miércoles, 21 de julio de 2021

Contrapuesto

Esto viene a cuento de las sensaciones y percepciones que el pasado fin de semana experimenté al escuchar la intervención del Presidente Feijoo en el 17 Congreso del Partido Popular de Galicia, mi partido desde hace 39 años.

Sensaciones y percepciones que inevitablemente se contraponen con las que semanalmente vivo al escuchar al Presidente Sánchez o alguno de los miembros del Gobierno.

Feijoo dijo en su brillante discurso que “no sería nadie sin sus compañeros, presidentes provinciales, alcaldes, sin la estructura del partido…” En definitiva sin sus equipos refiriéndose a sus gobiernos como los que cuentan con la mayor experiencia de España. Lo dejó claro: “he nombrado en 12 años a la mitad de consejeros que Pedro Sánchez en 3 años”. Es decir, un nuevo ejemplo de buscar la estabilidad contrapuesto al de mantenerse en el poder aunque sea a costa de deshacerse de tus más leales colaboradores. Contraponer “hacer” frente a “mantenerse”.

Cuando se refirió a la manera de entender la política dejó dicho que no le gusta que nadie le diga lo que quiere oír, sino lo que debe hacer, y nuevamente mi pensamiento perverso intentaba encontrar a un colaborador de Sánchez atreviéndose a decirle a la cara algo diferente a lo que quiere oír.

En ese capítulo dedicado a la manera de entender y de hacer política se refirió a algo que comparto al cien por cien: escuchar y pactar. Lo hizo poniendo el acento en los interesantes debates constructivos en los que el adversario puede tener razón. Actitud que se contrapone a la de un Pedro Sánchez que pertenece al prototipo de líder que nos dice a los demás lo que tenemos que hacer aunque él nunca haga nada de eso. Un Sánchez “instalado en el pensamiento único sobre todos los temas, incluso sobre los más íntimos y personales, donde se cruzan la moral y la ética.”

La política es más que un eslogan, no se puede resumir lo que se piensa en 140 caracteres, o que se necesitan más resultados y menos titulares, también fueron algunas de sus palabras que certifican que no es un político al uso.

Pero el contenido más profundo estuvo incluido en el apartado relativo a entender la desmotivación ciudadana por la política y sus posibles causas. Lo hizo refiriéndose a la manera de hacer política basada en el poder por el poder, en un gobierno sin un proyecto de España, sólo con un proyecto de supervivencia, “dándole la espalda a cualquier consenso, incluso sobre los cimientos de la democracia española”, que esta sometiendo “sin rubor a toda una nación a los caprichos de los independentistas”. Otros ejemplos de las maneras contrapuestas de entender y practicar la política.

Para finalizar no podía faltar su diagnóstico sobre las respuestas a estas situaciones y a la desmotivación que provocan entre los ciudadanos. Su receta es otra vez clara en contraposición a las de otros gobernantes. “Busquemos la respuesta más allá de las frases vacías, más allá de todos los populismos, de los egoísmos independentistas, de los políticos que se creen superiores a los demás”.

Sus posturas se resumen en darle a la gente lo que necesita, entenderse, ofrecer soluciones y no problemas. Cooperación, alianzas y entendimientos. Lo contrapuesto a lo que nos ofrecen los perfiles que hoy se empeñan en perpetuarse en la Moncloa.

Contraposto

Isto vén a conto das sensacións e percepcións que a pasada fin de semana experimentei ao escoitar a intervención do Presidente Feijoo no 17 Congreso do Partido Popular de Galicia, o meu partido desde hai 39 anos.

Sensacións e percepcións que inevitablemente se contrapoñen coas que semanalmente vivo ao escoitar ao Presidente Sánchez ou algún dos membros do Goberno.

Feijoo dixo no seu brillante discurso que “non sería ninguén sen os seus compañeiros, presidentes provinciais, alcaldes, sen a estrutura do partido…” En definitiva sen os seus equipos referíndose aos seus gobernos como os que contan coa maior experiencia de España. Deixouno claro: “nomeei en 12 anos á metade de conselleiros que Pedro Sánchez en 3 anos”. É dicir, un novo exemplo de buscar a estabilidade contraposto ao de manterse no poder aínda que sexa á conta de desfacerse dos teus máis leais colaboradores. Contrapoñer “facer” fronte a “manterse”.

