miércoles, 29 de julio de 2015

Modos y maneras

En estos días podría hablar de Cataluña, de las últimas encuestas políticas, de los espectáculos que están dando algunos gobiernos populistas municipales con el quita y pon de símbolos y nombres de calles o pabellones, de muchas cosas de actualidad. Pero un 30 de julio, finalizando unos las vacaciones y preparándose para iniciarlas otros, he preferido reflexionar públicamente sobre los modos y maneras, las conductas, la educación, de la buena y de la mala, de lo que empapa el día a día nuestro entorno.

Es evidente que con el paso del tiempo, los valores que en su día se inculcaron en el proceso educativo, hoy han pasado a formar parte del recuerdo, o a asociarse a personas con determinadas ideologías.

El trato de usted, las frases sin tacos, las vestimentas adecuadas, dejar nuestro sitio a una persona mayor en el transporte público, ayudar a ponerse un abrigo a otro, o ceder el paso en las puertas, se han convertido para muchos en conductas arcaicas o que rozan el ridículo, mientras para otros son extravagantes.

Siendo múltiples las causas de estos cambios, lo que parece indiscutible es que muchos de éstos van ligados al sistema educativo que se aplica en cada momento. El paso de una etapa autoritaria a otra carente de normas es lo que provoca que muchos de nuestros jóvenes crezcan sin modales.

Las pautas siempre son necesarias y su ausencia provoca que muchas conductas reprochables sean imagen cotidiana en nuestra sociedad. Nunca olvidaré el bochorno que me produjo como alcalde, firmar semanalmente innumerables sanciones impuestas a personas que orinaban en la vía publica.

Pero tampoco creo que podamos reducir este debate a decir que el pasado fue mejor. Lo que sí parece cierto es que los tiempos han cambiado mucho y a gran velocidad, algo a lo que han contribuido las nuevas tecnologías y las redes sociales. Internet y el móvil han supuesto una revolución en las costumbres sociales, contribuyendo a comportamientos que disminuyen el contacto cara a cara, con las imaginables consecuencias, como la perdida de vocabulario y el refugio bajo falsas identidades.

La ausencia de vida familiar en muchos hogares, puesta de manifiesto por la imposibilidad de compatibilizar horarios y por el ritmo e vida y las enormes distancias, especialmente en las grandes ciudades, también ha provocado que ya ni se coma ni se cene en familia, lo que conlleva entre otras cosas que los niños no puedan aprender de los modales de los más mayores.

A este déficit en su formación, añadámosle que los escasos valores que se deberían inculcar en las escuelas, como el respeto al profesor y al compañero, en muchas ocasiones quedan destrozados mediante las dosis elevadas de imágenes poco constructivas en esta materia, que muchos niños absorben sin control ante las pantallas de sus televisores. Recuperar la autoridad del maestro es básico para empezar a corregir el rumbo de nuestra educación.

Lo que nuestros niños ven hoy lo repetirán mañana, y por ahora lo que ven no resulta ni muy edificante ni muy prometedor. Mejorarlo es cosa de todos.

Modos e maneiras

Nestes días podería falar de Cataluña, das últimas enquisas políticas, dos espectáculos que están a dar algúns gobernos populistas municipais co quita e pon de símbolos e nomes de rúas ou pavillóns, de moitas cousas de actualidade. Pero un 30 de xullo, finalizando uns as vacacións e preparándose para inicialas outros, preferín reflexionar publicamente sobre os modos e maneiras, as condutas, a educación, da boa e da mala, do que empapa o día a día noso ámbito.

É evidente que co paso do tempo, os valores que no seu día se inculcaron no proceso educativo, hoxe pasaron a formar parte do recordo, ou a asociarse a persoas con determinadas ideoloxías.

O trato de vostede, as frases sen tacos, as vestimentas axeitadas, deixar noso sitio a unha persoa maior no transporte público, axudar a poñerse un abrigo a outro, ou ceder o paso nas portas, convertéronse para moitos en condutas arcaicas ou que rozan o ridículo, mentres para outros son extravagantes.

Sendo múltiples as causas destes cambios, o que parece indiscutible é que moitos destes van ligados ao sistema educativo que se aplica en cada momento. O paso dunha etapa autoritaria a outra carente de normas é o que provoca que moitos dos nosos mozos crezan sen modais.

