miércoles, 22 de enero de 2014

Estrategias "Gamonaleras"

Que unas obras de mejora y urbanización de una avenida en una capital de provincia en España dieran para tantos telediarios nunca lo hubiese imaginado.

La gestión de la crisis provocada por estas obras en Burgos sin duda ha sido analizada y ampliamente comentada, y lo primero que podemos concluir es que la violencia suele funcionar, pero la responsabilidad de lo ocurrido no sólo es de los violentos, sino también, en distinto grado, de los que ceden a la presión violenta.

Creo que han fallado algunas cosas y se han puesto en clara evidencia otras, las estrategias.

Un alcalde, una corporación municipal, deberían tener muy claras las prioridades de su ciudad y sus habitantes. Si como se dice, en ese barrio se había cerrado una guardería pública, la población no estaba precisamente contenta con su situación y la crisis había hecho mella de manera sensible en ese barrio, los experimentos con gaseosa.

El alcalde dijo que “algo hemos tenido que hacer todos mal cuando una actuación que es positiva para los vecinos del entorno, éstos no lo han entendido así”. Evidentemente que algunas cosas se han tenido que hacer mal. En primer lugar, y empezando por el alcalde, actuar con cierta prepotencia ante los vecinos en los primeros momentos, paralizando las obras temporalmente cual repliegue de alas ante los primeros síntomas de violencia callejera después, y finalmente retirando el proyecto definitivamente, horas después de que el pleno del ayuntamiento acordara lo contrario. Pero estos errores políticos en ningún caso pueden justificar una ola de violencia en las calles. Es aquí donde han quedado claras algunas estrategias.

Las consecuencia inmediata ha sido la victoria de aquellos que enarbolan la bandera de lo que vienen llamando “democracia real” y que viene siendo la que practican un grupo de personas que aprovechando la protesta vecinal aparecen en el momento oportuno quemando contenedores y cajeros envueltos en banderas republicanas. 

Su estrategia se basa en buscar por todos los medios a su alcance, especialmente los violentos, deslegitimizar a las instituciones elegidas democráticamente, abolir el cumplimiento de las normas y el respeto a quien representa a la autoridad. Pasar de un sistema de monarquía parlamentaria al abismo donde impere la falta de normas, excepto las que ellos nos impongan.

Que una vez finalizado el conflicto y retirado el polémico proyecto, este movimiento asociativo desproporcionado decida continuar movilizándose al grito de “España entera es gamonalera”, jaleado también en las redes sociales con llamadas a que cunda el ejemplo, sólo persigue acabar con la legalidad por la vía de la coacción. Estamos ante un problema político o ideológico. Los profesionales de la desestabilización pretenden crear un falso conflicto y si pueden, extenderlo al resto de España. 

Esta situación de desafío a las instituciones del Estado, en los momentos que vivimos, supone todo un peligro y un reto. Estrategias de violencia, y cuidado, la violencia suele funcionar.

Estratexias "Gamonaleras"

Que unhas obras de mellora e urbanización dunha avenida nunha capital de provincia en España desen para tantos telexornais nunca o imaxinou.

A xestión da crise provocada por estas obras en Burgos sen dúbida foi analizada e amplamente comentada, e o primeiro que podemos concluír é que a violencia adoita funcionar, pero a responsabilidade do ocorrido non só é dos violentos, senón tamén, en distinto grado, dos que ceden á presión violenta.

Creo que fallaron algunhas cousas e puxéronse en clara evidencia outras, as estratexias.

Un alcalde, unha corporación municipal, deberían ter moi claras as prioridades da súa cidade e os seus habitantes. Si como se di, nese barrio pechouse unha gardería pública, a poboación non estaba precisamente contenta coa súa situación e a crise fixera mella de xeito sensible nese barrio, os experimentos con gaseosa.

