Que los actuales tiempos no son buenos para la imagen pública de la política y los políticos es algo que no necesita comentarios.
Si a este panorama le sumamos la sensación de circo mediático en el que algunos están empeñados en convertir las instituciones responsables de legislar, la situación es cuando menos preocupante por sus imprevisibles consecuencias.
Me llamarán clasista y cosas más gruesas, pero empezando por la indumentaria utilizada por alguna de sus señorías y terminando por sus gestos, expresiones y comportamientos, de éstos y de algunos de los presentes en las tribunas de invitados, las considero equivocadas y su permisividad inadecuada.
El color de la camiseta y los eslóganes se van modificando pero el guion es siempre parecido. Un discurso demagógico y falto de rigor acompañado de invitados “ad hoc” que calientan el ambiente, aumentan la presión y consiguen finalmente la foto adecuada.
La última escena de este guion circense la representaron la pasada semana miembros del colectivo FEMEN cuando, exhibiendo sus cuerpos semidesnudos, gritaban encaramadas a la barandilla de la tribuna: “aborto es sagrado”.
Es evidente que en la mayoría de los casos y con la colaboración del enfoque mediático sensacionalista y comercialmente rentable, la percepción del ciudadano se queda en el titular y en la foto curiosa del debate y pocas veces en el contenido y en las medidas aprobadas.
Sin duda alguna todo esto forma parte de una estrategia, porque la parte circense hace fijar la atención en lo secundario y olvidar lo importante. Se van tapando los logros obtenidos por el gobierno y el conjunto de la sociedad para hablar solamente de los nuevos problemas accesorios que se van introduciendo en ese guion.
Las instituciones deben exigir un mínimo de decoro y saber estar. Aquello que de pequeños a algunos nos enseñaban en casa y en la escuela, la urbanidad. Si en muchos lugares se impide entrar en chanclas y vestidos de cualquier manera, en la casa que representa la soberanía popular el nivel de exigencia no debería estar a la altura de una piscina pública, ni tampoco permitir que se confunda el escenario de un mitin de campaña con la tribuna de oradores en una intervención a favor o en contra de las propuestas políticas de cada cual.
En esto también ocurre como en el circo, que lo que te queda grabado es el redoble de tambor previo al salto mortal de los equilibristas o las gracias y canciones de los payasos, mientras que del domador y de los malabaristas poco recordamos.
Aquí nos olvidamos, con la ayuda inestimable de muchos medios de comunicación, del contenido de las leyes que se aprueban y nos quedamos con la foto de los pechos y las camisetas de quienes actúan como actores invitados o como protagonistas de este tipo de guion.
Ahora el Congreso tiene goteras, como si en lugar de una buena cubierta tuviera una carpa. Entre luces y taquígrafos el escenario adecuado para un guion circense.
Guión circense
Que os actuais tempos non son bos para a imaxe pública da política e os políticos é algo que non necesita comentarios.
Si a este panorama sumámoslle a sensación de circo mediático no que algúns están empeñados en converter as institucións responsables de lexislar, a situación é cando menos preocupante polas súas imprevisibles consecuencias.
Chamaranme clasista e cousas máis grosas, pero empezando pola indumentaria utilizada por algunha das súas señorías e terminando polos seus xestos, expresións e comportamentos, destes e dalgúns dos presentes nas tribunas de invitados, considéroas equivocadas e a súa permisividade non axeitada.
A cor da camiseta e os slogans vanse modificando pero o guión é sempre parecido. Un discurso demagóxico e falto de rigor acompañado de invitados “ad hoc” que quentan o ambiente, aumentan a presión e conseguen finalmente a foto adecuada.
A última escena deste guión circense representárona a pasada semana membros do colectivo FEMEN cando, exhibindo os seus corpos medio espidos, gritaban encaramadas á tribuna: “aborto é sagrado”.
É evidente que na maioría dos casos e coa colaboración do enfoque mediático sensacionalista e comercialmente rendible, a percepción do cidadán quédase no titular e na foto curiosa do debate e poucas veces no contido e nas medidas aprobadas.
Sen ningunha dúbida todo isto forma parte dunha estratexia, porque a parte circense fai fixar a atención no secundario e esquecer o importante. Vanse tapando os logros obtidos polo goberno e o conxunto da sociedade para falar soamente dos novos problemas accesorios que se van introducindo nese guión.
As institucións deben esixir un mínimo de decoro e saber estar. Aquilo que de pequenos a algúns nos ensinaban en casa e na escola, a urbanidade. Si en moitos lugares impídese entrar en chanclas e vestidos de calquera xeito, na casa que representa a soberanía popular o nivel de esixencia non debería estar á altura dunha piscina pública, nin tampouco permitir que se confunda o escenario dun mitin de campaña coa tribuna de oradores nunha intervención a favor ou en contra das propostas políticas de cada cal.
Nisto tamén ocorre como no circo, que o que che queda gravado é o redobre de tambor previo ao salto mortal dos equilibristas ou as grazas e cancións dos pallasos, mentres que do domador e dos malabaristas pouco recordamos.
Aquí esquecémonos, coa axuda inestimable de moitos medios de comunicación, do contido das leis que se aproban e quedámonos coa foto dos peitos e as camisetas de quen actúan como actores invitados ou como protagonistas deste tipo de guión.
Agora o Congreso ten goteiras, coma se en lugar dunha boa cuberta tivese unha carpa. Entre luces e taquígrafos o escenario adecuado para un guión circense.
7 comentarios:
totalmente de acuerdo, las instituciones no son para el circo, son para lo que son.
Buen artículo amigo Joaquín. A seguir trabajando y pasar de esta gente que solo quiere desviar la atención del trabajo que se hace.
Bo artigo Joaquín.
Saúdos
Esas que se fan chamar feministas, logo enseñan as súas partes íntimas para reivindicar algo para elas moi importante e lexítimo.
Creo que non merecen nin un minuto mais do meu tempo.
É evidente que para asegurar o futuro hai que organizar o presente.
Os que critican estes feitos, son aqueles que cando gobernan fan que o país caia a límites catastróficos.
Cabe lembrar que froito da súa xestión é o que estamos vivindo.
Totalmente dacordo coa vosa política.
un artigo atinado, Joaquín, nervangantes, recórdote, que se estades a chegar a ese estreno é por que o permitides, actitudes coma a de Beiras, fan que os parlamentos convertanse en TABERNAS, e sodes vos os responsables de non permitir estas actitudes
Como de costumbre, Joaquín, aciertas en la valoración de un asunto que sólo busca salir en la prensa y en los titulares para llamar la atención.
Nada que ver con el debate sereno, responsable, sosegado y argumentado que debería ser la piedra angular de un tema tan serio como la legislación.
En ese circo en que se está convirtiendo el Congreso sobran payasos y faltan domadores de leones, o dicho de otra manera, sobran narices postizas y faltan un buen par de... látigos.
No puedo estar más de acuerdo con lo expresado en tu artículo, Joaquín. Además coincido totalmente con las opiniones contenidas en los comentarios precedentes al mío.
Luis Latorre expresa brillantemente lo que pensamos todas las personas civilizadas sobre este asunto.
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