As pautas sempre son necesarias e a súa ausencia provoca que moitas condutas reprochables sexan imaxe cotiá na nosa sociedade. Nunca esquecerei o bochorno que me produciu como alcalde, asinar semanalmente innumerables sancións impostas a persoas que mexaban na vía publica.

Pero tampouco creo que poidamos reducir este debate a dicir que o pasado foi mellor. O que si parece certo é que os tempos cambiaron moito e a gran velocidade, algo ao que contribuíron as novas tecnoloxías e as redes sociais. Internet e o móbil supuxeron unha revolución nos costumes sociais, contribuíndo a comportamentos que diminúen o contacto cara a cara, coas imaxinables consecuencias, como a perdida de vocabulario e o refuxio baixo falsas identidades.

A ausencia de vida familiar en moitos fogares, posta de manifesto pola imposibilidade de compatibilizar horarios e polo ritmo e vida e as enormes distancias, especialmente nas grandes cidades, tamén provocou que xa nin se coma nin se cee en familia, o que leva consigo entre outras cousas que os nenos non poidan aprender dos modais dos máis maiores.

A este déficit na súa formación, engadámoslle que os escasos valores que se deberían inculcar nas escolas, como o respecto ao profesor e ao compañeiro, en moitas ocasións quedan destruídos mediante as doses elevadas de imaxes pouco construtivas nesta materia, que moitos nenos absorben sen control ante as pantallas dos seus televisores. Recuperar a autoridade do mestre é básico para empezar a corrixir o rumbo da nosa educación.

O que os nosos nenos ven hoxe repetirano mañá, e por agora o que ven non resulta nin moi edificante nin moi prometedor. Melloralo é cousa de todos.

miércoles, 15 de julio de 2015

Los caminos

Hace pocos días recibimos la grata noticia de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO de dos rutas de peregrinación a Santiago que atraviesan nuestra provincia, el Camino Primitivo y el Camino del Norte.

Ambos caminos afectan en su recorrido a un total de 16 ayuntamientos lucenses, a los que habría que añadir los que atraviesa el más conocido y transitado de todos los caminos de peregrinación a Santiago, el Camino Francés.

Este reconocimiento incluye a las catedrales de Mondoñedo y de Lugo, convirtiendo a nuestra ciudad y capital de provincia en una de las pocas ciudades del mundo que cuentan con tres bienes declarados bienes mundiales, al sumar a los ya citados la Muralla Romana.

Este final feliz ha sido fruto de un largo proceso coordinado entre diferentes administraciones, especialmente la Xunta de Galicia y el Ministerio de Cultura, que durante 7 años han trabajado de manera coordinada.

Baste recordar que el turismo en Galicia representa en torno al 11% del PIB de nuestra Comunidad para darnos cuenta del enorme potencial y repercusión económica de esta designación. ¿Cuantos pensábamos que cuando en 1993 el Camino Francés fue declarado Patrimonio de la Humanidad, con 1.000 peregrinos al año transitándolo, hoy algo más de veinte años después, estaríamos contabilizando en esa ruta una cifra que ronda los 200.000 peregrinos anuales?

Los caminos son algo más que turismo, y por ello las administraciones y la iniciativa privada trabajan coordinados para aprovechar todo este enorme potencial en una provincia que no puede permitirse renunciar a nada.

Frente a este modelo, y después de empezar a funcionar las nuevas corporaciones locales, algunas de ellas, no poco importantes, pero con el nuevo sello de sus gobiernos “populistas” nos han dejado sus primeras perlas en esta materia. Así, Madrid ya ha suprimido el área de turismo entre sus concejalías, cuando representa el 7%de su PIB y da trabajo a 151.000 personas. Barcelona paraliza los proyectos y las concesiones de nuevas licencias hoteleras, más de 30, cuando allí el turismo representa el 15% de su PIB. Valencia y Baleares, zonas sobradamente conocidas por su potencial turístico parecen caminar por la misma línea, por la deriva de paralización.

Frente al modelo del trabajo riguroso y coordinado que tras años de esfuerzos ha merecido el reconocimiento de la UNESCO y nos permitirá, si sabemos aprovecharlo, seguir creciendo en promoción y número de visitantes, otros han preferido dedicar sus esfuerzos y prioridades a paralizar iniciativas empresariales o a estudiar con urgencia cómo eliminar de sus callejeros los nombre de aquellas personas que a su criterio ensucian su memoria histórica.

Dos modelos, dos caminos. Me quedo con los caminos del norte en la provincia de Lugo que ya han recibido su declaración como bienes patrimonio de la humanidad y ahora deben recibir el de nuestra sociedad.

