miércoles, 24 de enero de 2024

Ecologismo hipócrita

Estas últimas semanas hemos vuelto a padecer una retahíla de argumentos catastrofistas sobre el futuro de nuestras costas y por ende de los productos del mar. 

No es intención del que esto escribe interpretar o juzgar las verdaderas intenciones de quienes, en vísperas de unas elecciones en Galicia, están haciendo más que ruido con los problemas relacionados con la contaminación de nuestras costas. Por ello utilizaré los argumentos de quienes realmente conocen el mar y viven de la venta de los pescados y los productos de alta calidad que de allí extraen con enorme esfuerzo y riesgo.

Decía estos días quien preside la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, en una entrevista publicada en este mismo diario, que se mostraba sorprendido por la repercusión de este “balbordo”, que traducido al castellano sería algo así como barullo, ruido, alboroto... 

Quienes quieran de verdad ayudar a defender el futuro del mar y de las personas que viven de él deberían reflexionar sobre las consecuencias de tanto barullo, exclusivo de un escenario en puertas de elecciones, y ver las consecuencias en la caída en ventas de pescados. Deberían preocuparse por los miles de toneladas de plásticos y otros vertidos que llegan todos los años a nuestras playas sin que hasta la fecha se hayan visto a estas personas denunciarlo u organizarse para retirarlos.

Los problemas reales para las gentes de la mar nunca se han comprendido bien desde algunos despachos, y muchas de las campañas ecologistas han provocado efectos perversos por olvidar sus efectos sociales. Son los ecologistas de salón.

Pero si en el mar las cosas están así, tierra adentro pregunten a los ganaderos que ven cómo las normas de protección contribuyen a ver que el lobo, el mayor depredador de la cadena trófica, aumenta cada año el número de sus manadas y el de sus ataques. Según datos oficiales, que parecen ser inferiores a los datos reales, en el último año en nuestra provincia el lobo ha comido 545 ovejas, 428 terneros y vacas, 116 cabras y 361 caballos. Son muchas las voces de ganaderos que consideran que son ellos los que realmente están en peligro de extinción y no especies protegidas como el lobo.

No tengo dudas de que el medio rural precisa de medidas y planes valientes, porque las subvenciones por daños o las batidas autorizadas, han demostrado que no son solución si de verdad queremos frenar el éxodo del medio rural.

Hoy pongo el foco en las palabras del pastor más joven de los Picos de Europa, José Luis, que con 29 años ha visto cómo el lobo le ha comido 100 ovejas en los 3 últimos años: “Es muy fácil ser animalista viendo documentales de La 2” ha dicho.

La legislación europea y la española considera “estrictamente protegido” al lobo. Después de que uno de ellos matara al poni de la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, parece que se rebajará su protección y ya empiezan a sostener que estas manadas, unos 18.000 ejemplares en Europa, son “un peligro para el ganado y los humanos”. 

Lástima que José Luis no sea un alto cargo político, quizás así se empezarían a valorar a fondo las normas y las leyes de protección de unos animales frente a otros, y el perjuicio causado a la actividad de muchos ganaderos cansados de luchar en inferioridad.

Lo dicho, menos ver documentales de la 2, y menos ecologismo hipócrita. 


Ecoloxismo hipócrita

Estas últimas semanas volvemos a padecer unha ladaíña de argumentos catastrofistas sobre o futuro das nosas costas e polo tanto dos produtos do mar. 

Non é intención do que isto escribe interpretar ou xulgar as verdadeiras intencións de quen, en vésperas dunhas eleccións en Galicia, están a facer máis que ruído cos problemas relacionados coa contaminación das nosas costas. Por iso utilizarei os argumentos de quen realmente coñecen o mar e viven da venda dos peixes e os produtos de alta calidade que de alí extraen con enorme esforzo e risco.

Dicía estes días quen preside a Federación Nacional de Confrarías de Pescadores, nunha entrevista publicada en leste mesmo diario, que se mostraba sorprendido pola repercusión deste “balbordo”, que traducido ao castelán sería algo así como barullo, ruído, alboroto... 