O alcalde dixo que “algo habemos ter que facer todos mal cando unha actuación que é positiva para os veciños da contorna, estes non o entenderon así”. Evidentemente que algunhas cousas se han ter que facer mal. En primeiro lugar, e empezando polo alcalde, actuar con certa prepotencia ante os veciños nos primeiros momentos, paralizando as obras temporalmente cal repregue de ás ante os primeiros síntomas de violencia na rúa despois, e finalmente retirando o proxecto definitivamente, horas despois de que o pleno do concello acordase o contrario. Pero estes erros políticos en ningún caso poden xustificar unha ola de violencia nas rúas. É aquí onde quedaron claras algunhas estratexias.

As consecuencia inmediata foi a vitoria daqueles que sosteñen a bandeira do que veñen chamando “democracia real” e que vén sendo a que practican un grupo de persoas que aproveitando a protesta veciñal aparecen no momento oportuno queimando contedores e caixeiros envoltos en bandeiras republicanas. 

A súa estratexia baséase en buscar por todos os medios ao seu alcance, especialmente os violentos, deslexitimizar ás institucións elixidas democraticamente, abolir o cumprimento das normas e o respecto a quen representa á autoridade. Pasar dun sistema de monarquía parlamentaria ao abismo onde impere a falta de normas, excepto as que eles nos impoñan.

Que unha vez finalizado o conflito e retirado o polémico proxecto, este movemento asociativo desproporcionado decida continuar mobilizándose ao grito de “España enteira é gamonalera”, repetido tamén nas redes sociais con chamadas a que renda o exemplo, só persegue acabar coa legalidade pola vía da coacción. Estamos ante un problema político ou ideolóxico. Os profesionais da desestabilización pretenden crear un falso conflito e si poden, estendelo ao resto de España. 

Esta situación de desafío ás institucións do Estado, nos momentos que vivimos, supón todo un perigo e un reto. Estratexias de violencia, e coidado, a violencia adoita funcionar.

miércoles, 8 de enero de 2014

SSMM ya pasaron y Su Majestad el Rey regresó

Con el día de Reyes terminaron las fiestas navideñas. El último estuvo marcado por los nervios y las ilusiones de los más pequeños. Este año los Magos de Oriente, además de juguetes, han dejado un buen pellizco de dinero en nuestra provincia, en Monforte, que servirá para tapar agujeros y hacer la vida algo más fácil a los agraciados en el sorteo de El Niño.

Casi al mismo tiempo hacia aparición en la escena publica SM el Rey Don Juan Carlos. En estas mismas páginas he tenido ocasión de opinar públicamente sobre mi visión de la Corona en nuestra sociedad, y mantengo lo ya dicho. Soy consciente de que no son buenos tiempos para romper lanzas a favor de la Monarquía en España. En parte por deméritos propios, y en parte por la situación social que nos toca vivir.

Nadie es ajeno a las complejas situaciones que se han vivido y todavía se viven en la Casa del Rey, desde su accidente de caza muy lejos de España hasta el tremendo caso Urdangarín, pasando por sus delicados problemas de salud.

Sin embargo estoy convencido del importante papel que aquí y ahora puede y debe desempeñar nuestro Rey. Al igual que en los tiempos de Adolfo Suárez, en los que juntos trabajaron por devolver la democracia a España, ahora en situación convulsa y con desafíos soberanistas a la vuelta de la esquina es momento para que en tándem con Rajoy se frenen los desafíos separatistas y se garantice nuestro Estado de Derecho.

Las crisis económicas de mayor o menor calado son cíclicas y de todas ellas hemos sabido salir con enormes sacrificios, pero las que más cicatrices dejan y más me preocupan son las crisis institucionales y las de determinados valores sociales.

Pocas veces en nuestra reciente historia se ha cuestionado desde tantos lugares y por diferentes sectores, el papel de las instituciones del Estado y la figura de sus gobernantes. Pocas veces, por deméritos propios y ajenos, los representantes legítimos de los ciudadanos han estado peor valorados y más desarraigados de su entorno. 

