miércoles, 19 de enero de 2022

Apagones

En los últimos tiempos se han prodigado los debates en torno a un posible apagón energético en nuestro país, también en otros puntos del planeta, y con ello algunos alarmistas han conseguido sembrar miedo o preocupación entre los ciudadanos. Les tengo que confesar que en mí, por ahora, no han causado ese efecto.

Son otros apagones los que me preocupan de verdad.

Tras muchos meses de tira y afloja, de negociaciones, manifestaciones, iniciativas políticas, de gran preocupación en la provincia de Lugo por el posible cierre de la planta de ALCOA, uno de los motores económicos más potentes de A Mariña, al final la solución que la mayoría ha elegido como la menos mala ha sido el apagón de las cubas, es decir que la única planta de aluminio primario en España deje de producir. Este apagón si que es preocupante, porque es real y es inmediato.

Preocupante también son algunas noticias como el lanzamiento de piedras contra uno de los centros de salud de nuestra ciudad, de Lugo. Se han producido en varias ocasiones sin que sepamos quiénes son sus autores y a qué se debe esta conducta. Son hechos aislados pero que unidos a otros de agresiones a personal sanitario, ponen en evidencia conductas violentas y maneras injustificables de protestar e increpar a personas que se ven desbordadas por los efectos de esta pandemia, que sigue muy presente entre nosotros.

El paso de los aplausos a las agresiones, a la violencia, es un apagón de la razón, de la paciencia y de la educación. Es un apagón de la convivencia.

Me pregunto a menudo si estos apagones sociales no son un reflejo de los que se producen en sede gubernamental. Cuando la mentira se hace costumbre, se perpetua en los mensajes y en las bocas de aquellos que ostentan la responsabilidad de gobernar nuestro día a día, y todo sin las consecuencias que en cualquier país democrático serían esperables, se producen los apagones de la decencia y con ellos las faltas de respeto en ambas direcciones. 

También quiero referirme a otra noticia que ha llamado mi atención en relación con un importante acontecimiento que esta semana se celebra en la capital de España. Como todos los años FITUR, la feria de referencia del turismo mundial, se convertirá en el escaparate para vender nuestras excelencias y como siempre Galicia volverá a exponerlas en uno de los stands más dignos y con mayor tirón del recinto.

La noticia a la que me refiero saltaba estos días en los medios de comunicación: “La Diputación de Lugo no irá a Fitur en el stand de Turgalicia”. Por egos y protagonismos difíciles de entender y de justificar, el ente provincial se descuelga de la estrategia colectiva de vender Galicia, de poner en común todo lo que podemos ofrecer a nuestros viajeros y visitantes. Lo hará fuera de este stand institucional y se cobijará bajo el paraguas de Turespaña. El mundo al revés.

Este último ejemplo representa otro apagón, el de las formas. Con esta actitud se falta seriamente al respeto a los lucenses y de manera singular a todos aquellos que se ganan la vida en alguna de las múltiples actividades vinculadas al turismo.

Apagones que producen mayor oscuridad.


Apagamentos

Nos últimos tempos prodigáronse os debates ao redor dun posible apagamento enerxético no noso país, tamén noutros puntos do planeta, e con iso algúns alarmistas conseguiron sementar medo ou preocupación entre os cidadáns. Téñolles que confesar que en min, por agora, non causaron ese efecto.

Son outros apagamentos os que me preocupan de verdade.

Tras moitos meses de tira e afrouxa, de negociacións, manifestacións, iniciativas políticas, de gran preocupación na provincia de Lugo polo posible peche da planta de ALCOA, un dos motores económicos máis potentes da Mariña, ao final a solución que a maioría elixiu como a menos mala foi o apagamento das cubas, é dicir que a única planta de aluminio primario en España deixe de producir. Este apagamento se que é preocupante, porque é real e é inmediato.

Preocupante tamén son algunhas noticias como o lanzamento de pedras contra un dos centros de saúde da nosa cidade, de Lugo. Producíronse en varias ocasións sen que saibamos quen son os seus autores e a que se debe esta conduta. Son feitos illados pero que unidos a outros de agresións a persoal sanitario, poñen en evidencia condutas violentas e maneiras inxustificables de protestar e increpar a persoas que ven desbordadas polos efectos desta pandemia, que segue moi presente entre nós.

