miércoles, 15 de febrero de 2023

Un año después

Se cumple hoy un año de la mayor tragedia sufrida en décadas por la familia marinera española. El 15 de febrero del 2022, en las lejanas aguas de Terranova, se hundía el barco gallego “Villa de Pitanxo” con una tripulación de 24 marineros y un trágico balance: 21 tripulantes fallecidos, 12 de ellos desaparecidos.

Como portavoz de pesca en el Congreso de los diputados, como gallego y como persona sensible al dolor ajeno mantuve desde ese mismo día un contacto cercano con las familias de los desaparecidos y fallecidos, comprobando cómo a la tristeza por la pérdida de un ser querido se añadía la rabia por el abandono desde las instancias gubernamentales responsables de la toma de decisiones para iniciar la búsqueda de los desaparecidos primero, la repatriación de los cuerpos recuperados después, o la puesta en marcha de un complejo dispositivo de localización del barco hundido para poder esclarecer las causas del naufragio y evitar sucesos similares en el futuro.

En aquellos primeros días escuché a las familias expresiones como “nos sentimos abandonadas”, “desidia intolerable”, “falta de humanidad”... y otras más duras. 

Después llegarían los 9 cuerpos que pudieron recuperarse en las gélidas aguas, y el presidente Sánchez al pie del avión que los traía les prometía a todos los familiares que “haría lo posible y lo imposible” en lo que todavía quedaba por hacer.

Siguieron días, semanas y meses de mucho dolor, con la renuncia a poder recuperar los cuerpos de los 12 desaparecidos, pero con la firme reivindicación de que el Gobierno pusiese en marcha el operativo de bajar al buque hundido. Fuimos muchos los que apoyamos sin dudar esa petición. También las instituciones que se sumaron aprobando iniciativas en ese sentido con el objetivo de colaborar con la Justicia y conocer la verdad, porque como los familiares repiten “todos tenemos derecho a conocerla y el Gobierno la obligación de buscarla”.

Ha pasado un año en el que la perseverancia y la lucha de estas familias va consiguiendo, paso a paso, que la falta de voluntad política inicial se vaya revirtiendo y ahora se hable ya de la puesta en marcha de un operativo que pueda localizar el pecio del barco, bajar hasta allí y realizar un reportaje que aporte pruebas para esclarecer lo que ocurrió aquel día, donde la Fiscalía dijo en su momento que apreciaba indicios de homicidio imprudente en el hundimiento. 

En muchas ocasiones dije públicamente que la pesca sólo es noticia cuando ocurre una desgracia en la mar y créanme que no me parece justo. España es la primera potencia europea de pesca y los miles de hombres y mujeres que lo hacen posible y que con su trabajo duro y sacrificado nos permiten incluir en nuestra dieta alimentos muy saludables, merecen nuestra atención no sólo cuando la mar arrebata la vida a algunos de ellos.

Por eso estas letras pretenden llamar la atención hoy, cuando se cumple un año de esta tragedia, sobre el trabajo y la vida de hombres y mujeres, embarcados o a pie, en aguas lejanas o en las próximas a sus pueblos costeros, para que sepamos que están todos los días haciendo un duro trabajo. También para que recuerden a los familiares de los 21 fallecidos en aquella trágica noche, para que los acompañemos, cada uno desde sus posibilidades, en la consecución del objetivo que siguen peleando todavía, un año después.


Un ano despois

cúmprese hoxe un ano da maior traxedia sufrida en décadas pola familia mariñeira española. O 15 de febreiro do 2022, nas afastadas augas de Terranova, afundíase o barco galego “Villa de Pitanxo” cunha tripulación de 24 mariñeiros e un tráxico balance: 21 tripulantes falecidos, 12 deles desaparecidos.

Como portavoz de pesca no Congreso dos deputados, como galego e como persoa sensible á dor allea mantiven desde ese mesmo día un contacto próximo coas familias dos desaparecidos e falecidos, comprobando como á tristeza pola perda dun ser querido engadíase a rabia polo abandono desde as instancias gobernamentais responsables da toma de decisións para iniciar a procura dos desaparecidos primeiro, a repatriación dos corpos recuperados despois, ou a posta en marcha dun complexo dispositivo de localización do barco afundido para poder esclarecer as causas do naufraxio e evitar sucesos similares no futuro.

