Que nadie dude que el momento que vivimos es histórico. Tiene mucho en común con episodios nacionales de otros tiempos que creía superados y de cuyos errores todos deberíamos haber aprendido. La cascada de escándalos hace que el sistema cotice a la baja. Las noticias en cualquier formato obligan a la opinión pública a buscar aire fresco lejos de las portadas y los telediarios porque el panorama resulta asfixiante.
En medio de esta tormenta perfecta cada fin de semana durante el ultimo mes el PP viene celebrando convenciones para hablar y proponer soluciones a los principales problemas de nuestra sociedad. Este pasado sábado en Zaragoza se exponían en dos mesas de expertos aquellas propuestas relacionadas con la educación y la necesidad de alcanzar un pacto de estado (hermosa expresión) que garantice la articulación de unas leyes y medidas estables y duraderas en este terreno, pilar básico de cualquier sociedad sensata, porque para bien o para mal la educación es la raíz del modelo de la sociedad.
Escuché propuestas interesantes, diagnósticos preocupantes y bastantes argumentos justificativos de la necesidad de tal pacto, de la imperiosa demanda de apartar la educación de la lucha partidista, de blindarla ante las diferentes ideologías que se suceden en el poder.
Se habló de la necesidad de contar con cuadros de profesores bien preparados e incentivados, con posibilidades de promoción; de una formación adaptada a los nuevos retos; de un nuevo sistema de formación del profesorado, el MIR educativo; de la necesidad de recuperar la autoridad del profesor para devolverle responsabilidad y dignidad; de la Formación Profesional como medio de disponer de personas cualificadas para situarlas preparadas en el mundo y no como modo de fabricar piezas para el engranaje, una FP dual que permita mejor formación y a las empresas una mejor bolsa de trabajo; del bilingüismo y la importancia del inglés, no hay marca España sino se habla inglés. También escuché con preocupación los datos y reflexiones sobre el acoso escolar, el “todos contra uno”, la violencia social tan lesiva utilizada para excluir al libre pensador.
De vuelta a casa me pregunté quién se fijaría en estas propuestas perdidas en medio de paginas dedicadas a la corrupción sistémica que revuelve las tripas de cuantos sufren en distintos grados su particular crisis. En medio de noticias que insisten en poner en evidencia la incapacidad de los partidos políticos por poner el máximo empeño en solucionar los problemas comunes a toda la sociedad y no perderse en luchas internas, en pactos contra natura o en ejemplos para la historia de egoísmo personal. En medio del asco que provoca asociar nombres tan elocuentes como “manos limpias” con practicas deleznables como el chantaje y las falsas denuncias que como mínimo garantizan al denunciado una pena de telediario que te deje manchado de por vida.
En medio de tanta cloaca ¿a quien pueden interesarle propuestas y reformas?. Es imposible en medio de un lodazal que reluzca cualquier parte de tu cuerpo, porque simple y llanamente el barro lo impide.
No medio desta tormenta perfecta cada fin de semana durante o ultimo mes o PP vén celebrando convencións para falar e propoñer solucións aos principais problemas da nosa sociedade. Este pasado sábado en Zaragoza expoñíanse en dúas mesas de expertos aquelas propostas relacionadas coa educación e a necesidade de alcanzar un pacto de estado (fermosa expresión) que garanta a articulación dunhas leis e medidas estables e duradeiras neste terreo, alicerce básico de calquera sociedade sensata, porque para ben ou para mal a educación é a raíz do modelo da sociedade.
Escoitei propostas interesantes, diagnósticos preocupantes e bastantes argumentos xustificativos da necesidade de tal pacto, da imperioso demanda de apartar a educación da loita partidista, de blindala ante as diferentes ideoloxías que se suceden no poder.
Falouse da necesidade de contar con cadros de profesores ben preparados e incentivados, con posibilidades de promoción; dunha formación adaptada aos novos retos; dun novo sistema de formación do profesorado, o MIR educativo; da necesidade de recuperar a autoridade do profesor para devolverlle responsabilidade e dignidade; da Formación Profesional como medio de dispoñer de persoas cualificadas para situalas preparadas no mundo e non como modo de fabricar pezas para a engrenaxe, unha FP dual que permita mellor formación e ás empresas unha mellor bolsa de traballo; do bilingüismo e a importancia do inglés, non hai marca España senón fálase inglés. Tamén escoitei con preocupación os datos e reflexións sobre o acoso escolar, o “todos contra un”, a violencia social tan lesiva utilizada para excluír ao libre pensador.
De volta a casa pregunteime quen se fixaría nestas propostas perdidas no medio de páxinas dedicadas á corrupción sistémica que revolve as tripas de cuantos sofren en distintos graos a súa particular crise. No medio de noticias que insisten en poñer en evidencia a incapacidade dos partidos políticos por poñer o máximo empeño en solucionar os problemas comúns a toda a sociedade e non perderse en loitas internas, en pactos contra natura ou en exemplos para a historia de egoísmo persoal. No medio do noxo que provoca asociar nomes tan elocuentes como “mans limpas” con practicas deleznables como a chantaxe e as falsas denuncias que como mínimo garanten ao denunciado unha pena de telexornal que che deixe manchado para sempre.
No medio de tanta cloaca a quen pode interesarlle propostas e reformas?. É imposible no medio dunha lameira que reluza calquera parte do teu corpo, porque simple e sinxelamente o barro o impide.
