miércoles, 30 de diciembre de 2015

Certera incertidumbre

Durante estos últimos días no es fácil esquivar en cualquier medio de comunicación las noticias relacionadas con el futuro incierto abierto por los resultados de las últimas elecciones generales en España.

He de comenzar diciendo que la situación me preocupa, y mucho. Me pasé la campaña, al igual que muchos compañeros de candidatura de las diferentes provincias de España, hablando de estabilidad, certeza, tranquilidad, fiabilidad y otros calificativos necesarios para aplicar a los tiempos que nos ha tocado vivir y como continuidad a la situación de recuperación que, lenta pero firmemente, se viene vislumbrando en nuestra tierra desde hace meses. Los descalificativos se los dejamos a otros, a los que no solamente carecían de argumentos contrastables, sino que su discurso tenía un denominador común: negar la recuperación y apostar toda su suerte a que el PP perdiera la mayoría necesaria para formar gobierno.

Reiteré de manera incansable por toda nuestra provincia la necesidad de contar con un escenario que propiciase la confianza para crear empleo como prioridad y como herramienta para garantizar la sostenibilidad de nuestros sistemas sanitario, educativo, y en general de todo lo que se viene encuadrando bajo la ya manida denominación de estado del bienestar.

No me cabe duda de que le corresponde formar gobierno al ganador de las elecciones, a Rajoy. Tampoco de que no le resultará fácil a la vista de los anuncios previos del resto de candidatos.

En este escenario, siento envidia democrática de muchos países europeos donde la no obtención de mayorías absolutas es algo que se aborda con responsabilidad y normalidad, buscando el bien del país y no la solución para problemas de liderazgo o de partido.

En el mensaje navideño de S.M. el Rey Felipe VI están comprendidas muchas de las claves que hoy por hoy son imprescindibles para alcanzar la certidumbre y la estabilidad en España. El problema está, como casi siempre, en las personas, sus intereses y prioridades.

Estoy convencido de que ante Rajoy se abre un escenario prolongado de incertidumbre que solo puede suponer riesgos y desconfianza del resto de países hacia nosotros, algo que ya le tocó vivir y sortear con acierto al llegar al Gobierno.

Pero también estoy seguro de que la cabeza del principal partido de la oposición, por ahora, no piensa igual, y que con seguridad dedica todos los minutos del día a calibrar sus opciones personales para llegar a presidir un gobierno formado por perdedores en momentos en los que su propio futuro dentro de su partido parece muy incierto.

Ojalá me equivoque, porque lo peor que le puede pasar a los españoles es verse obligados a participar en un nuevo proceso electoral en pocos meses, pero o mucho cambian de actitud los responsables del partido socialista o podemos encontrarnos con esa situación o con algo peor, un gobierno certero en algo, en la incertidumbre que generarán para España.

Es la hora de demostrar que podemos superar juntos las situaciones de dificultad, pero también es la hora de no volver a cometer errores históricos que acabaron con la fuerza de nuestra nación. Son tiempos de certera incertidumbre.


Certeira incerteza

Durante estes últimos días non é fácil esquivar en calquera medio de comunicación as noticias relacionadas co futuro incerto aberto polos resultados das últimas eleccións xerais en España.

Hei de comezar dicindo que a situación me preocupa, e moito. Paseime a campaña, do mesmo xeito que moitos compañeiros de candidatura das diferentes provincias de España, falando de estabilidade, certeza, tranquilidade, fiabilidade e outros cualificativos necesarios para aplicar aos tempos que nos tocou vivir e como continuidade á situación de recuperación que, lenta pero firmemente, vén albiscando na nosa terra desde hai meses. Os descualificativos deixámosllos a outros, aos que non soamente carecían de argumentos contrastables, senón que o seu discurso tiña un denominador común: negar a recuperación e apostar toda a súa sorte a que o PP perdese a maioría necesaria para formar goberno.

Reiterei de maneira incansable por toda a nosa provincia a necesidade de contar cun escenario que propiciase a confianza para crear emprego como prioridade e como ferramenta para garantir a sustentabilidade dos nosos sistemas sanitario, educativo, e en xeral de todo o que vén encadrando baixo a xa manida denominación de estado do benestar.

Non me cabe dúbida de que lle corresponde formar goberno ao gañador das eleccións, a Rajoy. Tampouco de que non lle resultará fácil á vista dos anuncios previos do resto de candidatos.

Neste escenario, sinto envexa democrática de moitos países europeos onde a non obtención de maiorías absolutas é algo que se aborda con responsabilidade e normalidade, buscando o ben do país e non a solución para problemas de liderado ou de partido.

Na mensaxe do Nadal de S.M. o Rei Felipe VI están comprendidas moitas das claves que neste momento son imprescindibles para alcanzar a certidumbre e a estabilidade en España. O problema está, como case sempre, nas persoas, os seus intereses e prioridades.

Estou convencido de que ante Rajoy ábrese un escenario prolongado de incerteza que só pode supoñer riscos e desconfianza do resto de países cara a nós, algo que xa lle tocou vivir e sortear con acerto ao chegar ao Goberno.

Pero tamén estou seguro de que a cabeza do principal partido da oposición, por agora, non pensa igual, e que con seguridade dedica todos os minutos do día para calibrar as súas opcións persoais para chegar a presidir un goberno formado por perdedores en momentos nos que o seu propio futuro dentro do seu partido parece moi incerto.

Oxalá me equivoque, porque o peor que lle pode pasar aos españois é verse obrigados a participar nun novo proceso electoral en poucos meses, pero ou moito cambian de actitude os responsables do partido socialista ou podemos atoparnos con esa situación ou con algo peor, un goberno certeiro en algo, na incerteza que xerarán para España.

É a hora de demostrar que podemos superar xuntos as situacións de dificultade, pero tamén é a hora de non volver cometer erros históricos que acabaron coa forza da nosa nación. Son tempos de certeira incerteza.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Llegando a la meta

Hace quince días y desde este mismo espacio les hablaba de las sensaciones que experimentaba en los momentos previos a situarme en la línea de salida que marcaba el comienzo de la carrera electoral.

Han sido muchas las impresiones y las emociones vividas, y las que previsiblemente quedan por vivir en la semana final de campaña.

El contacto cercano en las calles, los debates con los demás candidatos en diferentes medios de comunicación, los mítines, los encuentros con sectores de actividades diversas de nuestra provincia, los muchos kilómetros de carreteras, las entrevistas, y algún pequeño rato de ocio compartiendo mesa y mantel con compañeros y simpatizantes, han sido la nota predominante de estas semanas.

Cuando comenzamos esta carrera, y así lo dije en aquel artículo, no todos partíamos en igualdad de condiciones, porque las mochilas a nuestras espaldas no pesaban por igual. Y así se está comprobando.

Hay candidatos que quieren hacernos creer que nada del pasado y de sus consecuencias para España tuvo algo que ver con su gestión y responsabilidades de gobierno. Así he tenido que escuchar de algunos que ahora España sale de la crisis, no por las políticas de Rajoy, sino por la bajada del precio del petróleo y las medidas del Banco Central Europeo. Añaden que ellos no fueron los culpables de lo ocurrido en la economía española, sino que la culpa fue de la crisis internacional. Esa mochila pesa mucho.

Otros candidatos hablan de una Galicia idílica e imaginaria que pretenden construir con recetas nacionalistas y excluyentes en un mundo cada día más global y donde no es posible poner puertas al campo. A ellos le digo que no se trata de ser diferentes, sino de producir y comercializar mejor que los demás, y para ello debemos aprender de una vez a concentrar y unir nuestras producciones.

Los hay también que todo lo que llevan consigo en la mochila son viejas recetas comunistas que donde todavía se aplican dejan a sus ciudadanos sin alimentos básicos y sin libertades.

Finalmente, nos entramos con quienes corren con la careta de su líder nacional porque creen que es su único punto fuerte, al haber ausencia de unas propuestas que o son incapaces de concretar o les da por cambiarlas de un día para otro. Mochilas de buen diseño pero de escaso contenido.

La mía no es ni más bonita ni más ligera que otras. Tiene también sus piedras, pero me empuja hacia delante al llevarla cargada de las medidas apoyadas en estos cuatro años, las que han permitido sacar a España de las profundidades de la crisis, dando resultados que solo se atreven a negar quienes deliberadamente cierran los ojos ante la realidad, y por ello pueden acabar tropezando.

Atrás quedó la línea de salida y ya empezamos a ver, a lo lejos pero ya la distinguimos, la pancarta de meta. Allí nos veremos. 

Chegando á meta

Hai quince días e desde este mesmo espazo faláballes das sensacións que experimentaba nos momentos previos a situarme na liña de saída que marcaba o comezo da carreira electoral.

Foron moitas as impresións e as emocións vividas, e as que previsiblemente quedan por vivir na semana final de campaña.

O contacto próximo nas rúas, os debates cos demais candidatos en diferentes medios de comunicación, os mitins, os encontros con sectores de actividades diversas da nosa provincia, os moitos quilómetros de estradas, as entrevistas, e algún pequeno intre de lecer compartindo mesa e mantel con compañeiros e simpatizantes, foron a nota predominante destas semanas.

Cando comezamos esta carreira, e así o dixen naquel artigo, non todos partiamos en igualdade de condicións, porque as mochilas ás nosas costas non pesaban por igual. E así se está comprobando.

Hai candidatos que queren facernos crer que nada do pasado e das súas consecuencias para España tivo algo que ver coa súa xestión e responsabilidades de goberno. Así tiven que escoitar dalgúns que agora España sae da crise, non polas políticas de Rajoy, senón pola baixada do prezo do petróleo e as medidas do Banco Central Europeo. Engaden que eles non foron os culpables do ocorrido na economía española, senón que a culpa foi da crise internacional. Esa mochila pesa moito.

Outros candidatos falan dunha Galicia idílica e imaxinaria que pretenden construír con receitas nacionalistas e excluíntes nun mundo cada día máis global e onde non é posible poñer portas ao campo. A eles dígolle que non se trata de ser diferentes, senón de producir e comercializar mellor que os demais, e para iso debemos aprender dunha vez para concentrar e unir as nosas producións.

Hainos tamén que todo o que levan consigo na mochila son vellas receitas comunistas que onde aínda se aplican deixan aos seus cidadáns sen alimentos básicos e sen liberdades.

Finalmente, entrámonos con quen corre coa careta do seu líder nacional porque cren que é o seu único punto forte, ao haber ausencia dunhas propostas que ou son incapaces de concretar ou lles dá por cambialas dun día para outro. Mochilas de bo deseño pero de escaso contido.

A miña non é nin máis bonita nin máis lixeira que outras. Ten tamén as súas pedras, pero empúxame cara adiante ao levala cargada das medidas apoiadas nestes catro anos, as que permitiron sacar a España das profundidades da crise, dando resultados que só se atreven a negar quen deliberadamente pechan os ollos ante a realidade, e por iso poden acabar tropezando.

Atrás quedou a liña de saída e xa empezamos a ver, de lonxe pero xa a distinguimos, a pancarta de meta. Vémonos alí.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

En la línea de salida

Cuando este artículo vea la luz estaremos a pocas horas del pistoletazo de salida oficial del comienzo de la campaña electoral hacia el 20-D. Muchos pronósticos y pocas certezas hasta el momento rodean el ambiente en la línea de salida de esta nueva y trepidante carrera hasta el día en que las urnas se abran y los españoles decidan qué modelo y qué dirigentes quieren para sus próximos años.

