Soy de los convencidos de la importancia que tienen el optimismo y una cierta dosis de autoestima para desarrollarse como personas, como sociedad y en definitiva como nación.
Este fin de semana leyendo distintas publicaciones me han llamado la atención por sus vertientes contrapuestas dos entrevistas, la realizada al responsable del proyecto “Marca España” Carlos Espinosa, y la de la filóloga e investigadora Elvira Roca experta en “la leyenda negra” atribuida a España.
Para esta última, la leyenda negra es el relato desfavorable sobre España y su pasado, un mito que todavía sigue vivo entre nosotros y en algunos países de nuestro entorno, especialmente del norte Europa. Para esta investigadora se construyó un discurso que nos convertía en paradigma de la irracionalidad, crueldad y atraso. Algo que contribuyó a generar una baja autoestima desde el siglo XVIII, al aceptar como verdades los tópicos de esa leyenda, que al fin y a la postre no era más que propaganda antiespañola creada por el mundo protestante y asumida por la ilustración francesa mediante un mecanismo muy sutil: magnificar un hecho real aislado hasta convertirlo en único, dándole proporciones gigantescas.
Frente a esa leyenda negra tan negativa para nuestros intereses y que todavía muchos se empeñan en mantener viva, están los resultados y frutos derivados del proyecto conocido como “Marca España”, proyecto participativo y sin ideologías políticas, con una estrategia clara que evita los tópicos y difunde un relato actualizado de un país moderno.
Ya son muchos los datos que invitan al optimismo, siempre moderado, como la mejora de la percepción de España en el exterior: el incremento de las inversiones extranjeras acompañado de una clara puesta en continuo crecimiento por nuestro país, ser líderes en construcción y gestión de grandes proyectos de infraestructuras a nivel mundial, vernos líderes internacionales en energías sostenibles, en gestión de tráfico aéreo, infraestructuras ferroviarias, ingeniería naval y de transportes, dar ejemplo en distribución y diseño de moda, y un largo etcétera en el que no debemos olvidar nuestra diversidad y riqueza cultural, nuestro ingenio, creatividad y talento. Carlos Espinosa lo explica mejor que yo.
Cada cual podrá elegir con qué modelo identifica mejor a nuestro país, pero sin duda alguna lo que es innegable es que necesitamos convencernos de que somos mucho mejores de como otros nos pintan. Tenemos que desprendernos de tópicos y leyendas negras, enterrar complejos muy arraigados y poner en valor nuestras muchas virtudes con modestia pero con orgullo. Éstas pueden ser buenas recetas para seguir progresando.
Cuando hace años un periodista me preguntaba de que obra me sentía más orgulloso como alcalde, contesté que de haber contribuido a mejorar la autoestima de los lucenses. Hoy lo ratifico y animo a quienes dirigen nuestra ciudad a evitar litigios y confrontaciones estériles, políticas populistas y gestión cortoplacista. Y al conjunto de los lucenses a ser participativos y a convencernos de que tenemos muchas cosas de las que sentirnos orgullosos.
Este fin de semana lendo distintas publicacións chamáronme a atención polas súas vertentes contrapostas dúas entrevistas, a realizada ao responsable do proxecto “Marca España” Carlos Espinosa, e a da filóloga e investigadora Elvira Roca experta en “a lenda negra” atribuída a España.
Para esta última, a lenda negra é o relato desfavorable sobre España e o seu pasado, un mito que aínda segue vivo entre nós e nalgúns países da nosa contorna, especialmente do norte Europa. Para esta investigadora construíuse un discurso que nos convertía en paradigma da irracionalidad, crueldade e atraso. Algo que contribuíu a xerar unha baixa autoestima desde o século XVIII, ao aceptar como verdades os tópicos desa lenda, que ao cabo non era máis que propaganda antiespañola creada polo mundo protestante e asumida pola ilustración francesa mediante un mecanismo moi sutil: magnificar un feito real illado ata convertelo en único, dándolle proporcións xigantescas.
