Que unas obras de mejora y urbanización de una avenida en una capital de provincia en España dieran para tantos telediarios nunca lo hubiese imaginado.
La gestión de la crisis provocada por estas obras en Burgos sin duda ha sido analizada y ampliamente comentada, y lo primero que podemos concluir es que la violencia suele funcionar, pero la responsabilidad de lo ocurrido no sólo es de los violentos, sino también, en distinto grado, de los que ceden a la presión violenta.
Creo que han fallado algunas cosas y se han puesto en clara evidencia otras, las estrategias.
Un alcalde, una corporación municipal, deberían tener muy claras las prioridades de su ciudad y sus habitantes. Si como se dice, en ese barrio se había cerrado una guardería pública, la población no estaba precisamente contenta con su situación y la crisis había hecho mella de manera sensible en ese barrio, los experimentos con gaseosa.
El alcalde dijo que “algo hemos tenido que hacer todos mal cuando una actuación que es positiva para los vecinos del entorno, éstos no lo han entendido así”. Evidentemente que algunas cosas se han tenido que hacer mal. En primer lugar, y empezando por el alcalde, actuar con cierta prepotencia ante los vecinos en los primeros momentos, paralizando las obras temporalmente cual repliegue de alas ante los primeros síntomas de violencia callejera después, y finalmente retirando el proyecto definitivamente, horas después de que el pleno del ayuntamiento acordara lo contrario. Pero estos errores políticos en ningún caso pueden justificar una ola de violencia en las calles. Es aquí donde han quedado claras algunas estrategias.
Las consecuencia inmediata ha sido la victoria de aquellos que enarbolan la bandera de lo que vienen llamando “democracia real” y que viene siendo la que practican un grupo de personas que aprovechando la protesta vecinal aparecen en el momento oportuno quemando contenedores y cajeros envueltos en banderas republicanas.
Su estrategia se basa en buscar por todos los medios a su alcance, especialmente los violentos, deslegitimizar a las instituciones elegidas democráticamente, abolir el cumplimiento de las normas y el respeto a quien representa a la autoridad. Pasar de un sistema de monarquía parlamentaria al abismo donde impere la falta de normas, excepto las que ellos nos impongan.
Que una vez finalizado el conflicto y retirado el polémico proyecto, este movimiento asociativo desproporcionado decida continuar movilizándose al grito de “España entera es gamonalera”, jaleado también en las redes sociales con llamadas a que cunda el ejemplo, sólo persigue acabar con la legalidad por la vía de la coacción. Estamos ante un problema político o ideológico. Los profesionales de la desestabilización pretenden crear un falso conflicto y si pueden, extenderlo al resto de España.
Esta situación de desafío a las instituciones del Estado, en los momentos que vivimos, supone todo un peligro y un reto. Estrategias de violencia, y cuidado, la violencia suele funcionar.
Estratexias "Gamonaleras"
Que unhas obras de mellora e urbanización dunha avenida nunha capital de provincia en España desen para tantos telexornais nunca o imaxinou.
A xestión da crise provocada por estas obras en Burgos sen dúbida foi analizada e amplamente comentada, e o primeiro que podemos concluír é que a violencia adoita funcionar, pero a responsabilidade do ocorrido non só é dos violentos, senón tamén, en distinto grado, dos que ceden á presión violenta.
Creo que fallaron algunhas cousas e puxéronse en clara evidencia outras, as estratexias.
Un alcalde, unha corporación municipal, deberían ter moi claras as prioridades da súa cidade e os seus habitantes. Si como se di, nese barrio pechouse unha gardería pública, a poboación non estaba precisamente contenta coa súa situación e a crise fixera mella de xeito sensible nese barrio, os experimentos con gaseosa.
O alcalde dixo que “algo habemos ter que facer todos mal cando unha actuación que é positiva para os veciños da contorna, estes non o entenderon así”. Evidentemente que algunhas cousas se han ter que facer mal. En primeiro lugar, e empezando polo alcalde, actuar con certa prepotencia ante os veciños nos primeiros momentos, paralizando as obras temporalmente cal repregue de ás ante os primeiros síntomas de violencia na rúa despois, e finalmente retirando o proxecto definitivamente, horas despois de que o pleno do concello acordase o contrario. Pero estes erros políticos en ningún caso poden xustificar unha ola de violencia nas rúas. É aquí onde quedaron claras algunhas estratexias.
As consecuencia inmediata foi a vitoria daqueles que sosteñen a bandeira do que veñen chamando “democracia real” e que vén sendo a que practican un grupo de persoas que aproveitando a protesta veciñal aparecen no momento oportuno queimando contedores e caixeiros envoltos en bandeiras republicanas.
A súa estratexia baséase en buscar por todos os medios ao seu alcance, especialmente os violentos, deslexitimizar ás institucións elixidas democraticamente, abolir o cumprimento das normas e o respecto a quen representa á autoridade. Pasar dun sistema de monarquía parlamentaria ao abismo onde impere a falta de normas, excepto as que eles nos impoñan.
Que unha vez finalizado o conflito e retirado o polémico proxecto, este movemento asociativo desproporcionado decida continuar mobilizándose ao grito de “España enteira é gamonalera”, repetido tamén nas redes sociais con chamadas a que renda o exemplo, só persegue acabar coa legalidade pola vía da coacción. Estamos ante un problema político ou ideolóxico. Os profesionais da desestabilización pretenden crear un falso conflito e si poden, estendelo ao resto de España.
Esta situación de desafío ás institucións do Estado, nos momentos que vivimos, supón todo un perigo e un reto. Estratexias de violencia, e coidado, a violencia adoita funcionar.
6 comentarios:
Los violentos toman la calle y los pacíficos sufrimos las consecuencias
Los mal llamados políticos, ya que ser político es otra cosa, son los que tienen desestabilizado el país. Se escandalizan porque se quema un contenedor y no se escandalizan porque haya gente que tiene que buscar restos de comida en los contenedores. Dice González Pons que ahora que se se ha solucionado la,prima de riesgo, hay que interesarse por los ciudadanos. La gente esta tan harta que hoy he visto escrita una frase: Quemad políticos y dejad en paz los contenedores". ¿Por qué será?
coincido con tu análisis Joaquín.
La calle se gana en las urnas y esas acreditan las políticas que se deben hacer y más cuando lo planificado estaba en el programa que ganó por mayoría las elecciones
Hola Sr. Diputado.
Muy clara su exposición: algo se ha hecho mal
Una pregunta para Vd ¿qué opinión le merece que el Sr. Montoro nombre a un ex Alcalde imputado por prevaricaicón urbanística desde 2010 como Subdelegado del Gobierno en Guadalajara?
Saludos, Fernando Jabonero
Tel 664347260
email: fernandojabonero@gmail.com
las elecciones y el "programa" que se somete a votación acreditan que el alcalde podría hebr hecho la reforma de Gamonal, otra cosa es el uso y la manipulaciópn que algunos hacen de ello.
Como bien sabemos la gente en general no está contenta, y hay un mensaje que ha calado, recortes, impunidad, etc
a todo esto le unimos que la izq más radical acerca el fuego a la mecha, y el resultado está claro.
Acaso alguien cree que en otras circunstancias esto habría sucedido?
no verdad?, pues eso
Suscribo hasta la última coma de este artículo.
Mi opinión personal es que, si bien esa reforma urbanística figuraba en el programa electoral del PP de Burgos (tengo entendido que el PSOE tb. la tenía incluida en el suyo) es bastante difícil de entender que se quisiera llevarla a cabo a la vez que se estaban haciendo recortes en servicios sociales. Por tanto, el alcalde no tuvo de entrada mucha vista y sensibilidad, y finalmente se vio forzado por los hechos, a los que se apuntan los sectores más radicales y antisistema de nuestro país.
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