Siempre han existido muchas dudas acerca de la eficacia de las campañas electorales y de su influencia en la decisión de electores. Dudas que permanecen y que obligan a todos los partidos políticos a variar su formato y adaptarlo a las nuevas circunstancias según cada caso. En esta ocasión parece que los medios de comunicación, las redes sociales y los actos en la calle cobran protagonismo frente a los mítines tradicionales, aunque creo que de todo habrá y para gustos también diversos colores.

La novedad puede que esté en la presencia de nuevas formaciones políticas de las que en algunos casos poco se conoce en relación con su experiencia de gobierno su equipo, o falta del mismo, y en otros lo que se conoce inquieta por el contenido demagógico o irrealizable de sus propuestas, cambiantes en función de las encuestas y de intentar mantenerse a cualquier precio.

Como candidato de una de las formaciones que participan en esta carrera tengo mi opinión sobre cómo acometer estos apasionantes días que tenemos por delante: dejar las descalificaciones personales a otros, a aquellos que siempre las utilizan como único recurso para desgastar al rival; recorrer todos los lugares posibles, todos a los que el cronómetro imparable y las energías humanas permitan llegar.

Pero la carrera electoral no implica que todo lo acontecido anteriormente no pese o ayude a los que nos situamos en la línea de salida. A algunos el dorsal les pesará mucho porque sus incongruencias y errores pasados les frenará y debilitará en su esfuerzo por alcanzar la victoria. A otros su falta de preparación y experiencia pueden llevarlos a salidas en falso. Los habrá que estén más pendientes de su odio y sus ganas de revancha que de jugar limpio y les valdrá cualquier cosa con tal de ganar algunos aplausos.

Otros procuraremos salir empujados por el aval de cuatro años de preparación para esta prueba. De cuatro años de entrenamiento difícil y duro que han permitido a este gran país, a España, demostrar una vez más que sus ciudadanos han sabido estar a la altura de las circunstancias, muy difíciles por cierto, con un gobierno que no se escondió ante los problemas que nos asfixiaban. Juntos hemos realizado un gran esfuerzo, una gran tarea que nos permite mirar al futuro con mucho más optimismo que hace cuatro años.

Por eso otros saldremos con el aval de haber apoyado las medidas que nos han permitido cambiar el errático rumbo que los que nos precedieron en el timón de la nación equivocaron llevándonos hacia las rocas que hubiesen provocado el seguro hundimiento del barco. 

Ya en la línea de salida, solo resta un último esfuerzo, tomar aire y salir hacia la meta. Las urnas nos esperan.

Na liña de saída

Cando este artigo vexa a luz estaremos a poucas horas do pistoletazo de saída oficial do comezo da campaña electoral cara ao 20-D. Moitos prognósticos e poucas certezas ata o momento rodean o ambiente na liña de saída desta nova e trepidante carreira ata o día en que as urnas se abran e os españois decidan que modelo e que dirixentes queren para os seus próximos anos.

Sempre existiron moitas dúbidas acerca da eficacia das campañas electorais e da súa influencia na decisión de electores. Dúbidas que permanecen e que obrigan a todos os partidos políticos a variar o seu formato e adaptalo ás novas circunstancias segundo cada caso. Nesta ocasión parece que os medios de comunicación, as redes sociais e os actos na rúa cobran protagonismo fronte aos mitins tradicionais, aínda que creo que de todo haberá e para gustos tamén diversos cores.

A novidade poida que estea na presenza de novas formacións políticas das que nalgúns casos pouco coñécese en relación coa súa experiencia de goberno o seu equipo, ou falta do mesmo, e noutros o que se coñece inquieta polo contido demagóxico ou irrealizable das súas propostas, cambiantes en función das enquisas e de tentar manterse a calquera prezo.

Como candidato dunha das formacións que participan nesta carreira teño a miña opinión sobre como acometer estes apaixonantes días que temos por diante: deixar as descualificacións persoais a outros, a aqueles que sempre as utilizan como único recurso para desgastar ao rival; percorrer todos os lugares posibles, todos aos que o cronómetro imparable e as enerxías humanas permitan chegar.

Pero a carreira electoral non implica que todo o acontecido anteriormente non pese ou axude aos que nos situamos na liña de saída. A algúns o dorsal pesaralles moito porque as súas incongruencias e erros pasados frearalles e debilitará no seu esforzo por alcanzar a vitoria. A outros a súa falta de preparación e experiencia poden levalos a saídas en falso. Haberaos que estean máis pendentes do seu odio e as súas ganas de desquite que de xogar limpo e valeralles calquera cousa con tal de gañar algúns aplausos.

Outros procuraremos saír empuxados polo aval de catro anos de preparación para esta proba. De catro anos de adestramento difícil e duro que permitiron a este gran país, a España, demostrar unha vez máis que os seus cidadáns souberon estar á altura das circunstancias, moi difíciles por certo, cun goberno que non se escondeu ante os problemas que nos asfixiaban. Xuntos realizamos un gran esforzo, unha gran tarefa que nos permite mirar ao futuro con moito máis optimismo que fai catro anos.

Por iso outros sairemos co aval de apoiar as medidas que nos permitiron cambiar o errático rumbo que os que nos precederon no temón da nación equivocaron levándonos cara ás rocas que provocasen o seguro afundimento do barco. 

Xa na liña de saída, só resta un último esforzo, tomar aire e saír cara á meta. As urnas nos esperan.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Delante de nuestros ojos

Es difícil escribir bajo impactos emocionales de gran envergadura, como me ocurre en este momento, borracho de emociones tristes propiciadas por las imágenes y las noticias que llegan de París.

Posiblemente la inmediatez de los hechos nos impide la perspectiva y por ello no vemos lo que tenemos delante, una guerra por capítulos y entregas, como una serie de terror que tiene fascículos con titulares ensangrentados: Torres gemelas, Atocha, metro de Londres, turistas en Egipto,.. La concatenación de tantos actos propios de la barbarie hace que sean cada día más los que se sumen a las voces que hablan de un escenario que bien podría ser la III Guerra Mundial.

Lo saben bien los que analizan los hechos con perspectiva histórica, pero si queremos, también los que vemos en Internet vídeos y fotografías de ejecuciones, de niños sonrientes sujetando las cabezas de los degollados, de mujeres lapidadas señaladas por adulterio.

Nos lo llevan diciendo y lo llevamos viendo desde hace mucho tiempo. Lo tenemos delante de nuestros ojos pero parece que no queremos verlo ni entenderlo. “Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia” pudimos leer en pancartas en manos de estudiantes musulmanes en una manifestación en Londres. Nos enfrentamos a un enemigo con la fuerza e ideales de toda juventud pero cargado del fanatismo yihaidista, que actúa con desesperación y odio, dispuestos a matar “infieles” y con ello ganarse su Paraíso.

El yihadismo ha declarado la guerra a Occidente, es decir a nosotros, pero todavía somos poco conscientes de lo que tenemos delante.

Cada día que pasa son más los que hablando claro dicen que estamos metidos de lleno en una guerra sin cuartel, con un enemigo infiltrado desde hace tiempo entre nosotros, sin vestir uniforme que lo identifique, inoculándose en nuestra sociedad. Han crecido y algunos incluso nacido entre nosotros, en barrios de las grandes ciudades europeas, pero sin dejar de escucha la llamada de sus falsos profetas que les ordenan participar en orgías de disparos en nombre de Alá y sacrificar su vida por la causa.

Para combatir este enemigo, Europa necesita unidad de criterio y de acción, y las respuestas y conductas no son iguales dentro de Occidente. Hay muchas diferencias. Mientras los franceses allí cantan su himno nacional en señal de unidad, aquí lo abucheamos. Mientras allí se enfrentan a una guerra con respuestas que se anuncian contundentes, otros siguen pensando en sus alianzas de civilizaciones, en el buenismo multicultural. Mientras en París se preparan para combatir sin piedad a los terroristas y están del lado del ejecutivo, aquí hace tan solo una década en situación parecida se echaba la culpa al gobierno de entonces. Por eso aunque digamos que “somos París”, somos muy diferentes.

El enemigo está delante, entre nosotros, quiere acabar con nuestra forma de vida y de ser. Decimos que nos hará daño pero que no conseguirá vencernos. Dependerá de cómo queramos verlo y combatirlo, porque los próximos podemos ser cualquiera de nosotros. 

Diante dos nosos ollos

É difícil escribir baixo impactos emocionais de gran envergadura, como me ocorre neste momento, borracho de emocións tristes propiciadas polas imaxes e as noticias que chegan de París.

Posiblemente a inmediatez dos feitos impídenos a perspectiva e por iso non vemos o que temos diante, unha guerra por capítulos e entregas, como unha serie de terror que ten fascículos con titulares ensanguentados: Torres xemelgas, Atocha, metro de Londres, turistas en Exipto... A concatenación de tantos actos propios da barbarie fai que sexan cada día máis os que se somen ás voces que falan dun escenario que ben podería ser a III Guerra Mundial.

Sábeno ben os que analizan os feitos con perspectiva histórica, pero se queremos, tamén os que vemos na internet vídeos e fotografías de execucións, de nenos riseiros suxeitando as cabezas dos degolados, de mulleres lapidadas sinaladas por adulterio.

Lévannolo dicindo e levámolo vendo desde hai moito tempo. Témolo diante dos nosos ollos pero parece que non queremos velo nin entendelo. ?Usaremos a vosa democracia para destruír a vosa democracia? puidemos ler en pancartas en mans de estudantes musulmáns nunha manifestación en Londres. Enfrontámonos a un inimigo coa forza e ideais de toda mocidade pero cargado do fanatismo yihaidista, que actúa con desesperación e odio, dispostos a matar ?infieis? e con iso gañarse o seu Paraíso.

O yihadismo declarou a guerra a Occidente, é dicir a nós, pero aínda somos pouco conscientes do que temos diante.

Cada día que pasa son máis os que falando claro din que estamos metidos de cheo nunha guerra sen cuartel, cun inimigo infiltrado desde hai tempo entre nós, sen vestir uniforme que o identifique, inoculándose na nosa sociedade. Creceron e algúns mesmo nacido entre nós, en barrios das grandes cidades europeas, pero sen deixar de escoita a chamada dos seus falsos profetas que lles ordenan participar en orxías de disparos en nome de Alá e sacrificar a súa vida pola causa.

Para combater este inimigo, Europa necesita unidade de criterio e de acción, e as respostas e condutas non son iguais dentro de Occidente. Hai moitas diferenzas. Mentres os franceses alí cantan o seu himno nacional en sinal de unidade, aquí apupámolo. Mentres alí enfróntanse a unha guerra con respostas que se anuncian contundentes, outros seguen pensando nas súas alianzas de civilizacións, no buenismo multicultural. Mentres en París prepáranse para combater sen piedade aos terroristas e están ao lado do executivo, aquí fai tan só unha década en situación parecida botábase a culpa ao goberno de entón. Por iso aínda que digamos que “somos París”, somos moi diferentes.

O inimigo está diante, entre nós, quere acabar coa nosa forma de vida e de ser. Dicimos que nos fará dano pero que non conseguirá vencernos. Dependerá de como queiramos velo e combatelo, porque os próximos podemos ser calquera de nós.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Ayudar a la gente

Mi consigna en el primer trabajo que desempeñé en una administración en los ya lejanos años 80, era facilitar las cosas a personas llegadas de los diferentes puntos de nuestra provincia, principalmente del entorno rural. Para algunos de ellos venir a la capital, entrar en las dependencias de una administración y completar los diferentes trámites del expediente que traían entre sus manos, era todo un reto.