O paso dos aplausos ás agresións, á violencia, é un apagamento da razón, da paciencia e da educación. É un apagamento da convivencia.

Pregúntome a miúdo se estes apagamentos sociais non son un reflexo dos que se producen en sede gobernamental. Cando a mentira faise costume, se perpetua nas mensaxes e nas bocas daqueles que ostentan a responsabilidade de gobernar o noso día a día, e todo sen as consecuencias que en calquera país democrático serían  esperables, prodúcense os apagamentos da decencia e con eles as faltas de respecto en ambas as direccións. 

Tamén quero referirme a outra noticia que chamou a miña atención en relación cun importante acontecemento que esta semana se celebra na capital de España. Como todos os anos FITUR, a feira de referencia do turismo mundial, converterase no escaparate para vender as nosas excelencias e como sempre Galicia volverá expoñelas nun das casetas máis dignas e con maior tirón do recinto.

A noticia á que me refiro saltaba estes días nos medios de comunicación: “A Deputación de Lugo non irá a Fitur na caseta de Turgalicia”. Por egos e protagonismos difíciles de entender e de xustificar, o ente provincial descólgase da estratexia colectiva de vender Galicia, de poñer en común todo o que podemos ofrecer aos nosos viaxeiros e visitantes. Farao fóra desta caseta institucional e acubillarase baixo o paraugas de Turespaña. O mundo ao revés.

Este último exemplo representa outro apagamento, o das formas. Con esta actitude fáltase seriamente ao respecto aos lucenses e de maneira singular a todos aqueles que se gañan a vida nalgunha das múltiples actividades vinculadas ao turismo.

Apagamentos que producen maior escuridade.

miércoles, 5 de enero de 2022

Una carta a tiempo

Como todos los años por estas fechas los móviles no dejan de recibir felicitaciones en forma de vídeos o montajes fotográficos con gran variedad de ingenio. De todos los recibidos, seguramente los mismos que les han llegado a ustedes, uno ha merecido el premio a mi atención. En el vídeo se pone en clara evidencia las grandes diferencias entre los regalos que los niños y jóvenes de hoy en día piden en sus cartas a los Reyes Magos y los sueños y deseos que tenían sus abuelos y mayores por estas mismas fechas cuando tenían sus edades.

Los primeros leen sus cartas llenas de peticiones de aplicaciones informáticas, accesorios para sus móviles, consolas y un largo etcétera en esa línea. Mientras, los mayores que vivieron épocas muy difíciles y de precariedades, recuerdan emocionados como siempre pedían la muñeca o el balón de sus sueños que nunca recibían, y ahora sus deseos para esta ocasión son de pedir salud para todos, acabar con el hambre,o de trabajo para quien lo necesita.

Preguntados los jóvenes por las diferencias que apreciaban entra sus cartas y las de sus mayores, una niña las resume muy acertadamente cuando apunta que mientras ellos piden cosas pensando solo en lo que les gustan a ellos, los mayores solamente piden cosas para los demás. Al final del vídeo los mayores reciben entre lágrimas unos regalos: la muñeca Mariquita Pérez o un balón reglamentario.

Adivinarán que he traído este ejemplo porque hoy por la noche muchos niños y muchos de los que ya dejaron de serlo pondrán sus zapatos a la espera de que durante la noche los Magos de Oriente dejen muchas de las cosas que les solicitaron en sus cartas.

Como la publicación de este articulo coincide en este día con su noche mágica he pensado que si lo leen sus Majestades podrían darme alguna alegría.

Para empezar, y espero que no sea mucho pedir, mi lista de deseos comienza por la salud. Lo que más deseo es que esta pandemia que ya lleva entre nosotros casi dos años, y que ha segado muchas vidas y truncado muchos proyectos, sea definitivamente erradicada por nuestros científicos e investigadores. 

