e deixo atrás o repouso estival.

Volvo ver o abandono de moitas das casas e solares desde a privilexiada atalaia que se ofrece ao visitante a esquerda e dereita do monumento. As bolsas de plástico con excrementos de cans decorando o paseo, os restos do botellón da noite anterior aínda presentes malia o avanzado da mañá dominical. Pintadas, ruínas e a utilización de materiais totalmente prohibidos como medianeiras con uralitas plásticas de cor verde que ninguén parece ver nin sancionar, mentres o celo multando no aparcamento ORA crece de xeito exponencial nos últimos tempos. Volvo á normalidade.

Na Rolda da Muralla e nun dos tramos con máis tráfico rodado vexo obras que mantén cortado algún carril deixando a circulación reducida a só un deles, e pregúntome que pasará nun día laborable e cos colexios en período lectivo. Falta de previsión, planificación ou sentido común. Volvo á normalidade.

As cifras macroeconómicas parecen que confirman o final da crise e a boa dirección da recuperación. Son datos positivos aínda que insuficientes para paliar a sangría de tanto desemprego, especialmente xuvenil. Malia iso son moitos os que se empeñan en non querer velo e menos recoñecelo, non vaia a ser que por iso deixen de ser oposición ou colaboren en transmitir unha boa imaxe de España ao exterior e ao afianzamento deste goberno. “Deus nos libre”, pensarán. Volvo á normalidade.



O normal, a normalidade que querería, sería que todos velásemos por conservar e potenciar o mellor que temos, que todos no alegrásemos de que as cousas empecen a mellorar e deixar de poñer zancadillas a canto se move ao noso ao redor. O normal sería que nos comportásemos como xente normal.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Etiquetas

Vivimos en un mundo donde toda la información se recoge en etiquetas y códigos de barras que leídos con la tecnología adecuada proporcionan toda la información sobre determinado producto.

Con la política parece ocurrir algo semejante pero de peores consecuencias, ya que no se trata de etiquetarte como “progre” o “facha” sino de reaccionar con virulencia o silencios según los casos y las circunstancias. 

Cuando gobierna el PP, una foto en las Azores del presidente del gobierno de España con el de EEUU es la consecuencia del problema de Irak, como mantienen los dirigentes socialistas.

Cuando gobierna el PSOE y envía a las tropas españolas a la guerra de Afganistán no se produjeron reacciones ni manifestaciones contra el gobierno del “talante” porque según justificaron “no hemos enviado a nuestras tropas a una guerra, sino a un conflicto bélico”.

Si es el alcalde de Valladolid (PP) el que opina de manera inadecuada, se moviliza hasta el más vago, pero si los exabruptos machistas sobre Cospedal, la aspiradora y las chachas salen de la boca del alcalde de Toledo (PSOE), sólo se produce silencio en aquellos que condenaron al anterior. 

Acudir a un plató televisivo a una tertulia sobre temas de actualidad social siempre resulta más cómodo desde la posición de la demagogia ideológica del falso progresismo que desde la defensa de la acción de gobierno. Siempre ha resultado más sencillo levantar aplausos con un “no a los desahucios” que explicar las medidas para proteger a los que los sufren.

Hace unos días un grupo de impresentables simularon el fusilamiento de un concejal del PP en un pueblo de Barcelona sin que se escuchara ninguna condena desde las filas de los nacionalistas catalanes. Me pregunto qué hubiese ocurrido de producirse esta situación al revés. Las reacciones y peticiones de dimisiones todavía estarían resonando en nuestros oídos.

Pero siendo estas situaciones sobradamente conocidas y habituales, y asumiendo que siempre ha sido más cómodo, socialmente hablando, llevar carnet de izquierdas, cuanto más radical mejor, que militar en un partido político de centro, lo que mas me preocupa son las distintas maneras de reaccionar en casos graves y de plena actualidad mundial.