Intenté siempre utilizar el procedimiento administrativo para colaborar con el administrado y no para ir contra él, y el resultado final fue muy satisfactorio. Pronto alterné épocas de gestión en diferentes puestos de administraciones públicas con responsabilidades políticas de distinta índole, y siempre fui consciente de que las personas, la sociedad en general, eran la finalidad de todos mis actos.

Este pasado domingo leyendo diferentes periódicos, una entrevista publicada en un diario nacional llamó mi atención. En su contraportada aparecía la foto de un compañero de Partido y de escaño en el Congreso, Pablo Casado. La entrevista, con preguntas y respuestas claras y sinceras, es de recomendable lectura.

De todas sus respuestas hay una en la que Pablo le dice al entrevistador que su hija de tres años, cuando responde a la pregunta de ¿a qué se dedica tu papá? ella contesta “Mi papá ayuda a la gente”, y Pablo concluye, “es lo que tiene que ser la política, ayudar a la gente”.

No puedo estar más de acuerdo con esa definición, sencilla, clara, nada rebuscada ni pretenciosa, y por lo tanto entendible para la mayoría.

Con cada decisión que se toma en un despacho de un Ministerio, Consejería, Ayuntamiento… los políticos debemos valorar al milímetro sus consecuencias, especialmente en la forma en que tales decisiones van a afectar la vida del conjunto de los ciudadanos. Cuando legislamos en las Cámaras de representación, debe ocurrir otro tanto de lo mismo.

La política en todas sus afecciones resulta compleja, al tiempo que apasionante para quien la ejerza con vocación de servicio. Pero desde la noche de los tiempos también en la política han existido conductas individuales reprochables y muy censurables que han desprestigiado a todo el colectivo, de ahí que para muchos lo de “ayudar a la gente” pueda sonar poco creíble.

Ahora que se acercan unas elecciones generales y que las encuestas pronostican un escenario diferente con la irrupción en el mismo de nuevos actores, es el momento de valorar además de las ideologías, a las personas y sus conductas, de distinguir entre los que desde la política quieren ayudar a la gente y aquellos que con sus decisiones perjudican a toda la sociedad. Es la hora de separar las palabras bonitas de los hechos reales. De diferenciar la buena gestión de las irresponsabilidades que conducen a la quiebra. De fijarnos más en los rostros serenos y responsables que cuentan con el aval de una trayectoria contrastable que en las caras de tertulianos dispuestos a regalar los oídos de todos los televidentes.

Por eso la respuesta de la hija de Pablo “mi papá ayuda a la gente” es más oportuna que nunca, porque es el momento de seguir ayudando a la gente.

Axudar á xente

A miña consigna no primeiro traballo que desempeñei nunha administración nos xa afastados anos 80, era facilitar as cousas a persoas chegadas dos diferentes puntos da nosa provincia, principalmente da contorna rural. Para algúns deles vir á capital, entrar nas dependencias dunha administración e completar os diferentes trámites do expediente que traían entre as súas mans, era todo un reto.

Tentei sempre utilizar o procedemento administrativo para colaborar co administrado e non para ir contra el, e o resultado final foi moi satisfactorio. Pronto alternei épocas de xestión en diferentes postos de administracións públicas con responsabilidades políticas de distinta índole, e sempre fun consciente de que as persoas, a sociedade en xeral, eran a finalidade de todos os meus actos.

Este pasado domingo lendo diferentes xornais, unha entrevista publicada nun diario nacional chamou a miña atención. Na súa contraportada aparecía a foto dun compañeiro de Partido e de escano no Congreso, Pablo Casado. A entrevista, con preguntas e respostas claras e sinceras, é de recomendable lectura.

De todas as súas respostas hai unha na que Pablo dille ao entrevistador que a súa filla de tres anos, cando responde á pregunta de “a que se dedica o teu papá?” ela contesta “O meu papá axuda á xente”, e Pablo conclúe, “é o que ten que ser a política, axudar á xente”.

Non podo estar máis de acordo con esa definición, sinxela, clara, nada rebuscada nin pretenciosa, e por tanto entendible para a maioría.

Con cada decisión que se toma nun despacho dun Ministerio, Consellería, Concello... os políticos debemos valorar ao milímetro as súas consecuencias, especialmente na forma en que tales decisións van afectar a vida do conxunto dos cidadáns. Cando lexislamos nas Cámaras de representación, debe ocorrer outro tanto do mesmo.

A política en todas as súas afeccións resulta complexa, á vez que apaixonante para quen a exerza con vocación de servizo. Pero desde a noite dos tempos tamén na política existiron condutas individuais reprochables e moi censurables que desprestixiaron a todo o colectivo, por iso é polo que para moitos o de “axudar á xente” poida soar pouco crible.

Agora que se achegan unhas eleccións xerais e que as enquisas prognostican un escenario diferente coa irrupción no mesmo de novos actores, é o momento de valorar ademais das ideoloxías, ás persoas e as súas condutas, de distinguir entre os que desde a política queren axudar á xente e aqueles que coas súas decisións prexudican a toda a sociedade. É a hora de separar as palabras bonitas dos feitos reais. De diferenciar a boa xestión das irresponsabilidades que conducen á quebra. De fixarnos máis nos rostros serenos e responsables que contan co aval dunha traxectoria contrastable que nas caras de tertulianos dispostos a regalar os oídos de todos os televidentes.

Por iso a resposta da filla de Pablo “o meu papá axuda á xente” é máis oportuna que nunca, porque é o momento de seguir axudando á xente.

miércoles, 21 de octubre de 2015

La tarea inacabada

El mismo día que estas letras vean la luz en las páginas de nuestro querido diario El Progreso, se estará celebrando el último pleno de esta X Legislatura en el Congreso de los Diputados. Por mucho que digan algunas personas interesadas en dibujar un panorama pesimista en España, creo que no hay motivos para avergonzarnos de las cosas que se han hecho en esta Legislatura, más bien lo contrario.

En momentos en los que la crítica externa y algunas discrepancias internas quieren hacer mella y perjudicar las opciones de victoria de mi Partido, quiero romper una lanza en defensa de todos los que han llevado a cabo una buena labor en los peores y más difíciles momentos de nuestra historia reciente.

Rajoy, en su discurso de investidura de hace cuatro años, anunció que toda la capacidad del Gobierno y todas las fuerzas de la Nación estarían dedicadas “a detener la sangría del paro, estimular el crecimiento y acelerar el regreso a la creación de empleo”. Y eso fue lo que ha hecho.

Fueron estos años muy duros, especialmente los dos primeros de legislatura, donde ajustar las cuentas y ahorrar para pagar la enorme deuda heredada mermaba la capacidad de acometer nuevas inversiones o atender compromisos contraídos. Y se hizo sin dejar abandonados a los más débiles, las personas sin trabajo y los pensionistas. Se salió del agujero sin dejar a nadie abandonado, porque todos los meses cerca de catorce millones de personas pueden cobrar sus prestaciones de desempleo, dependencia o pensiones. Se logró sin dañar el estado del bienestar y las prestaciones sociales.

Con errores, equivocaciones y cosas que no se han podido hacer, este Gobierno deja una España muy diferente a la de finales del 2011.

La tarea está inacabada, pero lo importante es que se han creado las condiciones, se han puesto los pilares para terminarla entre todos, porque lo logrado en estos años dándole la vuelta a una situación de partida que solo apuntaba al abismo, es la mejor garantía de poder hacerlo, de recuperar todo el empleo y volver a ver como muchos negocios que tuvieron que cerrar vuelven a abrir sus puertas, de enterrar la pesadilla que ya estamos dejando atrás.

Pero para nosotros, los que hemos apoyado y defendido estas políticas, las del Partido Popular, esta labor está inacabada porque queremos mucho más para España y la próxima cita electoral será clave para mantener este rumbo ya consolidado y contrastado o variarlo con experimentos que aportan poca fiabilidad, bien porque sus protagonistas ya tuvieron ocasión de demostrar que cuando gobernaron nos llevaron a la ruina o bien porque desconocemos su trayectoria y nos proponen arcadias felices.

Para esta tarea inacabada, confío en el sentido común y en la responsabilidad de los españoles que saben que en el Partido Popular encuentran, con sus aciertos y errores, un valor seguro al que suelen acudir cuando la situación es complicada, porque saben que puede arreglar sus problemas.

Mi apuesta, una vez más, es por la Política en mayúsculas, la que respeta al rival, sabe alcanzar consensos y consigue que lo ya logrado nadie se lo lleve por delante.

A tarefa inacabada 

O mesmo día que estas letras vexan a luz nas páxinas do noso querido diario O Progreso, estarase a celebrar o último pleno desta X Lexislatura no Congreso dos Deputados. Por moito que digan algunhas persoas interesadas en debuxar un panorama pesimista en España, creo que non hai motivos para avergoñarnos das cousas que se fixeron nesta Lexislatura, máis ben o contrario.

En momentos nos que a crítica externa e algunhas discrepancias internas queren facer madeixa e prexudicar as opcións de vitoria do meu Partido, quero romper unha lanza en defensa de todos os que levaron a cabo un bo labor nos peores e máis difíciles momentos da nosa historia recente.

Rajoy, no seu discurso de investidura de fai catro anos, anunciou que toda a capacidade do Goberno e todas as forzas da Nación estarían dedicadas "a deter a sangría do paro, estimular o crecemento e acelerar o regreso á creación de emprego". E iso foi o que fixo.

Foron estes anos moi duros, especialmente os dous primeiros de lexislatura, onde axustar as contas e aforrar para pagar a enorme débeda herdada minguaba a capacidade de acometer novos investimentos ou atender compromisos contraídos. E fíxose sen deixar abandonados aos máis débiles, as persoas sen traballo e os pensionistas. Saíuse do buraco sen deixar a ninguén abandonado, porque todos os meses preto de catorce millóns de persoas poden cobrar as súas prestacións de desemprego, dependencia ou pensións. Logrouse sen danar o estado do benestar e as prestacións sociais.

Con erros, equivocacións e cousas que non se puideron facer, este Goberno deixa unha España moi diferente á de finais do 2011.

A tarefa está inacabada, pero o importante é que se crearon as condicións, puxéronse os alicerces para terminala entre todos, porque o logrado nestes anos dándolle a volta a unha situación de partida que só apuntaba ao abismo, é a mellor garantía de poder facelo, de recuperar todo o emprego e volver ver como moitos negocios que tiveron que pechar volven abrir as súas portas, de enterrar o pesadelo que xa estamos a deixar atrás.

Pero para nós, os que apoiamos e defendemos estas políticas, as do Partido Popular, este labor está inacabada porque queremos moito máis para España e a próxima cita electoral será clave para manter este rumbo xa consolidado e contrastado ou varialo con experimentos que achegan pouca fiabilidade, ben porque os seus protagonistas xa tiveron ocasión de demostrar que cando gobernaron leváronnos á ruína ou ben porque descoñecemos a súa traxectoria e propóñennos arcadias felices.

Para esta tarefa inacabada, confío no sentido común e na responsabilidade dos españois que saben que no Partido Popular atopan, cos seus acertos e erros, un valor seguro ao que adoitan acudir cando a situación é complicada, porque saben que pode arranxar os seus problemas.