Quen queira de verdade axudar a defender o futuro do mar e das persoas que viven del deberían reflexionar sobre as consecuencias de tanto barullo, exclusivo dun escenario en portas de eleccións, e ver as consecuencias na caída en vendas de peixes. Deberían preocuparse polos miles de toneladas de plásticos e outras verteduras que chegan todos os anos ás nosas praias sen que ata a data víronse a estas persoas denuncialo ou organizarse para retiralos.

Os problemas reais para as xentes da mar nunca se comprenderon ben desde algúns despachos, e moitas das campañas ecoloxistas han provocado efectos perversos por esquecer os seus efectos sociais. Son os ecoloxistas de salón.

Pero se no mar as cousas están así, terra dentro pregunten aos gandeiros que ven como as normas de protección contribúen a ver que o lobo, o maior depredador da cadea trófica, aumenta cada ano o número das súas mandas e o dos seus ataques. Segundo datos oficiais, que parecen ser inferiores aos datos reais, no último ano na nosa provincia o lobo comeu 545 ovellas, 428 tenreiros e vacas, 116 cabras e 361 cabalos. Son moitas as voces de gandeiros que consideran que son eles os que realmente están en perigo de extinción e non especies protexidas como o lobo.

Non teño dúbidas de que o medio rural precisa de medidas e plans valentes, porque as subvencións por danos ou as batidas autorizadas, demostraron que non son solución se de verdade queremos frear o éxodo do medio rural.

Hoxe poño o foco nas palabras do pastor máis novo dos Picos de Europa, José Luis, que con 29 anos viu como o lobo lle ha comido 100 ovellas nos 3 últimos anos: “É moi fácil ser animalista vendo documentais da 2” dixo.

A lexislación europea e a española considera “estritamente protexido” ao lobo. Despois de que un deles matase o pónei da presidenta da Comisión Europea, Von der Leyen, parece que se rebaixará a súa protección e xa empezan a soster que estas mandas, uns 18.000 exemplares en Europa, son “un perigo para o gando e os humanos”. 

Mágoa que José Luis non sexa un alto cargo político, quizais así se empezarían a valorar a fondo as normas e as leis de protección duns animais fronte a outros, e o prexuízo causado á actividade de moitos gandeiros cansos de loitar en inferioridade.

O devandito, menos ver documentais da 2, e menos ecoloxismo hipócrita. 

miércoles, 10 de enero de 2024

Lo que dice una foto

Hace ya tiempo que me vengo fijando con especial curiosidad en aquellas fotos que ilustran las noticias. Será por aquello de que una imagen vale más que mil palabras o porque cuando no cuentas con mucho tiempo para leer detenidamente cuanta información nos llega a diario, en ocasiones te quedas sólo con los grandes titulares o con las fotos que los acompañan.

Hoy quiero poner el foco en muchas de esas fotos, especialmente las que se corresponden con noticias relacionadas con las diferentes actividades realizadas por personajes públicos y más concretamente del mundo de la política.

No sé si a ustedes les pasara lo que a mí, y es que cuando veo muchas de esas fotos lo que veo es algo que rechazo y me preocupa. Veo una utilización de la obra pública, de las realizaciones pagadas con dinero de todos, con fines partidistas. Intentaré explicarme.

Cuando tuve responsabilidades de gobierno nunca se me pasó por la cabeza que, en una inauguración, visita a unas obras o firma de algún convenio o similar, las personas que no pertenecían a mi color político fuesen ignoradas, no invitadas o situadas en lugares poco visibles a las cámaras. Ni se me pasaba por la cabeza ni creo que de haberlo intentado se hubiese permitido.

En aquella época, bien es verdad que ahora parece lejana, a pesar de contar con mayoría absoluta para gobernar, procuraba buscar el consenso, recabar la opinión de los demás miembros de la corporación municipal y después tomar la decisión que desde el gobierno considerábamos mejor para Lugo.

Cuando nos visitaba un conselleiro, el presidente de la Xunta o algún ministro, todos los miembros de la corporación municipal eran invitados y participaban o no libremente. No se podría entender de otra manera.

Hoy las cosas parecen haber cambiado, o es que yo las veo distorsionadas y no las interpreto de manera adecuada. Lo digo porque en las fotos a las que me refiero veo siempre a las personas que pertenecen a la misma formación política muy juntitas en primera línea y rara vez a alguna autoridad de otros partidos, incluso dentro del mismo gobierno.