Os camiños

Hai poucos días recibimos a grata noticia da declaración como Patrimonio da Humanidade pola UNESCO de dúas rutas de peregrinación a Santiago que atravesan a nosa provincia, o Camiño Primitivo e o Camiño do Norte.

Ambos os dous camiños afectan no seu percorrido a un total de 16 concellos lucenses, aos que habería que engadir os que atravesa o máis coñecido e transitado de todos os camiños de peregrinación a Santiago, o Camiño Francés.

Este recoñecemento inclúe ás catedrais de Mondoñedo e de Lugo, convertendo á nosa cidade e capital de provincia nunha das poucas cidades do mundo que contan con tres bens declarados bens mundiais, ao sumar aos xa citados a Muralla Romana.

Este final feliz foi froito dun longo proceso coordinado entre diferentes administracións, especialmente a Xunta de Galicia e o Ministerio de Cultura, que durante 7 anos traballaron de xeito coordinado.

Abonde recordar que o turismo en Galicia representa en torno ao 11% do PIB da nosa Comunidade para decatarnos do enorme potencial e repercusión económica desta designación. Cantos pensabamos que cando en 1993 o Camiño Francés foi declarado Patrimonio da Humanidade, con 1.000 peregrinos ao ano transitándoo, hoxe algo máis de vinte anos despois, estariamos a contabilizar nesa ruta unha cifra que rolda os 200.000 peregrinos anuais?

Os camiños son algo máis que turismo, e por iso as administracións e a iniciativa privada traballan coordinados para aproveitar todo este enorme potencial nunha provincia que non pode permitirse renunciar a nada.

Fronte a este modelo, e despois de empezar a funcionar as novas corporacións locais, algunhas delas, non pouco importantes, pero co novo selo dos seus gobernos "populistas" deixáronnos as súas primeiras perlas nesta materia. Así, Madrid xa suprimiu a área de turismo entre as súas concellarías, cando representa o 7%de o seu PIB e dá traballo a 151.000 persoas. Barcelona paraliza os proxectos e as concesións de novas licenzas hoteleiras, máis de 30, cando alí o turismo representa o 15% do seu PIB. Valencia e Baleares, zonas sobradamente coñecidas polo seu potencial turístico parecen camiñar pola mesma liña, pola deriva de paralización.

Fronte ao modelo do traballo rigoroso e coordinado que tras anos de esforzos mereceu o recoñecemento da UNESCO e nos permitirá, se sabemos aproveitalo, seguir crecendo en promoción e número de visitantes, outros preferiron dedicar os seus esforzos e prioridades a paralizar iniciativas empresariais ou a estudar con urxencia como eliminar dos seus guías os nome daquelas persoas que ao seu criterio ensucian a súa memoria histórica.

Dous modelos, dous camiños. Quedo cos camiños do norte na provincia de Lugo que xa recibiron a súa declaración como bens patrimonio da humanidade e agora deben recibir o da nosa sociedade.

miércoles, 1 de julio de 2015

Tragedia griega

Desde hace unos meses los europeos asistimos expectantes a un espectáculo cuyo guión nunca hubieran podido imaginar aquellos sabios que hace dos mil quinientos años utilizaban la palabra para escribir tragedias o sainetes.

Me cuesta pensar que imaginasen que algún día en su país los despropósitos de unos populistas estudiados, que no ignorantes, provocarían tantos daños colaterales a millones de ciudadanos. Un daño anunciado, pues todos deberíamos saber que los problemas de difícil solución no se resuelven con recetas fáciles y en dos días.

Esta lección también deberíamos aprenderla aquí en los tiempos en los que en el escenario aparecen políticos con un perfil y una forma de actuar muy similar a la de los dirigentes actuales en Grecia. Los “podemos” de turno siempre utilizan un lenguaje televisivo dirigido a desencantados o personas que no acaban de entender las medidas de control y los dolorosos ajustes que la sociedad en general paga en sus carnes para corregir los ejercicios de irresponsabilidad presupuestaria y las alegrías de aquellos que cuando nuestra economía empezaba a ahogarse decían que el agua todavía estaba por los tobillos.

El partido populista griego alcanzó el poder prometiendo cosas que eran imposibles de cumplir y lo sabían. Es muy fácil ir de copas si las rondas las van pagando una tras otra los demás y cuando te prestan para que tú también puedas pagar alguna. Se acostumbran y pasado el tiempo y, con toda clase de facilidades por medio, acaban negándose a pagar lo que deben.