A miña aposta, unha vez máis, é pola Política en maiúsculas, a que respecta ao rival, sabe alcanzar consensos e consegue que o xa logrado ninguén llo leve por diante.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Entre fiestas, la gran fiesta

En vísperas de nuestras fiestas hemos conocido la fecha que, por su transcendencia e importancia, marcará la agenda de los próximos meses: la del 20 de diciembre. Entre estos días de fiestas en Lugo y las ya próximas fiestas navideñas, el calendario contempla tan importante cita. 

Aprobación de los Presupuestos del estado para 2016, disolución de las Cortes Generales, convocatoria de elecciones, configuración de las listas, presentación de candidatos, precampaña electoral, 15 días de campaña, jornada de reflexión y finalmente la cita definitiva del 20 de diciembre. En cuatro líneas están resumidas las vertiginosas jornadas que viviremos todos y en especial cuantos participamos de una manera muy directa de la política y sus circunstancias.

Tiempo habrá de ir desgranado estos acontecimiento, pero lo que me importa decir hoy es que nunca estuvimos tan cerca de conseguir dejar atrás la peor de las crisis económicas que España sufrió en muchas décadas. La peor. Para ello solo falta algo que no es cuestión menor, consolidar el duro y largo camino andado hasta aquí durante estos cuatro últimos años.

Muchos analistas e historiadores han sabido describir en multitud de ocasiones los males que han asaltado reiteradamente el devenir de nuestra historia. Hoy, como estamos en San Froilán voy a permitirme traer aquí el parecer de alguien que escribe muy bien y fue pregonero hace años de nuestras fiestas en Lugo, José María Carrascal. En su último libro, “La historia de España que no nos contaron”, nos dice respecto a los tiempos que vivimos algo que comparto: “En un momento en que España finalmente había conseguido lo que la mayoría de los españoles veníamos deseando desde hace siglos-estar anclados en Europa, alcanzar el nivel de país desarrollado, tener una democracia que articulase la unidad con la pluralidad-, todo ello resulta cuestionado”. Carrascal habla de las claves que nos impiden estar en paz con nosotros mismos, y concluye que el problema somos nosotros, los españoles.

En tiempos en que nos parecemos mucho entre nosotros, nos empeñamos en buscar diferencias inexistentes , discutir constantemente y construir fronteras artificiales. La eterna historia que nos condena a no prosperar lo que deberíamos si fuésemos capaces de aunar esfuerzos y valorarnos como pueblo, como españoles.

Carrascal acierta en su diagnostico, y por eso pienso que el 20 de diciembre será una fecha clave. Porque elegiremos entre aquellos que han salvado a España de la quiebra y el rescate sin conseguir contarlo en un lenguaje entendible (Partido Popular), aquellos que solo hacen propuestas vagas e irrealizables pero disponen de gran capacidad comunicativa (Ciudadanos y Podemos), y finalmente aquellos (los socialistas) que no se sabe lo que piensan del estado porque lo único que se sabe de ellos es que su prioridad programática es desalojar a Rajoy.

Entre San Froilán y Navidad celebraremos la gran fiesta de la democracia, en la que decidiremos nuestro futuro, y en la que como españoles espero que acertemos en la elección.

Entre festas, a gran festa

En vésperas das nosas festas coñecemos a data que, pola súa transcendencia e importancia, marcará a axenda dos próximos meses: a do 20 de decembro. Entre estes días de festas en Lugo e as xa próximas festas do Nadal, o calendario contempla tan importante cita. 

Aprobación dos Orzamentos do estado para 2016, disolución das Cortes Xerais, convocatoria de eleccións, configuración das listas, presentación de candidatos, precampaña electoral, 15 días de campaña, xornada de reflexión e finalmente a cita definitiva do 20 de decembro. En catro liñas están resumidas as vertixinosas xornadas que viviremos todos e en especial cuantos participamos dunha maneira moi directa da política e as súas circunstancias.

Tempo haberá de ir debullado estes acontecemento, pero o que me importa dicir hoxe é que nunca estivemos tan preto de conseguir deixar atrás a peor das crises económicas que España sufriu en moitas décadas. A peor. Para iso só falta algo que non é cuestión menor, consolidar o duro e longo camiño andado ata aquí durante estes catro últimos anos.

Moitos analistas e historiadores souberon describir en multitude de ocasións os males que asaltaron reiteradamente o devir da nosa historia. Hoxe, como estamos en San Froilán vou permitirme traer aquí o parecer de alguén que escribe moi ben e foi pregoeiro hai anos das nosas festas en Lugo, José María Carrascal. No seu último libro, “A historia de España que non nos contaron”, dinos respecto dos tempos que vivimos algo que comparto: “Nun momento en que España finalmente conseguira o que a maioría dos españois viñamos desexando desde hai séculos-estar ancorados en Europa, alcanzar o nivel de país desenvolvido, ter unha democracia que articulase a unidade coa pluralidade-, todo iso resulta cuestionado”. Carrascal fala das claves que nos impiden estar en paz connosco mesmos, e conclúe que o problema somos nós, os españois.

En tempos en que nos parecemos moito entre nós, empeñámonos en buscar diferenzas inexistentes, discutir constantemente e construír fronteiras artificiais. A eterna historia que nos condena a non prosperar o que deberiamos se fósemos capaces de axuntar esforzos e valorarnos como pobo, como españois.

Carrascal acerta no seu diagnostico, e por iso penso que o 20 de decembro será unha data clave. Porque elixiremos entre aqueles que salvaron a España da quebra e o rescate sen conseguir contalo nunha linguaxe entendible (Partido Popular), aqueles que só fan propostas vagas e irrealizables pero dispoñen de gran capacidade comunicativa (Cidadáns e Podemos), e finalmente aqueles (os socialistas) que non se sabe o que pensan do estado porque o único que se sabe deles é que a súa prioridade programática é desaloxar a Rajoy.

Entre San Froilán e Nadal celebraremos a gran festa da democracia, na que decidiremos o noso futuro, e na que como españois espero que acertemos na elección.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Ni por cinco minutos

Cuando el madrileño Fernando Trueba, recogiendo el Premio “Nacional” de Cinematografía, pronunciaba entre otras cosas que “ni por cinco minutos me he sentido nunca español” muchos nos preguntamos por qué aceptaba tan suculento premio de quienes no eran personas con las que él se sintiera identificado o ni tan siquiera consideraba sus paisanos. Pero 30.000€ deben ser para él muchos euros como para plantearse devolverlos en coherencia con sus soflamas anti españolas.

En Cataluña, donde la pela es la pela, posiblemente también habrá quienes no se hayan sentido ni por cinco minutos españoles, pero ahora que la banca y las principales empresas asentadas en esa tierra avisan de su marcha a otras comunidades si finalmente los delirios de Mas y sus acólitos acaban cristalizando, me pregunto cuántos de ellos estarán dispuestos a sentirse un poco más españoles para no poner en riesgo sus ahorros o el futuro de sus patrimonios.

Por activa y pasiva han sido muchos, los principales estamentos políticos y económicos de cualquier rincón del mundo, los que han mandado mensajes muy claros para el supuesto de que Mas apostase por una ruptura unilateral rompiendo la Constitución española. Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea, el Banco Central Europeo dejaría de salvaguardar y proteger los depósitos y ahorros de los ciudadanos catalanes. Se terminaría con la libertad de circulación, es decir volverían las fronteras, para las personas pero también para las mercancías y los bienes y servicios. Se desplomarían sus exportaciones por verse gravadas por nuevas tasas e impuestos. Caerían bruscamente las ventas de sus productos en el resto de España, donde este mercado representa el 33% de sus ingresos…

Por eso ahora que los que avisan son los suyos, Caixabank, el Banco de Sabadell y sus principales empresas, espero que algunos de los que a la pela le han dado y siguen dando la importancia que finalmente acaba teniendo, que ese casi 30% de ciudadanos que manifiestan en las encuestas que todavía no saben a quien votar dentro de cuatro días, con su papeleta digan alto y claro que con su dinero, su pensión, los ahorros de muchos años, el futuro de los suyos, no se juega ni por cinco minutos.

Tantos indecisos y personas que hoy no piensan en votar, porque creen que esto no va con ellos, tendrán el domingo la clave para salir de esta milonga demagógica que les llevan contando mucho tiempo algunos dirigentes iluminados apelando a leyendas oportunistas, sentimentales y emotivas que nada tiene que ver ni con la realidad social ni con la histórica de los catalanes.

El domingo son los catalanes los que tendrán que asumir sus propias responsabilidades, y elegir entre las múltiples opciones serias existentes y la que puede llevarlos muchos cinco minutos más a la completa oscuridad.

Nin por cinco minutos

Cando o madrileño Fernando Trueba, recollendo o Premio “Nacional” de Cinematografía, pronunciaba entre outras cousas que “nin por cinco minutos sentinme nunca español” moitos nos preguntamos por que aceptaba tan suculento premio de quen non eran persoas coas que el sentise identificado ou nin tan sequera consideraba os seus paisanos. Pero 30.000€ deben ser para el moitos euros como para exporse devolvelos en coherencia coas súas soflamas anti españolas.

En Cataluña, onde a pela é pélaa, posiblemente tamén haberá quen non se sentiron nin por cinco minutos españois, pero agora que a banca e as principais empresas asentadas nesa terra avisan da súa marcha a outras comunidades se finalmente os delirios de Mais e os seus acólitos acaban cristalizando, pregúntome cantos deles estarán dispostos a sentirse un pouco máis españois para non poñer en risco os seus aforros ou o futuro dos seus patrimonios.

Por activa e pasiva foron moitos, os principais estamentos políticos e económicos de calquera recuncho do mundo, os que mandaron mensaxes moi claras para o suposto de que Mais apostase por unha ruptura unilateral rompendo a Constitución española. Cataluña quedaría fóra da Unión Europea, o Banco Central Europeo deixaría de salvagardar e protexer os depósitos e aforros dos cidadáns cataláns. Terminaríase coa liberdade de circulación, é dicir volverían as fronteiras, para acódelas pero tamén para as mercadorías e os bens e servizos. Esborrallaríanse as súas exportacións por verse gravadas por novas taxas e impostos. Caerían bruscamente as vendas dos seus produtos no resto de España, onde este mercado representa o 33% dos seus ingresos?

Por iso agora que os que avisan son os seus, Caixabank, o Banco de Sabadell e as súas principais empresas, espero que algúns dos que á pela déronlle e seguen dando a importancia que finalmente acaba tendo, que ese case 30% de cidadáns que manifestan nas enquisas que aínda non saben a quen votar dentro de catro días, coa súa papeleta digan alto e claro que co seu diñeiro, a súa pensión, os aforros de moitos anos, o futuro dos seus, non se xoga nin por cinco minutos.

Tantos indecisos e persoas que hoxe non pensan en votar, porque cren que isto non vai con eles, terán o domingo a clave para saír desta milonga demagóxica que lles levan contando moito tempo algúns dirixentes iluminados apelando a lendas oportunistas, sentimentais e emotivas que nada ten que ver nin coa realidade social nin coa histórica dos cataláns.

O domingo son os cataláns os que terán que asumir as súas propias responsabilidades, e elixir entre as múltiples opcións serias existentes e a que pode levalos moitos cinco minutos máis á completa escuridade.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Septiembre del 2015

Cuando llega septiembre, se terminan los hábitos veraniegos, y son muchas las señales que nos avisan de que éste ya está aquí. Los días se van acortando, las noches refrescan, en las zonas de playa ya hay mas ventanas con las persianas bajadas y muchas menos sombrillas en la arena, en las ciudades los escaparates ofrecen decorados con ropa de otoño y hojas secas. 