Ante el crecimiento violento del Islamismo terrorista no se escuchan voces críticas ni grandes manifestaciones, reacción bien diferente a la producida cuando las victimas son palestinos a manos de israelitas.

Mientras en nuestro país otorgamos toda suerte de ayudas y facilidades para levantar mezquitas, en los países controlados por el Islam el número de cristianos asesinados cada día parece no escandalizar a nadie. Con las “Alianzas de Civilizaciones” y el buenismo europeo en general, nos liamos a discutir sobre las cuchillas en las vallas de Melilla mientras el empuje del yihadismo bien organizado, con células de asesinos y terroristas, crece vertiginosamente en el seno de nuestra sociedad europea.

Sólo le pido a este nuevo curso político que se vislumbra tras el verano menos etiquetas y más responsabilidad colectiva.


Etiquetas

Vivimos nun mundo onde toda a información recóllese en etiquetas e códigos de barras que lidos coa tecnoloxía adecuada proporcionan toda a información sobre determinado produto.

Coa política parece ocorrer algo semellante pero de peores consecuencias, xa que non se trata de etiquetarte como “progre” ou “facha” senón de reaccionar con virulencia ou silencios segundo os casos e as circunstancias. 

Cando goberna o PP, unha foto nas Azores do presidente do goberno de España co de EEUU é a consecuencia do problema de Iraq, como manteñen os dirixentes socialistas.

Cando goberna o PSOE e envía ás tropas españolas á guerra de Afganistán non se produciron reaccións nin manifestacións contra o goberno do ?talante? porque segundo xustificaron ?non enviamos ás nosas tropas a unha guerra, senón a un conflito bélico?.

Si é o alcalde de Valladolid (PP) o que opina de xeito inadecuada, mobilízase ata o máis vago, pero si os exabruptos machistas sobre Cospedal, a aspiradora e as chachas saen da boca do alcalde de Toledo (PSOE), só se produce silencio naqueles que condenaron ao anterior. 

Acudir a un plató televisivo a un faladoiro sobre temas de actualidade social sempre resulta máis cómodo desde a posición da demagoxia ideolóxica do falso progresismo que desde a defensa da acción de goberno. Sempre resultou máis sinxelo levantar aplausos cun “non aos desafiuzamentos” que explicar as medidas para protexer aos que os sofren.

Fai uns días un grupo de impresentables simularon o fusilamento dun concelleiro do PP nun pobo de Barcelona sen que se escoitase ningunha condena desde as filas dos nacionalistas cataláns. Pregúntome que ocorrese de producirse esta situación ao revés. As reaccións e peticións de dimisións aínda estarían resoando nos nosos oídos.

Pero sendo estas situacións sobradamente coñecidas e habituais, e asumindo que sempre foi máis cómodo, socialmente falando, levar carné de esquerdas, canto máis radical mellor, que militar nun partido político de centro, o que mais preocúpame son os distintos xeitos de reaccionar en casos graves e de plena actualidade mundial.

Ante o crecemento violento do Islamismo terrorista non se escoitan voces críticas nin grandes manifestacións, reacción ben diferente á producida cando as vítimas son palestinos a mans de israelitas.

Mentres no noso país outorgamos toda sorte de axudas e facilidades para levantar mesquitas, nos países controlados polo Islam o número de cristiáns asasinados cada día parece non escandalizar a ninguén. Coas “Alianzas de Civilizacións” e o buenismo europeo en xeral, liámonos a discutir sobre as cuchillas en válalas de Melilla mentres o empuxe do yihadismo ben organizado, con células de asasinos e terroristas, crece vertixinosamente no seo da nosa sociedade europea.

Só lle pido a este novo curso político que se albisca tralo verán menos etiquetas e máis responsabilidade colectiva.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Loco verano

En Galicia este verano podría calificarse de verano irlandés. La alternancia de los restos de borrascas atlánticas con los débiles anticiclones nos están trayendo más nubes que sol y el paraguas parece competir con la sombrilla en horas de apertura.