Es muy fácil de entender el final. Si durante décadas el estado griego ha sido líder en medidas intervencionistas, sin conseguir que en 40 años ni un solo presupuesto finalizara con superávit, sin pagar su deuda publica en los últimos 90 años, asignando pensiones a miles de ciudadanos fallecidos, jubilaciones muy anticipadas a profesiones declaradas de “riesgo” como peluqueros, miles de piscinas que evaden su impuesto porque figuran como depósitos de agua…

El resultado era esperado hace tiempo. Vivir del endeudamiento de manera continuada acaba en pobreza sí o sí. Son muchos los expertos los que opinan que Grecia no debió ser rescatada nunca, ni en 2010, ni dos años después, gastándonos mas de 26.000 millones solamente de los españoles. Opinan que hubiese sido mejor dejar quebrar a quien se niega a llevar bien las cuentas de sus recursos públicos.

En los últimos días y como malos jugadores de póker, incapaces de ocultar sus gestos, nos desvelas qué cartas llevan en sus últimas manos al final de la partida. Los negligentes jugadores griegos ya no tienen ases en sus manos, han terminado con el palo de las amenazas, el de las mentiras y también el de los despropósitos.

Este fin de semana el sainete se convirtió en tragedia, y si no ¿cómo le llamamos a la consulta o referéndum que en pocos días se celebrará en Grecia y donde a quien roza la ruina le van a preguntar si prefiere o no pagar lo que debe? Toda una tragedia griega.

Traxedia grega

Desde fai uns meses os europeos asistimos expectantes a un espectáculo cuxo guión nunca puidesen imaxinar aqueles sabios que fai dous mil cincocentos anos utilizaban a palabra para escribir traxedias ou sainetes.

Cústame pensar que imaxinasen que algún día no seu país os despropósitos duns populistas estudados, que non ignorantes, provocarían tantos danos colaterais a millóns de cidadáns. Un dano anunciado, pois todos deberiamos saber que os problemas de difícil solución non se resolven con receitas fáciles e en dous días.

Esta lección tamén deberiamos aprendela aquí nos tempos nos que no escenario aparecen políticos cun perfil e unha forma de actuar moi similar á dos dirixentes actuais en Grecia. Podémolos? de quenda sempre utilizan unha linguaxe televisiva dirixido a desencantados ou persoas que non acaban de entender as medidas de control e os dolorosos axustes que a sociedade en xeral paga nas súas carnes para corrixir os exercicios de irresponsabilidade orzamentaria e as alegrías daqueles que cando a nosa economía empezaba a afogarse dicían que a auga aínda estaba polos tobillos.

O partido populista grego alcanzou o poder prometendo cousas que eran imposibles de cumprir e sabíano. É moi fácil ir de copas si róldalas vanas pagando unha tras outra os demais e cando che prestan para que ti tamén poidas pagar algunha. Afanse e pasado o tempo e, con toda clase de facilidades por medio, acaban negándose a pagar o que deben.

É moi fácil de entender o final. Si durante décadas o estado grego foi líder en medidas intervencionistas, sen conseguir que en 40 anos nin un só orzamento finalizase con superávit, sen pagar a súa débeda publica nos últimos 90 anos, asignando pensións a miles de cidadáns falecidos, xubilacións moi anticipadas a profesións declaradas de ?risco? como perruqueiros, miles de piscinas que evaden o seu imposto porque figuran como depósitos de auga?

O resultado era esperado fai tempo. Vivir do endebedamento de xeito continuado acaba en pobreza si ou si. Son moitos os expertos os que opinan que Grecia non debeu ser rescatada nunca, nin en 2010, nin dous anos despois, gastándonos mais de 26.000 millóns soamente dos españois. Opinan que fose mellor deixar crebar a quen se nega a levar ben as contas dos seus recursos públicos.

Nos últimos días e como malos xogadores de póker, incapaces de ocultar os seus xestos, desvélasnos que cartas levan nas súas últimas mans ao final da partida. Os neglixentes xogadores gregos xa non teñen ases nas súas mans, terminaron co pau das ameazas, o das mentiras e tamén o dos despropósitos.

Este fin de semana o sainete converteuse en traxedia, e si non como lle chamamos á consulta ou referendo que en poucos días celebrarase en Grecia e onde a quen roza a ruína vanlle a preguntar si prefire ou non pagar o que debe? Toda unha traxedia grega.