Comienzan los problemas en la circulación, cobrando protagonismo nuevamente los atascos que durante julio y agosto se trasladaron a las zonas de veraneo. Los transportes urbanos vuelven a poner a prueba su capacidad y encontrar un sitio donde aparcar en la calle se vuelve tarea que requiere grandes dosis de paciencia y suerte, especialmente en Lugo, donde la supresión, dicen que temporal, de la zona O.R.A. ha convertido todas nuestras calles en aparcamientos de superficie llenos las 24 horas del día..

Estos días en nuestras carreteras se dibujan regueros de coches cargados de maletas que regresan a las tareas que quedaron pendientes al cruzarse el verano en nuestras vidas. 

Como leí en algún sitio, septiembre es un mes con 30 lunes, y añado, con la luz más fría y sus noches más largas.

Pero si esto ocurre casi todos los meses de septiembre de todos los años, el septiembre de 2015 tiene también otras características que lo hacen más duro y por momentos dramático.

En estas semanas hemos visto situaciones que se repiten a lo largo de la historia de la humanidad. Han entrado en nuestras vidas, y ojalá que también en nuestras conciencias, los dramas y las tragedias de pueblos enteros que huyen de sus lugares de origen como única vía de escape a su infierno diario. Los asedios a los que se están viendo sometidos de forma brutal los kurdos o los sirios durante meses están provocando éxodos masivos hacia la costa griega y desde allí al resto de Europa.

Posiblemente estemos ante la mayor barbarie del siglo, que duele mucho más ante la falta de respuesta efectiva de lo que llamamos Occidente. Acostumbrados a escuchar, que no a digerir con sus consecuencias, las cifras que a diario golpean nuestros oídos con los miles de muertos que sufren la violencia en sus países, las víctimas de atentados suicidas, los que se ahogan en el mediterráneo, las escenas de este nuevo éxodo de personas de todas las edades exhaustos y desesperados están tiñendo de rojo y negro este septiembre de 2015.

Ha tenido que ser la foto de un niño muy niño, ahogado en una playa de Turquía, la que haya conseguido despertar las conciencias de todos los que vivimos a diario en países acomodados.

Este septiembre de 30 lunes tiene ya su foto de calendario. La foto que evidencia la cobardía de una sociedad cruzada de brazos, que prefiere no meterse en un avispero, y que ahora, espoleada por esta foto empieza a hablar de solidaridad en forma de cupos y de dinero. 

Setembro do 2015

Cando chega setembro, rematan os hábitos estivais, e son moitas os sinais que nos avisan de que este xa está aquí. Os días vanse acurtando, as noites refrescan, nas zonas de praia xa hai mais ventás coas persianas baixadas e moitas menos antucas na area, nas cidades os escaparates ofrecen decorados con roupa de outono e follas secas.

Comezan os problemas na circulación, cobrando protagonismo novamente os atoamentos que durante xullo e agosto se trasladaron ás zonas de veraneo. Os transportes urbanos volven poñer a proba a súa capacidade e encontrar un sitio onde aparcar na rúa vólvese tarefa que require grandes doses de paciencia e sorte, especialmente en Lugo, onde a supresión, din que temporal, da zona O.R.A. converteron todas as nosas rúas en aparcadoiros de superficie cheos as 24 horas do día..

Estes días nas nosas estradas debúxanse regueiros de coches cargados de maletas que regresan ás tarefas que quedaron pendentes ao cruzarse o verán nas nosas vidas.

Como lin nalgún sitio, setembro é un mes con 30 luns, e engado, coa luz máis fría e as súas noites máis longas.

Pero se isto acontece case todos os meses de setembro de todos os anos, o setembro de 2015 ten tamén outras características que o fan máis duro e por momentos dramático.

Nestas semanas vimos situacións que se repiten ao longo da historia da humanidade. Entraron nas nosas vidas, e oxalá que tamén nas nosas conciencias, os dramas e as traxedias de pobos enteiros que foxen dos seus lugares de orixe como única vía de escape ao seu inferno diario. Os asedios aos que se están a ver sometidos de forma brutal os curdos ou os sirios durante meses están a provocar éxodos masivos cara á costa grega e dende alí ao resto de Europa.

Posiblemente esteamos ante a maior barbarie do século, que doe moito máis ante a falta de resposta efectiva do que chamamos Occidente. Afeitos a escoitar, que non a dixerir coas súas consecuencias, as cifras que a diario golpean nosos oídos cos miles de mortos que sofren a violencia nos seus países, as vítimas de atentados suicidas, os que se afogan no mediterráneo, as escenas deste novo éxodo de persoas de todas as idades exhaustos e desesperados están a tinguir de vermello e negro este setembro de 2015.

Tivo que ser a foto dun neno moi neno, afogado nunha praia de Turquía, a que conseguise espertar as conciencias de todos os que vivimos a diario en países acomodados.

Este setembro de 30 luns ten xa a súa foto de calendario. A foto que evidencia a covardía dunha sociedade cruzada de brazos, que prefire non se meter nun avesporeiro, e que agora, esporeada por esta foto empeza a falar de solidariedade en forma de cotas e de diñeiro.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Entre España y Grecia

Entre España y Grecia además de los miles de Kilómetros que nos separan, hay algunas cuestiones que también nos diferencian y no conviene perder de vista.

Mientras en España el gobierno presidido por Mariano Rajoy realizó una diagnosis de la situación heredada y adoptó urgentemente las medidas oportunas que, aunque duras e impopulares, resultaron imprescindibles para evitar la quiebra y posiblemente la caída al abismo de nuestra economía y con ella de todo el estado de bienestar, en Grecia, el grave error en el diagnóstico, al pensar sus gobernantes que el problema era de gestión y no de su sistema, acabó por situarlos a día de hoy en un panorama incierto y muy inestable. 

Mientras el partido populista Syriza, hermano de Podemos, les decía a sus votantes que sus graves problemas financieros y económicos eran culpa del sistema capitalista, y sus deudas no habría que pagarlas tal y como se les exigía desde la unión Europea, es decir que lo solucionarían rompiendo los compromisos asumidos, en España se elaboraba y presentaba ante nuestros socios un importante Plan de ajuste con medidas específicas para combatir el fuerte déficit generado en la etapa socialista. 

Mientras a los griegos se les prometía salir de la crisis sin que ello les supusiera sacrificio alguno, aquí en España se explicaron, mejor o peor, las medidas necesarias diciéndoles a los ciudadanos que ello conllevaría sacrificios colectivos importantes, pero que era la única manera de salir de la crisis sin ser rescatados y por tanto sin poner en grave riesgo cuestiones tan sensibles como nuestras pensiones o la sanidad pública.

En Grecia, como aquí hacen constantemente Pablo Iglesias, sus colegas y cuantos los apoyan, se engañó a los ciudadanos diciéndoles que había fórmulas mágicas para hacer frente a sus problemas, a sus excesos, a sus privilegios, y ahora sus gobernantes pegan la espantada y convocan nuevas elecciones en el país, sumiéndolo en tensiones sociales y una nueva paralización de su economía.

La diferencia es palpable e indiscutible. Mientras Grecia continúa cual buque a la deriva con riesgo de hundimiento inminente, en España el rumbo aplicado hace que nuestro barco, cada día que pasa navegue por aguas menos turbulentas y con el puerto de destino, el final de la crisis, mucho más cercano.

En Podemos, las diferencias maneras de analizar y reaccionar ante la espantada del líder griego son un nuevo ejemplo de cómo actúa esta formación. Mientras parte de sus líderes reaccionaron con temblor de piernas por el efecto contagio, Pablo Iglesias lo hacía calificando la renuncia de Tsipras como una muestra de patriotismo.

Ahora que se van acercando las elecciones en España no creo que sea mucho pedir que los integrantes de Podemos nos aclaren si siguen pensando igual que hace unos meses respecto a Grecia y sus gobernantes. 

Lo ocurrido en Grecia demuestra que para solucionar los problemas no llega con voluntarismos, y menos si estos están basados en fantasías, algo que viene a coincidir con las recetas de Pablo Iglesias.

Entre España e Grecia

Entre España e Grecia ademais dos miles de Quilómetros que nos separan, hai algunhas cuestións que tamén nos diferencian e non convén perder de vista.

Mentres en España o goberno presidido por Mariano Rajoy realizou unha diagnose da situación herdada e adoptou urxentemente as medidas oportunas que, aínda que duras e impopulares, resultaron imprescindibles para evitar a quebra e posiblemente a caído ao abismo da nosa economía e con ela de todo o estado de benestar, en Grecia, o grave erro no diagnóstico, ao pensar os seus gobernantes que o problema era de xestión e non do seu sistema, rematou por situalos a día de hoxe nun panorama incerto e moi inestable.

Mentres o partido populista Syriza, irmán de Podemos, lles dicía aos seus votantes que os seus graves problemas financeiros e económicos eran culpa do sistema capitalista, e as súas débedas non habería que pagalas tal e como se lles esixía dende a unión Europea, é dicir que o solucionarían rompendo os compromisos asumidos, en España elaborábase e presentaba ante os nosos socios un importante Plan de axuste con medidas específicas para combater o forte déficit xerado na etapa socialista.

Mentres aos gregos se lles prometía saír da crise sen que iso lles supuxese sacrificio ningún, aquí en España explicáronse, mellor ou peor, as medidas necesarias dicíndolles aos cidadáns que iso levaría consigo sacrificios colectivos importantes, pero que era o único xeito de saír da crise sen ser rescatados e polo tanto sen poñer en grave risco cuestións tan sensibles como as nosas pensións ou a sanidade pública.

En Grecia, como aquí fan constantemente Pablo Iglesias, os seus colegas e cantos os apoian, enganouse os cidadáns dicíndolles que había fórmulas máxicas para facer fronte aos seus problemas, aos seus excesos, aos seus privilexios, e agora os seus gobernantes pegan a espantada e convocan novas eleccións no país, sumíndoo en tensións sociais e unha nova paralización da súa economía.

A diferenza é palpable e indiscutible. Mentres Grecia continúa cual buque á deriva con risco de afundimento inminente, en España o rumbo aplicado fai que o noso barco, cada día que pasa navegue por augas menos turbulentas e co porto de destino, o final da crise, moito máis próximo.

En Podemos, as diferenzas maneiras de analizar e reaccionar ante a espantada do líder grego son un novo exemplo de como actúa esta formación. Mentres parte dos seus líderes reaccionaron con tremor de pernas polo efecto contaxio, Pablo Iglesias facíao cualificando a renuncia de Tsipras como unha mostra de patriotismo.

Agora que se van achegando as eleccións en España non creo que sexa moito pedir que os integrantes de Podemos nos aclaren se seguen pensando igual que hai uns meses respecto a Grecia e os seus gobernantes.

O acontecido en Grecia demostra que para solucionar os problemas non chega con voluntarismos, e menos se estes están baseados en fantasías, algo, que vén a coincidir coas receitas de Pablo Iglesias.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Cifras violentas

Es imposible leer un periódico o escuchar las noticias, sin que nuestro cerebro asimile constantemente la ingente cantidad de cifras que en poco tiempo somos capaces de asimilar.

1.688 fallecidos en accidentes de tráfico durante el pasado año en las carreteras españolas, 225.000 subsaharianos llegaron ya este año a las costas europeas desde África, muchos fallecieron en el intento, 243 casos de menores que han sido traídos a España y obligados a prostituirse en redes, y no sigo.