Pero las nubes no pueden tapar ni ocultar las noticias que nos llegan a diario y que en ocasiones nos nublan mucho más el ánimo.

Empezamos alterados por las matanzas entre prorrusos e independistas ucranianos, alcanzando su punto álgido con el avión abatido que costó la vida a casi 300 personas y destrozó las de otras tantas familias. Todavía hoy seguimos sin un claro culpable.

Parecíamos olvidar las terribles escenas que a diario nos regalaban los telediarios sobre los inacabables exterminios que se siguen produciendo en Siria, y en otros lugares del planeta donde las guerras son el pan de cada día.

El secuestro y posterior asesinato de tres jóvenes en Israel desató un nuevo y creciente clima bélico entre dos pueblos irreconciliables. Palestinos y judíos, o quizás Hamás e Israel, parecen incapaces de cerrar las heridas que desde hace años supuran odio y revancha en sucesivas escaladas de violencia y muertes, siendo siempre la población civil, y sobre todo los niños, las victimas más débiles de tanta sinrazón. 

En Irak los estadounidenses, tres años después de haber retirado sus tropas de allí, vuelven a aplicar dosis de bombas para parar los avances del terrorismo yihaidista, en lo que a día de hoy todavía no adivinamos la magnitud de este nuevo conflicto.

Si las tragedias que provoca el hombre en cada rincón del planeta no fueran suficientes, aparecen en escena las durísimas imágenes de la muerte provocada por el brote de ébola más grave de la historia y que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la emergencia de salud pública mundial. Las cifras todavía crecientes ya hablan de un millar de muertos y más de 1.700 infectados en diferentes países africanos.

Este último tema ha suscitado en España controversias y debates mezquinos en este loco verano. Sino cómo se explica que haya personas que no acepten que un país, España en este caso, acuda al rescate y repatriación de uno de sus ciudadanos que se encuentre en grave peligro, como le ha ocurrido en esta ocasión al religioso Miguel Pajares. Desde pedir que el coste de la repatriación lo soportara la orden religiosa hasta cuestionar la capacidad y preparación del sistema sanitario publico español, cualquier cosa sirve para emborronar el éxito de la operación que se ha convertido en referente para otros países de nuestro entorno. Una vez más algunos se empeñan en no querer hacer justicia al funcionamiento de nuestro país.

Parece que en medio de las nubes quieren que no luzcan los rayos del sol, las buenas noticias, parecen preferir las polémicas absurdas y las discusiones propias de algunas tertulias televisivas. Son las peores nubes y borrascas de este loco verano.


Tolo verán

En Galicia este verán podería cualificarse de verán irlandés. A alternancia dos restos de borrascas atlánticas cos débiles anticiclóns estannos traendo máis nubes que sol e o paraugas parece competir co parasol en horas de apertura.

Pero as nubes non poden tapar nin ocultar as noticias que nos chegan a diario e que en ocasións nos nubran moito máis o ánimo.

Empezamos alterados polas matanzas entre prorrusos e independistas ucranianos, alcanzando o seu punto álxido co avión abatido que custou a vida a case 300 persoas e esnaquizou as doutras tantas familias. Aínda hoxe seguimos sen un claro culpable.

Pareciamos esquecer as terribles escenas que a diario nos regalaban os telexornais sobre os inacabables exterminios que se seguen producindo en Siria, e noutros lugares do planeta onde as guerras son o pan de cada día.

O secuestro e posterior asasinato de tres novos en Israel desatou un novo e crecente clima bélico entre dous pobos irreconciliables. Palestinos e xudeus, ou quizais Hamás e Israel, parecen incapaces de pechar as feridas que desde fai anos supuran odio e revencha en sucesivas escaladas de violencia e mortes, sendo sempre a poboación civil, e sobre todo os nenos, as vítimas máis débiles de tanta senrazón. 