Naqueles primeiros días escoitei ás familias expresións como “sentimos abandonadas”, “desidia intolerable”, “falta de humanidade”... e outras máis duras. 

Despois chegarían os 9 corpos que puideron recuperarse nas xélidas augas, e o presidente Sánchez ao pé do avión que os traía prometíalles a todos os familiares que “faría o posible e o imposible” no que aínda quedaba por facer.

Seguiron días, semanas e meses de moita dor, coa renuncia para poder recuperar os corpos dos 12 desaparecidos, pero coa firme reivindicación de que o Goberno puxese en marcha o operativo de baixar ao buque afundido. Fomos moitos os que apoiamos sen dubidar esa petición. Tamén as institucións que se sumaron aprobando iniciativas nese sentido co obxectivo de colaborar coa Xustiza e coñecer a verdade, porque como os familiares repiten “todos temos dereito a coñecela e o Goberno a obrigación de buscala”.

Pasou un ano no que a perseveranza e a loita destas familias vai conseguindo, paso a paso, que a falta de vontade política inicial se vaia revertendo e agora fálese xa da posta en marcha dun operativo que poida localizar o pecio do barco, baixar ata alí e realizar unha reportaxe que achegue probas para esclarecer o que ocorreu aquel día, onde a Fiscalía dixo no seu momento que apreciaba indicios de homicidio imprudente no afundimento. 

En moitas ocasións dixen publicamente que a pesca só é noticia cando ocorre unha desgraza na mar e créanme que non me parece xusto. España é a primeira potencia europea de pesca e os miles de homes e mulleres que o fan posible e que co seu traballo duro e sacrificado permítennos incluír na nosa dieta alimentos moi saudables, merecen a nosa atención non só cando a mar arrebata a vida a algúns deles.

Por iso estas letras pretenden chamar a atención hoxe, cando se cumpre un ano desta traxedia, sobre o traballo e a vida de homes e mulleres, embarcados ou a pé, en augas afastadas ou nas próximas aos seus pobos costeiros, para que saibamos que están todos os días facendo un duro traballo. Tamén para que lembren aos familiares dos 21 falecidos naquela tráxica noite, para que os acompañemos, cada un desde as súas posibilidades, na consecución do obxectivo que seguen pelexando aínda, un ano despois.

miércoles, 1 de febrero de 2023

Recuperar la convivencia

Aunque no es necesario explicar lo que significa la palabra convivencia, el diccionario incluye en su definición, además de la acción de convivir, la precisión de hacerlo en armonía, definiendo esta última palabra como la buena correspondencia entre personas.

El deterioro durante los últimos años de esa buena convivencia es algo que ya hemos podido comprobar en nuestra ciudad. De poco sirve acudir a las estadísticas para justificar que vivimos en una ciudad segura, si el número de altercados en la vía publica sigue presente y la violencia de éstos es cada día más alarmante. Es difícil encontrar en este diario una semana sin noticias relacionadas con peleas callejeras con resultados de lesiones muy serias.

Tampoco nos son ajenas las preocupaciones que nos generan las noticias relacionadas con las agresiones sexuales, mientras cada día se siguen incrementando las rebajas de penas a los violadores, cuando no sus excarcelaciones.

Finalmente, un tercer ejemplo no menos importante del enrarecimiento en la convivencia social son las denominadas “okupaciones” de viviendas, donde nuevamente se vuelve a recurrir a estadísticas para minimizar las consecuencias y restar importancia a este fenómeno en nuestra ciudad. Por ello, no me parecieron acertadas las palabras de nuestra alcaldesa vinculando las ocupaciones con la falta de vivienda pública en Lugo, algo similar a comparar y justificar los robos por la falta de ingresos del que roba.

Estamos ante una espiral de ataques a la propiedad privada muchas veces alentados, por acción o por omisión, de irresponsables políticas populistas amparadas por gobiernos socialistas, que otorgan más derecho a los delincuentes que a sus víctimas, proponiendo despenalizar las ocupaciones, fomentar las expropiaciones o limitar las rentas en el alquiler.

Están vendiendo la protección del derecho a una vivienda mediante el aliento de la privación del derecho a la propiedad, y este es uno de los orígenes del incremento de estas ocupaciones.

