miércoles, 22 de diciembre de 2021

Hostilidades en la mar

Es posible que, si no esta familiarizado con el mundo de la pesca o de los productos pesqueros, sólo conozca qué pescados o mariscos le gustan más y algo acerca de sus precios. Sin ser experto en la materia, pero, aunque sea por llevar unos años siguiendo su situación y evolución, me gustaría contarles algo más.

En España todavía contamos con algo más de 8.500 barcos pesqueros que dan empleo a bordo de ellos a unos 28.000 trabajadores, a los que podríamos añadir mas de 4.000 mariscadoras, las personas que trabajan en las lonjas, las plantas de acuicultura, bateas… Una larga cadena del sector mar-industria que representa un pellizco importante de nuestra economía y lo que es más importante, de una forma de vida, de una cultura social muy impregnada en pueblos y ciudades de nuestro litoral y muy especialmente en nuestra tierra gallega.

Su actividad no suele llegar a las cabeceras de los informativos salvo algunas excepciones, normalmente ligadas a tragedias como hundimientos, secuestros u otras desgracias.

Una vez al año el Consejo de ministros de pesca de la Unión Europea celebra en el mes de diciembre su reunión más importante para aprobar las cuotas de cada especie que se autorizarán para la pesca durante el siguiente año, al igual que los totales para cada país miembro.

Con tal motivo los gobiernos de cada país por medio de sus ministros de Pesca deben acudir cargados de argumentos e informes para rebatir las propuestas de recortes que generalmente se ponen sobre la mesa.

En esta nueva ocasión España no ha salido bien parada, mejor dicho, no lo han salido los profesionales que se ganan la vida de su trabajo en la mar. Nuevos recortes a los ya producidos para algunas importantes especies de alto valor comercial, mantenimiento de vedas so cierres de pesquerías sumándose a los de otros años, y en el Mediterráneo para muchos pescadores artesanales nuevas limitaciones y reducciones en sus días autorizados para pescar. Un coctel que hará mucho más complicada la supervivencia de esas embarcaciones citadas al principio, la imposibilidad de salir a faenar para muchos y el desguace para otros.

Nuestro ministro español de Pesca dijo que las negociaciones habían resultado un éxito y su resultado habían sido positivo. Posiblemente nos intentó aplicar aquello de “mexan por nos e hai que dicir que chove”, pero en Galicia y otros puertos de España ya no hay lugar ni tiempo para la resignación. Muchos marineros, pescadores y otros trabajadores en la mar vienen advirtiendo que ya no soportan más tiempo tantos recortes, tanta burocracia, inspecciones y un duro trabajo que en ocasiones, cada vez más, produce más perdidas que ganancias. 

Está muy bien velar por la sostenibilidad del mar, los primeros en hacerlo son aquellos que viven de él, pero sin olvidar la sostenibilidad social y económica de tantos pueblos y ciudades. De seguir con estas políticas y la débil defensa ante las autoridades comunitarias es posible que más pronto que tarde conseguir poner en nuestras mesas esta ricas y saludables proteínas sea una tarea propia del recuerdo. Conseguirán mares muy sostenibles, pero en ellos no encontraremos pescadores ni a miles de personas trabajando y manteniendo la cultura de los pueblos marineros. Les hablaba de que actualmente tenemos algo más de 8.500 barcos pesqueros, pero en 1991 eran más de 20.500.

Las hostilidades en la mar ya no son los temporales, éstas vienen desde los despachos. 


Hostilidades na mar

É posible que, se non esta familiarizado co mundo da pesca ou dos produtos pesqueiros, só coñeza que peixes ou mariscos gústanlle máis e algo acerca dos seus prezos. Sen ser experto na materia, pero, aínda que sexa por levar uns anos seguindo a súa situación e evolución, gustaríame contarlles algo máis.

En España aínda contamos con algo máis de 8.500 barcos pesqueiros que dan emprego a bordo deles a uns 28.000 traballadores, aos que poderiamos engadir mais de 4.000 mariscadoras, as persoas que traballan nas lonxas, as plantas de acuicultura, bateas… Unha longa cadea do sector mar-industria que representa un belisco importante da nosa economía e o que é máis importante, dunha forma de vida, dunha cultura social moi impregnada en pobos e cidades do noso litoral e moi especialmente na nosa terra galega.