En Iraq os estadounidenses, tres anos logo de retirar as súas tropas de alí, volven aplicar doses de bombas para parar os avances do terrorismo yihaidista, no que a día de hoxe aínda non adiviñamos a magnitude deste novo conflito.

Si as traxedias que provoca o home en cada recuncho do planeta non fosen suficientes, aparecen en escena as durísimas imaxes da morte provocada polo brote de ébola máis grave da historia e que levou á Organización Mundial da Saúde (OMS) a declarar a urxencia de saúde pública mundial. As cifras aínda crecentes xa falan dun milleiro de mortos e máis de 1.700 infectados en diferentes países africanos.

Este último tema suscitou en España controversias e debates mesquiños neste tolo verán. Senón como se explica que haxa persoas que non acepten que un país, España neste caso, acuda ao rescate e repatriación dun dos seus cidadáns que se atope en grave perigo, como lle ocorreu nesta ocasión ao relixioso Miguel Pajares. Desde pedir que o custo da repatriación soportáseo a orde relixiosa ata cuestionar a capacidade e preparación do sistema sanitario publico español, calquera cousa serve para embarrañar o éxito da operación que se converteu en referente para outros países da nosa contorna. Unha vez máis algúns se empeñan en non querer facer xustiza ao funcionamento do noso país.

Parece que no medio das nubes queren que non luzan os raios do sol, as boas noticias, parecen preferir as polémicas absurdas e as discusións propias dalgúns faladoiros televisivos. Son as peores nubes e borrascas deste tolo verán.

miércoles, 30 de julio de 2014

Juntos somos más

La semana pasada visitaba España el primer ministro francés, y pronunciaba algunas frases de las que ya me gustaría a mí que algunos tomaran nota. Decía Valls, en referencia a la cuestión catalana, que toda aventura como la que se está impulsando desde el gobierno catalán es un debilitamiento local y general de la Europa que se construye todos los días, y lo dijo con estas palabras “El proyecto europeo se puede derrumbar con el auge de los populismos y de los nacionalismos. El problema catalán es un problema español, pero también es un problema para toda Europa y nosotros queremos una España fuerte”. En definitiva, una referencia clara a la debilidad, consecuencia de los separatismos frente a la fortaleza propia de la unión y esfuerzo de los distintos territorios que componen el mapa de España como una Nación.

Este miércoles el presidente catalán viene a la Moncloa a hablar “de todo”, sin antes haber hablado con la verdad a todos cuantos le escuchamos a diario desde hace meses. Tuvo que ser el primer ministro francés, de origen catalán, quien le volviera a recordar algo que ya se le ha venido diciendo por activa y por pasiva, “hay que decir siempre la verdad. Si alguien cree que se puede salir de un país sin consecuencias para su pertenencia a la Unión Europea y al euro, se equivoca”.

Ha llegado el momento de cerrar tanta ceremonia de la confusión y de dejar muy claro a cuantos sueñan con la independencia de una parte del territorio español, que es algo que no puede decidir sólo una parte, porque nos afecta al conjunto, y no sólo de España sino de la Unión Europea.

Ya no cuelan más mensajes demagógicos poniendo a los catalanes como victimas de Madrid, que tras conocer las andanzas de Pujol durante sus años de Presidente de Cataluña y de hacerse públicas las balanzas fiscales de todas las Comunidades Autónomas, cabría sustituir por otros que sin duda dejarían en evidencia al autor del “España nos roba”.

El pasado día 24 de julio la Xunta de Galicia rendía un merecido e incuestionable reconocimiento a cuantos pusieron algo de su parte para paliar los dramáticos efectos de la mayor tragedia colectiva de los últimos tiempos en Galicia, la muerte de 79 personas en el tren que nunca llegó a su destino hace un año.

