domingo, 15 de marzo de 2009

Castigo y premio en las urnas gallegas

Después de celebrarse unas elecciones, además de las alegrías de los ganadores y los reproches entre los perdedores, siempre llega el momento de los balances.

Lejos de analizar el número de escaños por cada partido o su reparto en provincias, lo primero que quiero decir es que el resultado electoral gallego tiene mucho de castigo y también mucho de premio.

Hablo de castigar, porque no hace ni cuatro años dos partidos políticos, que no habían ganado las elecciones, se auparon al poder y llevaron su obsesión común al Diario Oficial de Galicia: borrar del mapa todo lo que oliera o recordara al periodo de gobierno de 16 años del Partido Popular.

Los gallegos castigaron la falta de respuesta a la confianza dada, castigaron tanto fraude tras las expectativas generadas.

Fue tal esa obsesión que PSOE y BNG se olvidaron de las preocupaciones y problemas urgentes de los gallegos, y los ocultaron tras una forma de actuar de un gobierno repartido en mitades, obsesionado en sacar rentabilidad partidista de las siglas de ambos socios sin importar la coordinación, el ajuste del gasto a la realidad social o las prioridades de Galicia.

A esta obsesión y forma de actuar se sumó un regusto por el “bon vivan” de los nuevos ricos en el poder. Hemos vivido ejemplos suficientes para no dedicar ni una línea a enrojecer nuestra memoria.

Por estas y otras razones, el pueblo gallego decidió castigar tanta falta de sensibilidad y descoordinación entre los miembros del gobierno, durante largo tiempo perdidos en luchas internas y alejados de la realidad que se vive en las miles de parroquias gallegas del interior y de la costa.

Pero la noche del 1 de marzo, dejó resultados también en positivo: el premio.

En primer lugar, al trabajo de un partido en la oposición más preocupado de Galicia que de obstaculizar la labor de gobierno (ya se obstaculizaban bastante entre ellos). En segundo lugar, se reconoció a un candidato magnífico que dedicó estos últimos años a patearse toda Galicia, conocer a sus gentes, sus problemas e ilusiones para, finalmente, asumir compromisos realistas y solemnes, nada electorales. Y, en tercer término, el recuerdo de la labor realizada, con sus fallos incluidos, durante los años en que el PP gobernó Galicia.

Este trabajo cobra importancia cuando los momentos que vivimos, y los que todavía quedan por superar, son momentos duros, difíciles y sólo aptos para personas con ganas de poner toda la carne en el asador y tirar del carro hasta que no queden fuerzas.

Feijóo empieza bien: llamando, a pesar de su mayoría absoluta, a todas las fuerzas políticas y sociales a remar juntos. Él y su gobierno nos marcarán la dirección, trabajarán sin horario y estoy seguro de que, cuando se equivoquen, que alguna vez lo harán, sabrán pedir perdón y rectificar.


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Castigo e premio nas urnas galegas

Logo de celebrarse unhas eleccións, ademais das alegrías dos gañadores e os reproches entre os perdedores, sempre chega o momento dos balances.

Lonxe de analizar o número de escanos por cada partido ou a súa repartición en provincias, o primeiro que quero dicir é que o resultado electoral galego ten moito de castigo e tamén moito de premio.

Falo de castigar, porque non fai nin catro anos dous partidos políticos, que non gañaran as eleccións, levantáronse ao poder e levaron a súa obsesión común ao Diario Oficial de Galicia: borrar do mapa todo o que cheirase ou recordase ao período de goberno de 16 anos do Partido Popular.

Os galegos castigaron a falta de resposta á confianza dada, castigaron tanto fraude tras as expectativas xeradas.

Foi tal esa obsesión que PSOE e BNG esquecéronse das preocupacións e problemas urxentes dos galegos, e ocultáronos tras unha forma de actuar dun goberno repartido en metades, obsesionado en sacar rendibilidade partidista das siglas de ambos os socios sen importar a coordinación, o axuste do gasto á realidade social ou as prioridades de Galicia.

A esta obsesión e forma de actuar sumouse un resaibo polo "bon vivan" dos novos ricos no poder. vivimos exemplos suficientes para non dedicar nin unha liña a arroibar a nosa memoria.

Por estas e outras razóns, o pobo galego decidiu castigar tanta falta de sensibilidade e descoordinación entre os membros do goberno, durante longo tempo perdidos en loitas internas e afastados da realidade que se vive nas miles de parroquias galegas do interior e da costa.

Pero a noite do 1 de marzo, deixou resultados tamén en positivo: o premio.

En primeiro lugar, ao traballo dun partido na oposición máis preocupado de Galicia que de obstaculizar o labor de goberno (xa se obstaculizaban bastante entre eles). En segundo lugar, recoñeceuse a un candidato magnífico que dedicou estes últimos anos a patearse toda Galicia, coñecer ás súas xentes, os seus problemas e ilusións para, finalmente, asumir compromisos realistas e solemnes, nada electorais. E, en terceiro termo, o recordo do labor realizado, cos seus fallos incluídos, durante os anos en que o PP gobernou Galicia.

Este traballo cobra importancia cando os momentos que vivimos, e os que aínda quedan por superar, son momentos duros, difíciles e só aptos para persoas con ganas de pór toda a carne no asador e tirar do carro ata que non queden forzas.

Feijóo empeza ben: chamando, a pesar da súa maioría absoluta, a todas as forzas políticas e sociais a remar xuntos. El e o seu goberno marcarannos a dirección, traballarán sen horario e estou seguro de que, cando se equivoquen, que algunha vez farano, saberán pedir perdón e rectificar.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay quien ya hecha de menos la "sopa boba".

Hablo de Callón, el de la Mesa para la imposición lingüística.

Que fácil vivir del cuento y que te llenen los bolsillos.

Hoy anuncia que en los últimos años ha aumentado en 10 puntos el porcentaje de gallegos que solo habla castellano, y llama a una movilización general para acudir a las manifestaciones que convoca para Mayo.

Esto me sugiere solo cuatro posibilidades:

1- Este es un INEPTO, pues con todo el dinero que gastó en adoctrinamientos, y toda la presión que ejercieron, lo único que consiguió es que los gallegos tomaran el camino contrario.

2- Miente en las cifras para crear confusión y manipular a los ciudadanos.

3- Le entró el canguelo de quedarse sin subvenciones.

4- Le importa un bledo la democracia, lo que piensen los gallegos. Aquí solo valen sus ideas.