Cando se referiu á maneira de entender a política deixou dito que non lle gusta que ninguén lle diga o que quere oír, senón o que debe facer, e novamente o meu pensamento perverso tentaba atopar a un colaborador de Sánchez atrevéndose a dicirlle á cara algo diferente ao que quere oír.

Nese capítulo dedicado á maneira de entender e de facer política referiuse a algo que comparto ao cento por cento: escoitar e pactar. Fíxoo poñendo o acento nos interesantes debates construtivos nos que o adversario pode ter razón. Actitude que se contrapón á dun Pedro Sánchez que pertence ao prototipo de líder que nos di aos demais o que temos que facer aínda que el nunca faga nada diso. Un Sánchez “instalado no pensamento único sobre todos os temas, mesmo sobre os máis íntimos e persoais, onde se cruzan a moral e a ética.”

A política é máis que un slogan, non se pode resumir o que se pensa en 140 caracteres, ou que se necesitan máis resultados e menos titulares, tamén foron algunhas das súas palabras que certifican que non é un político ao uso.

Pero o contido máis profundo estivo incluído no apartado relativo a entender a desmotivación cidadá pola política e as súas posibles causas. Fíxoo referíndose á maneira de facer política baseada no poder polo poder, nun goberno sen un proxecto de España, só cun proxecto de supervivencia, “dándolle as costas a calquera consenso, mesmo sobre os cimentos da democracia española”, que esta sometendo “sen rubor a toda unha nación aos caprichos dos independentistas”. Outros exemplos das maneiras contrapostas de entender e practicar a política.

Para finalizar non podía faltar o seu diagnóstico sobre as respostas a estas situacións e á desmotivación que provocan entre os cidadáns. A súa receita é outra vez clara en contraposición ás doutros gobernantes. “Busquemos a resposta máis aló das frases baleiras, máis aló de todos os populismos, dos egoísmos independentistas, dos políticos que se cren superiores aos demais”.

As súas posturas resúmense en darlle á xente o que necesita, entenderse, ofrecer solucións e non problemas. Cooperación, alianzas e entendementos. O contraposto ao que nos ofrecen os perfís que hoxe se empeñan en perpetuarse na Moncloa.

miércoles, 7 de julio de 2021

Su tiempo se agota

No es la primera vez, ni será la última, en la que la hemeroteca o las declaraciones solemnes y públicas sirven para destapar a un mentiroso. Cuan cierto es eso de que la mentira tiene las patas muy cortas.

Hace unos días el Presidente Sánchez nos decía en la sede que representa a la Soberanía Nacional que “nunca jamás el PSOE aceptará un referéndum de independencia en Cataluña”. Inmediatamente a muchos se nos vinieron a la memoria anteriores afirmaciones que detrás de su rotundidad sólo ocultaban otros engaños.

Ya nos había dicho (cuando era Pedro Sánchez diputado y no Presidente), que nunca daría indultos políticos y que sentía vergüenza por los que había concedido su partido, incluso pedía perdón a los españoles por ello.

También que nunca pactaría con independentistas, lo recuerdan “falso es falso, nunca es nunca y no es no”. Volviendo a oírlo es para llorar, y no precisamente de risa.

Se cansó de reiterar que la sentencia por lo acontecido el 1 de octubre en Cataluña implicaba el cumplimiento integro de las penas y que haría que Puigdemont se sentara en el banquillo ante la justicia española.

Han sido tantas las afirmaciones rotundas que en poco tiempo han quedado pulverizadas por la conveniencia, que viniendo de alguien que ostenta la alta responsabilidad de dirigir el Gobierno de la Nación, si tuviera algo de dignidad ya tendría que haber presentado su dimisión.

Por estas y otras razones ni muchos españoles ni yo nos creemos ahora sus grandilocuentes afirmaciones de “nunca jamás” a no ser que las pronuncie con el sentido que las pronunciaba Romanones hace casi 100 años cuando decía “cuando digo nunca jamás, me refiero al momento presente”. Así que seguramente cuando bajó de la tribuna del hemiciclo ese “nunca jamás” ya había caducado. 

Hablando de Romanones y de Cataluña, también dejo dicho “en mi frecuente paso por el gobierno he aprendido que la atención de los Ministros ha estado absorbida constantemente por Cataluña; cuando no era una cosa, era otra; huelgas, regionalismo, separatismo, sindicalismo, proteccionismo. Si el resto de España hubiera originado iguales preocupaciones, la vida ministerial habría sido imposible.” Cuántas cosas semejantes repitiéndose en nuestra historia, y es que no hay que intentar contentar a los que no se quieren contentar, que dijo Julián Marías.