En sus sentidas y emotivas palabras, el Presidente de la Xunta de Galicia decía, en referencia directa a todos los que aquel día y en los que le siguieron dieron lo mejor de sí mismos ayudando a las victimas del accidente, que “Galicia demostró que juntos somos más. La irreparable desgracia sirvió para demostrar que dos hombres o mujeres que cooperan, no suman sino que multiplican”.

Parafraseando a Feijoo, y aplicándolo a la cuestión catalana, dos hombres o mujeres que no cooperan, no restan sino que dividen, y ahora y de una vez por todas, la apuesta del Gobierno no puede ser otra que la de dejar claro que sólo cabe sumar y cooperar entre todos los pueblos de España, porque la Historia ya nos ha dejado innumerables ejemplos de las consecuencias que acarrean las divisiones.

Xuntos somos máis

A semana pasada visitaba España o primeiro ministro francés, e pronunciaba algunhas frases das que xa me gustaría a min que algúns tomasen nota. Dicía Valls, en referencia á cuestión catalá, que toda aventura como a que se está impulsando desde o goberno catalán é un debilitamento local e xeral da Europa que se constrúe todos os días, e o dixo con estas palabras “O proxecto europeo pódese derrubar co auxe dos populismos e dos nacionalismos. O problema catalán é un problema español, pero tamén é un problema para toda Europa e nós queremos unha España forte”. En definitiva, unha referencia clara á debilidade, consecuencia dos separatismos fronte á fortaleza propia da unión e esforzo dos distintos territorios que compoñen o mapa de España como unha Nación.

Este mércores o presidente catalán vén á Moncloa a falar “de todo”, sen antes falar coa verdade a todos cantos escoitámoslle a diario desde fai meses. Tivo que ser o primeiro ministro francés, de orixe catalá, quen lle volvese a recordar algo que xa se lle veu dicindo por activa e por pasiva, “hai que dicir sempre a verdade. Si alguén cre que se pode saír dun país sen consecuencias para a súa pertenza á Unión Europea e ao euro, equivócase”.

Chegou o momento de pechar tanta cerimonia da confusión e de deixar moi claro a cantos soñan coa independencia dunha parte do territorio español, que é algo que non pode decidir só unha parte, porque nos afecta ao conxunto, e non só de España senón da Unión Europea.

Xa non coan máis mensaxes demagóxicas poñendo aos cataláns como vítimas de Madrid, que tras coñecer as andanzas de Pujol durante os seus anos de Presidente de Cataluña e de facerse públicas as balanzas fiscais de todas as Comunidades Autónomas, cabería substituír por outros que sen dúbida deixarían en evidencia ao autor do “España róubanos”.

O pasado día 24 de xullo a Xunta de Galicia rendía un merecido e incuestionable recoñecemento a cantos puxeron algo do seu parte para paliar os dramáticos efectos da maior traxedia colectiva dos últimos tempos en Galicia, a morte de 79 persoas no tren que nunca chegou ao seu destino fai un ano.

Nas súas sentidas e emotivas palabras, o Presidente da Xunta de Galicia dicía, en referencia directa a todos os que aquel día e nos que lle seguiron deron o mellor de si mesmos axudando ás vítimas do accidente, que “Galicia demostrou que xuntos somos máis. A irreparable desgraza serviu para demostrar que dous homes ou mulleres que cooperan, non suman senón que multiplican”.



Parafraseando a Feijoo, e aplicándoo á cuestión catalá, dous homes ou mulleres que non cooperan, non restan senón que dividen, e agora e dunha vez por todas, a aposta do Goberno non pode ser outra que a de deixar claro que só cabo sumar e cooperar entre todos os pobos de España, porque a Historia xa nos deixou innumerables exemplos das consecuencias que carrexan as divisións.

miércoles, 16 de julio de 2014

El fondo y las formas

La pasada semana se produjo en el Congreso de los Diputados uno de los debates más importantes de los últimos tiempos, por el contenido de las medidas incluidas en el Decreto Ley que el Gobierno presentó para su convalidación. Los partidos políticos que dicen hacer oposición, sin embargo, fijaron el foco de atención en el procedimiento, es decir, en criticar que se presentara el conjunto de medidas para el crecimiento de la competitividad y la eficiencia en un decreto y no se tramitaran como Proyectos de Ley.