En medio de esta tormenta perfecta cada fin de semana durante el ultimo mes el PP viene celebrando convenciones para hablar y proponer soluciones a los principales problemas de nuestra sociedad. Este pasado sábado en Zaragoza se exponían en dos mesas de expertos aquellas propuestas relacionadas con la educación y la necesidad de alcanzar un pacto de estado (hermosa expresión) que garantice la articulación de unas leyes y medidas estables y duraderas en este terreno, pilar básico de cualquier sociedad sensata, porque para bien o para mal la educación es la raíz del modelo de la sociedad.
Escuché propuestas interesantes, diagnósticos preocupantes y bastantes argumentos justificativos de la necesidad de tal pacto, de la imperiosa demanda de apartar la educación de la lucha partidista, de blindarla ante las diferentes ideologías que se suceden en el poder.
Se habló de la necesidad de contar con cuadros de profesores bien preparados e incentivados, con posibilidades de promoción; de una formación adaptada a los nuevos retos; de un nuevo sistema de formación del profesorado, el MIR educativo; de la necesidad de recuperar la autoridad del profesor para devolverle responsabilidad y dignidad; de la Formación Profesional como medio de disponer de personas cualificadas para situarlas preparadas en el mundo y no como modo de fabricar piezas para el engranaje, una FP dual que permita mejor formación y a las empresas una mejor bolsa de trabajo; del bilingüismo y la importancia del inglés, no hay marca España sino se habla inglés. También escuché con preocupación los datos y reflexiones sobre el acoso escolar, el “todos contra uno”, la violencia social tan lesiva utilizada para excluir al libre pensador.
De vuelta a casa me pregunté quién se fijaría en estas propuestas perdidas en medio de paginas dedicadas a la corrupción sistémica que revuelve las tripas de cuantos sufren en distintos grados su particular crisis. En medio de noticias que insisten en poner en evidencia la incapacidad de los partidos políticos por poner el máximo empeño en solucionar los problemas comunes a toda la sociedad y no perderse en luchas internas, en pactos contra natura o en ejemplos para la historia de egoísmo personal. En medio del asco que provoca asociar nombres tan elocuentes como “manos limpias” con practicas deleznables como el chantaje y las falsas denuncias que como mínimo garantizan al denunciado una pena de telediario que te deje manchado de por vida.
En medio de tanta cloaca ¿a quien pueden interesarle propuestas y reformas?. Es imposible en medio de un lodazal que reluzca cualquier parte de tu cuerpo, porque simple y llanamente el barro lo impide.
No medio do barro
Que ninguén dubide que o momento que vivimos é histórico. Ten moito en común con episodios nacionais doutros tempos que cría superados e de cuxos erros todos deberiamos haber aprendido. A fervenza de escándalos fai que o sistema cotice á baixa. As noticias en calquera formato obrigan á opinión pública a buscar aire fresco lonxe das portadas e os telexornais porque o panorama resulta asfixiante.No medio desta tormenta perfecta cada fin de semana durante o ultimo mes o PP vén celebrando convencións para falar e propoñer solucións aos principais problemas da nosa sociedade. Este pasado sábado en Zaragoza expoñíanse en dúas mesas de expertos aquelas propostas relacionadas coa educación e a necesidade de alcanzar un pacto de estado (fermosa expresión) que garanta a articulación dunhas leis e medidas estables e duradeiras neste terreo, alicerce básico de calquera sociedade sensata, porque para ben ou para mal a educación é a raíz do modelo da sociedade.
Escoitei propostas interesantes, diagnósticos preocupantes e bastantes argumentos xustificativos da necesidade de tal pacto, da imperioso demanda de apartar a educación da loita partidista, de blindala ante as diferentes ideoloxías que se suceden no poder.
Falouse da necesidade de contar con cadros de profesores ben preparados e incentivados, con posibilidades de promoción; dunha formación adaptada aos novos retos; dun novo sistema de formación do profesorado, o MIR educativo; da necesidade de recuperar a autoridade do profesor para devolverlle responsabilidade e dignidade; da Formación Profesional como medio de dispoñer de persoas cualificadas para situalas preparadas no mundo e non como modo de fabricar pezas para a engrenaxe, unha FP dual que permita mellor formación e ás empresas unha mellor bolsa de traballo; do bilingüismo e a importancia do inglés, non hai marca España senón fálase inglés. Tamén escoitei con preocupación os datos e reflexións sobre o acoso escolar, o “todos contra un”, a violencia social tan lesiva utilizada para excluír ao libre pensador.
De volta a casa pregunteime quen se fixaría nestas propostas perdidas no medio de páxinas dedicadas á corrupción sistémica que revolve as tripas de cuantos sofren en distintos graos a súa particular crise. No medio de noticias que insisten en poñer en evidencia a incapacidade dos partidos políticos por poñer o máximo empeño en solucionar os problemas comúns a toda a sociedade e non perderse en loitas internas, en pactos contra natura ou en exemplos para a historia de egoísmo persoal. No medio do noxo que provoca asociar nomes tan elocuentes como “mans limpas” con practicas deleznables como a chantaxe e as falsas denuncias que como mínimo garanten ao denunciado unha pena de telexornal que che deixe manchado para sempre.
No medio de tanta cloaca a quen pode interesarlle propostas e reformas?. É imposible no medio dunha lameira que reluza calquera parte do teu corpo, porque simple e sinxelamente o barro o impide.
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