Entre todo lo leído en los últimos días me quedo, para tratar en este breve espacio, con una conferencia pronunciada en Madrid por el Catedrático de Economía en la Universidad de Pensilvania, Profesor Fernández-Villaverde. Entre los problemas que tenemos mencionaba la estructura institucional que adolece de eficacia, junto a otros como un agudo envejecimiento demográfico, el fortísimo endeudamiento privado, el disparado déficit publico, los 750.000 jóvenes españoles que ni estudian ni trabajan, y el que un alto segmento de la población todavía no haya interiorizado la gravedad de nuestra situación.
Refiriéndose al problema de la estructura de nuestras instituciones el conferenciante ilustraba los cambios que proponía con sencillos ejemplos y comparaciones con otros países. Así, mientras aquí tenemos miles de alcaldes, en muchas ciudades americanas cuentan con auténticos gestores bien pagados que se dedican a resolver los problemas propios de una comunidad y no a debatir en el ámbito municipal si el ayuntamiento esta a favor o en contra de la ampliación de la Unión Europea, del aborto o de la política antiterrorista. Resuelven los problemas de sus vecinos.
Aquí elegimos personas altamente politizadas, muchas veces sin experiencia profesional, pública o privada, y la sociedad parece preocuparse únicamente de que cuanto menos cobren, mejor, y no de que hagan bien su trabajo.
Pero los problemas en la selección de responsables de lo público también afecta a los altos cargos del Estado. Mientras nosotros seguimos empeñados en los sistemas de oposiciones que valoran únicamente la capacidad para memorizar temas, en otros países se trata de evaluar la flexibilidad y la capacidad de dirección de las personas. En Inglaterra para seleccionar a los altos miembros de su funcionariado en lugar de tener que aprenderse 250 temas de oposición se les entrevista, se les dan correos electrónicos y se mide su capacidad para procesarlos, presentar la información de manera adecuada y proponer soluciones a los problemas planteados en esos casos prácticos.
Otro ejemplo, en USA los rectores de las universidades no se votan y eligen en función de su ideología. Allí son seleccionados por comités de notables que tras examinar currículos y realizar entrevistas, trasladan su elección al gobernador del estado que lo ratifica sin preguntar si es de izquierdas o de derechas, porque lo que le importa es que sea una persona con talento y la mejor posible para gestionar una universidad.
Mientras no seamos capaces de despolitizar la administración y las principales instituciones, nombrando para los puestos de responsabilidad a los más preparados, difícil será la tarea de mejorar nuestra estructura institucional.
A ello, e igualmente difícil, abría que sumar el adelgazamiento de todo el aparato burocrático, evitando las duplicidades y el elevadísimo número de ayuntamientos y empresas públicas.
Si no lo hacemos, ni seremos sensatos ni estaremos a la altura de las circunstancias.
A estrutura institucional
Entre todo o lido nos últimos días quédome, para tratar neste breve espazo, cunha conferencia pronunciada en Madrid polo Catedrático de Economía na Universidade de Pensilvania, Profesor Fernández-Villaverde. Entre os problemas que temos mencionaba a estrutura institucional que adoece de eficacia, xunto a outros como un agudo envellecemento demográfico, o fortísimo endebedamento privado, o disparado déficit publico, os 750.000 mozos españois que nin estudan nin traballan, e o que un alto segmento da poboación aínda non haxa interiorizado a gravidade da nosa situación.
Referíndose ao problema da estrutura das nosas institucións o conferenciante ilustraba os cambios que propuña con sinxelos exemplos e comparacións con outros países. Así, mentres aquí temos miles de alcaldes, en moitas cidades americanas contan con auténticos xestores ben pagados que se dedican a resolver os problemas propios dunha comunidade e non a debater no ámbito municipal se o concello esta a favor ou en contra da ampliación da Unión Europea, do aborto ou da política antiterrorista. Resolven os problemas dos seus veciños.
Aquí eliximos persoas altamente politizadas, moitas veces sen experiencia profesional, pública ou privada, e a sociedade parece preocuparse unicamente de que canto menos cobren, mellor, e non de que fagan ben o seu traballo.
Pero os problemas na selección de responsables do público tamén afecta aos altos cargos do Estado. Mentres nós seguimos empeñados nos sistemas de oposicións que valoran unicamente a capacidade para memorizar temas, noutros países trátase de avaliar a flexibilidade e a capacidade de dirección das persoas. En Inglaterra para seleccionar aos altos membros do seu funcionariado en lugar de ter que aprenderse 250 temas de oposición entrevístaselles, dánselles correos electrónicos e mídese a súa capacidade para procesalos, presentar a información de xeito adecuado e propor solucións aos problemas expostos neses casos prácticos.
Outro exemplo, en USA os reitores das universidades non se votan e elixen en función da súa ideoloxía. Alí son seleccionados por comités de notables que tras examinar currículos e realizar entrevistas, trasladan a súa elección ao gobernador do estado que o ratifica sen preguntar se é de esquerdas ou de dereitas, porque o que lle importa é que sexa unha persoa con talento e a mellor posible para xestionar unha universidade.
Mentres non sexamos capaces de despolitizar a administración e as principais institucións, nomeando para os postos de responsabilidade aos máis preparados, difícil será a tarefa de mellorar a nosa estrutura institucional.
A iso, e igualmente difícil, abría que sumar o adelgazamento de todo o aparello burocrático, evitando as duplicidades e o elevadísimo número de concellos e empresas públicas.
Se non o facemos, nin seremos sensatos nin estaremos á altura das circunstancias.
2 comentarios:
@Quin1954
El profesor Fernández Villaverde es uno de los mejores economistas de este país. Lo sigo desde hace un tiempo a través de uno de los mejores blogs de Economía - "Nada es Gratis" - en el que también escribe Luis Garicano, Catedrático de la London School of Economics.
Un abrazo
Por lo demás, a tus comentarios sólo puedo añadir: amén.
Un abrazo
Publicar un comentario