Para quien pueda pensar que el instrumento o herramienta utilizado fue algo excepcional, les diré que ha sido utilizado 563 veces en la historia democrática española por diferentes gobiernos, por lo tanto no es algo que invente ahora el gobierno de Rajoy.

Los que ahora critican las formas hubieran dejado las cosas como estaban y así más pronto que tarde hubiera llegado el rescate, lo que entre otras cosas implicaría que otros hubieran decidido por nosotros nada menos que nuestro futuro.

El fondo de este Decreto, su contenido, son las medidas para estimular el empleo de los más jóvenes, para favorecer la economía de los autónomos y de las PYMES, la rentabilidad de los comercios, los trabajos de muchos oficios ligados a la construcción, al turismo...

Como mejor se entienden las cosas es utilizando ejemplos, y aquí caben algunos.

La estrategia de emprendimiento y empleo joven ha permitido pasar de un paro juvenil que aumentaba a un ritmo del 6,2% al año, a una reducción del 9,2%. ¿Les parece criticable la urgencia en poder encontrar un trabajo mejor en julio que en noviembre?

Las retenciones que se practican a los autónomos de menores rentas, unos 325.000, experimentarán reducciones, del 21% al 15%. Así de una factura de 1.000€ que cobra un autónomo, ahora se queda con 790€ y cuando este Decreto entre en vigor serán 850€. Factura a factura representa un importante ahorro de dinero en sus cuentas. ¿Les parece justificable, como sí se lo parece a los críticos con la forma de aprobarlo, esperar a un debate completo de la reforma fiscal?

En el comercio se reducirán las comisiones que se soportan por pago con tarjetas de crédito, pasando esta comisión del 0,8% actual al 0,3%, nada menos que medio punto en cada venta que realicen. ¿Piensan los críticos que a los comerciantes les va a dar igual beneficiarse ya de estas ventajas que esperar a un debate de meses?

En la construcción, la aprobación de las normas de eficiencia energética en la edificación supondrá una enorme oportunidad para pequeñas empresas, talleres de carpintería de aluminio, instaladores de radiadores y calderas... ¿Estaría justificada la demora en encontrar nuevas oportunidades para trabajar y generar empleo?

En definitiva, son muchos los españoles, personas con dificultades para llegar a fin de mes, a los que les importa más el fondo y sus consecuencias que las formas o el procedimiento para alcanzarlas siempre que sea legal, que lo es.

Me quedo con los que han buscado estímulos para seguir mejorando y dejo solos a los que ponen excusas a la recuperación.

O fondo e as formas

A pasada semana produciuse no Congreso dos Deputados uno dos debates máis importantes dos últimos tempos, polo contido das medidas incluídas no Decreto Lei que o Goberno presentou para a súa convalidación. Os partidos políticos que din facer oposición, con todo, fixaron o foco de atención no procedemento, é dicir, en criticar que se presentase o conxunto de medidas para o crecemento da competitividade e a eficiencia nun decreto e non se tramitasen como Proxectos de Lei.

Para quen poida pensar que o instrumento ou ferramenta utilizado foi algo excepcional, direilles que foi utilizado 563 veces na historia democrática española por diferentes gobernos, polo tanto non é algo que invente agora o goberno de Rajoy.

Os que agora critican as formas deixasen as cousas como estaban e así máis pronto que tarde chegase o rescate, o que entre outras cousas implicaría que outros decidisen por nós nada menos que o noso futuro.

O fondo deste Decreto, o seu contido, son as medidas para estimular o emprego dos máis novos, para favorecer a economía dos autónomos e das PYMES, a rendabilidade dos comercios, os traballos de moitos oficios ligados á construción, ao turismo...