Me detendré en unas cifras que siendo cuantitativamente menores que las anteriormente citadas, me han resultado mas difíciles de entender, de encontrarles explicación. 2 niñas de 4 y 9 años asesinadas en Moraña de manera salvaje por su padre (debería decir presuntamente pero me voy a resistir a ponerlo). A esta bestialidad humana hay que añadir otros 6 menores muertos durante este año en España victimas de violencia de genero, muertos a manos de alguno de sus progenitores para causar daño, irreparable sin duda, a sus exparejas.

Estos sucesos ponen de relieve que la condición humana no siempre esta ligada a la de un ser racional, nos recuerdan que en ocasiones somos más animales en nuestro proceder que muchos animales salvajes, no solamente incapaces de matar a uno de sus cachorros sino que se comportan dispuestos a pelear y matar si es necesario a quien intente hacer daño a cualquiera de su camada. Que diferencia con la madre que recientemente arrojaba a su bebe a un contenedor de basuras con la clara intención de deshacerse de el para siempre.

Este individuo de la aldea de Moraña, pequeño municipio de la provincia de Pontevedra, maquinó una venganza contra su exmujer que a fuerza de buscar adjetivos, todos ellos acaban confluyendo en el calificativo de crimen inexplicable.

En los últimos tiempos se ha legislado y avanzado mucho en poner remedio a los casos de violencia entre los miembros de una pareja, y en la protección del menor como prioridad. Recientemente hemos aprobado reformas en el Código Penal que permitirán nuevos e importantes avances. Sin la creación de la figura de la cadena perpetua revisable, este individuo una vez juzgado podría estar paseando por la calle en un plazo de 18 años, a la espera de la condicional, algo que a todas luces resulta repugnante. Pero con la aplicación de la cadena perpetua revisable, que es lo que deseo que la justicia acabe aplicando a este ejemplar de la peor calaña de la especie humana declarándolo culpable, estará en la cárcel hasta dentro de 25 o 30 años, plazo que una vez transcurrido permitirá estudiar si puede quedar libre o no, es decir que con esta reforma legal estamos garantizando que de entrada se cumpla íntegramente la condena.

El asesinato de Moraña muestra de una manera cruel y horrible que existen razones para implantar la cadena perpetua revisable. Mientras entre nuestra especie, sarcásticamente denominada sapiens, queden especimenes capaces de encuadrarse entre los mas crueles del reino animal, debemos de dotarnos de herramientas que nos protejan de sus salvajadas. Porque detrás de cada una de estas cifras y estadísticas están las tragedias de muchos seres humanos.

Cifras violentas

É imposible ler un xornal ou escoitar as noticias, sen que o noso cerebro asimile constantemente a inxente cantidade de cifras que en pouco tempo somos capaces de asimilar.

1.688 falecidos en accidentes de tráfico durante o pasado ano nas estradas españolas, 225.000 subsaharianos chegaron xa este ano ás costas europeas dende África, moitos faleceron no intento, 243 casos de menores que foron traídos a España e obrigados a prostituírse en redes, e non sigo.

Detereime nunhas cifras que sendo cuantitativamente menores que as anteriormente citadas, me resultaron mais difíciles de entender, de encontralos explicación. 2 nenas de 4 e 9 anos asasinadas en Moraña de xeito salvaxe polo seu pai (debería dicir presuntamente pero voume resistir a poñelo). A esta bestialidade humana hai que engadir outros 6 menores mortos durante este ano en España vítimas de violencia de xero, mortos ás mans dalgún dos seus proxenitores para causar dano, irreparable sen dúbida, ás súas exparellas.

Estes sucesos poñen de relevo que a condición humana non sempre esta ligada á dun ser racional, nos recordan que en ocasións somos máis animais en noso proceder que moitos animais salvaxes, non soamente incapaces de matar a un dos seus cachorros senón que se comportan dispostos a pelexar e matar se é necesario a quen intente facer dano a calquera da súa camada. Que diferenza coa nai que recentemente botaba ao seu bebe a un colector de lixos coa clara intención de desfacerse do para sempre.

Este individuo da aldea de Moraña, pequeno municipio da provincia de Pontevedra, maquinou unha vinganza contra a súa exmuller que a forza de buscar adxectivos, todos eles acaban confluíndo no cualificativo de crime inexplicable.

Nos últimos tempos lexislouse e avanzado moito en poñer remedio aos casos de violencia entre os membros dunha parella, e na protección do menor como prioridade. Recentemente aprobamos reformas no Código Penal que permitirán novos e importantes avances. Sen a creación da figura da cadea perpetua revisable, este individuo unha vez xulgado podería estar a pasear pola rúa nun prazo de 18 anos, á espera da condicional, algo que evidentemente resulta repugnante. Pero coa aplicación da cadea perpetua revisable, que é o que desexo que a xustiza acabe aplicando a este exemplar da peor ralea da especie humana declarándoo culpable, estará no cárcere ata dentro de 25 ou 30 anos, prazo que unha vez transcorrido permitirá estudar se pode quedar libre ou non, é dicir que con esta reforma legal estamos a garantir que de entrada se cumpra integramente a condena.

O asasinato de Moraña mostra dun xeito cruel e horrible que existen razóns para implantar a cadea perpetua revisable. Mentres entre a nosa especie, sarcasticamente denominada sapiens, queden especímenes capaces de encadrarse entre os mais crueis do reino animal, debemos de dotarnos de ferramentas que nos protexan das súas animaladas. Porque detrás de cada unha destas cifras e estatísticas están as traxedias de moitos seres humanos.

miércoles, 29 de julio de 2015

Modos y maneras

En estos días podría hablar de Cataluña, de las últimas encuestas políticas, de los espectáculos que están dando algunos gobiernos populistas municipales con el quita y pon de símbolos y nombres de calles o pabellones, de muchas cosas de actualidad. Pero un 30 de julio, finalizando unos las vacaciones y preparándose para iniciarlas otros, he preferido reflexionar públicamente sobre los modos y maneras, las conductas, la educación, de la buena y de la mala, de lo que empapa el día a día nuestro entorno.

Es evidente que con el paso del tiempo, los valores que en su día se inculcaron en el proceso educativo, hoy han pasado a formar parte del recuerdo, o a asociarse a personas con determinadas ideologías.

El trato de usted, las frases sin tacos, las vestimentas adecuadas, dejar nuestro sitio a una persona mayor en el transporte público, ayudar a ponerse un abrigo a otro, o ceder el paso en las puertas, se han convertido para muchos en conductas arcaicas o que rozan el ridículo, mientras para otros son extravagantes.

Siendo múltiples las causas de estos cambios, lo que parece indiscutible es que muchos de éstos van ligados al sistema educativo que se aplica en cada momento. El paso de una etapa autoritaria a otra carente de normas es lo que provoca que muchos de nuestros jóvenes crezcan sin modales.

Las pautas siempre son necesarias y su ausencia provoca que muchas conductas reprochables sean imagen cotidiana en nuestra sociedad. Nunca olvidaré el bochorno que me produjo como alcalde, firmar semanalmente innumerables sanciones impuestas a personas que orinaban en la vía publica.

Pero tampoco creo que podamos reducir este debate a decir que el pasado fue mejor. Lo que sí parece cierto es que los tiempos han cambiado mucho y a gran velocidad, algo a lo que han contribuido las nuevas tecnologías y las redes sociales. Internet y el móvil han supuesto una revolución en las costumbres sociales, contribuyendo a comportamientos que disminuyen el contacto cara a cara, con las imaginables consecuencias, como la perdida de vocabulario y el refugio bajo falsas identidades.

La ausencia de vida familiar en muchos hogares, puesta de manifiesto por la imposibilidad de compatibilizar horarios y por el ritmo e vida y las enormes distancias, especialmente en las grandes ciudades, también ha provocado que ya ni se coma ni se cene en familia, lo que conlleva entre otras cosas que los niños no puedan aprender de los modales de los más mayores.

A este déficit en su formación, añadámosle que los escasos valores que se deberían inculcar en las escuelas, como el respeto al profesor y al compañero, en muchas ocasiones quedan destrozados mediante las dosis elevadas de imágenes poco constructivas en esta materia, que muchos niños absorben sin control ante las pantallas de sus televisores. Recuperar la autoridad del maestro es básico para empezar a corregir el rumbo de nuestra educación.

Lo que nuestros niños ven hoy lo repetirán mañana, y por ahora lo que ven no resulta ni muy edificante ni muy prometedor. Mejorarlo es cosa de todos.

Modos e maneiras

Nestes días podería falar de Cataluña, das últimas enquisas políticas, dos espectáculos que están a dar algúns gobernos populistas municipais co quita e pon de símbolos e nomes de rúas ou pavillóns, de moitas cousas de actualidade. Pero un 30 de xullo, finalizando uns as vacacións e preparándose para inicialas outros, preferín reflexionar publicamente sobre os modos e maneiras, as condutas, a educación, da boa e da mala, do que empapa o día a día noso ámbito.

É evidente que co paso do tempo, os valores que no seu día se inculcaron no proceso educativo, hoxe pasaron a formar parte do recordo, ou a asociarse a persoas con determinadas ideoloxías.

O trato de vostede, as frases sen tacos, as vestimentas axeitadas, deixar noso sitio a unha persoa maior no transporte público, axudar a poñerse un abrigo a outro, ou ceder o paso nas portas, convertéronse para moitos en condutas arcaicas ou que rozan o ridículo, mentres para outros son extravagantes.

Sendo múltiples as causas destes cambios, o que parece indiscutible é que moitos destes van ligados ao sistema educativo que se aplica en cada momento. O paso dunha etapa autoritaria a outra carente de normas é o que provoca que moitos dos nosos mozos crezan sen modais.

As pautas sempre son necesarias e a súa ausencia provoca que moitas condutas reprochables sexan imaxe cotiá na nosa sociedade. Nunca esquecerei o bochorno que me produciu como alcalde, asinar semanalmente innumerables sancións impostas a persoas que mexaban na vía publica.

Pero tampouco creo que poidamos reducir este debate a dicir que o pasado foi mellor. O que si parece certo é que os tempos cambiaron moito e a gran velocidade, algo ao que contribuíron as novas tecnoloxías e as redes sociais. Internet e o móbil supuxeron unha revolución nos costumes sociais, contribuíndo a comportamentos que diminúen o contacto cara a cara, coas imaxinables consecuencias, como a perdida de vocabulario e o refuxio baixo falsas identidades.

A ausencia de vida familiar en moitos fogares, posta de manifesto pola imposibilidade de compatibilizar horarios e polo ritmo e vida e as enormes distancias, especialmente nas grandes cidades, tamén provocou que xa nin se coma nin se cee en familia, o que leva consigo entre outras cousas que os nenos non poidan aprender dos modais dos máis maiores.

A este déficit na súa formación, engadámoslle que os escasos valores que se deberían inculcar nas escolas, como o respecto ao profesor e ao compañeiro, en moitas ocasións quedan destruídos mediante as doses elevadas de imaxes pouco construtivas nesta materia, que moitos nenos absorben sen control ante as pantallas dos seus televisores. Recuperar a autoridade do mestre é básico para empezar a corrixir o rumbo da nosa educación.