A súa actividade non adoita chegar ás cabeceiras dos informativos salvo algunhas excepcións, normalmente ligadas a traxedias como afundimentos, secuestros ou outras desgrazas.

Unha vez ao ano o Consello de ministros de pesca da Unión Europea celebra no mes de decembro a súa reunión máis importante para aprobar as cotas de cada especie que se autorizarán para a pesca durante o seguinte ano, do mesmo xeito que os totais para cada país membro.

Con tal motivo os gobernos de cada país por medio dos seus ministros de Pesca deben acudir cargados de argumentos e informes para rebater as propostas de recortes que xeralmente se poñen sobre a mesa.

Nesta nova ocasión España non saíu ben parada, mellor devandito, non o saíron os profesionais que se gañan a vida do seu traballo na mar. Novos recortes aos xa producidos para algunhas importantes especies de alto valor comercial, mantemento de vedas so peches de pesqueiras sumándose aos doutros anos, e no Mediterráneo para moitos pescadores artesanais novas limitacións e reducións nos seus días autorizados para pescar. Un cóctel que fará moito máis complicada a supervivencia desas embarcacións citadas ao principio, a imposibilidade de saír a faenar para moitos e o despezamento para outros.

O noso ministro español de Pesca dixo que as negociacións resultaran un éxito e o seu resultado foran positivo. Posiblemente tentounos aplicar aquilo de “mexan por nós e  hai que  dicir que  chove”, pero en Galicia e outros portos de España xa non hai lugar nin tempo para a resignación. Moitos mariñeiros, pescadores e outros traballadores na mar veñen advertindo que xa non soportan máis tempo tantos recortes, tanta burocracia, inspeccións e un duro traballo que en ocasións, cada vez máis, produce máis perdidas que ganancias. 

Está moi ben velar pola sustentabilidade do mar, os primeiros en facelo son aqueles que viven del, pero sen esquecer a sustentabilidade social e económica de tantos pobos e cidades. De seguir con estas políticas e a débil defensa #ante as autoridades comunitarias é posible que máis pronto que tarde conseguir poñer nas nosas mesas esta ricas e saudables proteínas sexa unha tarefa propia do recordo. Conseguirán mares moi sostibles, pero neles non atoparemos pescadores nin a miles de persoas traballando e mantendo a cultura dos pobos mariñeiros. Faláballes de que actualmente temos algo máis de 8.500 barcos pesqueiros, pero en 1991 eran máis de 20.500.

As hostilidades na mar xa non son os temporais, estas veñen desde os despachos.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Jugar con fuego

Muchos recordamos lo que nos decían nuestros mayores para disuadirnos cuando siendo niños nos veían jugar con fuego: “si sigues jugando con el fuego te harás pis en la cama”. Es posible que con estas y otras pequeñas advertencias consiguieran que dejáramos las cerillas o que nos separásemos de las chimeneas. Enseguida les diré a qué viene esta cita.

Acabamos de ¿celebrar? 43 años de nuestra Constitución, sí, la Española, la del 6 de diciembre de 1978. 43 años ha soportado un texto no pocas veces cuestionado por los de siempre o sus réplicas. Quienes en su origen pidieron el voto negativo, partidos rupturistas, como Esquerra Republicana de Cataluña, o lo que ahora conocemos como Bildu y que antes era Herri Batasuna.

Hoy son todavía más formaciones las que se unen a esa llamada a terminar con la Constitución hablando de reformar en profundidad, como el vicepresidente del gobierno de Baleares, o el Bloque Nacionalista Gallego, ese BNG que en Madrid dice una cosa y que se calla en Galicia. Su diputado en el Congreso decía hace pocos días desde la tribuna que Galicia sería más pronto que tarde una “república gallega libre y soberana”. Una fuerza política que es la segunda en representación en el parlamento de Galicia y que forma parte de gobiernos de coalición con los socialistas gallegos en 3 diputaciones gallegas además de haber apoyado en 2020 la investidura de Pedro Sánchez, y por añadir una última cuestión, una formación que vota y firma comunicados con Bildu y ERC, además de haber acudido a manifestaciones en favor de la independencia.

No estoy poniendo ejemplos de personas aisladas o de declaraciones disparatadas. Estoy hablando de fuerzas y representantes políticosque forman parte de gobiernos, que apoyan al Gobierno de la Nación, que son cómplices de las decisiones legislativas que más nos afectan, como los Presupuestos del Estado.