Como mellor se entenden as cousas é utilizando exemplos, e aquí caben algúns.

A estratexia de emprendemento e emprego novo permitiu pasar dun paro xuvenil que aumentaba a un ritmo do 6,2% ao ano, a unha redución do 9,2%. Parécelles criticable a urxencia en poder atopar un traballo mellor en xullo que en novembro?

As retencións que se practican aos autónomos de menores rendas, uns 325.000, experimentarán reducións, do 21% ao 15%. Así dunha factura de 1.000€ que cobra un autónomo, agora quédase con 790€ e cando este Decreto entre en vigor serán 850€. Factura a factura representa un importante aforro de diñeiro nas súas contas. Parécelles xustificable, como si llo parece aos críticos coa forma de aprobalo, esperar a un debate completo da reforma fiscal?

No comercio reduciranse as comisións que se soportan por pago con tarxetas de crédito, pasando esta comisión do 0,8% actual ao 0,3%, nada menos que medio punto en cada venda que realicen. Pensan os críticos que aos comerciantes vailles a dar igual beneficiarse xa destas vantaxes que esperar a un debate de meses?

Na construción, a aprobación das normas de eficiencia enerxética na edificación suporá unha enorme oportunidade para pequenas empresas, talleres de carpintería de aluminio, instaladores de radiadores e caldeiras... Estaría xustificada a demora en atopar novas oportunidades para traballar e xerar emprego?

En definitiva, son moitos os españois, persoas con dificultades para chegar a fin de mes, aos que lles importa máis o fondo e as súas consecuencias que as formas ou o procedemento para alcanzalas sempre que sexa legal, que o é.



Quédome cos que buscaron estímulos para seguir mellorando e deixo sos aos que poñen escusas á recuperación.

miércoles, 2 de julio de 2014

Actos y actitudes

En estas últimas semanas he sido testigo directo de diferentes actos, algunos de importancia histórica, celebrados en diferentes puntos de nuestra España y que además de su transcendencia histórica, social o política, me han permitido reflexionar sobre la conducta y modo de actuar de algunos de los asistentes a los mismos.

Sin duda alguna el que por todos los motivos ha tenido mayor transcendencia ha sido la proclamación de nuestro nuevo Rey. La solemnidad de los actos se cuidó milimétricamente y su desarrollo fue todo un éxito. 

En la entrega de las medallas Castelao la emoción y naturalidad de los premiados se mezcla con la solemnidad del momento y con los rigores que impone su retransmisión televisiva en directo. Sólo un pero: no acabo de entender que algunas de las personas que recogen su premio puedan subir al estrado en pantalón vaquero y zapatillas deportivas como atuendo. En su favor la impagable labor social que desempeñan.

Finalmente, por ser el más reciente, sólo puedo tener palabras críticas con el desarrollo de uno de los actos más antiguos de la historia de Galicia, el de la ofrenda del Antiguo Reino de Galicia al Santísimo en nuestra Catedral. Ausencia de muchos alcaldes de las siete ciudades, que cada año realizan por turno esta ofrenda. Escasos representantes de instituciones y parlamentos. Entre las ausencias la del responsable de la Diputación de Lugo, que tampoco había estado en los dos actos comentados anteriormente.

Una ciudad inmersa en la suciedad provocada por una larga huelga en el servicio de limpieza viaria, que ya bate récords de duración sin que nadie parezca tener el más mínimo interés en resolver. Imposibilidad de celebrar la procesión con la carroza que porta al Santísimo por la causa mencionada, y así hasta un sinfín de hitos negativos que deslucieron uno de los días grandes de Lugo.

Está claro que la actitud de los que tienen la responsabilidad de impulsar y mimar estos eventos, que pasarán a formar parte de la historia, es decisiva para perpetuarlos o para abocar a su desaparición. Que los responsables sean laicos o practicantes de la religión católica no debería explicar la dejadez o el interés mostrado, pero parece que es así.