En estas circunstancias es cuando las personas y el papel que tienen encomendado ganan protagonismo y relevancia. A pesar de las olas y las tormentas contra los barcos que portan los valores democráticos de este país, es más necesario que nunca que en el puente de mando se unan las personas con experiencia y capacidad para pilotar los necesarios y difícilmente aplazables consensos de Estado.

Esta semana Don Juan Carlos con 76 años recién cumplidos ha regresado a la vida oficial. Retoma su agenda como nos anunció en su discurso de Navidad, dispuesto a recobrar la confianza de los españoles en la Corona y a dar un nuevo y necesario impulso en la tarea de afrontar los retos que nuestro país tiene ahora mismo planteados, especialmente en la defensa de la Constitución y de nuestras Leyes.

En estas situaciones es donde se precisa de la unión de todas nuestras instituciones y no lo duden, el papel del Rey será fundamental en este año en el que nos jugamos mucho, y él lo sabe.

SSMM xa pasaron e a súa Maxestade El Rey regresou

Co día de Reis terminaron as festas navideñas. O último estivo marcado polos nervios e as ilusións dos máis pequenos. Este ano os Magos de Oriente, ademais de xoguetes, deixaron unha boa cantidade de diñeiro na nosa provincia, en Monforte, que servirá para tapar buracos e facer a vida algo máis fácil aos agraciados no sorteo do Neno.

Case ao mesmo tempo cara a aparición na escena publica SM El Rey Don Juan Carlos. Nestas mesmas páxinas tiven ocasión de opinar publicamente sobre a miña visión da Coroa na nosa sociedade, e manteño o xa dito. Son consciente de que non son bos tempos para romper lanzas a favor da Monarquía en España. En parte por deméritos propios, e en parte pola situación social que nos toca vivir.

Ninguén é alleo ás complexas situacións que se viviron e aínda se viven na Casa do Rey, desde o seu accidente de caza moi lonxe de España ata o tremendo caso Urdangarín, pasando polos seus delicados problemas de saúde.

Con todo estou convencido do importante papel que aquí e agora pode e debe desempeñar o noso Rey. Do mesmo xeito que nos tempos de Adolfo Suárez, nos que xuntos traballaron por devolver a democracia a España, agora en situación convulsa e con desafíos soberanistas ao virar a esquina é momento para que en tándem con Rajoy fréense os desafíos separatistas e garántase o noso Estado de Dereito.

As crises económicas de maior ou menor calado son cíclicas e de todas elas soubemos saír con enormes sacrificios, pero as que máis cicatrices deixan e máis me preocupan son as crises institucionais e as de determinados valores sociais.

Poucas veces na nosa recente historia hase cuestionado desde tantos lugares e por diferentes sectores, o papel das institucións do Estado e a figura das súas gobernantes. Poucas veces, por deméritos propios e alleos, os representantes lexítimos dos cidadáns estiveron peor valorados e máis desarraigados da súa contorna. 

Nestas circunstancias é cando as persoas e o papel que teñen encomendado gañan protagonismo e relevancia. Malia as olas e as tormentas contra os barcos que portan os valores democráticos deste país, é máis necesario que nunca que na ponte de mando únanse as persoas con experiencia e capacidade para pilotar os necesarios e dificilmente aplazables consensos de Estado.

Esta semana Don Juan Carlos con 76 anos recentemente cumpridos regresou á vida oficial. Retoma a súa axenda como nos anunciou no seu discurso de Nadal, disposto a recobrar a confianza dos españois na Coroa e a dar un novo e necesario impulso na tarefa de afrontar os retos que o noso país ten agora mesmo suscitados, especialmente na defensa da Constitución e das nosas Leis.

Nestas situacións é onde se precisa da unión de todas as nosas institucións e non o dubiden, o papel do Rey será fundamental neste ano no que nos xogamos moito, e el sábeo.