Pero puestos a citar sin retroceder tanto en el tiempo, quiero recordar aquí lo que el portavoz de ERC, el Sr. Rufián, le dijo a Sánchez unos minutos después de abandonar la tribuna: “denos tiempo, también nos dijo que no habría indultos y ahí están”. Hasta los que lo sustentan en el poder le recuerdan de manera burlesca sus mentiras y debilidades.

Tiempo es el que se propone ganar para seguir alojado en la Moncloa. Tiempo para seguir dinamitando cuatro décadas de convivencia en paz y progreso entre españoles.

Pero también es conveniente recordar que el tiempo también se agota, y que tarde o temprano los españoles pasaremos factura en las urnas a los que traicionan sus promesas y articulan todas sus políticas pactando con aquellos que solamente buscan el beneficio propio a costa de romper las bases y los cimientos de nuestra convivencia. Por eso le digo que su tiempo se agota.

O seu tempo esgótase

Non é a primeira vez, nin será a última, na que a hemeroteca ou as declaracións solemnes e públicas serven para destapar a un mentireiro.  Cuan certo é iso de que a mentira ten as patas moi curtas.

Hai uns días o Presidente Sánchez dicíanos na sede que representa á Soberanía Nacional que “nunca xamais o PSOE aceptará un referendo de independencia en Cataluña”. Inmediatamente a moitos se nos viñeron á memoria anteriores afirmacións que detrás da súa rotundidade só ocultaban outros enganos.

Xa nos dicía (cando era Pedro Sánchez deputado e non Presidente), que nunca daría indultos políticos e que sentía vergoña polos que concedera o seu partido, mesmo pedía perdón aos españois por iso.

Tamén que nunca pactaría con independentistas, lémbrano “falso é falso, nunca é nunca e non é non”. Volvendo oílo é para chorar, e non precisamente de risa.

Cansouse de reiterar que a sentenza polo acontecido o 1 de outubro en Cataluña implicaba o cumprimento integro das penas e que faría que  Puigdemont sentase no banco #ante a xustiza española.

Foron tantas as afirmacións rotundas que en pouco tempo quedaron  pulverizadas pola conveniencia, que vindo de alguén que ostenta a alta responsabilidade de dirixir o Goberno da Nación, se tivese algo de dignidade xa tería que presentar a súa dimisión.

Por estas e outras razóns nin moitos españois nin eu crémonos agora os seus  grandilocuentes afirmacións de “nunca xamais” a non ser que as pronuncie co sentido que as pronunciaba  Romanones hai case 100 anos cando dicía “cando digo nunca xamais, refírome ao momento presente”. Así que seguramente cando baixou da tribuna do hemiciclo ese “nunca xamais” xa caducara. 

Falando de  Romanones e de Cataluña, tamén deixo dito “no meu frecuente paso polo goberno aprendín que a atención dos Ministros estivo absorbida constantemente por Cataluña; cando non era unha cousa, era outra; folgas, rexionalismo,  separatismo, sindicalismo, proteccionismo. Se o resto de España orixinase iguais preocupacións, a vida ministerial sería imposible.” Cantas cousas semellantes repetíndose na nosa historia, e é que non hai que tentar contentar aos que non se queren contentar, que dixo Julián Marías.

Pero postos a citar sen retroceder tanto no tempo, quero lembrar aquí o que o portavoz de ERC, o Sr.  Rufián, díxolle a Sánchez uns minutos despois de abandonar a tribuna: “denos tempo, tamén nos dixo que non habería indultos e aí están”. Ata os que o sustentan no poder lémbranlle de maneira  burlesca as súas mentiras e debilidades.

Tempo é o que se propón gañar para seguir aloxado na Moncloa. Tempo para seguir dinamitando catro décadas de convivencia en paz e progreso entre españois.

Pero tamén é conveniente lembrar que o tempo tamén se esgota, e que tarde ou cedo os españois pasaremos factura nas urnas aos que traizoan as súas promesas e articulan todas as súas políticas pactando con aqueles que soamente buscan o beneficio propio á conta de romper as bases e os cimentos da nosa convivencia. Por iso dígolle que o seu tempo esgótase.