Como en otros asuntos relacionados con nuestra ciudad, parecen importar más los eventos lúdicos que las grandes tradiciones. Se miman en mayor medida los que pueden tener más participación popular por su carácter festivo que aquellos que se relacionan con tradiciones centenarias, y encontramos que pesan más una docena de Arde Lucus que tres siglos y pico de Ofrenda del Antiguo Reino.

Que se impulsen actos relacionados con la Republica es lícito, pero no puede suponer el olvido hacia quien, siendo Infanta de España y Duquesa de Lugo podría ayudar, si nuestras autoridades quisieran, a proyectar la ciudad y el rico patrimonio de Lugo por el mundo entero.

Ésta es la importancia que tienen a la hora de celebrar los actos la actitud de quienes los organizan y presiden, pero también la de los que desde otras posiciones debemos velar por su conservación e impulso.

Actos e actitudes

Nestas últimas semanas fun testemuña directa de diferentes actos, algúns de importancia histórica, celebrados en diferentes puntos da nosa España e que ademais da súa transcendencia histórica, social ou política, permitíronme reflexionar sobre a conduta e modo de actuar dalgúns dos asistentes aos mesmos.

Sen ningunha dúbida o que por todos os motivos ha ter maior transcendencia foi a proclamación do noso novo Rei. A solemnidade dos actos coidouse milimetricamente e o seu desenvolvemento foi todo un éxito. 

Na entrega das medallas Castelao a emoción e naturalidade dos premiados mestúrase coa solemnidade do momento e cos rigores que impón a súa retransmisión televisiva en directo. Só un pero: non acabo de entender que algunhas das persoas que recollen o seu premio poidan subir ao estrado en pantalón vaqueiro e zapatillas deportivas como vestimenta. No seu favor a impagable labor social que desempeñan.

Finalmente, por ser o máis recente, só podo ter palabras críticas co desenvolvemento dun dos actos máis antigos da historia de Galicia, o da ofrenda do Antigo Reino de Galicia ao Santísimo na nosa Catedral. Ausencia de moitos alcaldes das sete cidades, que cada ano realizan por quenda esta ofrenda. Escasos representantes de institucións e parlamentos. Entre as ausencias a do responsable da Deputación de Lugo, que tampouco estivera nos dous actos comentados anteriormente.

Unha cidade inmersa na suciedade provocada por unha longa folga no servizo de limpeza viaria, que xa bate récords de duración sen que ninguén pareza ter o máis mínimo interese en resolver. Imposibilidade de celebrar a procesión coa carroza que porta ao Santísimo pola causa mencionada, e así ata un senfín de fitos negativos que desluciron un dos días grandes de Lugo.

Está claro que a actitude dos que teñen a responsabilidade de impulsar e mimar estes eventos, que pasarán a formar parte da historia, é decisiva para perpetualos ou para abocar á súa desaparición. Que os responsables sexan laicos ou practicantes da relixión católica non debería explicar o deixamento ou o interese mostrado, pero parece que é así.

Como noutros asuntos relacionados coa nosa cidade, parecen importar máis os eventos lúdicos que as grandes tradicións. Mímanse en maior medida os que poden ter máis participación popular polo seu carácter festivo que aqueles que se relacionan con tradicións centenarias, e atopamos que pesan máis unha ducia de Arde Lucus que tres séculos e pico de Ofrenda do Antigo Reino.

Que se impulsen actos relacionados coa República é lícito, pero non pode supoñer o esquecemento cara a quen, sendo Infanta de España e Duquesa de Lugo podería axudar, se as nosas autoridades quixesen, a proxectar a cidade e o rico patrimonio de Lugo polo mundo enteiro.

Esta é a importancia que teñen á hora de celebrar os actos a actitude de quen os organizan e presiden, pero tamén a dos que desde outras posicións debemos velar pola súa conservación e impulso.