Cuando acaba de finalizar la IX Legislatura de nuestro periodo democrático empiezan los balances de estos casi ocho años gobernados por la misma persona. Era obligado que en las tertulias entre amigos casi todos quisieran saber y conocer mi impresión personal sobre Zapatero. Siempre fui, y los que no me conocen personalmente lo podrán constatar por los casi cien artículos ya publicados en estas mismas páginas, que no soy dado al insulto ni a la utilización de palabras soeces u ofensivas. Por ello en aquellas ocasiones me costaba decir que cuando salía a la tribuna o contestaba cada miércoles desde su escaño, aquel personaje me parecía un bobo.
Hace unos días pudimos leer un articulo de Pérez Reverte publicado en el XL Semanal que bajo el titulo “sobre imbéciles y malvados” dedicaba todo un repertorio de descalificativos que yo nunca hubiese tenido el valor de escribir en estas ni en otras páginas de opinión, pero que viniendo de pluma tan ilustre me animo a reproducir en este momento.
Decía Reverte en su artículo que “El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás.” Y añadía “Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted”.
Con el paso del tiempo fui cambiando mi apreciación sobre nuestro todavía Presidente, para decirles a mis contertulios que más que bobo me empezaba a parecer mala persona. Pues bien, si yo no me atrevía a decirlo en público, Pérez Reverte lo borda y aunque su calificativo como imbécil difiere ligeramente del de bobo, el de mala persona él lo clava llamándole malvado, y en un rotundo párrafo nos describe a la perfección ese paso de imbécil a malvado. Lean, lean: “El paso de imbécil a malvado lo dio usted en otros aspectos que en su partido conocen de sobra, aunque hasta hace poco silbaran mirando a otro lado. Sin el menor respeto por la verdad ni la lealtad, usted mintió y traicionó a todos”.
Finalmente puestos a pensar que es peor si tener un gobernante imbécil o malvado, también recurriré a Reverte para que sea él quien nos saque de dudas: “Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados. Precisamente por imbécil.”
Por suerte para los españoles, estos y otros calificativos pronto serán parte de la Historia.
De imbécil a malvado
Cando acaba de finalizar a IX Lexislatura do noso período democrático empezan os balances destes case oito anos gobernados pola mesma persoa. Era obrigado que nos faladoiros entre amigos case todos quixesen saber e coñecer a miña impresión persoal sobre Zapatero. Sempre fun, e os que non me coñecen persoalmente poderano constatar polos case cen artigos xa publicados nestas mesmas páxinas, que non son dado ao insulto nin á utilización de palabras soeces ou ofensivas. Por iso naquelas ocasións custábame dicir que cando saía á tribuna ou contestaba cada mércores desde o seu escano, aquel personaxe parecíame un bobo.
Fai uns días puidemos ler un articulo de Pérez Reverte publicado no XL Semanal que baixo o titulo “sobre imbéciles e malvados” dedicaba todo un repertorio de descualificativos que eu nunca tería o valor de escribir nestas nin noutras páxinas de opinión, pero que vindo de pluma tan ilustre anímome a reproducir neste momento.
Dicía Reverte no seu artigo que “El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás.” E engadía “Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted”.
Co paso do tempo fun cambiando a miña apreciación sobre o noso aínda Presidente, para dicirlles aos meus interlocutores que máis que bobo empezábame a parecer mala persoa. Pois ben, se eu non me atrevía a dicilo en público, Pérez Reverte o borda e aínda que o seu cualificativo como imbécil difire lixeiramente do de bobo, o de mala persoa el crávao chamándolle malvado, e nun rotundo parágrafo descríbenos á perfección ese paso de imbécil a malvado. Lean, lean: “El paso de imbécil a malvado lo dio usted en otros aspectos que en su partido conocen de sobra, aunque hasta hace poco silbaran mirando a otro lado. Sin el menor respeto por la verdad ni la lealtad, usted mintió y traicionó a todos”.
Finalmente postos a pensar que é peor se ter un gobernante imbécil ou malvado, tamén recorrerei a Reverte para que sexa el quen nos saque de dúbidas: “Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados. Precisamente por imbécil.”
Por sorte para os españois, estes e outros cualificativos pronto serán parte da Historia.
1 comentarios:
Si como siempre mi escritor preferido le pone nombre de la calle a la realidad, estos señores que nos han gobernado nos han arruinado y ahora tratan de decir eso yo no sabia nada de nada, pero resulta que se quieren adjudicar lo de ETA, haber lo sabian o no, o es simplemente otra nueva tomadura de pelo, la habitual como cuando dicen que desde la izquierda se aumenta el gasto social, BUENO ES CIERTO HAY MAS GENTE COBRANDO EL PARO Y SIN TENER QUE COMER, a lo mejor es mucho mejor pagar sueldos por trabajo y bienestar social que tener gente en el paro.
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