O que os nosos nenos ven hoxe repetirano mañá, e por agora o que ven non resulta nin moi edificante nin moi prometedor. Melloralo é cousa de todos.

miércoles, 15 de julio de 2015

Los caminos

Hace pocos días recibimos la grata noticia de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO de dos rutas de peregrinación a Santiago que atraviesan nuestra provincia, el Camino Primitivo y el Camino del Norte.

Ambos caminos afectan en su recorrido a un total de 16 ayuntamientos lucenses, a los que habría que añadir los que atraviesa el más conocido y transitado de todos los caminos de peregrinación a Santiago, el Camino Francés.

Este reconocimiento incluye a las catedrales de Mondoñedo y de Lugo, convirtiendo a nuestra ciudad y capital de provincia en una de las pocas ciudades del mundo que cuentan con tres bienes declarados bienes mundiales, al sumar a los ya citados la Muralla Romana.

Este final feliz ha sido fruto de un largo proceso coordinado entre diferentes administraciones, especialmente la Xunta de Galicia y el Ministerio de Cultura, que durante 7 años han trabajado de manera coordinada.

Baste recordar que el turismo en Galicia representa en torno al 11% del PIB de nuestra Comunidad para darnos cuenta del enorme potencial y repercusión económica de esta designación. ¿Cuantos pensábamos que cuando en 1993 el Camino Francés fue declarado Patrimonio de la Humanidad, con 1.000 peregrinos al año transitándolo, hoy algo más de veinte años después, estaríamos contabilizando en esa ruta una cifra que ronda los 200.000 peregrinos anuales?

Los caminos son algo más que turismo, y por ello las administraciones y la iniciativa privada trabajan coordinados para aprovechar todo este enorme potencial en una provincia que no puede permitirse renunciar a nada.

Frente a este modelo, y después de empezar a funcionar las nuevas corporaciones locales, algunas de ellas, no poco importantes, pero con el nuevo sello de sus gobiernos “populistas” nos han dejado sus primeras perlas en esta materia. Así, Madrid ya ha suprimido el área de turismo entre sus concejalías, cuando representa el 7%de su PIB y da trabajo a 151.000 personas. Barcelona paraliza los proyectos y las concesiones de nuevas licencias hoteleras, más de 30, cuando allí el turismo representa el 15% de su PIB. Valencia y Baleares, zonas sobradamente conocidas por su potencial turístico parecen caminar por la misma línea, por la deriva de paralización.

Frente al modelo del trabajo riguroso y coordinado que tras años de esfuerzos ha merecido el reconocimiento de la UNESCO y nos permitirá, si sabemos aprovecharlo, seguir creciendo en promoción y número de visitantes, otros han preferido dedicar sus esfuerzos y prioridades a paralizar iniciativas empresariales o a estudiar con urgencia cómo eliminar de sus callejeros los nombre de aquellas personas que a su criterio ensucian su memoria histórica.

Dos modelos, dos caminos. Me quedo con los caminos del norte en la provincia de Lugo que ya han recibido su declaración como bienes patrimonio de la humanidad y ahora deben recibir el de nuestra sociedad.

Os camiños

Hai poucos días recibimos a grata noticia da declaración como Patrimonio da Humanidade pola UNESCO de dúas rutas de peregrinación a Santiago que atravesan a nosa provincia, o Camiño Primitivo e o Camiño do Norte.

Ambos os dous camiños afectan no seu percorrido a un total de 16 concellos lucenses, aos que habería que engadir os que atravesa o máis coñecido e transitado de todos os camiños de peregrinación a Santiago, o Camiño Francés.

Este recoñecemento inclúe ás catedrais de Mondoñedo e de Lugo, convertendo á nosa cidade e capital de provincia nunha das poucas cidades do mundo que contan con tres bens declarados bens mundiais, ao sumar aos xa citados a Muralla Romana.

Este final feliz foi froito dun longo proceso coordinado entre diferentes administracións, especialmente a Xunta de Galicia e o Ministerio de Cultura, que durante 7 anos traballaron de xeito coordinado.

Abonde recordar que o turismo en Galicia representa en torno ao 11% do PIB da nosa Comunidade para decatarnos do enorme potencial e repercusión económica desta designación. Cantos pensabamos que cando en 1993 o Camiño Francés foi declarado Patrimonio da Humanidade, con 1.000 peregrinos ao ano transitándoo, hoxe algo máis de vinte anos despois, estariamos a contabilizar nesa ruta unha cifra que rolda os 200.000 peregrinos anuais?

Os camiños son algo máis que turismo, e por iso as administracións e a iniciativa privada traballan coordinados para aproveitar todo este enorme potencial nunha provincia que non pode permitirse renunciar a nada.

Fronte a este modelo, e despois de empezar a funcionar as novas corporacións locais, algunhas delas, non pouco importantes, pero co novo selo dos seus gobernos "populistas" deixáronnos as súas primeiras perlas nesta materia. Así, Madrid xa suprimiu a área de turismo entre as súas concellarías, cando representa o 7%de o seu PIB e dá traballo a 151.000 persoas. Barcelona paraliza os proxectos e as concesións de novas licenzas hoteleiras, máis de 30, cando alí o turismo representa o 15% do seu PIB. Valencia e Baleares, zonas sobradamente coñecidas polo seu potencial turístico parecen camiñar pola mesma liña, pola deriva de paralización.

Fronte ao modelo do traballo rigoroso e coordinado que tras anos de esforzos mereceu o recoñecemento da UNESCO e nos permitirá, se sabemos aproveitalo, seguir crecendo en promoción e número de visitantes, outros preferiron dedicar os seus esforzos e prioridades a paralizar iniciativas empresariais ou a estudar con urxencia como eliminar dos seus guías os nome daquelas persoas que ao seu criterio ensucian a súa memoria histórica.

Dous modelos, dous camiños. Quedo cos camiños do norte na provincia de Lugo que xa recibiron a súa declaración como bens patrimonio da humanidade e agora deben recibir o da nosa sociedade.

miércoles, 1 de julio de 2015

Tragedia griega

Desde hace unos meses los europeos asistimos expectantes a un espectáculo cuyo guión nunca hubieran podido imaginar aquellos sabios que hace dos mil quinientos años utilizaban la palabra para escribir tragedias o sainetes.

Me cuesta pensar que imaginasen que algún día en su país los despropósitos de unos populistas estudiados, que no ignorantes, provocarían tantos daños colaterales a millones de ciudadanos. Un daño anunciado, pues todos deberíamos saber que los problemas de difícil solución no se resuelven con recetas fáciles y en dos días.

Esta lección también deberíamos aprenderla aquí en los tiempos en los que en el escenario aparecen políticos con un perfil y una forma de actuar muy similar a la de los dirigentes actuales en Grecia. Los “podemos” de turno siempre utilizan un lenguaje televisivo dirigido a desencantados o personas que no acaban de entender las medidas de control y los dolorosos ajustes que la sociedad en general paga en sus carnes para corregir los ejercicios de irresponsabilidad presupuestaria y las alegrías de aquellos que cuando nuestra economía empezaba a ahogarse decían que el agua todavía estaba por los tobillos.

El partido populista griego alcanzó el poder prometiendo cosas que eran imposibles de cumplir y lo sabían. Es muy fácil ir de copas si las rondas las van pagando una tras otra los demás y cuando te prestan para que tú también puedas pagar alguna. Se acostumbran y pasado el tiempo y, con toda clase de facilidades por medio, acaban negándose a pagar lo que deben.

Es muy fácil de entender el final. Si durante décadas el estado griego ha sido líder en medidas intervencionistas, sin conseguir que en 40 años ni un solo presupuesto finalizara con superávit, sin pagar su deuda publica en los últimos 90 años, asignando pensiones a miles de ciudadanos fallecidos, jubilaciones muy anticipadas a profesiones declaradas de “riesgo” como peluqueros, miles de piscinas que evaden su impuesto porque figuran como depósitos de agua…

El resultado era esperado hace tiempo. Vivir del endeudamiento de manera continuada acaba en pobreza sí o sí. Son muchos los expertos los que opinan que Grecia no debió ser rescatada nunca, ni en 2010, ni dos años después, gastándonos mas de 26.000 millones solamente de los españoles. Opinan que hubiese sido mejor dejar quebrar a quien se niega a llevar bien las cuentas de sus recursos públicos.

En los últimos días y como malos jugadores de póker, incapaces de ocultar sus gestos, nos desvelas qué cartas llevan en sus últimas manos al final de la partida. Los negligentes jugadores griegos ya no tienen ases en sus manos, han terminado con el palo de las amenazas, el de las mentiras y también el de los despropósitos.

Este fin de semana el sainete se convirtió en tragedia, y si no ¿cómo le llamamos a la consulta o referéndum que en pocos días se celebrará en Grecia y donde a quien roza la ruina le van a preguntar si prefiere o no pagar lo que debe? Toda una tragedia griega.

Traxedia grega

Desde fai uns meses os europeos asistimos expectantes a un espectáculo cuxo guión nunca puidesen imaxinar aqueles sabios que fai dous mil cincocentos anos utilizaban a palabra para escribir traxedias ou sainetes.

Cústame pensar que imaxinasen que algún día no seu país os despropósitos duns populistas estudados, que non ignorantes, provocarían tantos danos colaterais a millóns de cidadáns. Un dano anunciado, pois todos deberiamos saber que os problemas de difícil solución non se resolven con receitas fáciles e en dous días.

Esta lección tamén deberiamos aprendela aquí nos tempos nos que no escenario aparecen políticos cun perfil e unha forma de actuar moi similar á dos dirixentes actuais en Grecia. Podémolos? de quenda sempre utilizan unha linguaxe televisiva dirixido a desencantados ou persoas que non acaban de entender as medidas de control e os dolorosos axustes que a sociedade en xeral paga nas súas carnes para corrixir os exercicios de irresponsabilidade orzamentaria e as alegrías daqueles que cando a nosa economía empezaba a afogarse dicían que a auga aínda estaba polos tobillos.

O partido populista grego alcanzou o poder prometendo cousas que eran imposibles de cumprir e sabíano. É moi fácil ir de copas si róldalas vanas pagando unha tras outra os demais e cando che prestan para que ti tamén poidas pagar algunha. Afanse e pasado o tempo e, con toda clase de facilidades por medio, acaban negándose a pagar o que deben.

É moi fácil de entender o final. Si durante décadas o estado grego foi líder en medidas intervencionistas, sen conseguir que en 40 anos nin un só orzamento finalizase con superávit, sen pagar a súa débeda publica nos últimos 90 anos, asignando pensións a miles de cidadáns falecidos, xubilacións moi anticipadas a profesións declaradas de ?risco? como perruqueiros, miles de piscinas que evaden o seu imposto porque figuran como depósitos de auga?

O resultado era esperado fai tempo. Vivir do endebedamento de xeito continuado acaba en pobreza si ou si. Son moitos os expertos os que opinan que Grecia non debeu ser rescatada nunca, nin en 2010, nin dous anos despois, gastándonos mais de 26.000 millóns soamente dos españois. Opinan que fose mellor deixar crebar a quen se nega a levar ben as contas dos seus recursos públicos.

Nos últimos días e como malos xogadores de póker, incapaces de ocultar os seus xestos, desvélasnos que cartas levan nas súas últimas mans ao final da partida. Os neglixentes xogadores gregos xa non teñen ases nas súas mans, terminaron co pau das ameazas, o das mentiras e tamén o dos despropósitos.