Fronte a esa lenda negra tan negativa para os nosos intereses e que aínda moitos se empeñan en manter viva, están os resultados e froitos derivados do proxecto coñecido como “Marca España”, proxecto participativo e sen ideoloxías políticas, cunha estratexia clara que evita os tópicos e difunde un relato actualizado dun país moderno.
Xa son moitos os datos que convidan o optimismo, sempre moderado, como a mellora da percepción de España no exterior: o incremento dos investimentos estranxeiros acompañado dunha clara posta en continuo crecemento polo noso país, ser líderes en construción e xestión de grandes proxectos de infraestruturas a nivel mundial, vernos líderes internacionais en enerxías sustentables, en xestión de tráfico aéreo, infraestruturas ferroviarias, enxeñería naval e de transportes, dar exemplo en distribución e deseño de moda, e un longo etcétera no que non debemos esquecer a nosa diversidade e riqueza cultural, o noso enxeño, creatividade e talento. Carlos Espinosa explícao mellor que eu.
Cada cal poderá elixir con que modelo identifica mellor ao noso país, pero sen ningunha dúbida o que é innegable é que necesitamos convencernos de que somos moito mellores de como outros nos pintan. Temos que desprendernos de tópicos e lendas negras, enterrar complexos moi arraigados e poñer en valor nosas moitas virtudes con modestia pero con orgullo. Estas poden ser boas receitas para seguir progresando.
Cando hai anos un xornalista preguntábame de que obra sentíame máis orgulloso como alcalde, contestei que de contribuír a mellorar a autoestima dos lucenses. Hoxe ratifícoo e animo a quen dirixe a nosa cidade para evitar litixios e confrontacións estériles, políticas populistas e xestión cortoplacista. E ao conxunto dos lucenses para ser participativos e a convencernos de que temos moitas cousas das que sentirnos orgullosos.
Este fin de semana leyendo distintas publicaciones me han llamado la atención por sus vertientes contrapuestas dos entrevistas, la realizada al responsable del proyecto “Marca España” Carlos Espinosa, y la de la filóloga e investigadora Elvira Roca experta en “la leyenda negra” atribuida a España.
Para esta última, la leyenda negra es el relato desfavorable sobre España y su pasado, un mito que todavía sigue vivo entre nosotros y en algunos países de nuestro entorno, especialmente del norte Europa. Para esta investigadora se construyó un discurso que nos convertía en paradigma de la irracionalidad, crueldad y atraso. Algo que contribuyó a generar una baja autoestima desde el siglo XVIII, al aceptar como verdades los tópicos de esa leyenda, que al fin y a la postre no era más que propaganda antiespañola creada por el mundo protestante y asumida por la ilustración francesa mediante un mecanismo muy sutil: magnificar un hecho real aislado hasta convertirlo en único, dándole proporciones gigantescas.
Frente a esa leyenda negra tan negativa para nuestros intereses y que todavía muchos se empeñan en mantener viva, están los resultados y frutos derivados del proyecto conocido como “Marca España”, proyecto participativo y sin ideologías políticas, con una estrategia clara que evita los tópicos y difunde un relato actualizado de un país moderno.
Ya son muchos los datos que invitan al optimismo, siempre moderado, como la mejora de la percepción de España en el exterior: el incremento de las inversiones extranjeras acompañado de una clara puesta en continuo crecimiento por nuestro país, ser líderes en construcción y gestión de grandes proyectos de infraestructuras a nivel mundial, vernos líderes internacionales en energías sostenibles, en gestión de tráfico aéreo, infraestructuras ferroviarias, ingeniería naval y de transportes, dar ejemplo en distribución y diseño de moda, y un largo etcétera en el que no debemos olvidar nuestra diversidad y riqueza cultural, nuestro ingenio, creatividad y talento. Carlos Espinosa lo explica mejor que yo.