¿Que viene un ministro del Gobierno a Galicia?, pues ahí tiene a toda una corte de cargos de su partido rodeándole y peleándose por aparecer en primera línea en las fotos. Pero a las demás personas que tienen responsabilidades y ostentan cargos públicos, pero de diferente formación política hay que hacer esfuerzos por localizarlos o verlos en alguna de esas fotos, si es que están. Con los demás también pasa en ocasiones, aunque en menor medida y frecuencia.

Ahora que se acercan unas elecciones en Galicia esto se hará más frecuente y evidente, ya lo verán. La última muestra que ha quedado en mi retina ha sido la de la llegada de un tren a Vigo y ver a los principales cargos socialistas tomar posesión del convoy como si fuese su regalo de Reyes, e incluso al candidato de su partido en las elecciones gallegas besando el tren.

Lo que realmente me transmiten esas fotos es discordia, falta de consensos, patrimonializar lo público con fines partidistas, rechazo a los demás, a los que no son “los tuyos”, en definitiva, la antítesis de lo que debería ser la gestión pública.

Ojalá que estas conclusiones solo las saque yo y que mi enfoque no sea el adecuado. Sería un alivio.


O que di unha foto

Hai xa tempo que me veño fixando con especial curiosidade naquelas fotos que ilustran as noticias. Será por aquilo de que unha imaxe vale máis que mil palabras ou porque cando non contas con moito tempo para ler detidamente canta información chéganos a diario, en ocasións quedas só cos grandes titulares ou coas fotos que os acompañan.

Hoxe quero poñer o foco en moitas desas fotos, especialmente as que se corresponden con noticias relacionadas coas diferentes actividades realizadas por personaxes públicos e máis concretamente do mundo da política.

Non se se a vostedes pasáselles o que a min, e é que cando vexo moitas desas fotos o que vexo é algo que rexeitamento e preocúpame. Vexo unha utilización da obra pública, das realizacións pagas con diñeiro de todos, con fins partidistas. Tentarei explicarme.

Cando tiven responsabilidades de goberno nunca se me pasou pola cabeza que, nunha inauguración, visita a unhas obras ou firma dalgún convenio ou similar, as persoas que non pertencían á miña cor política fosen ignoradas, non convidadas ou situadas en lugares pouco visibles ás cámaras. Nin se me pasaba pola cabeza nin creo que de tentalo permitiuse.

Naquela época, ben é verdade que agora parece afastada, a pesar de contar con maioría absoluta para gobernar, procuraba buscar o consenso, solicitar a opinión dos demais membros da corporación municipal e despois tomar a decisión que desde o goberno considerabamos mellor para Lugo.

Cando nos visitaba un conselleiro, o presidente da Xunta ou algún ministro, todos os membros da corporación municipal eran convidados e participaban ou non libremente. Non se podería entender doutra maneira.

Hoxe as cousas parecen cambiar, ou é que eu as vexo distorsionadas e non as interpreto de maneira adecuada. Dígoo porque nas fotos ás que me refiro vexo sempre ás persoas que pertencen á mesma formación política moi xuntas en primeira liña e de cando en cando a algunha autoridade doutros partidos, mesmo dentro do mesmo goberno.

Que vén un ministro do Goberno a Galicia?, pois aí ten a toda unha corte de cargos do seu partido rodeándolle e pelexándose por aparecer en primeira liña nas fotos. Pero ás demais persoas que teñen responsabilidades e ostentan cargos públicos, pero de diferente formación política hai que facer esforzos por localizalos ou velos nalgunha desas fotos, se é que están. Cos demais tamén pasa en ocasións, aínda que en menor medida e frecuencia.

Agora que se achegan unhas eleccións en Galicia isto farase máis frecuente e evidente, xa o verán. A última mostra que quedou na miña retina foi a da chegada dun tren a Vigo e ver aos principais cargos socialistas tomar posesión do convoi coma se fose o seu agasallo de Reyes, e mesmo ao candidato do seu partido nas eleccións galegas bicando o tren.

O que realmente me transmiten esas fotos é discordia, falta de consensos, patrimonializar o público con fins partidistas, rexeitamento aos demais, aos que non son “os teus”, en definitiva, a antítese do que debería ser a xestión pública.

Oxalá que estas conclusións só sáqueas eu e que o meu enfoque non sexa o adecuado. Sería un alivio.