miércoles, 10 de noviembre de 2021

Cuadrar las cuentas

Corren ríos de tinta, minutos de informativos y largas conversaciones en torno a nuestro momento económico como país. Se habla, y con razón, de los brutales incrementos de los precios de la energía, los combustibles, los productos alimenticios, los materiales de construcción... También de las dificultades en conseguir, o al menos de hacerlo en plazos razonables, recambios, piezas, materiales básicos para muchas industrias, incluso la entrega de un vehículo nuevo en tiempo y forma.

En algunos ambientes también se sube el nivel de alarma y se habla de posibles desabastecimientos de bienes habitualmente ligados a las fiestas navideñas, llegando a insinuarse que se deben adelantar las compras.

En medio de este ruido y preocupación se inicia en el Congreso de los Diputados el debate de los Presupuestos Generales del Estado para 2022, y con ello la confrontación de posicionamientos y modelos económicos contrapuestos.

Para algunos manejar las cuentas públicas debe ser como jugar con el dinero del Monopoly, que se utiliza para comprar y vender casas con la alegría propia de un juego. Al menos eso parece cuando nos proponen incrementar el gasto a niveles nunca vistos hasta la fecha.

Pocos dudan que la inyección de dinero y actividad desde lo público suele ayudar en tiempos de crisis, donde el motor que mueve la actividad privada se ve muy ralentizado por situaciones como las que llevamos viviendo durante los últimos 18 meses. Pero también saben que todo esfuerzo e incremento del gasto obliga a equilibrar con mayores ingresos o ahorros de otros conceptos. Lo contrario nos lleva a un crecimiento de la deuda que no se paga con dinero de juguete, sino con el ganado con esfuerzo de muchos españoles.

De las cuentas presentadas por el Gobierno ya sabemos algo muy claro: las subidas de impuestos serán las vías para tratar de cuadrar los incrementos de gastos. Nada de ahorrar, nada de prescindir de algún Ministerio o de los miles de asesores que, como nunca en nuestra historia, forman parte de la nómina del Gobierno, la que pagamos todos.

Recordarán como en aquellas interminables comparecencias televisivas del Sr. Sánchez en plena pandemia, un buen día nos anunció los miles de millones que llegarían de Bruselas para ayudar a nuestra recuperación. A día de hoy toda la ayuda pendiente de recibir está condicionada al cumplimiento de una serie de medidas que nos ocultan pero que iremos conociendo según las vayamos sufriendo.

Como todo el mundo sabe, a cualquier presupuesto, sea doméstico o de las cuentas públicas, lo que le da validez y credibilidad son que cuadren ingresos y gastos y que los fines recojan las prioridades de las verdaderas necesidades. En nuestro caso las prioridades ya sabemos cuales son, las de Sánchez: contentar a los socios de gobierno para que él pueda continuar en la Moncloa a toda costa. Y aquí en Lugo, borrar del presupuesto todas las infraestructuras pendientes y retrasar la finalización de las que estaban en marcha.

Aquí lo único que cuadran son los agravios, y estos seguirán engrosando el debe de las cuentas públicas de este Gobierno. Será en las urnas donde finalmente tendrán que cuadrar agravios y votos.


Cadrar as contas

Corren ríos de tinta, minutos de informativos e longas conversacións ao redor do noso momento económico como país. Fálase, e con razón, dos brutais incrementos dos prezos da enerxía, os combustibles, os produtos alimenticios, os materiais de construción... Tamén das dificultades en conseguir, ou polo menos de facelo en prazos razoables, recambios, pezas, materiais básicos para moitas industrias, incluso a entrega dun vehículo novo en tempo e forma.

Nalgúns ambientes tamén se sobe o nivel de alarma e fálase de posibles desabastecementos de bens habitualmente ligados ás festas do Nadal, chegando a insinuarse que se deben adiantar as compras.

No medio deste ruído e preocupación iníciase no Congreso dos Deputados o debate dos Orzamentos Xerais do Estado para 2022, e con iso a confrontación de posicionamentos e modelos económicos contrapostos.

Para algúns manexar as contas públicas debe ser como xogar co diñeiro do Monopoly, que se utiliza para comprar e vender casas coa alegría propia dun xogo. Polo menos iso parece cando nos propoñen incrementar o gasto a niveis nunca vistos ata a data.

Poucos dubidan que a inxección de diñeiro e actividade desde o público adoita axudar en tempos de crises, onde o motor que move a actividade privada vese moi retardado por situacións como as que levamos vivindo durante os últimos 18 meses. Pero tamén saben que todo esforzo e incremento do gasto obriga a equilibrar con maiores ingresos ou aforros doutros conceptos. O contrario lévanos a un crecemento da débeda que non se paga con diñeiro de xoguete, senón co gando con esforzo de moitos españois.

Das contas presentadas polo Goberno xa sabemos algo moi claro: as subidas de impostos serán as vías para tratar de cadrar os incrementos de gastos. Nada de aforrar, nada de prescindir dalgún Ministerio ou dos miles de asesores que, como nunca na nosa historia, forman parte da nómina do Goberno, a que pagamos todos.

Lembrarán como naquelas interminables comparecencias televisivas do Sr. Sánchez en plena pandemia, un bo día anunciounos os miles de millóns que chegarían de Bruxelas para axudar á nosa recuperación. A día de hoxe toda a axuda pendente de recibir está condicionada ao cumprimento dunha serie de medidas que nos ocultan pero que iremos coñecendo segundo vaiámolas sufrindo.

Como todo o mundo sabe, a calquera orzamento, sexa doméstico ou das contas públicas, o que lle dá validez e credibilidade son que cadren ingresos e gastos e que os fins recollan as prioridades das verdadeiras necesidades. No noso caso as prioridades xa sabemos cales son, as de Sánchez: contentar aos socios de goberno para que el poida continuar na Moncloa custe o que custe. E aquí en Lugo, borrar do orzamento todas as infraestruturas pendentes e atrasar a finalización das que estaban en marcha.

Aquí o único que cadran son os agravios, e estes seguirán engrosando o debe das contas públicas deste Goberno. Será nas urnas onde finalmente terán que cadrar agravios e votos.

0 comentarios: