El mejor balance y diagnostico de la realidad política que vivimos en España lo escuchamos del presidente Rajoy en su discurso de este pasado domingo en Valladolid: “Hemos pasado de la resignación a la esperanza, del desánimo a la confianza, del conformismo al reformismo”. Y es que estas verdades surgen de la reflexión y del recuerdo de la situación encontrada al llegar al gobierno, del repaso a todo lo acontecido en estos dos años, para no perder las referencias y recobrar la memoria, en ocasiones tan frágil.
Recordaba Rajoy como recibió un país al borde de la quiebra, con una deuda desbocada, altísimos intereses que pagar, proveedores que no cobraban de las administraciones, y empresas y autónomos desapareciendo a un ritmo galopante. Mientras, el paro seguía creciendo de manera catastrófica y las dudas se extendían sobre la posibilidad de pagar las pensiones o de hacer frente a los subsidios del desempleo.
Conviene recordarlo hoy, en aras a hacer justicia histórica y contrarrestar tanta falsedad interesada lanzada desde quienes de manera irresponsable nos llevaros primero a esa situación, no ayudaron después, rechazando las medidas para salir de ella, y ahora que se vislumbran los síntomas de recuperación, se instalan en la descalificación rutinaria como única estrategia.
Este gobierno consiguió frenar la caída evitando la ruina que hubiese supuesto el rescate de España, como así aconteció en nuestro vecino Portugal o en Grecia.
Hoy son muchos organismos internacionales y dirigentes de otros países, los que reconocen que en España las cosas están cambiando para bien y que lo que hicimos entre todos fue lo que había que hacer y no lo que resultaba más popular. Se hizo lo necesario para después, con el sacrificio de todos los españoles, comenzar a caminar nuevamente en la buena dirección.
Pero aquí, en casa, todavía hay dirigentes políticos que no quieren reconocerlo. Primero criticaron todas las medidas que se aprobaron, después recurrieron muchas de ellas ante el Constitucional, y día tras día nos recuerdan que cuando vuelvan a gobernar, derogaran todas ellas, sin olvidar que también eran firmes partidarios de que se pidiera nuestro rescate.
Muchos basan toda su estrategia en las consignas de su Partido, aunque la realidad vaya por otro sendero, Les preocupa muy poco el futuro de la gente y por ello prefieren sembrar incertidumbre y con ello desánimo, porque de lo que más se preocupan es del rédito electoral.
Estas actitudes además de no ayudar a la recuperación, contribuyen al desprestigio de la política, a que los ciudadanos, hartos de tantas descalificaciones y de ver lo poco que se arrima el hombro en beneficio del interés general, desconfíen cada día más de nosotros y de las instituciones.
Por ello Rajoy de manera acertada les pidió a estos profetas del Apocalipsis que se reconozca el merito de tanto sacrificio y no se oculte la verdad de la recuperación como antes ocultaron la del hundimiento.
Les cuesta reconocer lo que muchos ya proclaman a los cuatro vientos. Son esclavos de sus propias consignas.
Escravos das súas consignas
O mellor balance e diagnóstico da realidade política que vivimos en España escoitámolo do presidente Rajoy no seu discurso deste pasado domingo en Valladolid: “pasamos da resignación á esperanza, do desánimo á confianza, do conformismo ao reformismo”. E é que estas verdades xorden da reflexión e do recordo da situación atopada ao chegar ao goberno, do repaso a todo o acontecido nestes dous anos, para non perder as referencias e recobrar a memoria, en ocasións tan fráxil.
Recordaba Rajoy como recibiu un país ao bordo de crébaa, cunha débeda desbocada, altísimos intereses que pagar, provedores que non cobraban das administracións, e empresas e autónomos desaparecendo a un ritmo galopante. Mentres, o paro seguía crecendo de xeito catastrófica e as dúbidas estendíanse sobre a posibilidade de pagar as pensións ou de facer fronte aos subsidios do desemprego.
Convén recordalo hoxe, en aras a facer xustiza histórica e contrarrestar tanta falsidade interesada lanzada desde quen de xeito irresponsable levarnos vos primeiro a esa situación, non axudaron despois, rexeitando as medidas para saír dela, e agora que se albiscan os síntomas de recuperación, instálanse na descalificación rutineira como única estratexia.
Este goberno conseguiu frear a caída evitando a ruína que supuxese o rescate de España, como así aconteceu no noso veciño Portugal ou en Grecia.
Hoxe son moitos organismos internacionais e dirixentes doutros países, os que recoñecen que en España as cousas están cambiando para ben e que o que fixemos entre todos foi o que había que facer e non o que resultaba máis popular. Fíxose o necesario para despois, co sacrificio de todos os españois, comezar a camiñar novamente na boa dirección.
Pero aquí, en casa, aínda hai dirixentes políticos que non queren recoñecelo. Primeiro criticaron todas as medidas que se aprobaron, despois recorreron moitas delas ante o Constitucional, e día tras día recórdannos que cando volvan gobernar, derrogasen todas elas, sen esquecer que tamén eran firmes partidarios de que se pedise o noso rescate.
Moitos basean toda a súa estratexia en consígnalas do seu Partido, aínda que a realidade vaia por outro carreiro, Preocúpalles moi pouco o futuro da xente e por iso prefiren sementar incerteza e con iso desánimo, porque do que máis se preocupan é do rédito electoral.
Estas actitudes ademais de non axudar á recuperación, contribúen ao desprestixio da política, a que os cidadáns, fartos de tantas descualificacións e de ver o pouco que se arrima o ombreiro en beneficio do interese xeral, desconfíen cada día mais de nós e das institucións.
Por iso Rajoy de xeito acertado pediulles a estes profetas do Apocalipsis que se recoñeza o mérito de tanto sacrificio e non se oculte a verdade da recuperación como antes ocultaron a do afundimento.
Cústalles recoñecer o que moitos xa proclaman aos catro ventos. Son escravos dos seus propias consignas.
5 comentarios:
estamos en el camino correcto Joaquín, y es cierto que con esfuerzo y sacrificio, pero no lo es menos que con la dirección del PP al frente de un barco que iba hacia los escollos del rescate y la ruptura total.
Y todo ello sin contar con quien antes mandaba el barco, sin ellos y lo que es peor, haciendo lo posible para que fracasásemos
Si seguimos en esta senda que nos hemos marcado, saldremos.
Ánimo
Coincido amigo Joaquín
Bo artigo
moita sorte que esto ainda está medio a flote xD
A ver se de unha vez por todas os señores apoltronados na negación sistemática van calando a boca, asumen que teñen novo capitán na ponte, collen os remos e se poñen en faena para levar entre todos este barco a bon porto...
Moito ánimo Joaquín, saúdos e bos ventos.
Aunque no lo parezca, el Gobierno del PP ha llevado a cabo la mejor política social posible: evitar la quiebra y el rescate. A ver si en 2014 empezamos a irlo notando los ciudadanos.
Sin embargo, y permíteme, Joaquín, que ejerza de abogado del diablo, hay una cosa que me sigue preocupando: el endeudamiento público, que no ha hecho más que seguir aumentando en estos dos años. Yo espero que esto no siga así y que empiece más pronto que tarde su reducción para que no acabe convirtiéndose en una imparable bola de nieve.
concordamos
bo artigo Joaquín, os de a todo que non, nin caso, xa logo os cidadáns han poñelos no seu sitio
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