Cada cual podrá elegir con qué modelo identifica mejor a nuestro país, pero sin duda alguna lo que es innegable es que necesitamos convencernos de que somos mucho mejores de como otros nos pintan. Tenemos que desprendernos de tópicos y leyendas negras, enterrar complejos muy arraigados y poner en valor nuestras muchas virtudes con modestia pero con orgullo. Éstas pueden ser buenas recetas para seguir progresando.
Cuando hace años un periodista me preguntaba de que obra me sentía más orgulloso como alcalde, contesté que de haber contribuido a mejorar la autoestima de los lucenses. Hoy lo ratifico y animo a quienes dirigen nuestra ciudad a evitar litigios y confrontaciones estériles, políticas populistas y gestión cortoplacista. Y al conjunto de los lucenses a ser participativos y a convencernos de que tenemos muchas cosas de las que sentirnos orgullosos.
Lendas negras e autoestima
Son dos convencidos da importancia que teñen o optimismo e unha certa dose de autoestima para desenvolverse como persoas, como sociedade e en definitiva como nación.Este fin de semana lendo distintas publicacións chamáronme a atención polas súas vertentes contrapostas dúas entrevistas, a realizada ao responsable do proxecto “Marca España” Carlos Espinosa, e a da filóloga e investigadora Elvira Roca experta en “a lenda negra” atribuída a España.
Para esta última, a lenda negra é o relato desfavorable sobre España e o seu pasado, un mito que aínda segue vivo entre nós e nalgúns países da nosa contorna, especialmente do norte Europa. Para esta investigadora construíuse un discurso que nos convertía en paradigma da irracionalidad, crueldade e atraso. Algo que contribuíu a xerar unha baixa autoestima desde o século XVIII, ao aceptar como verdades os tópicos desa lenda, que ao cabo non era máis que propaganda antiespañola creada polo mundo protestante e asumida pola ilustración francesa mediante un mecanismo moi sutil: magnificar un feito real illado ata convertelo en único, dándolle proporcións xigantescas.
Fronte a esa lenda negra tan negativa para os nosos intereses e que aínda moitos se empeñan en manter viva, están os resultados e froitos derivados do proxecto coñecido como “Marca España”, proxecto participativo e sen ideoloxías políticas, cunha estratexia clara que evita os tópicos e difunde un relato actualizado dun país moderno.
Xa son moitos os datos que convidan o optimismo, sempre moderado, como a mellora da percepción de España no exterior: o incremento dos investimentos estranxeiros acompañado dunha clara posta en continuo crecemento polo noso país, ser líderes en construción e xestión de grandes proxectos de infraestruturas a nivel mundial, vernos líderes internacionais en enerxías sustentables, en xestión de tráfico aéreo, infraestruturas ferroviarias, enxeñería naval e de transportes, dar exemplo en distribución e deseño de moda, e un longo etcétera no que non debemos esquecer a nosa diversidade e riqueza cultural, o noso enxeño, creatividade e talento. Carlos Espinosa explícao mellor que eu.
Cada cal poderá elixir con que modelo identifica mellor ao noso país, pero sen ningunha dúbida o que é innegable é que necesitamos convencernos de que somos moito mellores de como outros nos pintan. Temos que desprendernos de tópicos e lendas negras, enterrar complexos moi arraigados e poñer en valor nosas moitas virtudes con modestia pero con orgullo. Estas poden ser boas receitas para seguir progresando.
Cando hai anos un xornalista preguntábame de que obra sentíame máis orgulloso como alcalde, contestei que de contribuír a mellorar a autoestima dos lucenses. Hoxe ratifícoo e animo a quen dirixe a nosa cidade para evitar litixios e confrontacións estériles, políticas populistas e xestión cortoplacista. E ao conxunto dos lucenses para ser participativos e a convencernos de que temos moitas cousas das que sentirnos orgullosos.
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