Cada vez que llega esta fecha y me toca soplar las velas reflexiono sobre el paso del tiempo, sobre la velocidad e intensidad con que cada uno vive su vida. Es muy frecuente escuchar expresiones como “estos años se me han pasado volando” o recomendaciones a los más jóvenes para que aprovechen y disfruten de esos años porque “cuando te des cuenta se han pasado los años, esto va muy rápido”. Reflexiones relativas y que cada uno hacemos a nuestra manera y que dependen en gran medida del enfoque de la vida, optando entre la rutina o la búsqueda constante de nuevas vivencias o experiencias.
En todo caso, lo que sí está demostrado es
que con frecuencia se vive en modo piloto automático, inmersos en la rutina,
rememorando los errores cometidos en el pasado y anticipando en nuestros
pensamientos los problemas que nos encontraremos en el futuro, preocupándonos
por cosas que no existen y que en la mayoría de las ocasiones nunca llegan a
ocurrir, y actuando así nos olvidamos de vivir y disfrutar el presente, el aquí
y el ahora.
El cuento “El buscador” de Jorge Bucay nos
narra la historia de un hombre para quien su vida es una búsqueda. Un día en un
pueblo lejano descubrió un lugar donde habían muchas piedras blancas con
inscripciones que contenían el nombre de las personas y el tiempo que habían vivido
“Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días” o la de “Lamar Kalib,
vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. Se sintió conmocionado porque pudo
comprobar que el que más tiempo había vivido apenas sobrepasaba 11 años. El
cuidador de aquel curioso cementerio le ofreció la explicación. “Cuando un joven cumple quince años, sus
padres le regalan una libreta, y es tradición entre nosotros que, a partir de
entonces, cada vez que disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote
en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado, a la derecha, cuánto tiempo
duró ese gozo. Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y
sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ése
es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido”.
Como dijo Jacinto Benavente “La vida es como un viaje por mar, hay días
de calma y días de borrasca. Lo importante es ser un buen capitán de nuestro
barco” Ahora vivimos tiempos de borrascas, pero la manera en la que como
capitanes de nuestro barco afrontemos las olas y vientos serán claves para que
los años vividos se acerquen a los tiempos realmente disfrutados.
Hay quien se empeña en añorar
constantemente sus años de juventud, olvidando la experiencia adquirida durante
el paso de los años. Los 25 años ya no vuelven pero ahora tenemos nuestras
mochilas cargadas de experiencia y sabiduría. ¨La mala noticia es que el tiempo vuela, la buena noticia es que tú eres
el piloto” (Michael Althuler)
Hoy me toca a mí soplar las velas de un
nuevo cumpleaños. Lo quiero hacer consciente de lo que hago en el momento
presente, aplicarme aquellos consejos del sabio que decía “cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando
hablo contigo, sólo hablo contigo.”
No hay mejor receta, ser conscientes de lo que hacemos en el momento, disfrutar cada minuto de estar vivos. Hoy soplaré las velas.
Soprar as candeas
Cada vez que chega
esta data e me toca soprar as candeas reflexiono sobre o paso do tempo, sobre a
velocidade e intensidade con que cada un vive a súa vida. É moi frecuente
escoitar expresións como “estes anos
pasáronseme voando” ou recomendacións aos máis novos para que aproveiten e
gocen deses anos porque “cando te deas
conta pasáronse os anos, isto vai moi rápido”. Reflexións relativas e que
cada un facemos á nosa maneira e que dependen en gran medida do enfoque da
vida, optando entre a rutina ou a procura constante de novas vivencias ou
experiencias.
En todo caso, o que
si está demostrado é que con frecuencia vívese en modo piloto automático,
inmersos na rutina, rememorando os erros cometidos no pasado e anticipando nos
nosos pensamentos os problemas que nos atoparemos no futuro, preocupándonos por
cousas que non existen e que na maioría das ocasións nunca chegan a ocorrer, e
actuando así nos esquecemos de vivir e gozar o presente, o aquí e o agora.
O conto “O
buscador” de Jorge Bucay nárranos a
historia dun home para quen a súa vida é unha procura. Un día nun pobo afastado
descubriu un lugar onde habían moitas pedras brancas con inscricións que
contiñan o nome das persoas e o tempo que viviran “Bidueiro Tare, viviu 8 anos, 6 meses, 2 semanas e 3 días” ou a de “
Lamar
Kalib, viviu 5 anos, 8 meses e 3 semanas”. Sentiu conmocionado
porque puido comprobar que o que máis tempo vivira apenas excedía 11 anos. O
coidador daquel curioso cemiterio ofreceulle a explicación. “Cando un mozo cumpre quince anos, os seus pais
regálanlle un caderno, e é tradición entre nós que, a partir de entón, cada vez
que goza intensamente de algo, abra o caderno e anote nela: á esquerda, que foi
o gozado, á dereita, canto tempo durou ese gozo. Cando alguén morre, é o noso
costume abrir o seu caderno e sumar o tempo do gozado, para escribilo sobre a
súa tumba. Porque ese é, para nós, o único e verdadeiro tempo vivido”.
Como dixo Jacinto
Benavente “A vida é como unha viaxe por
mar, hai días de calma e días de borrasca. O importante é ser un bo capitán do
noso barco” Agora vivimos tempos de borrascas, pero a maneira na que como
capitáns do noso barco afrontemos as ondas e ventos serán claves para que os
anos vividos achéguense aos tempos realmente gozados.
Hai quen se empeña
en estrañar constantemente os seus anos de mocidade, esquecendo a experiencia
adquirida durante o paso dos anos. Os 25 anos xa non volven pero agora temos as
nosas mochilas cargadas de experiencia e sabedoría. ¨A mala noticia é que o tempo voa, a boa noticia é que ti es o piloto”
(Michael Althuler)
Hoxe tócame a min
soprar as candeas duns novos aniversarios. Quéroo facer consciente do que fago
no momento presente, aplicarme aqueles consellos do sabio que dicía “cando como, simplemente como; durmo cando
estou a durmir, e cando falo contigo, só falo contigo.”
Non hai mellor
receita, ser conscientes do que facemos no momento, gozar cada minuto de estar
vivos. Hoxe soprarei as candeas.
0 comentarios:
Publicar un comentario