Este fin de semana o sainete converteuse en traxedia, e si non como lle chamamos á consulta ou referendo que en poucos días celebrarase en Grecia e onde a quen roza a ruína vanlle a preguntar si prefire ou non pagar o que debe? Toda unha traxedia grega.

miércoles, 17 de junio de 2015

Llegó el momento

Ya han quedado atrás las cábalas y quinielas sobre los posibles resultados electorales para las elecciones municipales, las diferentes encuestas, la fiesta de la democracia y los días de reuniones más opacas que transparentes en las que se acabaron por cocinar platos llamados pactos, que no fueron otra cosa que un variado menú confeccionado a base de casar ingredientes en ocasiones tan incompatibles como el vinagre y el chocolate.

También está quedando atrás el momento de la digestión de algunos de estos platos en los que las urnas decidieron que el ingrediente que más gustaba tenía sabor dulce, pero que los pinches de cocina que se sentaban a negociar en los fogones postelectorales acabaron por convertir en un inesperado sabor salado, eso sí, siempre diciéndonos que eso era lo que habían querido los ciudadanos.

A día de hoy, y con la práctica totalidad del mapa político municipal constituido, llega el momento de la verdad, de pasar de las palabras y promesas vertidas en los platós de las televisiones y en los diferentes mítines de campaña a los hechos y las actuaciones de gobierno.

Llegó el momento de comprobar cómo se puede poner en practica tanto compromiso social con los recursos limitados de la mayoría de los ayuntamientos. De saber qué recetas pueden funcionar, que no sean las que en otros lugares de nuestro planeta ya han demostrado que solo sirven para generar más desigualdad y pobreza.

Los que se autodenominan “servidores del pueblo” y otros calificaban de “populistas” tienen que demostrar que con suprimir el coche oficial y rebajarse el sueldo pueden financiar las prometidas rentas sociales. Hasta ahora todas esas promesas y gestos quedan bien y suenan mejor en medio de tanta noticia sobre corrupción y personajes indignos de ostentar responsabilidad pública alguna. Pero somos muchos los que nos tememos que si las recetas que nos traen van en la línea de recuperar como públicos muchos de los servicios que hasta ahora están externalizados y gestionados por empresas privadas, lo que puede ocurrir es justo lo contrario a lo deseado: más nominas publicas en los ayuntamientos y por lo tanto menos recursos públicos para atender sus planes sociales. Al final la receta termina en un postre llamado empobrecimiento y mayor brecha social.

De las imágenes de estos últimos días las que más me preocupan son las que muchos hemos visto en los televisores de las ceremonias de constitución de los ayuntamientos. Tensión entre los seguidores de los que habiendo ganado las elecciones, en muchos casos con notable diferencia sobre la siguiente formación, eran desalojados de la alcaldía, y aquellos vecinos que celebraban la llegada al poder del dirigente de su formación que, pese a sus malos resultados, en ocasiones el menos votado, se convertía en alcalde por obra y gracia de los acuerdos que en más de un caso resultan más propios de una tragicomedia que del espíritu democrático.

El momento de la verdad ha llegado. Les deseo suerte a todos los que asumen sus actas de concejales. Sus aciertos serán bien recibidos. Sus errores nos pasarán factura a todos.

Chegou o momento

Xa quedaron atrás as cábalas e quinielas sobre os posibles resultados electorais para as eleccións municipais, as diferentes enquisas, a festa da democracia e os días de reunións máis opacas que transparentes nas que se remataron por cociñar pratos chamados pactos, que non foron outra cousa que un variado menú confeccionado a base de casar ingredientes en ocasións tan incompatibles como o vinagre e o chocolate.

Tamén está a quedar atrás o momento da dixestión dalgúns destes pratos nos que as urnas decidiron que o ingrediente que máis gustaba tiña sabor doce, pero que os pinches de cociña que se sentaban a negociar nos fogóns postelectorais remataron por converter nun inesperado sabor salgado, iso si, sempre dicíndonos que iso era o que quixeran os cidadáns.

A día de hoxe, e coa práctica totalidade do mapa político municipal constituído, chega o momento da verdade, de pasar das palabras e promesas vertidas nos estudios das televisións e nos diferentes mitins de campaña aos feitos e as actuacións de goberno.

Chegou o momento de comprobar como se pode poñer en practica tanto compromiso social cos recursos limitados da maioría dos concellos. De saber que receitas poden funcionar, que non sexan as que noutros lugares do noso planeta xa demostraron que só serven para xerar máis desigualdade e pobreza.

Os que se autonomean "servidores do pobo" e outros cualificaban de "populistas" teñen que demostrar que con suprimir o coche oficial e rebaixarse o soldo poden financiar as prometidas rendas sociais. Ata agora todas esas promesas e xestos quedan ben e soan mellor no medio de tanta noticia sobre corrupción e personaxes indignos de ostentar responsabilidade pública ningunha. Pero somos moitos os que nos tememos que se as receitas que nos traen van na liña de recuperar como públicos moitos dos servizos que ata agora están externalizados e xestionados por empresas privadas, o que pode acontecer é xusto o contrario ao desexado: máis nomeas publicas nos concellos e polo tanto menos recursos públicos para atender os seus plans sociais. Ao final a receita remata nunha sobremesa chamada empobrecemento e maior brecha social.

Das imaxes destes últimos días as que máis me preocupan son as que moitos vimos nos televisores das cerimonias de constitución dos concellos. Tensión entre os seguidores dos que despois de gañar as eleccións, en moitos casos con notable diferenza sobre a seguinte formación, eran desaloxados da alcaldía, e aqueles veciños que celebraban a chegada ao poder do dirixente da súa formación que, malia os seus malos resultados, en ocasións o menos votado, se convertía en alcalde por obra e graza dos acordos que en máis dun caso resultan máis propios dunha traxicomedia que do espírito democrático.

O momento da verdade chegou. Deséxolles sorte a todos os que asumen as súas actas de concelleiros. Os seus acertos serán ben recibidos. Os seus erros pasarannos factura a todos.

miércoles, 3 de junio de 2015

Por qué lo llaman pactar cuando quieren decir vengar

Unos días después de tener que digerir unos resultados electorales dignos de un guión de película más que de la realidad de España, asistimos expectantes a las conversaciones y declaraciones de los líderes de algunos partidos políticos dispuestos a cerrar acuerdos que permitan colmar sus aspiraciones. Se trata de alcanzar gobiernos al precio que sea y como sea. Se trata del quítate tu para ponerme yo.

Pactar es dialogar sobre la base de tener claro a qué final se desea llegar, tener claro cuál es el objetivo deseado pensando en el interés general y dando por hecho que será necesario ceder y rebajar las pretensiones iniciales de partida.

El escenario más repetido estos días en diferentes localidades de España difiere mucho del que en otros lugares de Europa se pudo producir tras celebrarse elecciones sin que se alcanzasen mayorías absolutas. Baste como ejemplo las últimas elecciones en Alemania, donde los dos principales partidos se sentaron a pactar un gobierno de coalición entre conservadores y socialistas sin que ello supusiera sorpresa o quebranto de los principios que defiende cada una de esas formaciones. 

Por el contrario, el escenario en España pasa por forzar la salida de las instituciones del partido político que más votos ha obtenido en muchos ayuntamientos y comunidades autónomas, aunque en muchos no alcanzase la mayoría absoluta. Es decir, mientras el sentido común señalaría ir hacia la búsqueda de acuerdos entre los partidos no solamente más votados, sino más respetuosos con el sistema democrático construido con esfuerzos y cesiones por todas las partes desde hace cuarenta años, aquí y ahora se camina en sentido contrario. Los esfuerzos se dirigen hacia un escenario donde deberán sumarse dos, tres, cuatro y hasta cinco formaciones políticas para sumar más votos que los obtenidos por uno solo de los otros partidos que han concurrido a las elecciones. 

Pocos se mueven pensando en lo mejor para las comunidades que pretenden gobernar. Pocos piensan en el interés general, porque para ellos lo más importante es la revancha. Se mueven por rencor.

Cuestión diferente y no objeto del contenido de esta reflexión, serían las posibles causas por las que se ha llegado a esta situación. Muchos ciudadanos han roto con la que parecería una lógica reflexión, asqueados por la corrupción y cansados de soportar medidas que, o no se han sabido explicar, o no han sido fáciles de asimilar. Todos tendremos que analizar estas razones y con prudencia y serenidad asumir las correspondientes decisiones para corregir errores y recuperar tanta confianza perdida. 

Lo cierto y verdad es que vivimos en un país donde no se suele practicar y por tanto no figura entre sus características, la cultura del pacto. El pacto como la búsqueda del acuerdo con cesiones por todas las partes y con el único objetivo de responder al interés general.

Lo que estos días vemos va desde el acuerdo contra natura al revanchismo trasnochado. Lo que vemos es rencor, el escenario menos conveniente para fomentar la convivencia y mantener la salud democrática.

Por que o chaman pactar cando queren dicir vingar

Uns días despois de ter que dixerir uns resultados electorais dignos dun guión de película máis que da realidade de España, asistimos expectantes ás conversacións e declaracións dos líderes dalgúns partidos políticos dispostos a pechar acordos que permitan satisfacer as súas aspiracións. Trátase de alcanzar gobernos ao prezo que sexa e como sexa. Trátase do quita te o teu para poñerme eu.

Pactar é dialogar sobre a base de ter claro a que final se desexa chegar, ter claro cal é o obxectivo desexado pensando no interese xeral e dando por feito que será necesario ceder e rebaixar as pretensións iniciais de partida.

O escenario máis repetido estes días en diferentes localidades de España difire moito do que noutros lugares de Europa se puido producir tras celebrarse eleccións sen que se alcanzasen maiorías absolutas. Abonde como exemplo as últimas eleccións en Alemaña, onde os dous principais partidos se sentaron a pactar un goberno de coalición entre conservadores e socialistas sen que iso supuxese sorpresa ou quebranto dos principios que defende cada unha desas formacións.

Pola contra, o escenario en España pasa por forzar a saída das institucións do partido político que máis votos obtivo en moitos concellos e comunidades autónomas, aínda que en moitos non alcanzase a maioría absoluta. É dicir, mentres o sentido común sinalaría ir cara á busca de acordos entre os partidos non soamente máis votados, senón máis respectuosos co sistema democrático construído con esforzos e cesións por todas as partes dende hai corenta anos, aquí e agora camíñase en sentido contrario. Os esforzos diríxense cara a un escenario onde deberán sumarse dous, tres, catro e ata cinco formacións políticas para sumar máis votos que os obtidos por un só dos outros partidos que concorreron ás eleccións.

Poucos se moven pensando no mellor para as comunidades que pretenden gobernar. Poucos pensan no interese xeral, porque para eles o máis importante é a revancha. Móvense por rancor.

Cuestión diferente e non obxecto do contido desta reflexión, serían as posibles causas polas que se chegou a esta situación. Moitos cidadáns romperon coa que parecería unha lóxica reflexión, anoxado pola corrupción e cansado de soportar medidas que, ou non se souberon explicar, ou non foron doados de asimilar. Todos teremos que analizar estas razóns e con prudencia e serenidade asumir as correspondentes decisións para corrixir erros e recuperar tanta confianza perdida.

O certo e verdade é que vivimos nun país onde non se adoita practicar e polo tanto non figura entre as súas características, a cultura do pacto. O pacto como a busca do acordo con cesións por todas as partes e co único obxectivo de responder ao interese xeral.

O que estes días vemos vai dende o acordo contra natura á vinganza trasnoitada. O que vemos é rancor, o escenario menos conveniente para fomentar a convivencia e manter a saúde democrática.