Estoy hablando, haciendo un símil y salvando las distancias, de los gusanos que se comen las nueces cuando no reciben ningún tratamiento fitosanitario. Penetran en la nuez y poco a poco se comen el interior sin que nos percatemos de ello hasta que al abrirla la vemos prácticamente sin fruto. Algo así está ocurriendo con nuestras instituciones democráticas, donde los ya citados partidos al haber tocado poder y penetrado en las instituciones tratan, desde dentro, de vaciarlas del contenido que les otorgó nuestra Constitución, desnaturalizarla para después, de facto, cambiarlas a su conveniencia.

Los que así actúan saben que con las reglas democráticas en la mano no logran losapoyos suficientes para tirar abajo lo que nació de un amplio consenso político y respaldo popular hace 43 años. Estamos ante un ataque en toda regla hacia los valores que representó nuestra Transición y que recogieron sus redactores en el texto constitucional. Es posible que entretenidos en otros problemas y distraídos por la propaganda oficial no veamos al gusano que ya ha penetrado en la nuez y de manera soterrada realiza su trabajo.

Estamos jugando con fuego y, a pesar de que algunos avisamos reiteradamente, puede que acabemos mojando la cama.

Xogar con lume

Moitos lembramos o que nos dicían os nosos maiores para disuadirnos cando sendo nenos víannos xogar con lume: “se segues xogando co lume farasche pis na cama”. É posible que con estas e outras pequenas advertencias conseguisen que deixásemos os mistos ou que nos separásemos das chemineas. Enseguida direilles a que vén esta cita.

Acabamos de celebrar? 43 anos da nosa Constitución, si, a Española, a do 6 de decembro de 1978. 43 anos soportou un texto non poucas veces cuestionado polos de sempre ou as súas réplicas. Quen na súa orixe pediron o voto negativo, partidos rupturistas, como Esquerra Republicana de Cataluña, ou o que agora coñecemos como Bildu e que antes era Herri Batasuna.

Hoxe son aínda máis formacións as que se unen a esa chamada para terminar coa Constitución falando de reformar en profundidade, como o vicepresidente do goberno de Baleares, ou o Bloque Nacionalista Galego, ese BNG que en Madrid di unha cousa e que cala en Galicia. O seu deputado no Congreso dicía hai poucos días desde a tribuna que Galicia sería máis pronto que tarde unha “república galega libre e soberana”. Unha forza política que é a segunda en representación no parlamento de Galicia e que forma parte de gobernos de coalición cos socialistas galegos en 3 deputacións galegas ademais de apoiar en 2020 a investidura de Pedro Sánchez, e por engadir unha última cuestión, unha formación que vota e firma comunicados con Bildu e ERC, ademais de acudir a manifestacións en favor da independencia.

Non estou a poñer exemplos de persoas illadas ou de declaracións disparatadas. Estou a falar de forzas e representantes políticos que forman parte de gobernos, que apoian ao Goberno da Nación, que son cómplices das decisións lexislativas que máis nos afectan, como os Orzamentos do Estado.

Estou a falar, facendo un símil e salvando as distancias, dos vermes que se comen as noces cando non reciben ningún tratamento fitosanitario. Penetran na noz e aos poucos cómense o interior sen que nos decatemos diso ata que ao abrila vémola practicamente sen froito. Algo así está a ocorrer coas nosas institucións democráticas, onde os xa citados partidos ao tocar poder e penetrado nas institucións tratan, desde dentro, de baleiralas do contido que lles outorgou a nosa Constitución, desnaturalizala para despois, de facto, cambialas á súa conveniencia.

Os que así actúan saben que coas regras democráticas na man non logran os apoios suficientes para tirar abaixo o que naceu dun amplo consenso político e respaldo popular hai 43 anos. Estamos fronte un ataque en toda regra cara aos valores que representou a nosa Transición e que recolleron os seus redactores no texto constitucional. É posible que entretidos noutros problemas e distraídos pola propaganda oficial non vexamos ao verme que xa penetrou na noz e de maneira soterrada realiza o seu traballo.

Estamos a xogar con lume e, a pesar de que algúns avisamos reiteradamente, poida que acabemos mollando a cama.