Puestos a seguir pidiendo cosas para los demás, querría que el clima político, y a la postre social, cambie su rumbo, y los acuerdos y la concordia en la búsqueda del interés general ocupen espacio prioritario en la agenda de los que hoy tiene la responsabilidad de gobernar o la de fiscalizar ese trabajo.

La tercera de mis peticiones, y no por ello de menor importancia que las anteriores, guarda relación directa con el futuro de mi país, de España. Me gustaría que los más jóvenes encuentren aquí sus oportunidades, unos trabajos dignos que les permitan comenzar sus proyectos de vida y con ello garantizar que nuestras ciudades y pueblos no sigan perdiendo habitantes, su forma de vida y tradiciones. 

Mis deseos son una carta a tiempo,la leerán aquí los Reyes Magos y seguramente intentarán complacerme, porque estarán también en las peticiones de millones de personas. Pero para que se conviertan en realidad hará falta mucho más que su magia, será imprescindible que cada uno de nosotros pongamos algo de nuestra parte. Felices Reyes y feliz 2022. 


Unha carta a tempo

Como todos os anos por estas datas os móbiles non deixan de recibir felicitacións en forma de vídeos ou montaxes fotográficos con gran variedade de enxeño. De todos os recibidos, seguramente os mesmos que lles chegaron a vostedes, un mereceu o premio á miña atención. No vídeo ponse en clara evidencia as grandes diferenzas entre os agasallos que os nenos e mozos de hoxe en día piden nas súas cartas aos Reis Magos e os soños e desexos que tiñan os seus avós e maiores por estas mesmas datas cando tiñan as súas idades.

Os primeiros len as súas cartas cheas de peticións de aplicacións informáticas, accesorios para os seus móbiles, consolas e un longo etcétera nesa liña. Mentres, os maiores que viviron épocas moi difíciles e de precariedades, lembran emocionados como sempre pedían a boneca ou o balón dos seus soños que nunca recibían, e agora os seus desexos para esta ocasión son de pedir saúde para todos, acabar coa fame,ou de traballo para quen o necesita.

Preguntados os mozos polas diferenzas que apreciaban entra as súas cartas e as dos seus maiores, unha nena resúmeas moi acertadamente cando apunta que mentres eles piden cousas pensando só no que lles gustan a eles, os maiores soamente piden cousas para os demais. Ao final do vídeo os maiores reciben entre bágoas uns agasallos: a boneca  Mariquita Pérez ou un balón regulamentario.

Adiviñarán que trouxen este exemplo porque hoxe pola noite moitos nenos e moitos dos que xa deixaron de selo poñerán os seus zapatos á espera de que durante a noite os Magos de Oriente deixen moitas das cousas que lles solicitaron nas súas cartas.

Como a publicación de leste articulo coincide neste día coa súa noite máxica hei pensado que se o len as súas Maxestades poderían darme algunha alegría.

Para empezar, e espero que non sexa moito pedir, a miña lista de desexos comeza pola saúde. O que máis desexo é que esta pandemia que xa leva entre nós case dous anos, e que segou moitas vidas e truncou moitos proxectos, sexa definitivamente erradicada polos nosos científicos e investigadores. 

Postos a seguir pedindo cousas para os demais, querería que o clima político, e ao cabo social, cambie o seu rumbo, e os acordos e a concordia na procura do interese xeral ocupen espazo prioritario na axenda dos que hoxe ten a responsabilidade de gobernar ou a de fiscalizar ese traballo.

A terceira das miñas peticións, e non por iso de menor importancia que as anteriores, garda relación directa co futuro do meu país, de España. Gustaríame que os máis novos atopen aquí as súas oportunidades, uns traballos dignos que lles permitan comezar os seus proxectos de vida e con iso garantir que as nosas cidades e pobos non sigan perdendo habitantes, a súa forma de vida e tradicións. 

Os meus desexos son unha carta a tempo,lerana aquí os Reis Magos e seguramente tentarán compracerme, porque estarán tamén nas peticións de millóns de persoas. Pero para que se convertan en realidade fará falta moito máis que a súa maxia, será imprescindible que cada un de nós poñamos algo da nosa parte. Felices Reis e feliz 2022.