Las leyes deben de estar del lado de las víctimas de las ocupaciones y hoy por hoy los propietarios que sufren este serio problema se ven desamparados e inmersos en larguísimos procesos judiciales mientras se hacen cargo de los gastos de luz, agua, comunidad... de sus viviendas ocupadas.

Desde el Partido Popular presentamos medidas como el desalojo de viviendas ocupadas ilegalmente en un plazo máximo de 48 horas, el refuerzo del delito de usurpación, la penalización expresa a las mafias que negocian con la okupación, o dar potestad a las comunidades de vecinos para que puedan ejercer acciones preventivas.  Estas y otras medidas estaban contempladas una Proposición de Ley Orgánica presentada en el Congreso y que socialistas y populistas votaron en contra.

Las soluciones para mejorar la convivencia en la ciudad no pasan por sustituir puertas y ventanas o tapiarlas con ladrillo, ni en mirar para otro lado ante las peleas en las calles, ni en persistir en mantener una Ley que ha demostrado ser beneficiosa para los delincuentes sexuales.

Recuperar la convivencia pasa por respetar las leyes y hacerlas cumplir por quienes hoy ejercen el poder y la autoridad. Sin matices.


Recuperar a convivencia

Aínda que non é necesario explicar o que significa a palabra convivencia, o dicionario inclúe na súa definición, ademais da acción de convivir, a precisión de facelo en harmonía, definindo esta última palabra como a boa correspondencia entre persoas.

A deterioración durante os últimos anos desa boa convivencia é algo que xa puidemos comprobar na nosa cidade. De pouco serve acudir ás estatísticas para xustificar que vivimos nunha cidade segura, se o número de altercados na vía publica segue presente e a violencia destes é cada día máis alarmante. É difícil atopar neste diario unha semana sen noticias relacionadas con pelexas nas rúas con resultados de lesións moi serias.

Tampouco nos son alleas as preocupacións que nos xeran as noticias relacionadas coas agresións sexuais, mentres cada día séguense incrementando as rebaixas de penas aos violadores, cando non as súas excarceracións.

Finalmente, un terceiro exemplo non menos importante do enrarecemento na convivencia social son as denominadas “okupaciones” de vivendas, onde novamente vólvese a recorrer a estatísticas para minimizar as consecuencias e restar importancia a este fenómeno na nosa cidade. Por iso, non me pareceron acertadas as palabras da nosa alcaldesa vinculando as ocupacións coa falta de vivenda pública en Lugo, algo similar a comparar e xustificar os roubos pola falta de ingresos do que rouba.

Estamos fronte unha espiral de ataques á propiedade privada moitas veces alentados, por acción ou por omisión, de irresponsables políticas populistas amparadas por gobernos socialistas, que outorgan máis dereito aos delincuentes que ás súas vítimas, propoñendo despenalizar as ocupacións, fomentar as expropiacións ou limitar as rendas no alugueiro.

Están a vender a protección do dereito a unha vivenda mediante o alento da privación do dereito á propiedade, e leste é un das orixes do incremento destas ocupacións.

As leis deben de estar ao lado das vítimas das ocupacións e neste momento os propietarios que sofren este serio problema ven desamparados e inmersos en longuísimos procesos xudiciais mentres se fan cargo dos gastos de luz, auga, comunidade... das súas vivendas ocupadas.

Desde o Partido Popular presentamos medidas como o desaloxo de vivendas ocupadas ilegalmente nun prazo máximo de 48 horas, o reforzo do delito de usurpación, a penalización expresa ás mafias que negocian coa okupación, ou dar potestade ás comunidades de veciños para que poidan exercer accións preventivas.  Estas e outras medidas estaban contempladas unha Proposición de Lei Orgánica presentada no Congreso e que socialistas e populistas votaron en contra.

As solucións para mellorar a convivencia na cidade non pasan por substituír portas e xanelas ou tapialas con ladrillo, nin en mirar para outro lado fronte as pelexas nas rúas, nin en persistir en manter unha Lei que demostrou ser beneficiosa para os delincuentes sexuais.

Recuperar a convivencia pasa por respectar as leis e facelas cumprir por quen hoxe exercen o poder e a autoridade. Sen matices.